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Qué son las enfermedades exantemáticas y cómo se tratan

¿Qué es un exantema?

Un exantema es una erupción cutánea generalizada que suele ir asociada a una infección sistémica (o sea, que infecta todo el cuerpo), normalmente de origen infeccioso, aunque hay otras causas como veremos más adelante.

Qué causa los exantemas

Las causas que provocan la aparición de un exantema en un niño pueden ser muy variadas y numerosas, pero las podemos dividir en tres grupos:

  • Agentes infecciosos: virus y bacterias (se han descrito más de 50)
  • Medicamentos
  • Enfermedades inflamatorias.

¿Por qué aparece el exantema?

La causa no es bien conocida, pero se cree que puede ser debido a uno o varios de los siguientes factores:

  • Daño celular directo del agente causal sobre la piel
  • Toxinas de los agentes infecciosos que actúan sobre la piel
  • Mecanismo de defensa del propio organismo frente al agente causal.

La piel sólo tiene unos pocos mecanismos para provocar reacciones. Por lo tanto, diferentes causas pueden provocar la misma alteración cutánea.

Únicamente algunas enfermedades provocan alteraciones en la piel propias e inconfundibles y en estos casos se dice que el exantema es patognomónico (o sea, que caracteriza la enfermedad).

Cómo averiguar el origen de un exantema

Para diagnosticar con precisión hay que realizar una buena recopilación de todos los datos clínicos desde el origen del problema, es decir, hay que hacer una buena historia clínica. El pediatra deberá ser exhaustivo y llevar a cabo una metódica investigación que le permita recoger todos los datos necesarios para elaborar una hipótesis diagnóstica ante un niño con un exantema.

Datos importantes cara al diagnóstico

  • Acerca del exantema: momento de la aparición, distribución corporal, duración y recurrencia
  • Síntomas acompañantes: fiebre, congestión nasal, tos, dolor de garganta, vómitos, diarrea, inflamación de los ganglios, dolores articulares, etc.
  • Factores precipitantes: alguna vacuna en días previos, algunos medicamentos, contacto con plantas o animales, contacto con detergentes o suavizantes nuevos, exposición al sol solar, ropa o zapatos nuevos o enfermedades pasadas
  • Factores predisponentes: antecedentes familiares o personales de atopia (es decir, predisposición a problemas alérgicos), alergias, psoriasis
  • Ambiente epidemiológico: hermanos o familiares enfermos, contactos en guarderías o colegios. Estación del año
  • Estado de inmunización del niño: vacunas administradas, inmunosupresiones.

Exploración clínica del niño

El especialista examinará al niño desnudo y comprobará:

  • Cuál es la lesión cutánea más importante, y su localización
  • Distribución del exantema: si es simétrico o asimétrico
  • Si se afectan o no las mucosas, el cuero cabelludo, las palmas de las manos o las plantas de los pies
  • La forma de la lesión: en forma de línea, como una diana, como un encaje, etc.
  • El color de la lesión
  • La evolución de la lesión con el tiempo.

¿De qué elementos está formado el exantema?

En el exantema se diferencia:

  • La lesión cutánea primaria, que es la más importante y primera que aparece.
  • Las lesiones cutáneas secundarias, que aparecen a medida que va evolucionando la lesión primaria y son consecuencia del rascado, sobreinfección o del propio tratamiento.

Diferentes tipos de lesiones primarias

Según el tipo de lesión cutánea se distinguen diferentes tipos de exantemas. De forma resumida podemos diferenciar las siguientes lesiones:

  • Mácula: zona de piel rojiza, limitada, plana y de hasta 1 cm de diámetro
  • Mancha: igual que la anterior pero mayor de 1 cm
  • Pápula: igual que la mácula pero con relieve. Si es transitoria se denomina habón
  • Placa: igual que la mancha pero con relieve
  • Nódulo: es una lesión sólida, prominente y bien delimitada y que se extiende en profundidad
  • Tumor: es una lesión maciza y de profundidad mayor de 1 cm. Pueden estar al nivel de la piel, sobreelevados o profundos
  • Vesícula: sobreelevación de la piel bien delimitada de menos de 1 cm y con contenido líquido seroso (claro)
  • Ampolla: igual que la vesícula, pero de más de 1 cm.
  • Pústula: igual pero con contenido purulento (pus)
  • Petequia: es un depósito de sangre o de pigmentos hemáticos, bien delimitados, como puntitos rojos que no desaparecen a la vitropresión, es decir, que cuando se estira la zona de piel donde se encuentra no desaparecen (los habones o las terminaciones capilares, por ejemplo, sí desaparecen).
  • Púrpura: igual que la petequia, pero de más de 1 cm.

Exantemas no asociados a fiebre

Suelen ser los exantemas cuya causa no es infecciosa, por lo que no tienen manifestaciones generales (fiebre, etc.) O los que, aunque son infecciosos, afectan normalmente solo a la piel.

Dermatitis irritativa

O dermatitis de contacto, son máculas rojizas que aparecen en la zona del pañal por la irritación que produce la orina cuando el pañal tarda en cambiarse. Se suelen resolver con cambios frecuentes del pañal y el uso de una crema hidratante grasa.

Dermatitis o candidiasis del pañal

La dermatitis del pañal: se trata de máculas rojizas que tienen otras manchitas más pequeñas alrededor (lesiones satélites). Aparecen en la zona del pañal y están producidas por la sobreinfección de la piel húmeda por hongos.

En este caso ya se debe tratar con una crema especial para los hongos, recetada por el pediatra, así como cambios frecuentes de pañal para evitar la humedad de la zona.

Dermatitis seborreica

La dermatitis seborreica aparece en brotes. Se presenta desde el nacimiento y consiste en máculas sonrosadas, bien delimitadas, con costras o escamas amarillentas y untuosas al tacto. Afecta sobre todo a la frente, sienes y grandes pliegues (sobre todo el inguinal). No pica.

El del cuero cabelludo, que es el que más preocupa a los padres, se trata con aceites de baño o champús oleosos que eliminan la costra. En ocasiones es preciso usar algún champú antihongos una vez a la semana.

Dermatitis atópica

La dermatitis atópica aparece a partir de la cuarta o sexta semana de vida y los niños que la padecen suelen tener antecedentes familiares. Son máculas sonrosadas o rojizas, bien delimitadas al principio, y que generan placas de eczema exudativas y lesiones por rascado, ya que suelen producir mucho picor.

En el recién nacido se localizan en la cara, zona lateral del cuello, detrás de las orejas y zonas de extensión de brazos y piernas. No suele afectar a la zona del pañal.

En los niños más mayores es más frecuente en la parte anterior de codos y posterior de rodillas.

El tratamiento consiste en la aplicación de cremas hidratantes de avena u otras especiales para pieles atópicas, baño con jabones de avena y antihistamínicos orales si pican mucho. En los brotes agudos a veces es necesario la utilización de cremas con corticoides durante periodos de tiempo cortos o cremas antibióticas si se ha sobreinfectado la piel.

Picaduras

Pueden generar máculas, pápulas, placas, nódulos, vesículas o ampollas rojizas, y suelen picar mucho. Suelen estar producidas por insectos (pulgas, mosquitos, etc.) y por tanto aparecen sobre todo en las zonas descubiertas.

El tratamiento suele ser antihistamínicos para el picor, cremas antibióticas si se ha sobreinfectado la picadura al rascarse y en casos muy inflamados alguna crema con corticoide.

Exantemas asociados a fiebre

Normalmente la fiebre está asociada a infección, pero también a inflamación y a reacciones de tipo inmunológico o alérgico.

La lista de los exantemas febriles es larguísima, por lo que haremos un breve esquema según el tipo de exantema cutáneo que producen:

Exantemas máculo-papulares

Infecciosos

  • Víricos: sarampión, rubéola, eritema infeccioso, exantema súbito, enterovirus, mononucleosis infecciosa, hepatitis B, VIH 
  • Bacterianos: escarlatina, shock tóxico (estafilocóccico o estreptocóccico), sífilis, rickettsias.

No infecciosos

Exantemas purpúricos

Infecciosos

  • Vírico: sarampión atípico
  • Bacterianos: meningococo, gonococo, sepsis (una infección generalizada) bacteriana de otro tipo.

No infecciosos

  • Púrpuras palpables: vasculitis (inflamación de un vaso sanguíneo).
  • Púrpuras no palpables: hemorragias en la piel por alteraciones de la coagulación o de las plaquetas o por fragilidad capilar.

Exantemas vesículo-pustulosos

Infecciosos

  • Víricos: herpes simple, varicela-zoster, síndrome de pie-mano-boca.
  • Bacterianos: síndrome de la piel escaldada (estafilocóccico).

No infecciosos

Tratamiento

En cuanto al tratamiento, básicamente podemos decir que:

  • Los víricos se tratan con medidas generales (antitérmicos para la fiebre, antitusígenos para la tos, etc.)
  • Los bacterianos, con tratamiento antitérmico para la fiebre y antibiótico –siempre recetado por el pediatra– según la bacteria que lo cause. Los graves, como infecciones sistémicas y sepsis requieren tratamiento hospitalario agresivo
  • Los inflamatorios se tratan con antiinflamatorios y antitérmicos
  • Los producidos por medicamentos se tratan suprimiendo el contacto con el fármaco que lo ha causado.

Podemos sin embargo concluir que, aunque siempre existe un agente causal, lo importante no es saber exactamente la causa del mismo sino diferenciar si es tratable (bacteriano) o no (vírico). Por ello muchas veces el exantema de nuestro hijo acaba clasificado como “exantema cutáneo inespecífico”; en este caso debemos sentirnos aliviados, pues significa que no reviste gravedad alguna y probablemente desaparecerá en pocos días.

Bibliografía:

https://www.pediatriaintegral.es/numeros-anteriores/publicacion-2014-01/diagnostico-diferencial-de-los-exantemas
https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/exantema-subito

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