Alimentación y Nutrición, Salud y medicina
Anemia por falta de hierro: causas, síntomas y tratamiento
Índice de contenidos
¿Cansado, pálido y con agotamiento existencial? Si estás hecho unos zorros y no se te ocurre por qué, podría tratarse de una falta de hierro. La falta de hierro es un trastorno bastante común, en el que la falta del mineral en cuestión provoca la disminución de las células rojas de la sangre (los hematíes, encargados de llevar el oxígeno a las células). Si falla el transporte de oxígeno, los órganos y tejidos no reciben la necesaria energía y tu salud se resiente.
Te contamos a continuación los síntomas, las posibles causas y cómo asegurarte de que ingieres la cantidad diaria recomendada.
Qué es el hierro y por qué lo necesitamos
El hierro es un mineral esencial, presente en un buen número de alimentos sanos. Explicado básicamente, el cuerpo necesita elaborar hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos de la sangre que transporta el oxígeno desde los pulmones a todas las células del cuerpo.
Hay dos tipos de hierro: hem (o hemo) y no-hem. El nombre hace referencia a la hemoglobina. Los alimentos vegetales, como las legumbres, las nueces, las semillas y los cereales integrales contienen hierro no-heme. Las carnes, incluyendo las aves de corral, contienen, además del no-heme, hierro heme.
El organismo absorbe el hierro heme mucho mejor; al ser de origen animal, el cuerpo lo absorbe instantáneamente. Por el contrario, el organismo necesita procesar el hierro no-heme para asimilarlo y, aun así, el organismo necesita otros nutrientes para hacerlo.
Si sigues una dieta vegetariana o vegana, asegúrate de tomar mucha vitamina C, que es fundamental para la absorción del hierro no-heme.
Cuánto hierro necesitamos
La dosis diaria recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) varía en función de la edad y el sexo:
- Adolescentes (ambos sexos) y mujeres: 14,8 miligramos diarios
- Mujeres y hombres de más de 50: 8,7 mg diarios.
Qué es la anemia por falta de hierro
Todos ingerimos el hierro que necesitamos con los alimentos; pero hay determinadas circunstancias que impiden que el organismo lo absorba, lo cual genera falta del mineral.
Como ya hemos dicho, los niveles bajos de hierro conllevan una disminución del número de glóbulos rojos, que a su vez genera que el organismo no reciba la energía (el oxígeno) que necesita. Esta falta puede afectar a todas las funciones del cuerpo, desde el cerebro hasta el sistema inmunitario.
Esta falta de glóbulos rojos es lo que llamamos anemia por déficit (o falta) de hierro, y puede causar debilidad, mareos y fatiga.
Quién está en riesgo de padecerla
Las mujeres embarazadas o con la menstruación son más proclives a padecer este tipo de anemia. La menstruación tiende a agotar las reservas de hierro y esta es la razón por la que las mujeres la padecen en mayor medida que los hombres.
Las embarazadas requieren mucho más hierro. Varios estudios avalan que una ingesta más alta de hierro se asocia a riesgos menores de anemia maternal y de bajo peso del bebé.
La dosis exacta recomendada varía de una mujer a otra, y hay algunos medicamentos, como ciertos antibióticos, que pueden hacer bajar el hierro. En cualquier caso, es importante consultar con el médico que eventualmente recomendará la ingesta de suplementos del mineral. Pero es importante NO hacerlo sin su recomendación expresa.
Síntomas de la anemia por falta de hierro
Los más habituales son los que siguen:
- Agotamiento
El hierro es esencial para hacer circular el oxígeno por el cuerpo, por lo que uno de los primeros síntomas es el cansancio constante.
- Manos y pies fríos
Las extremidades frías son igualmente un síntoma de falta de energía en las células.
- Palidez
Los niveles bajos de hierro y de glóbulos rojos pueden resultar en una piel visiblemente pálida. Si la piel, los dedos, el interior de los labios, las encías, el interior de los párpados están menos rojos que lo habitual, se podría culpar a la falta de hierro.
- Uñas quebradizas
El hierro es necesario para el normal crecimiento del tejido de las uñas. Si has notado que se te abren longitudinalmente o que están frágiles y se rompen con facilidad, podría, de nuevo, ser un signo de falta de hierro.
- Problemas con la lengua
Si aparece demasiado suave o pálida, podría revelar falta de hemoglobina como resultado de falta de hierro.
- Falta de aliento
Si subir un piso o cualquier trabajo leve te supone un esfuerzo, puede deberse a falta de hierro.
- Pérdida del cabello
El hierro es uno de los minerales más importantes para el cabello, de modo que si notas el peine o el cepillo anormalmente lleno de pelos, puede haber un problema de falta de hierro.
Acude a tu médico de familia si tienes síntomas de falta de hierro. Se puede diagnosticar con un simple análisis de sangre y puede paliarse con suplementos del mineral.
¿Debería tomar suplementos?
Debe ser el médico quien indique la necesidad o conveniencia de tomarlos. Si el hierro ingerido con la dieta no es suficiente, podría recomendarlos.
Hay diversas presentaciones de hierro, desde las cápsulas hasta en forma líquida. Como ya dijimos, para asegurarse de una buena absorción es conveniente ingerir mucha vitamina C.
Las mejores fuentes naturales de hierro
Hay muchos alimentos sanos que contienen hierro. Los más recomendables a efectos de prevenir cualquier carencia son los que siguen:
- Carne roja
Una ración de 100 gramos de carne roja picada contiene aproximadamente 2,7 miligramos de hierro, o el 15% de la dosis diaria recomendada. También es rica en proteínas, zinc y vitamina B. Es la más accesible fuente de hierro hemo y diversos estudios avalan su validez ante fuentes de hierro no-hemo.
- Legumbres
Alubias, lentejas, garbanzos, judías, todos son grandes fuentes de hierro para vegetarianos o veganos. Por ejemplo, 200 gramos de lentejas (cocinadas) contienen el 37% de la dosis diaria recomendada (hierro no-hemo).
- Espinacas
100 granos de espinacas contienen el 20% de la dosis diaria recomendada. Es hierro no-hemo, pero se da la circunstancia de que las espinacas contienen vitamina C, que ayuda a la absorción del mineral.
- Pipas de calabaza
Son perfectas para rociar una ensalada (“topping”). Una ración de 28 gramos contiene el 23 % de la dosis diaria recomendada. Además son excelentes fuentes de zinc, manganeso y vitamina K.