Pareja, Vida de Pareja
8 claves para la felicidad de la pareja
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Seguro que conoces alguna pareja “perfecta”. Ésas a cuyos miembros se les ilumina la cara cuando por fin llega el otro, que son mutuamente sus mayores admiradores y que prefieren su compañía a cualquier otra. Y podrás pensar “¡qué suerte!”. Pues sí, qué suerte, pero no es sólo cuestión de suerte. En realidad, esas parejas felices “se curran” la relación, y se la curran a conciencia.
Vista desde fuera, esas afortunadas relaciones parecen sorprendentemente fáciles y fluidas y pueden hacer pensar que es natural y que no exigen nada. Y eso es falso. Las buenas relaciones de pareja requieren atención constante. Como primera medida, es dejar de pensar en “yo” y hacerlo en “nosotros”. Es mantener tu propia identidad, a la vez que haces sitio para la de tu pareja.
A continuación enumeramos siete cosas que las parejas felices tienen muy en cuenta.
1. Están constantemente en contacto
Se comunican. Es muy importante mantener una comunicación fluida, máxime cuando se presentan los problemas. A los dos les van a crear un estado de tensión o ansiedad –a cada uno con una intensidad diferente- pero es clave compartirlos y buscar juntos la mejor solución. Es compartir la carga, lo que ayuda a la pareja a consolidar esa sociedad de dos.
Las parejas felices tienen los mismos problemas que las demás, pero simplemente los tratan de otra manera.
2. Se miran el uno al otro
Las personas cambian. Todas. Y los cambios a que el tiempo nos somete pueden ser profundos. Será por tanto un error que pienses que lo sabes todo de tu pareja.
No hay que dar nada por sentado. Los objetivos de la vida, las esperanzas e ilusiones cambian con las personas, evolucionan. No es raro oír quejarse a un miembro de una pareja de que “no me ayuda nada con mis planes”. Y el caso es que el que no ayuda ni siquiera sabe cuáles son esos planes.
3. Son empáticas
Tanto si creciste en una familia en que tus padres discutían con acritud o si, por el contrario, en tu casa se debatía con calma y respeto mutuo, sabes bien aplicarte el cuento.
Si eres de los afortunados que crecieron en un ambiente de respeto mutuo ya sabes que hay que pensar con alma y hablar sin alterarse y manteniendo el debido respeto mutuo. Si te educaste en un ambiente menos tranquilo, no debes caer en el mismo error. Párate a pensar con calma y habla con tu pareja procurando ponerte en su lugar. Verá como la cosa no es tan difícil.
4. Están cerca el uno del otro
No hablamos de sexo, o no necesariamente, al menos. Es el contacto regular, cogerse de la mano, o abrazarse o darse un beso… son cosas que ayudan con la relación. Hubo hace poco un estudio, publicado en The Journal of Social Psychological y Personality Science, que encontró que las parejas que llevaban más de diez años casadas y seguían describiendo su relación como de “amor profundo” eran las que más demostraciones de afecto entre ellos.
5. Tienen los mismos valores
A priori hay tres indicadores básicos de cómo va a resultar una relación de pareja: Intereses comunes, personalidades complementarias y valores similares. Aunque en muchas ocasiones compartir intereses es el primer factor de atracción entre dos personas, a la larga pierde importancia. Los rasgos de la personalidad, por su parte, deben ser razonablemente compatibles. Pero probablemente son los valores los que deben coincidir.
Hay cosas fundamentales de la vida que no deben ser motivo de desavenencias: la familia, los amigos, equilibrio entre trabajo y ocio… Discutir sobre esto supone un gran desgaste en la relación y a la larga resulta difícilmente sostenible: pueden romper la relación.
6. Saben que el concepto “amor” puede diferir entre uno y otro
Tu concepto de lo que implica amar y ser amado puede ser diferente del de tu pareja. Por ejemplo, y sin pretender generalizar, a las mujeres les gusta que las escuchen, que se les haga caso y son más sensibles que los hombres a pequeños gestos, como que él se levante a recoger los platos. Los hombres en cambio son más proclives a demostrar el amor con regalos, y no con palabras o gestos tiernos…
Conviene saber esto, porque, por poner un ejemplo, el silencio del otro puede no siempre interpretarse correctamente.
7. Se respetan profundamente
Las parejas felices saben que a veces les toca apechugar, e ir al cine a ver ese “rollazo” de película, sólo porque al otro le apetece muchísimo.
Otro ejemplo: a ti te da igual que la casa esté algo desordenada, pero a tu pareja no. Si te ve que pasas la aspiradora entenderá que le estás diciendo “hago esto por ti, porque te quiero y sé que a ti te afecta”.
8. Tienen un compromiso mutuo
Puede sonar reiterativo por obvio, pero comprometerse es aceptar un compromiso, que es el de que la relación funcione. Para ello hay que demostrar buena voluntad, hay que querer que la cosa marche, para lo que es necesario hacer lo que decíamos al principio: dejar de pensar en singular (“yo”) y pasar a hacerlo en plural: “nosotros”.