Salud y medicina

Brote de Botulismo: Síntomas, Causas y Prevención

El botulismo es una enfermedad grave que afecta al sistema nervioso y que provoca parálisis muscular e incluso la muerte en los casos más severos. Causado por una bacteria, el brote de botulismo es muy poco frecuente, pero dadas sus consecuencias fatales, hoy conoceremos cuáles son las causas y la sintomatología y cómo podemos evitar contraer esta enfermedad. 

¿Qué es el botulismo?

    El botulismo es una intoxicación alimentaria causada por una neurotoxina producida por la bacteria Clostridium botulinum. Esta bacteria se encuentra en el suelo y en ambientes de agua dulce, y puede crecer en condiciones de bajo oxígeno. 

    La neurotoxina botulínica es una de las sustancias más tóxicas conocidas hasta la fecha y puede causar parálisis muscular y fallo respiratorio si no se trata con rapidez. No obstante, existen varios tipos de brote de botulismo y cada uno está asociado a una forma diferente de exposición a la toxina. 

    Síntomas del botulismo

      Los síntomas del botulismo pueden variar dependiendo del tipo y la cantidad de toxina ingerida, así como del tiempo transcurrido desde la exposición. Sin embargo, los síntomas habituales son: 

      Visión doble o borrosa, debida a la parálisis de los músculos que controlan los ojos.

      Debilidad generalizada en los músculos del cuerpo. Suele empezar en la cara y descender al resto del cuerpo.

      Dificultad para hablar y tragar, por la parálisis de los músculos de la garganta y la boca.

      Boca seca por la falta de producción de saliva.

      Dificultad para respirar, que requiere atención médica urgente.

      – En botulismo infantil, los bebés pueden presentar estreñimiento, debilidad en el llanto, disminución del reflejo de succión y pérdida de control de la cabeza.

      Causas del botulismo

        Un brote de botulismo puede deberse a varias causas. En función de estas, se establecen tres tipos diferentes:

        Botulismo alimentario

          Este tipo es causado por la ingesta de alimentos que contienen la toxina botulínica. Por lo general, se asocia con el consumo de alimentos mal conservados o enlatados en casa, donde las condiciones anaeróbicas, que es la falta de oxígeno, permiten que la bacteria prospere y produzca la toxina.

          En 2023, se produjo un brote de botulismo por tortilla de patatas, supuestamente, ya que no se pudo establecer una evidencia ni en los productos ni en los procesos de fabricación. Estos casos esporádicos suelen deberse a la presencia de esporas, que pueden sobrevivir a tratamientos térmicos intensos como pasteurización o cocinado a más de 100º. Si bien dichas esporas no producen la toxina, al activarse sí se transforman en la bacteria que la forma y produce la enfermedad. 

          Botulismo infantil

            Afecta a los bebés que ingieren esporas de la bacteria, que después germinan y producen la toxina en sus intestinos. La miel es una fuente común de esporas de Clostridium botulinum, por lo que no debe administrarse a niños menores de un año.

            Botulismo de heridas

              Este tipo ocurre cuando las esporas de la bacteria infectan una herida y producen toxina en el sitio de la infección. Aunque es raro, puede ser grave y requiere atención médica inmediata. Algunos ejemplos son las heridas profundas contaminadas con tierra o polvo o el uso de drogas inyectables, por la contaminación de agujas que introducen las esporas en el cuerpo. 

              Botulismo iatrogénico

                Un tipo más actual de brote de botulismo es el iatrogénico, por la sobredosis de la toxina botulínica que se usa en tratamientos médicos o estéticos, como en el caso de las inyecciones de Botox.

                Cómo prevenir el botulismo

                Dado que las consecuencias pueden llegar a ser fatales, es conveniente conocer como se previene el botulismo. A grandes rasgos, consiste en prácticas seguras de manipulación de alimentos y cuidados adecuados de las heridas. Algunas medidas preventivas son las siguientes:

                Cocción adecuada. Los alimentos se deben cocinar a altas temperaturas para destruir las esporas de Clostridium botulinum. Las conservas caseras deben hervirse durante al menos 10 minutos antes de consumirlas.

                Conservación segura de alimentos. Hay que seguir técnicas adecuadas de enlatado y conservación que sean eficaces para prevenir la bacteria, especialmente cuando se preparan alimentos en casa. 

                Evitar la miel en bebés. Para evitar el botulismo infantil, no se debe dar este alimento a menores de un año. 

                Cuidado de heridas. Se deben mantener limpias y cubiertas cuando son profundas. En este último caso, así como cuando están infectadas o muy sucias, hay que buscar ayuda médica profesional. 

                Uso responsable de la toxina botulínica. Los tratamientos con inyecciones de Botox están adquiriendo popularidad, pero no están exentos de riesgos. Se deben elegir profesionales cualificados para evitar sobredosis.

                Almacenamiento correcto de los alimentos perecederos refrigerados a temperaturas seguras.

                Higiene en la cocina, como lavarse las manos y limpiar los utensilios y superficies con frecuencia para evitar la contaminación cruzada.

                Educación y concienciación. Por último, hay que educar a las personas del entorno sobre los riesgos del botulismo y su prevención.