Salud y medicina

Helicobacter pilori: un enemigo silencioso del sistema digestivo

¿Qué es la úlcera?

Una úlcera es una lesión de la capa interna (mucosa) del estómago o del duodeno (parte superior del intestino delgado). La presencia de una bacteria, llamada Helicobacter pylori, se relaciona claramente con la aparición de las úlceras en el estómago o duodeno, hasta el punto de que la creencia actual es que el 90 – 95% de la úlceras del duodeno y el 70% de las úlceras gástricas están causadas por la Helicobacter.

Qué es el Helicobacter pylori

El Helicobacter pylori es una diminuta bacteria que vive bajo el revestimiento mucoso del estómago. Los grupos que se afectan con más frecuencia son:

  • Las personas mayores
  • Los habitantes de países en vías de desarrollo.

Quienes actualmente llevan esta bacteria en el estómago se han infectado, muy probablemente, durante su niñez. El riesgo de adquirir la infección cuando se es adulto es más bien discreto, menos de 1% al año. Habitualmente, la bacteria, por sí misma, no produce ningún síntoma ulceroso. Sin embargo, como ya hemos dicho, es la causa más frecuente de úlcera de estómago y duodeno. La bacteria también puede tener algún papel en el desarrollo del cáncer de estómago.

La infección por Helicobacter pylori puede tratarse mediante el empleo de antibióticos. Con ello se elimina la infección y se cura la úlcera en alrededor de un 80% de los casos. Si la bacteria no ha podido ser eliminada, en la mayoría de pacientes la úlcera reaparece después de un corto período de tiempo.

¿Por qué se tiene úlcera?

Dicho que la causa más frecuente es la infección por la bacteria Helicobacter pylori, la segunda causa más frecuente son la aspirina o los medicamentos anti-inflamatorios no esteroideos (AINEs; diclofenaco o naproxeno) utilizados en casos de artritis, reumatismo, dolor de espalda, jaqueca y dolor menstrual. Por esta razón, haremos hincapié en que sólo deben consumirse bajo control e indicación médicos.

¿Por qué se nota la úlcera?

Cómo se percibe una úlcera varía enormemente de una persona a otra. Algunos nunca se dan cuenta que tienen una úlcera. Otros, sin embargo, sienten dolor o quemazón en la zona superior del abdomen. Los síntomas se describen a menudo como dispepsia (indigestión), ardor o hambre dolorosa. Algunos pacientes notan que al comer se alivian momentáneamente sus molestias, mientras que a otros la comida les empeora los síntomas. Los cítricos, picantes y los alimentos ahumados pueden intensificar el dolor.

Finalmente, hay que enfatizar que la mayor parte de la gente que tiene dolor de estómago no tiene úlcera.

Principales síntomas de una úlcera

Una úlcera puede ser potencialmente peligrosa y debe actuarse con cautela y bajo supervisión médica. Los signos de alarma son:

  • Dificultad para tragar o regurgitación
  • Náuseas persistentes; vómitos
  • Vómitos de sangre fresca o vómitos con un contenido similar al de los posos de café
  • Heces negras (llamadas melenas; son sangre digerida realmente), semejantes al alquitrán o la grasa de coche
  • Pérdida de peso imprevista, no justificada
  • Anemia (cansancio y palidez)
  • Dolores abdominales repentinos, intensos e incapacitantes.

Qué se puede hacer

  • Fumar y beber alcohol aumenta el riesgo de desarrollar una úlcera. Como en este blog hemos repetido (y seguiremos haciéndolo) es una buena decisión, muy recomendable, dejar por completo de fumar e ingerir alcohol de forma moderada
  • Si por cualquier razón tienes un mayor riesgo de tener úlcera, es importante que antes de consumir aspirina o AINEs busca información y consejo
  • Si notas síntomas de úlcera, consulta con el médico. Podrías necesitar un estudio completo, incluyendo una gastroscopia. Éste es un procedimiento seguro realizado de forma habitual, que ayudará a su médico a saber si sus síntomas son debidos a una úlcera o a algo más.

Cómo se diagnostica

El diagnóstico solo puede ser confirmado o excluido de forma definitiva y segura mediante la gastroscopia, que permite la visualización del revestimiento interno del esófago, estómago y duodeno, con una pequeña cámara de fibra óptica o de vídeo que se introduce por la boca sin dificultad. El proceso puede hacerse bajo sedación.

La gastroscopia es de más ayuda en el diagnóstico si se realiza antes de que empiece a tomar algún medicamento que reduzca el ácido.

También puede realizarse una radiografía (con papilla de bario, o sea contraste), pero no es tan fiable ni de tanta ayuda para el diagnóstico como la gastroscopia. Aparte, no permite tomar muestras de tejido (biopsias) para el diagnóstico microscópico de la infección y de las alteraciones de la mucosa gástrica.

Otras formas de detectar la infección por Helicobacter son:

Gastroscopia con biopsias de la mucosa gástrica

Se realiza mediante el microscopio y permite sopesar la existencia de la bacteria, de la inflamación y de las alteraciones del tejido. Puede cultivarse la mucosa gástrica obtenida con las biopsias y mediante un reactivo (test de la ureasa) se puede confirmar la presencia de la bacteria.

Test del aliento

El aire espirado puede analizarse, tras la inhalación de una pequeña cantidad de urea marcada radioactivamente (en forma cristalina). En función de la urea detectada se puede estimar si en el estómago está presente o no la bacteria.

Muestra de sangre

Se puede detectar sin tienes o has tenido infección por Helicobacter por la presencia de anticuerpos específicos en la sangre (proteínas fabricadas por el organismo contra la bacteria).

Muestra de heces

Es una técnica relativamente reciente que investiga la existencia del ADN (carga genética) de la bacteria en una muestra de heces.

Quién debe protegerse y quién debe ser tratado de la infección por Helicobacter

Estas cuestiones continúan en debate pero parece claro que:

  • En las personas menores de 45 años, con síntomas ulcerosos, es de elección el test del aliento, pudiendo evitarse la gastroscopia. Si el test es positivo, debe tratarse al paciente con antibióticos para erradicar la bacteria
  • Todos los pacientes con úlcera de estómago o duodeno comprobada deben ser examinados, y tratados con tratamiento erradicador de la bacteria cuando ésta se ha detectado
  • Los pacientes diagnosticados de linfoma gástrico (proceso no muy frecuente) deben deben estudiarse y, si se detecta la bacteria recibir tratamiento de su linfoma y tratamiento complementario erradicador
  • Los enfermos diagnosticados de cáncer de estómago en fase precoz deben ser examinados y tratados también con antibióticos, además del tratamiento oncológico del tumor
  • Casi todos los sujetos con historia previa de úlcera duodenal demostrada tienen el Helicobacter pylori; por consiguiente, se ha propuesto que estas personas se traten directamente, sin realizar ningún estudio
  • Quienes tengan síntomas ulcerosos, si la gastroscopia es normal seguramente no se beneficiarán del tratamiento erradicador

¿Qué medicamentos pueden producir úlcera y complicaciones ulcerosas?

La aspirina y los medicamentos anti-inflamatorios no esteroideos (AINE, como el diclofenaco y el naproxeno) pueden producir úlceras, pero solo una pequeña proporción de las personas que los consumen desarrollarán una. Pero cientos de personas en España mueren cada año como consecuencia de complicaciones ulcerosas asociadas con el uso de tales medicamentos.

En caso de pacientes con sensibilidad a la aspirina y a los AINE no debe tomarse esta medicación y será el médico quien recomiende lo adecuado. Los pacientes con más riesgo son:

  • Las personas mayores de 60 años. El riesgo aumenta con la edad
  • El riesgo es elevado si hay antecedentes de úlcera
  • El riesgo aumenta claramente con dosis elevadas de aspirina o AINE
  • Si está tomando anticoagulantes (tratamiento para disminuir la capacidad de coagulación de la sangre) tiene más riesgo de hemorragia, y ésta puede ser más grave
  • Los corticoides orales (tales como la prednisolona) aumentan el riesgo de gastritis y úlcera
  • También es mayor en tratamientos de larga duración

Cómo reducir el riesgo de la aspirina y los AINE

Si tiene predisposición, el riesgo disminuye si estos medicamentos se toman:

  • Con el estómago lleno
  • Disueltos, en tabletas masticables, o en forma recubierta (“recubrimiento entérico”)
  • A través de otras vías, tales como supositorios o inyectables.

Los medicamentos que reducen el ácido gástrico (inhibidores H2, como la ranitidina, y sobre todo la famotidina o nizatidina, o los inhibidores de la bomba de protones, como el omeprazol) disminuyen el riesgo de úlcera asociada con aspirina y AINEs.

Otro medicamento (misoprostol) es también potencialmente beneficioso al proteger la mucosa gástrica. El misoprostol puede ocasionar diarrea, aunque esta tendencia varía de una persona a otra.

Cómo evitar el tratamiento con aspirina o AINE

En algunos casos, la aspirina puede sustituirse por otro medicamento que no predisponga a la úlcera péptica y ofrezca el mismo efecto terapéutico, como el paracetamol. Tanto como antipirético y como analgésico, el paracetamol es igualmente eficaz y no tiene riesgo de úlcera. Cuando se prescribe aspirina a dosis bajas (75 a 300 mg) para reducir el riesgo cardiovascular (complicaciones que surgen del “endurecimiento” de las arterias o arterioesclerosis), debe sopesarse el riesgo de enfermedad cardiaca/arterial y el de úlcera gastroduodenal.

El riesgo relativo de cada una de estas condiciones y su manejo varía de una persona a otra, por lo que es importante comentar todo ello con el médico.

Un buen consejo

Acude al médico ante la menor sospecha de que tienes una úlcera. Es una enfermedad bastante sencilla de detectar (mediante gastroscopia o detección de la bacteria) y normalmente se cura sin problemas.

Si tienes historia de dispepsia o problemas de estómago, toma aspirina y AINE solo después de que el médico lo aconseje. Si tienes antecedentes de hemorragia por úlcera péptica, deberás evitar por completo la aspirina y los AINE.