Salud y medicina
Esos ruidos raros de tu cuerpo… Aquí te los explicamos
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Todos ellos significan algo: ¡Podrían considerarse mensajes que nos envía el cuerpo!
Todos tienen una explicación científica, sólidamente establecida, para todos esos ruidos (a veces muy embarazosos). Cuando oigas algo que puede ser familiar, pero extraño, es que tu cuerpo quiere decirte algo.
1. Ruidos de tripas
Son los músculos del aparato digestivo –del estómago y del intestino- los que empujan los alimentos intestino adelante; y el tiempo que dura la digestión están contrayéndose y extendiéndose: es lo que se llama movimientos peristálticos, o peristalsis. Esos sonidos sordos y guturales el estómago están causados por el procesamiento de los alimentos, que se disocian en gases, líquidos y sólidos.
En realidad, el estómago está en funcionamiento durante todo el día. Sólo que se nota más cuando tenemos hambre. ¿El porqué? Pues porque un par de horas después de haberse vaciado, el estómago segrega unas hormonas que envían al cerebro el mensaje de que reanude la peristalsis (recuerda: los movimientos peristálticos de que hablábamos) y ese proceso genera la sensación de hambre. La razón de que se oigan más con el estómago vacío es que no hay alimentos que amortigüen el ruido.
2. Chasquidos en las articulaciones
En las articulaciones hay un líquido que actúa como lubricante para facilitar los movimientos: se trata del líquido sinovial, y contiene diferentes gases, como el oxígeno, nitrógeno y dióxido de carbono. Al estirar o forzar una articulación (consciente o inconscientemente), la cápsula de la articulación que contiene el líquido se estira, liberando parte del gas y produciendo el ruido. Esta es la razón de que inmediatamente después de estirarse los dedos y hacer crujir los nudillos no vuelva a oírse el ruido si se repite el estiramiento. Es porque el gas no ha tenido tiempo de volver al fluido sinovial.
3. Los estornudos
Es un mecanismo de defensa del cuerpo ante un agente que irrita las mucosas de la nariz o de la garganta. Al penetrar el agente, se activa en el cerebro el “centro del estornudo” y se envían señales para cerrar por completo la garganta, los ojos y la boca; a continuación, se tensan los músculos del tórax, justo antes de que los de la garganta se relajen rápidamente. Como resultado, se expulsan el aire, la salivo y las mucosidades y, con suerte, el cuerpo se libera del agente que provocó todo, igualmente expulsado.
4. El hipo
Es un mecanismo que se produce cuando el diafragma (un músculo en forma de cúpula situado en la parte inferior del pecho) se “irrita”. Al inhalar el aire, el diafragma desciende para ayudar a introducir el aire en los pulmones y se contrae cuando llega el momento de espirarlo. Cuando el diafragma se “irrita” (por diversas razones, como comer mucho o muy rápido, o simplemente por nervios) puede empezar a descender espasmódicamente, de forma impredecible, lo que causa una entrada repentina de aire en la garganta. Ese aire causa un golpe en la laringe, lo que causa que las cuerdas vocales se cierren repentinamente, emitiendo el típico “hip”.
5. Las ventosidades
O sea, los pedos, que son ventosidades anales. Son el resultado natural de la digestión. Al comer, junto con los alimentos también tragamos aire. Pero es que, además, el proceso de la digestión (o sea convertir los alimentos en nutrientes) conlleva la producción de un gas, el sulfuro de hidrógeno (o ácido sulfhídrico), que huele mal. Y el cuerpo tiene que librarse de él, lo que causa la ventosidad.
6. Los flatos
Las flatulencias, flatos o eructos constituyen otra forma que utiliza el cuerpo para librarse de los gases, en este caso los que introducimos en el cuerpo al comer o beber, o al masticar. Básicamente, es el gas que hemos tragado que vuelve por el esófago, para ser expelido por la boca.