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Cómo prepararte para una cesárea
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Algunas circunstancias que rodean al embarazo (pelvis estrecha, embarazo múltiple, enfermedades de la madre, cicatrices uterinas, etc.) pueden determinar que sea necesario planificar una cesárea en vez de esperar a que el bebé nazca por parto natural, y así evitar riesgos tanto para la madre como para el recién nacido. Si tienes programada una cesárea, aunque tu ginecólogo te vaya dando las indicaciones necesarias, te interesa saber cómo puedes prepararte para ese momento.
El parto por cesárea es un procedimiento quirúrgico en el que se realiza una incisión en el abdomen y el útero de la madre para extraer uno o más bebés. En muchos casos es una intervención que de urgencia por problemas durante el parto, pero, en otras ocasiones, complicaciones detectadas ya durante el embarazo hacen necesario planificar con antelación que el nacimiento sea por cesárea.
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Causas para programar una cesárea
Una cesárea tiene más riesgos que un parto vaginal, y la recuperación también conlleva más tiempo, por lo que el profesional médico puede determinar esta intervención cuando hay un riesgo real para la madre, el bebé o para ambos, por los siguientes motivos:
- Problemas severos de salud de la madre: problemas cardiovasculares, preeclampsia o eclampsia, infección que pueda contagiar al bebé cuando pasa por el canal genital (herpes genital, VIH)…
- Un embarazo múltiple, de tres o más bebés.
- La pelvis de la madre es demasiado estrecha para el tamaño del bebé.
- Las ecografías del último mes detectan que el feto está en una posición incorrecta dentro del útero, por ejemplo, de nalgas.
- Se han detectado anomalías en el cuello del útero, la vulva o la vagina que pueden dificultar o impedir el paso del bebé hacia el exterior.
- La madre ya ha tenido otros hijos por cesárea.
- El bebé presenta un peso muy bajo cuando nace (menos de 1,5 kilogramos), por lo que puede ser demasiado frágil para soportar el proceso del parto.
Preparación para la cesárea
A no ser que se haga de urgencia durante el parto, normalmente la cesárea se programa para un día y una hora determinada. ¿Cómo podemos prepararnos para ese momento?
Los días previos
Para hacer tiempo mientras llega el momento indicado, en casa puedes preparar tanto la canastilla del bebé como tu propia maleta. Las cosas del bebé seguramente las tendrás previstas con antelación, pero como la recuperación de la cesárea es más lenta y estarás de 3 a 5 días ingresada, tienes que pensar en llevar, para tu comodidad, zapatillas, ropa interior, camisón, productos de higiene personal y la ropa que te pondrás al salir del hospital, que es mejor que sea cómoda. Tampoco debes olvidar la documentación médica necesaria: son imprescindibles tanto la tarjeta sanitaria como los informes previos que te hayan realizado.
Tendrás una cita con el anestesiólogo para confirmar que puede administrarte la anestesia epidural justo antes de la intervención, para que puedas vivir la llegada de tu bebé y tenerlo en tus brazos rápidamente. También pueden recomendarte hacer otro tipo de análisis para tener información sobre el grupo sanguíneo y el nivel de hemoglobina, por si, en un caso improbable, fuera necesario una transfusión sanguínea.
No debes tomar ninguna medicación sin la aprobación de tu ginecólogo, por si puede interferir en el proceso de la cesárea. Tampoco debes rasurar tu vello púbico en las 24 horas antes de la cesárea, ya que puede aumentar el riesgo de infección en la zona. Si es necesario, el equipo médico lo hará justo antes de la intervención.
El día del ingreso
Hay que acudir al hospital en ayunas desde la medianoche anterior. Deja en casa los pendientes, collares, anillos y otros accesorios, ya que te los quitarán antes de entrar al quirófano. No lleves maquillaje ni esmalte de uñas para que el equipo médico pueda vigilar su color durante la intervención.
Cuando ingreses y te asignen una habitación, te pondrán una bata estéril, medirán tus constantes vitales (temperatura, frecuencia cardiaca y presión arterial), te pondrán un gotero para equilibrar la tensión arterial, que normalmente baja con la epidural, y te monitorizarán para escuchar los latidos del bebé.
Durante la intervención
Cuando entres a quirófano, te pondrán la anestesia epidural, te limpiarán el abdomen y lo cubrirán con un papel estéril. Una vez haga efecto la anestesia, te colocarán una sonda para que la vejiga se mantenga libre de orina. También se coloca una mampara a la altura del abdomen para que la cirugía no sea visible.
Si el hospital lo permite y el padre lo desea, también puede estar presente durante el parto, situado cerca de nuestra cabeza y con ropa y calzado estéril.
Tras la incisión en el abdomen, los tejidos intermedios y el útero, el cirujano extrae al bebé, y después de pinzar y cortar el cordón umbilical lo revisarán. Este proceso puede durar unos 15 o 20 minutos y no se siente dolor, aunque sí se puede notar cierta presión. El proceso posterior de sutura puede alargar la intervención alrededor de una hora.
Después de la intervención
Tras la cesárea te llevarán a la sala de recuperación, donde podrás estar con tu pareja y tu bebé. Allí volverán a monitorizarte durante el tiempo que se considere necesario para controlar tus constantes vitales y vigilar el sangrado antes de pasarte a la habitación, donde estarás de tres a cinco días hasta recuperarte. Durante las primeras ocho horas no podrás comer y después deberás hacer dieta blanda antes de volver a los sólidos.
Una vez en casa, como tendrás molestias, es recomendable que te tomes las cosas con mucha calma: no hacer esfuerzos, consultar las mejores posturas para amamantar al bebé y que no nos haga daño en la cicatriz, no subir escaleras y procurar no conducir.