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Tos ferina: todo lo que debes saber

Qué es la tosferina

La tos ferina (o tosferina) es una enfermedad infecciosa, muy contagiosa, que suele afectar a los niños menores de 5 años. Cuando se produce en niños de menos de 1 año, suele ser especialmente grave y habitualmente requiere ingresar al niño en un hospital. No sabemos por qué, pero suele ser más grave en las niñas que en los niños.

Se caracteriza por una tos violenta, a veces en ataque sucesivos, difícil de controlar y que puede resultar alarmante.

Actualmente es una enfermedad rara, gracias a que disponemos de una vacuna muy eficaz. En España la vacuna se proporciona gratuitamente a todos los niños, ya que está incluida en el calendario de vacunación oficial vigente. La vacunación comienza muy pronto (a los 2 meses) para proteger a los niños más pequeños, que son en quienes la tosferina es más grave.

Antes de introducirse la vacunación, la tosferina era una enfermedad propia de la infancia, pero recientemente se está observando en algunos países una mayor proporción de casos entre personas adultas.

Últimamente estamos sufriendo brotes preocupantes en Castilla La Mancha, Aragón, Asturias y otras Comunidades.

Qué causa la tosferina

La tosferina la causa una bacteria (Bordetella pertussis). Existen otras bacterias similares (B. parapertussis B. bronchiseptica), que pueden provocar trastornos, a veces parecidos a la tosferina, aunque generalmente más leves. El nombre hace referencia a uno de sus descubridores (Bordet) y a la tos violenta (pertussis) típica de la enfermedad.

La tosferina es extraordinariamente contagiosa para las personas susceptibles de contraerla, y en algunos casos es una enfermedad grave.

Cuáles son sus síntomas

Durante la infección por tosferina suelen producirse cuatro fases, incluyendo la convalecencia, cuyas manifestaciones son diferentes:

Incubación

Es el tiempo que transcurre desde que se contrae la infección, hasta la aparición de los primeros síntomas. Su duración es muy variable y puede oscilar entre unos días y 3 semanas. Desde que aparecen las primeras manifestaciones de la enfermedad ésta ya es contagiosa, y así seguirá siendo durante todo su curso.

Fase catarral

Una segunda fase es la llamada catarral, y suele durar algunos días. Durante ella se presentan:

  • Fiebre
  • Malestar general
  • Congestión nasal
  • Ojos irritados
  • Tos

Los síntomas en esta fase son muy parecidos a los de otras enfermedades (un catarro, por ejemplo) y puede ser difícil diferenciarla.

Fase paroxística

A continuación comienza la fase paroxística, en la que los síntomas se agravan. Puede durar unas 8 semanas y en la cual se producen ataques repetidos de tos (llamados “quintas”), seguidos de una  profunda y ruidosa inspiración de aire. Estos accesos de tos paroxística pueden producirse hasta 30 veces diarias o más, y son más frecuentes por la noche. Los pueden desencadenar diversos estímulos, como cambios de temperatura, ruidos, tensión nerviosa, etc.

La tos paroxística no se produce en todos los casos, y es menos frecuente en recién nacidos y en adultos. Cuando las quintas son muy prolongadas, la falta temporal de aire causa cianosis, que es una coloración azul de la piel que puede resultar alarmante. En ocasiones, después del paroxismo de tos se produce un vómito. A veces se producen algunas flemas, pero no suele haber fiebre, y entre las quintas el paciente está relativamente normal.

Normalmente, con los tratamientos disponibles los síntomas van desapareciendo paulatinamente.

Cómo se contrae la tosferina

La infección se transmite por el aire emitido por personas infectadas; en ese aire se pueden encontrar en suspensión pequeñas gotitas que contienen bacterias. Estas personas tosen mucho y por eso pueden diseminar muchas bacterias.

  • Alguien que no esté vacunado o que no haya padecido anteriormente la enfermedad (lo cual suele suponer que esa persona queda inmunizada), es muy probable que se contagie simplemente pasando algún tiempo en la misma habitación que un enfermo.
  • Los animales no son fuente de contagio para las personas. Al menos no se conoce ningún animal que pueda padecer la enfermedad, o ser un reservorio de B. pertussis.
  • Una persona vacunada o que haya padecido previamente la enfermedad también puede contraer la tosferina. Pero suelen tener un cierto grado de inmunidad (protección) y habitualmente padecerán una forma leve. Se estima que 12 años después de la vacunación la protección es pequeña.

Cómo se diagnostica

Se llega al diagnóstico por los síntomas de la enfermedad. El saber que el paciente ha estado en contacto con un enfermo con tosferina será de gran ayuda para el diagnóstico.

En caso de duda se harán estudios en el laboratorio de microbiología. Normalmente se toma de una muestra de la nasofaringe utilizando una torunda (como un palito de las orejas). La muestra se cultivará con vistas a aislar la bacteria. Este procedimiento tarda varios días en ultimarse.

Cómo se trata la tosferina

Muchos casos de tosferina no requieren un tratamiento específico. Los niños muy pequeños o los que padezcan otras enfermedades, por ejemplo asma, requieren una vigilancia más estrecha y determinados cuidados que se proporcionan mejor en un hospital.

Como tratamiento específico suelen utilizarse antibióticos, principalmente la eritromicina durante 2 semanas.

Posibles complicaciones

La tos paroxística es una manifestación muy molesta y puede provocar consecuencias físicas (golpes, heridas en el frenillo de la lengua, hemorragias nasales o en la conjuntiva del ojo, etc.).

Las complicaciones más importantes son las infecciones secundarias que pueden presentarse, especialmente la bronquitis, la neumonía y las infecciones en los oídos. Con todas ellas se suele producir un empeoramiento del estado general y fiebre. La neumonía es la causa de muerte más importante en pacientes con tosferina.

Otras complicaciones son la deshidratación (sobre todo en niños muy pequeños) y la afectación del sistema nervioso central.

Prevención de la tosferina

  • La vacunación es sin duda la más importante medida de prevención, y ha contribuido decisivamente a la gran disminución del número de casos de tosferina que se ha producido en las últimas décadas. Como ya hemos dicho, en España forma parte del calendario de vacunación y se administra, generalmente junto a las vacunas de la difteria y del tétanos (vacuna DTP), a los 2, 4, 6 y 18 meses, y es muy eficaz.
  • El aislamiento de las personas infectadas es otra forma de prevención, pero esta medida se ve limitada porque la enfermedad es ya contagiosa en la fase catarral, cuando frecuentemente aún no se sabe que se trata de tosferina.
  • Especialmente los niños menores de 1 año (en los cuales la enfermedad puede ser más grave) deben evitar el contacto con otros niños infectados. Si hay casos en la guardería, los menores de 1 año no deberían acudir a ella. En caso de niños mayores de 1 año, se debe informar a sus padres del riesgo de infección que para ellos existe.
  • Los casos que se presentan en el hogar no requieren medidas especiales, pero en general se ha de evitar el contacto de los enfermos con las personas susceptibles de padecer la enfermedad.
  • En España, todos los médicos que sepan de un caso de tosferina deben comunicarlo a las autoridades sanitarias.

Bibliografía:

https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/tosferina
https://www.archbronconeumol.org/en-tosferina-el-adulto-el-enemigo-articulo-S0300289621001927