Alimentación y Nutrición
Consejos para controlar el colesterol en verano
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Aunque las vacaciones sirven para desconectar y relajarse, eso no significa que debamos olvidarnos por completo de los hábitos saludables, ya que a la vuelta podemos llevarnos una sorpresa con nuestro colesterol. ¿Qué consejos podemos seguir para mantener el nivel de colesterol a raya sin dejar de disfrutar del verano?
Aproximadamente la mitad de la población española presenta valores elevados de colesterol en sangre (más de 200 mg/dl), y la mayoría de personas lo desconoce. Estas cifras suelen incrementarse tras el verano, sobre todo en personas que llevan un control durante el resto del año, pero en esta época lo dejan un poco de lado. Y es que, en general, durante las vacaciones de verano tendemos a relajar las costumbres, y esto supone que cambiamos los horarios y salimos a comer fuera con más frecuencia, sobre todo en terrazas y chiringuitos. Picar más durante el día, unido a los fritos, las barbacoas, los helados y los picnics al aire libre, favorece que comamos más grasas saturadas.
Sin embargo, mantener a raya el colesterol en verano no es complicado ni requiere mucho esfuerzo. La fórmula recomendada por los especialistas de la salud es sencilla: alimentación saludable, una buena hidratación y un poco de ejercicio físico.
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Alimentación saludable
El calor del verano invita a dejar de lado los platos pesados y calóricos y optar por una alimentación más saludable. Apetecen más ensaladas, gazpacho, frutas, zumos naturales y comidas más ligeras. Y tenemos multitud de combinaciones para elegir. La dieta mediterránea es una de nuestras mejores aliadas para mantener los buenos hábitos cuando estamos de vacaciones.
Por supuesto no hay que renunciar a permitirnos algunos caprichos, pero podemos seguir los siguientes consejos para no pasarnos y controlar el colesterol:
- Es mejor optar por platos únicos y cocinados al vapor, a la plancha, asados… Debemos evitar las salsas grasas (mejor aliños) y sustituir las guarniciones de patatas fritas habituales por las verduras. Tanto si comemos en casa o lo hacemos fuera.
- Es el momento perfecto para aumentar el consumo de frutas y verduras: ensaladas, gazpachos y zumos naturales siempre apetecen con temperaturas más altas.
- Intentemos evitar el picoteo de productos fritos o grasos cuando vamos de tapas o al chiringuito. Las patatas fritas, las patatas bravas, los productos rebozados y similares, altos en grasas saturadas, siempre con moderación.
- Los helados son uno de los placeres imprescindibles del verano. No es necesario dejar de comerlos, pero es preferible optar por los de hielo (polos) y los sorbetes a base de frutas más que por los cremosos, que están realizados con nata y productos grasos.
- Las barbacoas familiares o con amigos son otro de los clásicos del verano. En estos casos hay que intentar controlar los alimentos grasos que nunca suelen faltar, como chorizos, chistorras y morcillas, y elegir preferentemente carnes magras sin piel y pescados aptos para las parrillas. Y en los picnics en la playa o en el campo, evitar el exceso de embutidos y los quesos grasos en los bocadillos. Hay muchas opciones, como los bocadillos de pan integral con alimentos bajos en grasas saturadas (queso fresco, carnes blancas, embutidos magros o atún) complementados con verduras y hortalizas crudas (lechuga, tomate, espárragos, etc.).
- Si viajamos fuera, una costumbre para conocer la gastronomía local es optar por comer en un buffet libre. En estos casos es mejor elegir alimentos variados y equilibrados cocinados con pocas grasas. Y debemos evitar en lo posible caer en las tentaciones y tener cuidado con el exceso de bollería y los desayunos hipercalóricos.
Mantener una buena hidratación
El calor facilita una mayor hidratación, lo que nos ayuda a prevenir y reducir el colesterol. Es importante beber mucha agua, aunque no se tenga sensación de sed, y evitar las bebidas azucaradas, como refrescos carbonatados, y el abuso del alcohol. Apetecen mucho en verano, pero, si es posible, es mejor recurrir a zumos naturales y bebidas vegetales como la horchata, que son mucho más saludables.
Hacer un poco de ejercicio
Para completar un verano saludable y controlar el colesterol, aprovechemos también para hacer más ejercicio: caminar durante las horas de menos calor, practicar deportes acuáticos, nadar y jugar en la playa son planes que podemos hacer prácticamente sin esfuerzo, porque apetecen, y son muy divertidos.
Eso sí, como este año las circunstancias están haciendo que vivamos un verano excepcional, por favor, sigamos todas las recomendaciones sanitarias y actuemos con responsabilidad.