Salud y medicina

Para qué se hace un cultivo vaginal

Qué es un cultivo vaginal

Es una prueba diagnóstica que permite identificar la presencia de gérmenes causantes de una infección en el aparato genital femenino. No es invasiva y resulta solo muy levemente molesta para la mujer; no presenta riesgo alguno.

Se lleva a cabo tomando una muestra del exudado de la vagina o del cuello uterino. Para ello, el especialista (ginecólogo), utiliza un espéculo, que es un dispositivo que permite tener abierta la vagina para la posterior inserción de un hisopo estéril para obtener dicha muestra.

La muestra para al laboratorio, donde se “cultivará”, es decir, se dejará en un medio que fomente el crecimiento de los virus, hongos y bacterias que causan la infección. El cultivo puede tardar algunos días en dar resultados y puede ser necesario realizar exámenes adicionales para identificar el germen en cuestión.

Qué puede requerir un cultivo vaginal

En condiciones normales, la vagina tiene un pH ácido que la protege de las infecciones. Este pH lo crean los lactobacilos (o bacilos de Döderlain), que proceden del intestino y colonizan la vagina hacia el cuarto día de vida de la niña.

Hay, con todo, muchos factores que pueden desencadenar una infección, cuyos síntomas más habituales son:

  • Urgencia persistente de orinar
  • Dolor o sensación de ardor o escozor durante la micción
  • Expulsar una cantidad de orina anormalmente pequeña
  • Dolor en la parte baja del abdomen
  • Orina rosada, roja o turbia
  • Orina muy maloliente
  • Fiebre o escalofríos
  • Náuseas
  • Dolor en la parte baja de la espalda
Research microscope

Cuáles son las infecciones más frecuentes y cómo se tratan

Pueden afectar a cualquier mujer, con independencia de su edad. Las más frecuentes son:

Candidiasis vaginal

La candidiasis vaginal es consecuencia de la aparición de un hongo, Candida albicans. Hasta un 75% de las mujeres padece esta infección en algún momento de su vida. Sus síntomas son:

  • Flujo anormalmente blanco
  • Irritación en la zona vulvar; picor o escozor (que aumenta al mantener relaciones sexuales)
  • Prurito o sarpullido vaginal.

Para el tratamiento de la candidiasis se utilizan fármacos antifúngicos, que pueden ser cremas, pomadas y otras presentaciones. Habla con tu médico o farmacéutico para que te recomiende el más adecuado.

Vaginosis bacteriana

Es causa de un desequilibrio en la colonia de bacterias que colonizan la vagina. Se debe, en general, al uso de duchas vaginales, a la toma continuada de antibióticos. También pueden deberse a alteraciones hormonales. Sus síntomas son:

  • Flujo abundante blanco o grisáceo y de mal olor
  • Ardor durante la micción
  • Picor en la vagina

Se trata con antibióticos, normalmente orales. Los más habituales: metronidazol y clindacimina.

Tricomoniasis

La produce un parásito, Trichomonas vaginalis, su aparición es generalmente por contagio sexual con alguien infectado. La tricomoniasis afecta sólo a las mujeres, y sus síntomas son:

  • Flujo vaginal abundante, verdoso o amarillento
  • Mal olor. Molestias al orinar
  • Comezón o picor en la vagina
  • Dolor al mantener elaciones sexuales

Igualmente, el tratamiento es a base de antibióticos, como metronidazol, tinidazol u secnidazol.

Clamidias

La produce la bacteria Chlamydia trachiomatis y también se contagia al tener relaciones sexuales. Por lo general no presenta síntomas específicos, pero es insidiosa porque puede tener consecuencias serias, como:

  • Esterilidad
  • Lesiones en el cuello del útero
  • Dolor durante las relaciones sexuales.

Los síntomas que provoca en el hombre son secreciones anómalas por el pene y dolor testicular.

También las clamidias requieren tratamiento antibiótico, normalmente doxicilina

Todos los tratamientos van dirigidos a la eliminación del agente infeccioso. De ahí la importancia del cultivo vaginal, pues será precisamente el cultivo (y las posibles pruebas adicionales) el que determinará el agente y, en definitiva, el tratamiento.

Prevención de las infecciones vaginales

Hay unas normas elementales cuyo seguimiento minimizará el riesgo de infecciones:

  • Mantén siempre limpia y seca la zona vaginal. Utiliza un jabón suave, como el elaborado a base de glicerina. Huye de los jabones de perfume intenso
  • No uses esprais (o “duchas”) vaginales, pues tienden a eliminar la flora bacteriana vaginal que, como hemos visto tiene un pH ácido que protege frente a las infecciones
  • Utiliza ropa interior de algodón, no de tejidos sintéticos
  • Utiliza preservativos en tus relaciones sexuales, máxime si tienes más de una pareja
  • Después de utilizar el inodoro, límpiate de adelante atrás, para minimizar el riesgo de que los gérmenes de la zona anal puedan llegar a la vagina

Bibliografía:

https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/003754.htm