Bienestar

Saber conciliar el sueño

La ciencia nos dice que un buen sueño es fundamental para mantener un equilibrio físico, mental y emocional. Durante el descanso, el cuerpo se regenera, el cerebro procesa información, elimina toxinas y las funciones cognitivas se optimizan, lo que consolida la memoria, el aprendizaje y el estado de ánimo. La falta de sueño puede aumentar el riesgo de enfermedades, disminuir el rendimiento y afectar la toma de decisiones. Dormir bien es crucial para el bienestar integral y la calidad de vida.

Cinco técnicas efectivas para conciliar el sueño:

Establecer una rutina de sueño consistente

Ir a dormir y despertarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, ayuda a regular el reloj biológico interno (ritmo circadiano). Este hábito refuerza los ciclos naturales del cuerpo, facilitando el proceso de conciliar el sueño. Con el tiempo, tu cuerpo aprenderá a asociar ese horario con el descanso. Intenta limitar las siestas largas durante el día, (máximo 30 minutos) ya que pueden dificultar el sueño nocturno.

Crear un ambiente adecuado para dormir

La habitación juega un papel clave en la calidad del sueño. Para dormir bien, es importante que el dormitorio sea oscuro, transmita tranquilidad y fresco. Se recomienda usar cortinas opacas, un black-out o antifaces para bloquear la luz, y tapones para los oídos. Existen unos auriculares de ruido blanco que pueden ser útiles si hay sonidos molestos. Asegúrate de que tu cama y almohadas sean cómodas, y mantén la habitación a una temperatura fresca (alrededor de 18-22°C).

Evitar pantallas y dispositivos electrónicos antes de dormir

El uso de dispositivos electrónicos, como teléfonos, tabletas y computadoras, justo antes de acostarse, suele interferir con la capacidad para conciliar el sueño. La luz azul que emiten estas pantallas reduce la producción de melatonina, una hormona que regula el sueño, y engaña al cerebro haciéndole creer que es de día. Apaga las pantallas al menos 30 minutos antes de dormir y, en su lugar, opta por leer un libro, escuchar música relajante o practicar técnicas de relajación.

Practicar la relajación progresiva o la respiración profunda

Técnicas de relajación, como la relajación muscular progresiva o la respiración profunda, pueden ayudar a reducir la tensión física y mental, facilitando el sueño. La relajación muscular progresiva consiste en tensar y relajar grupos musculares, desde los pies hasta la cabeza, mientras que la respiración profunda implica inhalar lenta y profundamente, llenando los pulmones y exhalando despacio para calmar el sistema nervioso. Intenta realizar estas técnicas mientras estás acostado, concentrándote en cada parte de tu cuerpo o en tu respiración.

Limitar la cafeína y otros estimulantes

El consumo de cafeína y otros estimulantes, como la nicotina, puede dificultar el proceso de conciliar el sueño, ya que aumentan la actividad cerebral y obstaculizan la producción de melatonina. La cafeína puede permanecer en el cuerpo durante horas, por lo que se recomienda evitar su consumo al menos seis horas antes de dormir. Si eres sensible a la cafeína, opta por bebidas descafeinadas o infusiones relajantes como la manzanilla o la valeriana durante la tarde y noche.

Implementar estas técnicas de forma regular puede mejorar significativamente tu capacidad para conciliar el sueño y disfrutar de un descanso reparador.

Dormir y dormir bien, y sabemos que no tiene precio.

Artículo elaborado por Ad Salutem, Instituto del Sueño