Entrevistas
“Sin salud no hay calidad de vida posible pero sólo con salud, tampoco”
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Mútua General de Catalunya vuelve a tener como protagonista en su campaña publicitaria al mutualista Marcel Gorgori. La entidad apuesta, una vez más, por un prescriptor de referencia que, por tercer año consecutivo, se personaliza en el reconocido periodista y comunicador catalán.
Hemos tenido ocasión de plantearle algunas cuestiones sobre ópera, su gran pasión junto con los vinos, y también sobre otros temas más personales, que nos ayudan a conocerle mejor, a tener una imagen más aproximada de su manera de ser, de pensar y de sentir.
Usted es la imagen de nuestra Mútua y representa muchos de los valores que defiende la entidad, como la pasión, la emoción, la ilusión, la complicidad… ¿Qué es lo que más le gusta de la Mútua? ¿Por qué la recomendaría?
Me gusta mucho la idea de servicio que quiere ofrecer a sus mutualistas. La experiencia personal me ha demostrado que Mútua General de Catalunya entiende que sin salud no hay calidad de vida posible, pero que sólo con salud, tampoco. Es decir, que por muy evidente que su prioridad absoluta sea dar la mejor asistencia sanitaria a los mutualistas, además se preocupa de facilitarles una calidad de vida más alta, ofreciéndoles, también, facilidades en otros terrenos. Yo mismo decía en un anuncio que, si los pequeños de la casa necesitan un refuerzo escolar, la Mútua me ayuda a proporcionarlo, por ejemplo. O, por ejemplo, alguna vez que he necesitado una sala de reuniones de una cierta capacidad, he aprovechado sus instalaciones para hacerla, o incluso, y sin ir más lejos, con la Mútua nos hemos puesto de acuerdo para facilitar el acceso a la ópera y a la gran música a aquellos mutualistas que tengan curiosidad por acercarse a este mundo. Todos estos servicios, y otros, no van dirigidos a la salud física de los mutualistas, sino a mejorar su calidad de vida, y esta sola idea se servicio marca una gran diferencia.
Le conocemos como un gran comunicador, que llega a la gente, y es una cualidad que le define, pero ¿cuál es para usted su rasgo de personalidad clave, el que le define totalmente?
La curiosidad por aprender y, seguramente para mala suerte de quienes me han de aguantar, la autoexigencia. A veces, cuando hay personas que me felicitan por mi trabajo pienso que, si supieran como han sudado los que me han ayudado a hacerlo, no me felicitarían a mí, sino claramente a ellos.
Hablemos de ópera.
¿Cuándo comenzó su afición por la ópera?
muy joven. Yo había estudiado algo de música y quise adentrarme en la llamada “música clásica”, pero no sabía por dónde empezar. Un día vi a un dependiente más joven de lo habitual en la sección de música clásica de una tienda de discos, que había en la calle Pelayo de Barcelona (y que ya no existe); me atreví a acercarme a él y le propuse: “Si me vas guiando para entrar en la música clásica, a partid de lo que yo te diga que me gusta, me comprometo a comprarte un disco cada 15 días”. A él, imagino que le hizo gracia, y estuve escuchando música sinfónica y de otros tipos un tiempo. Un día me dijo si había oído alguna vez ópera y me sugirió que me llevara una “Manon Lescaut” de Puccini, cantada por Plácido Domingo y Mirella Freni. Me entusiasmó, y después llegaron “L’elisir d’amore” de Donizetti, “Il trovatore” de Verdi, “Lucia de Lammermoor” de Donizetti… Y, desde entonces, hasta ahora.
¿Qué le trasmitió que le enamoró tanto como para ser un divulgador tan activo para desmitificar el acceso a la ópera?
Dando clases de voz, cuando ya estaba en la radio, epecé a cantar y, aunque lo hacía muy mal, aumentó mi afición y también el conocimiento, que vivía en propia piel, de la técnica del canto.
¿Por qué hay cantantes que emocionan más que otros?
Porque tienen más cosas que decir y porque tienen la intuición y la técnica suficiente como para conseguir comunicar más y llegar más al público. es un poco como si me preguntases por qué hay presentadores de televisión o por qué hay conferenciantes que llegan más que otros.
El libro “Cinc cèntims d’òpera”, de charlas sobre ópera con el maestro Roger Alier, crítico e historiador, lleva 15.000 ejemplares vendidos. ¿Qué recuerdos le despiertan?
Para mí este libro es muy importante. En primer lugar, porque en él está claramente reflejada la amistad que tengo con Roger Alier. En el tono de las conversaciones que se recogen y en lo que decimos se puede apreciar claramente nuestra relación de amistad, como si el que las leyera nos estuviese viendo por un agujerito. Y, por otra parte, porque hacer este libro, con la persona que seguramente más sabe de ópera en nuestro país, me permitió sistematizar y ordenar los pocos conocimientos que yo tenía al comenzarlo y multiplicarlos por diez. Estoy muy orgulloso de haberlo hecho.
¿Por qué lo recomendaría?
Porque son 25 conversaciones distendidas, fáciles de leer, que no sólo repasan la historia de la ópera y que te permiten conocer mejor los diferentes tipos de ópera que ha habido, aspectos biográficos y musicales de los principlaes autores, y el valor de sus óperas principales, sino que además te permiten entender también porque las óperas de cada época son como son, y cuáles eran los valores y los gustos estéticos del momento en que se compusieron. A parte que, cada tres líneas, hay un chiste de Roger o una vivencia personal nuestra o una ironía o una anécdota, y eso lo hace muy gradable. Vaya, no es que yo lo diga ¡eh! Ocho ediciones y más de 150.000 ejemplares vendidos de una historia de la ópera, en catalán, parece indicarlo también.
¿Podemos oírle actualmente en la radio?
Sí. Cada miércoles, a las 23h., y cada sábado, a las 19h., en Catalunya Música. Nuestro programa se llama “Històries de l’òpera”.
“Simfonova” es un espectáculo operístico que ha tenido y tiene un éxito espectacular. Cada concierto es una apoteosis y la gente sale del espectáculo emocionada e inmensamente feliz. ¿Por qué cree que ha conectado tanto con el público? ¿Cuál cree qué es el secreto para llegar al corazón de todo el mundo?
Una calidad musical altísima, un formato de espectáculo original, la utilización de recursos audiovisuales que no se suelen utilizar en los conciertos operísticos, el establecimiento de un vínculo y una complicidad entre los que estamos en el escenario y el público de la sala y, quizás, alguna habilidad comunicativa del presentador.
¿Cuándo y dónde serán las próximas citas?
Después de haber finalizado la gira de nuestro primer concierto, “Nomès per uns quants?” (¿Sólo para unos cuantos?), estamos preparando el segundo, que se llamará “La rebotiga de l’òpera” (La trastienda de la ópera), que se estrenará en el Teatre Kursaal de Manresa, el 18 de diciembre d 2016, y que presentaremos por toda Cataluña a lo largo del año 2017.
Hablemos de sus aficiones. ¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre? Las personas que me han seguido en televisión conocen bien mi afición al mundo del vino, por ejemplo. Por otra parte me gusta mucho la montaña y la naturaleza en general, en la que me sumerjo siempre que puedo, en muchas ocasiones paseando a caballo.
¿Qué libro está leyendo en estos momentos?
Precisamente un libro sobre la doma natural de caballos y la etología del caballo.
¿Qué le gusta más, leer o escribir?
Hago mucho las dos cosas por trabajo pero, en mi tiempo libre leo menos de lo que quedaría bien decir.
¿Es aficionado a las redes sociales? ¿Cree que realmente se han convertido en una auténtica revolución social?
Sin duda creo que son una revolución social. Ahora bien, yo, personalmente, las utilizo muy poco.
¿Cuál es la última película que ha visto? ¿Por qué la recomendaría (si es que le ha gustado)?
Tampoco me entusiasman, en general, la mayoría de las películas que llegan a las carteleras en estos momentos. Me gusta el cine, pero mucho más el de años atrás que el de ahora. Si tuviera que destacar una película reciente, ahora no me viene ninguna a la cabeza.
Si tuviera que elegir, ¿cuál sería su heroína de ópera preferida: Carmen,Turandot, Violeta…?
¡Ostras! No hay ninguna que me acabe de convencer, pero siempre he pensado que Cio Cio San (Madama Buterfly) tiene una valentía considerable, teniendo y criando ella sola al hijo que le hizo el oficial de marina norteamericano que le ha abandonado, rechazando por amor ofertas de matrimonio con ricos pretendientes que acabarían con sus problemas y sufrimientos y, finalmente, creyendo que es lo mejor para él, renunciando a su hijo y entregándoselo a su padre, convencida de que éste le dará el bienestar y la formación que ella cree que no le puede dar. No está mal, ¿no?
¿Qué es lo que no falta nunca en su nevera?
La luz interior. En las épocas en las que voy muy liado por mi trabajo, algún día puede pasar que sea lo único que encuentro.
¿… y en su mesilla de noche?
El despertador.
¿Cuál es su lema de vida?
No tengo un lema de vida.
¿Cuándo fue la última vez que lloró?
No nos conocemos suficiente como para explicárselo.
¿Cómo es un día perfecto para usted?
La perfección no existe pero, afortunadamente, la vida que intento llevar, el trabajo que tengo y las aficiones que le he explicado hacen posible que, de vez en cuando, pueda vivir algún día de esos que no se han de contar, sino de pesar. Me parece que era Plini que tenía una frase que dice “Cuentan los días cuando , en realidad, los tendrían que pesar”. Pues eso, de vez en cuando vivo un día que se ha de pesar. Mire, éste podría ser el lema de vida que me preguntaba hace un momento.