Salud y medicina
Algunos consejos contra el coronavirus
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Los medios de comunicación nos bombardean constantemente con cifras mareantes y con las precauciones que debemos tomar, empezando por… no salir de casa.
Hace tres semanas publicábamos en este mismo blog un artículo sobre lo que hay que saber del coronavirus, ese temible virus que nos ha cambiado la vida -y que puede cambiárnosla aún más.
No está de más, con todo, recordar algunos consejos para tratar de evitar contraer la infección. Recuerda que son los mismos que aquí mismo damos para evitar la gripe estacional.
Qué es el coronavirus: un poquito de ciencia
Se piensa que el coronavirus de Wuhan, conocido ahora como COVID-19, se originó en algunas serpientes y parece que los transmisores son determinados murciélagos: los investigadores del Wuhan Institute of Virology ha encontrado que es idéntico en un 96% a un virus encontrado en murciélagos en el sur de China. También se relaciona con el SARS, con el que comparte un 80% de su secuencia genética. Ambos virus pueden instalarse en los pulmones y tener desastrosas consecuencias respiratorias.
Cómo protegerte del coronavirus
No es posible garantizar que si sigues estos consejos no vas a contraerlo, pero hay cosas en tu mano que pueden minimizar el riesgo de contagio. Aquí te las contamos.
Lávate bien las manos
Las manos constituyen un terreno ideal de cultivo de muchos gérmenes patógenos. La uñas –debajo de ellas– y la piel entre los dedos son escondites ideales para cualquier tipo de gérmenes. Hazlo con frecuencia y, como mínimo, en las siguientes circunstancias:
- Antes de salir del cuarto de baño…
- …Y antes de entrar
- Después de sonarte la nariz y toser
- Tocar cualquier cosa en la calle
- Acariciar una mascota, incluso la tuya
- Antes de comer.
Utiliza abundante agua con jabón y sé muy cuidadoso: enjabónate a fondo y no olvides utilizar un cepillo de uñas y extremar la limpieza entre los dedos. Un buen lavado debe durar al menos un minuto. Aclárate bien, deja que escurra el agua y sécate.
Usa un gel desinfectante
Aunque un (¡buen!) lavado de manos con agua y jabón es igual de eficiente, no siempre te va a ser posible hacerlo. Es muy conveniente que lleves contigo un frasco de gel desinfectante, que puedes comprar en las farmacias, para usar en las circunstancias descritas arriba.
No te toques la cara con las manos sucias
Con “manos sucias” queremos decir “si no están lavadas o desinfectadas”, de acuerdo con lo descrito antes.
Los virus penetran en tu cuerpo por cualquier orificio, empezando por la boca, la nariz y los ojos. Tocarte la cara con las manos contaminadas puede provocar la infección, y mejor no dar esa oportunidad al virus ¿verdad? Por eso recomendábamos lavarte las manos también antes de usar el cuarto de baño.
Evita el contacto con personas enfermas
Aunque resulte una obviedad decir que alguien infectado es un eficaz transmisor, debes procurar evitar contacto estrecho con él. Por supuesto, nada de besos, abrazos o apretones de mano. Si oyes a alguien toser cerca de ti, o estornudar, retírate, explicando que lo haces para prevenir el contagio; no te preocupes, lo entenderá.
Y, análogamente, si piensas que… bueno, si estás febril o toses, no dejes que tus próximos se acerquen, como medida de seguridad para ellos.
En este caso es cuando una mascarilla (igualmente en farmacias) puede ser muy útil, pues puede evitar el contagio a otras personas. Algunos estudios han cuestionado el uso indiscriminado de las mascarillas.
Tápate la boca al toser o estornudar
Con la tos, y aun en mayor medida con el estornudo, lanzamos al aire, a más de 150 kilómetros por hora, gran cantidad de minúsculas gotitas repletas de miles de bacterias y virus. Estas gotitas (o sea, estos gérmenes) se posan en los muebles, en la gente a tu alrededor o simplemente permanecen en suspensión en el aire, y ahí se quedan, incluso durante largo tiempo. Como puedes imaginarte, es una eficaz manera de diseminar el virus.
Tose o estornuda en el pliegue del codo, y evitarás que esas gotitas se diseminen a tu alrededor. Procura evitar taparte la boca con las manos. Si lo haces en un pañuelo, que sea desechable y deshazte inmediatamente de él, tirándolo a la basura o al retrete. Y no olvides lavarte a continuación las manos.
Limpia y desinfecta objetos y superficies
Usa agua con un poco de lejía para limpiar la cocina, el cuarto de baño, el teléfono, el mando a distancia, los picaportes y pomos, los juguetes de los niños… Basta haber leído lo anterior para que quede explicada la importancia de hacer esto. Trata de que la cocina y el cuarto de baño estén especialmente limpios.
Cuida tu sistema inmunológico
Todo lo anterior debe ir unido a tu mejor defensa, que es un sistema autoinmune sano. Introduce en tu rutina lo siguiente:
Haz ejercicio
No va a resultar fácil correr si estás confinado en tu casa, pero hay muchas otras cosas a tu alcance: incluso bailar. Dedica 30 minutos a hacerlo, 3 o 4 veces por semana.
Come bien
Lo que comes y bebes son factores esenciales para una buena función inmunológica. Limita el alcohol, que no le viene nada bien al sistema autoinmune.
Recuerda la regla “cinco al día”: cinco porciones de verdura o de fruta comidas a diario. Contienen todo tipo de nutrientes, antioxidantes, fibras y ácidos que favorecen al sistema autoinmune. Procura elegirlas de colores variados, pues cada uno aportará un tipo de nutriente.
Bebe mucho
Agua, claro está. Mantente hidratado, pues las células que lo están son más eficaces en la lucha contra las infecciones y, además, el agua diluirá las toxinas, gérmenes y agentes contaminantes del cuerpo.
Evita el estrés
Cualquier seguidor de este blog sabe que el estrés es muy perjudicial para la salud. Hay muchos estudios que muestran que una situación de estrés crónico nos hace más vulnerables a la infección tras la exposición a un agente patógeno.
Sabemos que resulta fácil de decir, eso de “evitar el estrés” y, aunque pueda parecer difícil de hacer, recuerda que existen el yoga y otras técnicas de relajación, empezando por una respiración pausada, a fondo y bien controlada, que se pueden empezar a hacer paulatinamente, sin salir de casa. Compartir tus preocupaciones con amigos o con tu pareja también te ayudará.
Duerme bien
¿Recuerdas aquella ocasión en que, después de aquella enfermedad, pasaste muchas horas durmiendo? Tiene su explicación, aunque el mecanismo no esdel todo conocido. El sueño es un mecanismo esencial a la hora de recuperarte de una enfermedad y para lograr curarse del todo.
También fácil de decir, puedes pensar si tienes problemas de sueño. Pero, de nuevo, hay cosas a tu alcance que pueden ayudarte a la hora de dormir. Evita el café por la tarde, no bebas alcohol, no uses ningún dispositivo con pantalla en la cama, que tu cuarto esté oscuro y fresco… todo ello puede ayudar.