Sexualidad, Vida de Pareja
Lo que hay que saber de la testosterona
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El nombre está totalmente asociado a masculinidad, a músculos, a potencia sexual. A horas de gimnasio y de entrenamiento. En realidad, poca gente sabe que la testosterona es una hormona que tienen tanto los hombres como las mujeres –éstas en menos medida- y que tiene funciones desconocidas, pero tan importantes como los rasgos sexuales masculinos.
La testosterona es una de las hormonas del metabolismo y nos protege ante la enfermedad cardiovascular, cuida la densidad ósea, la concentración, la memoria, el estado de ánimo y el metabolismo de las grasas.
¿Se puede estar ‘bajo’ de testosterona?
Los niveles de testosterona están asociados a la edad. Se van incrementando desde la pubertad hasta más o menos los 30 años, en que alcanza su máximo. A partir de ahí, se estima que su nivel disminuye a razón de un 1% anual (a título orientativo; la disminución puede oscilar entre el 0,4 y el 2%). Esto significa que el nivel de partida es alto, tardará en notarse la disminución, pero si es bajo, se manifestará más tempranamente, con efectos clínicos apreciables.
Su descenso se suele manifestar con los siguientes síntomas:
- Cansancio excesivo, anormal.
- Aumento de peso, pudiendo llegar a la obesidad, con acumulación de grasa sobre todo en la parte central del cuerpo.
- Bajada del rendimiento en deportes.
- Disminución o falta de apetito sexual.
- Problemas de erección, incluso disfunción eréctil o impotencia.
- Depresión.
- Disminución de la memoria.
Pero también puede crear problemas en la salud, y su bajada está también asociada a diabetes tipo 2, bajada de la densidad ósea y a enfermedad cardiovascular.
¿Puedes estar bajo de testosterona? Haz el cuestionario ADAM
Si tienes síntomas como los descritos, siempre puedes hacer el cuestionario ADAM. No es solo el nombre inglés del marido de Eva, sino un cuestionario que da alguna pista sobre la deficiencia androgénica del hombre maduro (Androgen Deficiency in the Aging Male).
Es muy fácil; contesta SÍ o NO a las preguntas que siguen:
- ¿Has notado disminución de la libido (deseo sexual)?
- ¿Estás más falto de energía?
- ¿Eres menos resistente, o estás más débil?
- ¿Has disminuido de estatura –has “menguado”?
- ¿Te falta alegría de vivir?
- ¿Estás triste, o te irritas fácilmente?
- ¿Ha bajado la calidad de tus erecciones?
- ¿Rindes menos en deportes?
- ¿Te sueles quedar dormido después de cenar?
- ¿Ha bajado tu rendimiento laboral?
Si has contestado SÍ a las preguntas 1 ó 7, o a tres de cualquiera de las otras ocho, podría ser que sí, que tienes la testosterona baja.
Importante: Ten en cuenta que este cuestionario es puramente orientativo y en ningún caso pretende sustituir la opinión de un médico, de modo que si llega el caso, dirígete a tu médico de familia, que pedirá un test clínico, que es un análisis de sangre específico.
¿Hay algún tratamiento?
Sí, hay tratamiento, en función de la causa que haya producido la bajada. Si está producida de forma natural, la posibilidad es un tratamiento hormonal, que instaurará el médico, y se suministra en forma de un parche, un gel, una pastilla, un implante o una inyección.
Si el tratamiento está indicado por un profesional cualificado y se lleva a cabo un control regular, está demostrado que es seguro y eficaz, sin efectos secundarios importantes.
La bajada también puede estar causada por un estilo de vida inadecuado. Un cambio por tanto, llevando una vida globalmente más sana, puede restaurar el nivel de la hormona.
Recomendaciones para restaurar el nivel
Los expertos recomiendan lo siguiente:
- Un buen sueño. La testosterona se produce por la mañana, pero sólo si ha mediado un buen sueño de al menos tres horas de sueño profundo (o sea de dormir toda la noche).
- Un adecuado nivel proteico. Una dieta baja en proteínas se asocia a niveles altos de globulina, una proteína que fija los niveles de testosterona y evita que se libere.
- Limitar el alcohol: Igual que ciertos medicamentos analgésicos que contienen opioides, el alcohol provoca la caída del nivel de testosterona, y elevan el del estrógeno.
- Mantente en forma: el ejercicio aumenta la producción de testosterona; debe de ser de cierta intensidad.
- Cuida tu cuerpo. Mantente en forma, cuidando tu figura. No se trata de adelgazar en exceso (lo que reduciría la producción de la hormona) y –mucho menos- de estar gordo (lo que, además de reducirla igualmente, elevaría el nivel de estrógenos).
- Olvídate de tratar de resolverlo a base de suplementos. Lo que te puedan contar de drogas anunciadas en internet no tiene ninguna base científica. No hay ningún medicamento legal sin receta, por lo tanto no serán seguros y conllevan riesgos ciertos.