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La nueva aplicación MGC Mutua Salud, disponible para Android y IOS, ofrece a los mutualistas una serie de servicios asistenciales para el seguimiento personalizado de su salud ¡y mucho más!
La nueva app ofrece diferentes funciones, algunas que ya existen en la app que la Mutua tiene actualmente y que se han integrado a MGC Mutua Salud, como la videoconsulta, la consulta del cuadro médico (ahora con la posibilidad de concertar la visita directamente con el Centro Médico MGC y muy pronto con los centros colaboradores) o el trámite de autorizaciones, entre otras, y nuevas funciones, como las que a continuación te explicamos.
“¡Me encuentro mal ahora!”
Aquí el usuario puede obtener un diagnóstico rápido online, en función de los síntomas que tenga. Sólo debe explicar brevemente qué le pasa. Por ejemplo, “tengo fiebre y estoy mareado” o “me duele el brazo y el hombro derecho”, etc. Si los síntomas son graves o el usuario considera que debe hablar directamente con un médico, puede llamar directamente al teléfono de urgencias 24 horas.
¿Qué es “Mi salud”?
Esta es una de las grandes novedades que ofrece la nueva app de MGC Mutua. “Mi salud” es una plataforma que conecta diferentes tecnologías con los recursos asistenciales de MGC Mutua para ofrecer al usuario un seguimiento personalizado de su salud. Le permite definir objetivos saludables y alcanzarlos con el acompañamiento de nuestros profesionales sanitarios.
Valoración médica inicial y definición de un plan de salud a medida.
Conexión con dispositivos y servicios de monitorización para actualizar constantemente su estado de salud.
Objetivos de salud: control de la obesidad, la diabetes, la hipertensión, etc.
Historial clínico digital.
Agenda y alarmas configurables.
Consejos de salud y contenidos personalizados.
Para acceder a este plan personalizado de salud y beneficiarse de todas estas ventajas es imprescindible activar “Mi salud”.
Médico tutor
Además, el mutualista podrá escoger su “Médico tutor” (una función que deberá activar en “Asistencia médica”) para resolver sus dudas y alcanzar los objetivos. Podrá hablar con el médico por el chat, concertar una videollamada o, incluso, una visita presencial. Esta novedad nos brinda la oportunidad de poner al alcance de los médicos y de los centros todo un conjunto de soluciones tecnológicas para que los asegurados de MGC Mutua tengan un acceso más rápido y directo a los servicios profesionales.
Prueba la nueva aplicación de MGC Mutua y haznos llegar tus impresiones. Queremos que nuestros mutualistas dispongan de la mejor herramienta para su salud y trabajamos continuamente en su mejora.Puedes acceder a la app mediante el enlace correspondiente. Si tienes problemas técnicos, como dificultades para entrar, para registrar a ella, etc., puedes enviar un correo a app@mgc.es
Fumar daña las vías respiratorias y, a largo plazo, se puede desarrollar una enfermedad respiratoria crónica que nos lleve a la muerte. ¿Quieres saber cómo afecta el tabaco a los pulmones? El Dr. Xavier Tarrago, especialista en neumología del Centro Médico MGC, nos habla sobre los graves efectos que el tabaco causa en los pulmones tanto para los fumadores activos como a los pasivos.
El método del ritmo, también conocido como “método Ogino”, “del calendario” o “método natural”, es un método utilizado durante las relaciones sexuales para evitar un embarazo no deseado. No obstante, en muchos casos se desconoce cuáles son sus riesgos o implicaciones a la hora de llevarlo a cabo. Es por eso por lo que hoy vamos a hablarte sobre el método del ritmo con el máximo detalle. Continue reading “15 hechos sobre el método del ritmo como anticonceptivo”
Llevar en el bolso, en la mochila, o incluso en la mano una botellita de agua se considera ya normal en la vida diaria, hasta en días no calurosos. Es habitual ver a un paseante hacer un alto y dar un buen sorbo de agua. Pero la pregunta ‘cuánta agua hay que beber al día’ ha generado mucha polémica. ¿Hay que beber varios litros? ¿Dos? ¿El café o un refresco cuenta como agua? Hay bastantes dudas, y vamos a hablar de todas ellas, ante la inminente llegada del verano y sus calores.
Qué le hace el agua al cuerpo
¿Sabías que el cuerpo es alrededor de un 50-60% de agua? Si pesas 60 kilos, tienes en tu interior más de 30 litros de agua. Todos tus órganos, tejidos y células contienen agua: incluso los huesos. Es fundamental para la vida y es necesario tomarla para seguir viviendo.
El agua es responsable de muchas cosas en tu cuerpo:
Un ‘material de construcción’ de las células, tejidos y órganos. El cerebro es agua en un 75%
Limpiar los desechos del cuerpo: la orina y las heces contienen agua
Transportar el oxígeno y otros nutrientes a todo el cuerpo
Mantener la presión arterial
Regular la temperatura del cuerpo
Mantener las mucosas del cuerpo, como las vías aéreas y las encías, convenientemente hidratadas
Formar los fluidos del cuerpo, como la saliva y los jugos estomacales.
El equilibrio de los fluidos corporales
Al cuerpo le gusta la homeostasis, lo que significa que todo está equilibrado para rendir al máximo, algo que se lleva a cabo mediante los oportunos recursos de regulación. El equilibrio de los fluidos corporales es una parte vital de todo ello y esos mecanismos los regulan con mucha precisión. Un día con otro, la cantidad de agua en el cuerpo varía en un porcentaje muy bajo.
Aportación de agua
El agua nos llega al cuerpo de tres maneras:
Forma una pequeña cantidad elaborada a través del metabolismo
La mayoría del agua nos llega por los fluidos que bebemos
Comida: alrededor del 20% de la aportación diaria de agua nos llega con la comida. La fruta, las verduras y las sopas contienen mucha agua; un pepino, por ejemplo, es agua en un 95%.
El agua que ingerimos en fluidos o comida se absorbe muy rápidamente en el estómago y el intestino. En apenas cinco minutos habrá llegado al torrente sanguíneo. De ahí, pasa inmediatamente a los tejidos y a las células.
Exceso de agua
El cuerpo pierde agua de varias formas:
Respirando. Con el aliento sale agua; compruébalo exhalando el aire afuera, un día frío.
Sudando. Todos sudamos a lo largo del día, y más cuando hacemos ejercicio.
Orina. Cantidades entre 500 y 2.500 cm3 diarios es lo normal
Heces. Una cantidad relativamente pequeña (unos 200 cm3 diarios) se expulsa con las heces. Se puede perder cantidades mayores en casos de diarrea.
Regulación de fluidos corporales
Al cuerpo le gusta mantener el equilibrio de fluidos. Y cabe preguntarse cómo logra hacerlo cuando la cantidad de líquidos que bebemos y eliminamos es muy variable de un día para otro.
Aquí intervienen dos cosas, un reflejo y un órgano: la sed y los riñones.
La sed
Cuando el cuerpo necesita agua, nos lo dice. El mensaje, procedente de diferentes células de todo el cuerpo, llega al cerebro y nos informa de que se enciende la reserva. Y el cerebro provoca la sensación de sed, que nos impele a repostar.
A veces bebemos sin tener sed. Lo hacemos porque estamos comiendo y el agua facilita la ingestión de los alimentos, porque en el descanso de las once, en el trabajo, solemos tomar un café o una infusión, porque hemos salido a tomar algo con amigos. La sed no puede ser, ni es, el único mecanismo del cuerpo para lograr el equilibrio de fluidos.
Los riñones
En ellos radica el recurso más importante que tiene el cuerpo para controlar los niveles de agua. Pueden tanto retenerla como expulsarla. Los riñones están formados por millones de nefronas, que son las unidades básicas y funcionales, encargadas de filtrar la sangre, reteniendo las toxinas para eliminarlas con el exceso de agua a través de la orina. Los riñones utilizan el sodio, esto es, la sal, para hacer circular el agua. Como es sabido, el agua se mueve hacia áreas más concentradas, en un proceso conocido como ósmosis.
Si el cuerpo necesita aumentar el nivel de agua, recupera el sodio que ha atravesado la membrana, lo que incrementa la concentración de la sangre y da como resultado que el agua también se desplaza a la sangre. Por el contrario, si el cuerpo quiere perder agua, no toma ese sodio, lo que aumenta el nivel de ese mineral en la orina y la cantidad de agua perdida en la orina aumenta.
Cuánta agua hay que beber
Como resulta evidente, varía de un día a otro y depende de muchos factores, entre los cuales:
La edad: los requerimientos de agua disminuyen al envejecer.
El sexo: las mujeres necesitan un poco menos de agua que los hombres.
La composición del cuerpo: la grasa contiene mucha menos agua que el músculo, de modo que la gente con más grasa corporal necesita menos agua, y los que tienen abundante masa muscular necesitan más.
Clima: el calor nos hace sudar, de modo que necesitamos más agua.
Nivel de actividad: los niveles altos de ejercicio necesitan mayor aportación de líquidos.
Considerando estos factores, no es fácil decir una cantidad exacta de agua al día, y las recomendaciones varían apreciablemente:
La European Food Safety Authority 2010 recomienda 2,5 litros diarios a los hombres, y 2 a las mujeres.
La norteamericana Food and Nutrition Board 2004 (EE.UU.y Canadá), da unas cifras de 3,7 litros diarios para los hombres y de 2,7 para las mujeres.
Hay muchos cálculos que utilizan el peso del individuo como guía. Por ejemplo, toma tu peso en kilos y divídelo por 30: según esto, una persona de 60 kg necesitaría 60 : 30 = 2 litros.
Recuerda que estas cantidades incluyen el agua contenida en los alimentos y por supuesto en lo que bebes.
Qué se incluye en esos líquidos
Cualquier tipo de líquido vale, no tiene por qué ser solo agua. La leche, los zumos, el té y el café se suman a los líquidos ingeridos. Las bebidas con cafeína te harán visitar con más frecuencia el cuarto de baño, pero no te vas a deshidratar por ello y cuentan en el total de líquidos bebidos.
En cambio no están tan claros los efectos hidratantes y deshidratantes del alcohol, por lo que su ingesta no debería sumarse al total.
¿Estás bebiendo lo suficiente?
Cuando tu cuerpo no tiene la suficiente agua, te lo dice. Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 2004, proporciona las siguientes consecuencias de no beber lo suficiente:
Un 1% de deshidratación causa sed
Un 3% deja la boca seca
Un 4% hace disminuir la capacidad de trabajo
Un 5% causa problemas para concentrarse, dolores de cabeza y somnolencia
Un 7% puede causar desmayos
Un 10% de deshidratación es riesgo de muerte
Una deshidratación leve puede provocar estreñimiento, incrementa el riesgo de infecciones de las vías urinarias y de cálculos (piedras) en el riñón. Se sigue investigando sobre los efectos en otros sistemas y órganos del cuerpo.
Simplemente con beber agua cuando tienes sed mantendrá el equilibrio de los fluidos. También puedes controlar el color de la orina, que debería ser amarillo pálido. Es más oscura por la mañana, cuando está más concentrada, pero un buen vaso con el desayuno contrarrestará la reducción nocturna de líquido.
¿Se puede beber demasiada agua?
Es mejor repartir lo que bebes a lo largo del día, y no beber grandes cantidades por ejemplo dos veces diarias.
Los riñones pueden soportar mucho líquido, pero un consumo excesivo en un periodo corto puede provocar sobre-hidratación y una intoxicación por agua. Por ejemplo, cuatro litros en 24 horas está bien, pero esa misma cantidad en dos horas puede ser peligrosa.
Hay algunos trastornos médicos en los que el médico podría sugerir limitar la ingesta de fluidos:
Fallo cardiaco congestivo
Enfermedad renal
Enfermedad hepática
El problema principal de la sobre-hidratación es que afecta a los niveles de sodio en el cuerpo, y rompe el equilibrio de fluidos. La hiponatremia es un bajo nivel de sodio y los deportes de resistencia en particular conllevan ese riesgo. El sodio (la sal) se pierde a través del sudor y la pérdida es significativa en deportes de resistencia.
Beber grandes cantidades de agua sin reponer la sal y otros electrolitos conlleva una dilución de la sangre. En un principio provoca calambres, náuseas y dolores de cabeza, pero puede ser mucho más grave. Es fácil evitarlo, bebiendo agua con la sal y los electrolitos adecuados (bebidas preparadas) o comiendo algo o con tabletas ‘deportivas’.
Resumiendo
Tu cuerpo es imbatible en el mantenimiento del equilibrio de fluidos
Déjate guiar por tu sensación de sed
No hay necesidad de dar constantes sorbos: bebe agua regularmente a lo largo del día
La cantidad que vas a necesitar es variable en función del clima y del ejercicio que estés haciendo.
Darse un paseo puede no parecerte gran cosa en materia de ejercicio, pero según el ritmo elegido y del terreno en que camines puedes llegar a quemar un número sustancioso de calorías. Si por cualquier razón no tienes fácil hacer ejercicio, salir a pasear es una manera sencilla de dar un empujón a tu metabolismo.
Caminar es fácil y barato: solo necesitas unas zapatillas decentes; y es beneficioso para casi todos los aspectos de tu salud. Por ejemplo, sólo 15 minutos diarios son suficientes para alargar tu esperanza de vida, según un informe del Taiwanese Institute of Population Science.
Pero vamos a ver en qué medida se queman calorías caminando.
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Calorías que se quema al andar
Caminar es una de las más sencillas y efectivas herramientas que puedes usar para aumentar tu gasto de energía. Contribuye a la ‘Termogénesis por Actividad sin Ejercicio’, conocida por NEAT (sus siglas en inglés), que engloba a las actividades que, sin ser puramente ejercicio, queman calorías, como sacar al perro a pasear, hacer las tareas domésticas, ocuparse del jardín o llevar a los niños al parque.
Esas actividades –las NEAT– contribuyen entre el 15 y el 50% del Gasto Energético Diario, según sea tu nivel de actividad. Como guía, los niveles de actividad pueden agruparse en cuatro categorías:
Menos de 4.000 pasos: sendentario.
Entre 5.000 y 10.000: ligeramente activo.
Entre 10.000 y 12.500 pasos: activo
Más de 12.500 pasos: muy activo.
La diferencia del gasto energético entre ‘muy activo’ y ‘sedentario’ pueden ser centenares, incluso millares de calorías. Los números exactos varían, pero caminar supone quemar entre tres y cinco calorías por minuto. Una caminata de una hora son 300 calorías extra que añadir a tu gasto diario. En función de lo que comas, puede suponer la diferencia entre mantenerte en tu peso y aumentar el gasto calórico a efectos de adelgazar.
Cómo calcular las calorías quemadas al andar
Resulta intuitivo pensar en que es muy variable y que intervienen diferentes factores, empezando por la edad, el sexo, el peso, la altura, la masa muscular, el ritmo que se siga, el terreno y la distancia.
Conforme a un estudio de la Universidad de Harvard, publicado en Harvard Health, con un peso de 57 kilos las calorías quemadas son:
120 calorías andando a 5,5 km/hora en terreno llano durante 30 minutos.
135 calorías a 6,5 km/hora, en llano, 30 minutos
150 calorías a 7,5 km/hora, en llano, 30 minutos
Con un peso de 70 kilos:
149 calorías a 5,5 km/hora, en llano, 30 minutos
167 calorías a 6,5 km/hora, en llano, 30 minutos
186 calorías a 7,5 km/hora, en llano, 30 minutos
Y con un peso de 84 kg:
178 calorías a 5,5 km/hora, en llano, 30 minutos
200 calorías a 6,5 km/hora, en llano, 30 minutos
222 calorías a 7,5 km/hora, en llano, 30 minutos
Si quieres un cálculo más exacto, puedes usar la fórmula que lo hace en función de tu tasa metabólica basal (BMR, calculada a partir de tu edad, sexo, peso y estatura) con la duración de la caminata y de la intensidad del ejercicio, conocido como ‘Equivalentes metabólicos’ (MET). Te será fácil encontrarlo en internet.
Cómo aumentar el gasto calórico de una caminata
Visto lo anterior, de la noche a la mañana hay poco que hacer en materia de edad, sexo, estatura y peso, de modo que habrá que usar otras variables para que tu paseo se transforme en el equivalente al ejercicio en toda regla:
Camina más tiempo
Es la primera variable, que va de la mano con la distancia recorrida. Si en este momento andas 2.000 pasos diarios, empieza por doblar ese número y ve incrementándolo hasta llegar a los 10.000. Si ya estás en ese nivel, nada te impide incrementarlo aún más.
Aumenta la intensidad
Cuanto más deprisa andes, más calorías quemarás, como ya hemos visto. Céntrate en aumentar el ritmo. Hacerlo a intervalos es una buena manera de lograrlo; en lugar de caminar 8 km seguidos, camina 3 km tres veces por semana. En cada caminata, puedes intentar incrementar la velocidad, de manera que tu paseo dure un par de minutos menos que el anterior.
Cambia de escenario
Andar en llano es lo más fácil para tu cuerpo, de modo que intenta cambiar, incluyendo unas cuestas arriba. Al subir se aumenta el ritmo cardíaco, lo que significa que el corazón bombea más sangre. El resultado es que quemas más calorías, puesto que el cuerpo trabaja más para llevar el oxígeno a las células.
Añade algo de peso
Haz como los militares, que en los entrenamientos cargan con mochilas con piedras; también puede tratarse de una simple chaqueta pesada. El beneficio del peso extra es que a medida que vayas notándote más ligero puedes progresivamente aumentar la carga, de modo que aumente tu gasto calórico.
Usa los brazos
Que no sean las piernas las únicas beneficiadas. Bracea adelante y atrás como si estuvieras esquiando. Los bastones son ideales para este propósito, pues involucran en el andar a la parte superior del cuerpo con el resultado de aumentar la energía gastada.
Y… cómo mantener la motivación
Lo fácil es empezar, pero mantener el ánimo requiere dedicación. A continuación, algunos tips para hacerlo más fácil:
Fija un objetivo
Es más probable que andes con regularidad si te fijas una meta. Puede suponer ese extra de motivación que te mantenga en la tarea. Incluso puedes mantener una cierta competición con algún amigo, a ver quién llega antes a un número dado de pasos diarios.
Controla los paseos
Bájate alguna app –las hay a cientos– que controle el número de pasos (o sea la distancia recorrida) y las calorías quemadas. Te permitirá un seguimiento de tus progresos, de manera que puedas ver lo lejos que has llegado. Cambiar de recorrido es también una buena motivación.
Anda con amigos
Si estás solo es más probable que te dejes llevar por la pereza y te quedes en casa, pero si sabes que te está esperando alguien debajo de tu casa lo será mucho menos. Lo ideal es que ese alguien esté en situación similar a la tuya –mismos objetivos– y el plan de caminatas sea el mismo.
Conéctate a un podcast
O pon música alegre y marchosa en tu móvil, de modo que te anime a seguir adelante. Además mejorará no solo tu humor sino que te ayudará a aumentar el ritmo.
Camina temprano…
Salir a pasear al sol antes del mediodía te ayudará a mantener en punto tu reloj circadiano y tus pautas de sueño. Además, empezar el día logrando una meta (la distancia o el ritmo que te has propuesto) será una gratificación extra y te hará empezar el día sonriendo.
… O hazlo tarde
Si te gusta picar algo por la noche (y ¿a quién no?) salir cuando ha anochecido te ayudará a ‘resetear’ la mente y el cuerpo… y te evitará la tentación del picoteo.
Trabaja mientras andas
Si te aburre caminar y la música apenas te ayuda, introduce el factor ‘productividad’. ¿Por qué no desviar las llamadas de trabajo o incluso las reuniones virtuales a tu hora de caminar? Matarás dos pájaros de un tiro: quemarás calorías a la vez que llevas a cabo tu
Y, ahora, adeás, disfruta de la de la playlist de MGC Mutua para tus salidas a caminar
Tenemos una playlist para ti en Spotify para cada ocasión. ¡Descúbrelas!
El ronquido es una disfunción del aparato respiratorio durante el sueño que consiste en una vibración en conjunto de la vía respiratoria alta. Muchos adultos roncan, sobre todo los hombres. Hablamos con el Dr. Xavier Tarragó Tillo, Especialista en Neumología del Centro Médico MGC, sobre las causas y los tratamientos para dejar de roncar.
Con la llegada del calor, muchos de los que vivimos en la ciudad estamos deseosos de salir al aire libre a relajarnos y disfrutar del frescor de la naturaleza. Con motivo del Día Mundial del Picnic, que se celebra el 18 de junio de cada año, te proponemos un plan: preparar una cesta con comida casera y buscar un rinconcito verde para pasar un día divertido en familia, con los amigos o con la pareja.
Organizar una excursión campestre es muy divertido y comer de picnic tiene muchas ventajas: es económico y nos permite realizar un menú saludable y ligero a medida de nuestras preferencias. Además, salir a la naturaleza nos ayuda a desconectar del ajetreo de la ciudad y de las preocupaciones diarias. También podemos aprovechar para hacer un poco de ejercicio de forma divertida paseando por el campo, jugando a la pelota,montando en bici…
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Ideas para hacer un picnic saludable
Para hacer un picnic no necesitamos muchas cosas. Basta con el kit básico: cesta, nevera, manta y utensilios básicos. Y para que el día resulte perfecto, tan sólo debemos protegernos del sol, seguir algunas pautas para conservar los alimentos y tener presente tres ideas para realizar un buen picnic saludable:
Preparar una comida variada y equilibrada
Las ensaladas y los bocadillos son los productos estrella del picnic. Para que no resulten aburridos podemos hacer variaciones interesantes: optar por ensaladas de diferentes tipos de lechuga, ensaladas de pasta, de arroz, de legumbres, etc, y añadir otros alimentos sabrosos y bajos en grasas saturadas como pollo, maíz, guisantes, zanahorias o incluso frutas.
Las brochetas y las quiches se pueden tomar frías y calientes y también son una buena opción saludable: las quiches de jamón y queso incluyen proteínas, lácteos e hidratos de carbono. Y las quiches de verduras, como las de espinacas, tomate y queso, tienen también muchas vitaminas. Para el postre, las frutas o las brochetas de frutas son muy divertidas y adecuada para los niños.
Si lo tuyo es el típico bocadillo de tortilla, puedes probar a añadirle aguacate y pechuga de pavo para hacerlo mucho más nutritivo y con un sabor diferente. La opción del pan integral es muy saludable, así como los embutidos bajos en grasas, como el pollo y el pavo. También puedes hacer bocadillos vegetales… Hay muchas opciones.
Incluso podemos sustituir las típicas patatas de bolsa de las que solemos picotear sin control y con muchas calorías, por snacks saludables de frutas y vegetales deshidratados al horno que podemos hacer en casa: chips de berenjena, calabacín, zanahoria, manzana, fresas, plátanos…
Debemos elegir alimentos que se conserven bien
Para que los alimentos no se estropeen al aire libre, debemos echar mano de tuppers, neveras, termos y envases adecuados. Los alimentos y los aderezos debemos llevarlos por separado. De este modo, no debemos aliñar las ensaladas hasta que las vayamos a comer y para los bocadillos podemos llevar los ingredientes del relleno envasados al vacío y el pan por separado. Los sandwiches deben envolverse en papel y luego en papel de aluminio para que se conserven frescos.
Es importante no llevar botellas ni recipientes de cristal que puedan romperse y lo más cómodo es utilizar cubiertos, vasos y platos de plástico lavable. Tampoco debemos olvidar que la nevera debe llenarse con hielo e introducir los alimentos y bebidas ya fríos, ya que estas neveras portátiles lo que hacen es conservar, no enfriar.
Bebidas sanas
La mejor bebida posible para cuidar nuestra salud es el agua, aunque podemos optar por zumos de frutas naturales preparados en casa y bien conservados o bebidas vegetales. Un buen gazpacho fresquito es una de las opciones más saludables y ricas en las épocas de calor.
Por último y para completar una jornada redonda, no debemos olvidar recoger todos los restos que puedan quedar de nuestro día en el campo. Para ello debemos llevar en nuestro kit algunas bolsas de basura que luego dejaremos en algún contenedor.
¿Te animas a organizar un día de picnic en la naturaleza? Como ves, puede ser un buena idea para disfrutar con los tuyos de forma saludable. Es un plan estupendo para cuidar nuestra salud, mejorar el ánimo y alejar el estrés. ¡Te lo recomendamos!
Cuando intentas quedarte embarazada, el resultado positivo del test es habitualmente una excelente noticia. Pero si ha venido precedido de un embarazo truncado (por cualquier razón), podrías experimentar junto a la alegría diversas emociones, que van desde la tristeza a la confusión o la ansiedad.
A continuación te contamos qué se puede pensar cuando esperas un “bebé arcoíris”, empezando por el porqué de que te sientas de un modo diferente a tu anterior embarazo e incluyendo algunos consejos sobre tu próxima maternidad.
Qué es un bebé arcoíris
Es el bebé que llega tras un embarazo fallido, por aborto espontáneo o por cualquier otro motivo.
El término simboliza la esperanza y la luz tras un tiempo triste y oscuro. Pero es importante saber que el arcoíris no va a borrar la desazón anterior y aunque la llegada siempre es celebrada, la familia nunca olvidará el hermano que pudo tener pero que no llegó.
Quedarse embarazada tras una pérdida
Tras un embarazo fallido, el pensamiento de quedarse de nuevo embarazada puede ser difícil y generar sentimientos confusos. Tan es así que los expertos recomiendan tomarse el tiempo necesario para planificarlo y adoptar la decisión final.
Conviene incluso plantearse algo de terapia de pareja. Primero, porque puede ayudar a los padres a cerrar el capítulo anterior; segundo, porque igualmente podrá mitigar cualquier sentimiento de culpa, haciéndoles ver que fue un problema impredecible, ajeno por completo a cualquier acto de los padres.
Y tercero, porque puede mostrar a los padres la evidencia científica acerca de la posible recurrencia del problema: si no hubo una causa definida, la posibilidad de que se repita es baja.
Qué esperar de un bebé arcoíris
Volviendo a las emociones encontradas del embarazo de un bebé arcoíris, la pérdida anterior puede incrementar la ansiedad durante el embarazo, pues será difícil convencer a la futura madre de que la historia no se va a repetir. En ese estado, la madre puede sentirse culpable por sentirse feliz con el nuevo embarazo, una felicidad que podría parecer que minimiza la pérdida anterior.
Es fundamental recordar que con el hecho de quedarse embarazada no se trata de olvidar el fracasado embarazo anterior, sino de aceptar que con el embarazo llegan la esperanza y la luz de que hablábamos al principio.
Algunos consejos para el ‘embarazo arcoíris’
De manera que, para cuando te enfrentes a ese caos de emociones, te proporcionamos algunos tips que podrán ayudarte:
Haz frente a tus sentimientos
No trates de ignorarlos. Permítete ser abierta y honesta contigo misma y comparte tus emociones con los que las personas que estén más próximas a ti.
Hazte chequeos con regularidad
Está reconocido el hecho de que el embarazo de ‘un arcoíris’ debe someterse a especial seguimiento, a menudo con un especialista en medicina materno-fetal.
El más que probable ‘sin novedad’ como resultados de los chequeos te harán sentirte más cómoda y reducirán paulatinamente tus dudas y temores.
Siéntete agradecida
Esto no es aplicable a todo el mundo, pero a lo mejor hacer una lista de las cosas que más has apreciado cada día te podría ayudar. Cosas tan simples como el día tan bueno que hace, lo bien que te sentó el desayuno y, por supuesto, la buena noticia de que tu embarazo se desarrolla perfectamente.
¿Ayuda psicológica?
De nuevo no todo el mundo la necesita, pero a muchos padres les sienta estupendamente. Algo de ayuda puede resultar muy conveniente en determinados momentos.
Asiste a cursillos
Siempre son de buena ayuda. Van desde el que ayuda a incrementar el conocimiento y comprensión del embarazo o el uso de técnicas de relajación, hasta el tradicional de las técnicas de respiración durante el embarazo y, por supuesto, el parto.
Mantente conectada
Seguro que puedes encontrar un grupo de por ejemplo whatsapp en que compartir tus emociones y sentimientos con otras madres que hayan pasado o están en tu misma situación.
Y cuando nazca…
Ser madre de un bebé arcoíris puede ser diferente que serlo de uno sin haber experimentado la pérdida anterior.
Puedes estar más preocupada de lo normal con tu bebé, o sentirte más protectora con él de lo normal, teniéndolo entre algodones. Y también tenemos algunos consejos para las madres de bebés arcoíris:
Acepta también el duelo: La tristeza y la alegría son dos emociones no mutuamente exclusivas: pueden coexistir y, de hecho, lo hacen. No por haber nacido tu hijo arcoíris vas a olvidar que perdiste uno anteriormente. Acéptalo y ‘elabora’ tus recuerdos de modo que se mantengan como un suceso triste, pero también pasado.
Háblalo: Compartir tus sentimientos con otros padres en tu misma situación puede ser de una increíble ayuda. Los otros te descubrirán pensamientos que tú no has tenido, acciones puntuales en situaciones difíciles… esas redes te ayudarán en los momentos duros.
Sé amable contigo misma: Si en tu calidad de recién ‘nueva’ madre sientes ansiedad o demasiado proteccionista, recuerda que tú también necesitas atención. De modo que come bien, haz algo de ejercicio, sal a la calle y descansa lo que puedas: todo ello son aspectos importantes del auto-cuidado.
Pide ayuda: Habla con alguien muy cercano o vierte tus emociones en un diario, pero no te quedes las cosas dentro. Buscar ayuda es un signo de fortaleza, no de debilidad. De modo que busca ayuda si la necesitas.
El mal aliento, o halitosis en términos médicos, puede ser un problema con consecuencias personales, en el plano social, aunque, en algunos casos, no es sino una obsesión que, llevada al extremo, se llama halitofobia, definida como el miedo a tener mal aliento cuando en realidad no es el caso.
Durante una infección de las vías respiratorias superiores es habitual la pérdida temporal del olfato. Es por eso que en este post de MGC vamos a ver maneras de cómo recuperar el olfato. El resfriado común, la gripe, las alergias y… el COVID-19 (aproximadamente en el 50% en esta última infección) tienen ese habitual síntoma. Lo normal es recuperarlo en pocas semanas, pero se dan casos de mayor duración de la pérdida.
El olfato es muy importante para la memoria, el humor y las emociones. Va parejo con el gusto en la percepción de los sabores, por lo que su pérdida afecta en muy gran medida la percepción de la comida. Y en algún caso extremo, como por ejemplo el de un escape de gas que no se huele, puede ser realmente peligroso.
Pero hay cosas que se pueden hacer para revertir esa anosmia, que es el nombre médico del trastorno.
Qué causa la pérdida del olfato
Las causas más comunes son las sinusitis crónicas, las rinitis y otros trastornos similares que inflaman la membrana mucosa (llamada epitelio olfatorio) que recubre el interior de la nariz. Estas enfermedades pueden causar la pérdida, pero tiende a recuperarse por sí misma.
Otra causa, más grave, es una disfunción en el trayecto entre la nariz y el cerebro, debida a un daño nervioso o cerebral, lo que puede resultar en la pérdida permanente del oído. Hay muchas enfermedades que provocan esa disfunción, como la enfermedad de Alzheimer, la esclerosis múltiple, el alcoholismo e incluso simplemente la edad.
No todos pierden por completo el olfato. Algunos siguen detectando algunos olores (hiposmia en términos médicos). Otros, ven distorsionado el olfato y por ejemplo un tazón de leche les huele a pescado (parosmia). Finalmente se dan casos de pacientes que huelen algo que no está a su alrededor: fantosmia.
La pérdida de olfato y el COVID-19
La pérdida del olfato es un síntoma prominente del COVID-19. El trastorno suele durar más que los provocados por otras infecciones de las vías aéreas superiores, y puede tardar hasta cuatro semanas en desaparecer. A menudo, los pacientes refieren pérdida del gusto, como consecuencia.
Se piensa que el virus no ataca directamente a los receptores olfativos, sino al área que los rodea. Se trabaja en la teoría de que el virus se introduce en las células de alrededor de los receptores olfativos, área que como consecuencia se inflama y los bloquea. Se piensa que esa es la causa de que la pérdida sea repentina.
Si esto es así, podría explicar también el hecho de que la pérdida sea un trastorno de duración relativamente corta. Pero se dan casos de pacientes con pérdidas que no se resuelven a largo plazo. Según algunos estudios, el virus se introduce en más profundas estructuras del cerebro, con un efecto pernicioso más ‘central’ en el proceso olfativo.
Los efectos de la pérdida del olfato
La pérdida puede tener un efecto serio en la calidad de vida. Además de los riesgos obvios –oler alimentos en mal estado, o detectar gas o humo– conlleva efectos emocionales y prácticos. En un estudio de la Universidad de East Anglia, en el Reino Unido, se encontró que casi todas las áreas de la vida se ven interferidas, desde la preocupación por la propia higiene hasta la pérdida de intimidad sexual con la pareja.
Aproximadamente dos tercios de los pacientes refirieron depresión o ansiedad como consecuencia. Entre los que sufrieron la pérdida a largo plazo, sobre una tercera parte reportó haber adelgazado por pérdida de interés en la comida; y, a la inversa, otra tercera parte engordó, porque salían a probar diferentes comidas con vistas a estimular el sentido perdido.
Muchas hablan de aislamiento por sentirse desconectados del ethos social referente a la comida. Puede también dificultar la relacion con los seres queridos, especialmente con la pareja. Algunos casos reportan incapacidad de mantener las relaciones sociales o establecer otras nuevas por la falta de la subconsciente conexión a través del olfato.
En la investigación, se encontraron casos como el los padres de niños pequeños que no podían saber cuándo había que cambiarles los pañales. O el de una madre, que encontró difícil establecer lazos afectivos con su recién nacido.
La pérdida también puede afectar la carrera profesional: la de la gente que usa el olfato como parte de su profesión, por ejemplo un sumiller. Los médicos, que pueden dejar pasar inadvertida una herida infectada. Los trabajadores sociales, que tendrán más problemas para saber si el paciente ha bebido demasiado.
Como comprobar el olfato
Si tienes alguna sospecha de estar perdiendo el olfato, utiliza cosas habituales para comprobarlo:
Hazte con cosas de olor pronunciado que tengas en casa, como café, ajo, cebollas o naranjas.
Sostén cada una de ellas cerca de la nariz (sin tocarla), e inhala.
No utilices productos que puedan ser irritantes, como limpiadores
Si tienes problemas para comprobar el olor de las cosas seleccionadas, puedes tener una pérdida del olfato o del gusto.
SI la pérdida es muy repentina, puedes estar en una fase temprana de la infección por COVID-19. En este caso, la recomendación es que te hagas un test de la infección y que te quedes en casa aislado durante al menos diez días.
Si no das positivo en el test o si la pérdida persiste después de haberte recuperado de la infección, habla con tu médico de familia para que, si él lo considera oportuno, te derive a un otorrino.
Cómo recuperar el olfato
La exposición repetida a olores -el entrenamiento olfatorio- ha demostrado ser beneficioso ante pérdidas de olfato, particularmente si la pérdida es debida a un virus, como el resfriado común. Se recomienda usar aromas de cuatro categorías: floral, afrutado, especiado y resinoso, pero no es sino una recomendación; en cualquier caso, algo con lo que estés familiarizado. Tradicionalmente se usa eucalipto, rosas, limón y clavo.
Se puede efectuar sujetando las fuentes de olor tal cual, o bien infundiéndolas en agua: los líquidos funcionan muy bien, porque en el interior de un frasco, se crea sobre la infusión un espacio vaporoso con moléculas que se pueden detectar más fácilmente durante el entrenamiento.
El entrenamiento olfatorio es un proceso simple que se lleva a cabo en unos pocos minutos, al menos dos veces al día.
Una vez preparados los aromas, la recomendación es oler cada uno de la siguiente manera:
Relájate y con calma y suavemente, inspira con naturalidad; hacerlo fuerte y profundamente te dificultará oler cualquier cosa.
Repite la operación 2 o 3 veces, y descansa cinco minutos.
Cambia de aroma y repite la operación
Apunta el resultado, con cualquier cambio que notes.
El período mínimo del entrenamiento olfatorio es de tres meses, pero depende de cada individuo. Un estudio comparó los resultados de dos grupos, uno que lo siguió 16 semanas y otro que lo siguió durante un año. Estos últimos tuvieron mejores resultados que los del período corto.
Es beneficioso también cambiar los aromas cada cuatro semanas, lo que se conoce como entrenamiento olfatorio modificado.
El entrenamiento se basa en la neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro de reorganizarse tras un cambio o un daño. La estimulación puede lograr una renovación de los receptores. Es un ‘training’ similar al que siguen los expertos en perfumes, o los sumilleres, para captar las esencias. Aunque se recomienda hacerlo dos veces diarias, cuanto más frecuente se lleve a cabo es de esperar mejores resultados.
El equilibrio de la flora intestinal depende de una alimentación adecuada y un estilo de vida saludable. Hablamos con la Dra. Nuria Paredes, especialista en medicina general del Centro Médico MGC, sobre las funciones de este conjunto de microorganismos que viven en nuestro intestino y de cómo mantenerlo en forma.
¿Qué es y para qué sirve la flora intestinal?
La flora intestinal, que también se denomina microbiota, es el conjunto de microorganismos que viven en nuestro intestino. Estos microorganismos tienen una relación simbiótica con nosotros: ellos obtienen un beneficio y a la vez nos benefician a nosotros. La flora está compuesta por aproximadamente cien billones de bacterias beneficiosas, una cifra diez veces mayor que el número de células presentes en nuestro cuerpo. La mayor parte de estos microorganismos, aproximadamente el 95%, vive en el colón. Llegan a pesar hasta un kilo, actúan como un órgano más y suman una capacidad metabólica muy potente.
Entre sus funciones más importantes destacamos 3:
Digestiva: nos ayuda a la digestión de alimentos que nosotros no podemos digerir y que la microbiota fermenta para que los podamos aprovechar.
Nutricional: interviene en la producción de vitaminas como la B y la K y de aminoácidos importantes para nuestra salud que nosotros no podemos obtener de la alimentación. Asimismo, facilita una correcta absorción de minerales como el calcio, el hierro y el magnesio.
Protectora: tiene un papel de protección muy importante frente a los patógenos: funciona de barrera y preserva la mucosa intestinal de infecciones por microorganismos que pueden provocar alguna enfermedad.
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¿Por qué es importante mantener un equilibrio?
El equilibrio de la flora bacteriana es clave para mantener una buena salud y un buen sistema inmunitario.
Dentro del vientre de la madre somos estériles, por lo que en el intestino de los recién nacidos no hay microorganismos. Durante las primeras etapas de la vida, mediante la lactancia, la alimentación y el contacto con agentes externos, se va formando un tipo de flora inicial. Es como si nos empezamos a “contaminar” con el objetivo de que esta flora nos recubra todo el tubo digestivo y nos vaya entrenando de forma progresiva para que nuestro sistema inmunitario se vaya haciendo fuerte.
Se calcula que el ser humano adulto tiene en su interior unas dos mil especies bacterianas diferentes, de las cuales solamente cien pueden llegar a ser perjudiciales. El desequilibrio surge cuando hay un crecimiento exagerado de unos microorganismos que dominan a los demás, y es entonces cuando hablamos de “disbiosis”. Lo fundamental para conseguir el punto de equilibrio es que nuestra flora intestinal sea lo más diversa posible.
¿Qué síntomas nos pueden indicar que existe un desequilibrio?
Los síntomas de este desequilibrio son, entre otros, diarrea, estreñimiento, mucha flatulencia o hinchazón abdominal, mucha fatiga, inflamación o un colon irritable. Además, existe una mayor predisposición a infecciones, alergias y dermatitis atópicas.
¿Qué trastornos o patologías puede ocasionar un desequilibrio o una flora intestinal dañada?
Hay diversos factores que pueden alterar el equilibrio de la flora intestinal: una alimentación inadecuada, hábitos de vida poco saludables, infecciones de origen vírico o bacteriano, algunos medicamentos (antibióticos), viajar a otros lugares del mundo y el envejecimiento (en general, a partir de los 60 años se produce un descenso del número de bacterias beneficiosas).
¿Cómo podemos mejorar nuestra flora intestinal?
El mantenimiento de la flora intestinal depende de una alimentación adecuada y un estilo de vida saludable.
Los consejos generales son:
Realizar 5 comidas al día, manteniendo un horario regular.
Llevar una alimentación variada y equilibrada, idealmente siguiendo el patrón de la dieta mediterránea: rica en frutas, verduras y fibra, y reduciendo el consumo de carnes magras en favor del pescado.
Incluir lácteos y derivados en la dieta: consumir a diario yogures, quesos y leche fermentada (como el kéfir), ya que son ricos en nutrientes y bacterias beneficiosas para la flora intestinal.
Hidratarse bien: beber al menos 1,5 litros de agua durante todo el día,no solo cuando se tiene sed.
Adoptar hábitos de vida saludables: además de una dieta adecuada, es beneficioso realizar actividad física a diario, tener buenos hábitos de sueño y evitar el consumo de tabaco y alcohol, el exceso de café y, muy importante, controlar el estrés.
En el caso de tener que tomar antibióticos debemos tener en cuenta que la flora intestinal, está compuesta de microorganismos y es muy sensible a estos medicamentos, que son los principales causantes de su destrucción. En el caso concreto de que tengamos que tomar un antibiótico porque tenemos una infección o, si tenemos programada, por ejemplo una cirugía, podemos empezar tomando probióticos. El probiótico es un conjunto de microorganismos encapsulados que ingerimos para que nos aporten un beneficio en la flora. Si cuando tomamos el antibiótico tomamos también un probiótico, lo que hacemos es restablecer la flora que mata el antibiótico, ya que la suple y permanece un tiempo en el intestino hasta que nuestra propia flora autóctona vuelve a crecer. Si en esta situación hacemos una prevención con probióticos, mejoraremos mucho y podremos evitar la disbiosis, que es el desequilibrio.
Los recién nacidos (bueno, y los adolescentes…) parecen pasar la mayor parte del tiempo dormidos, mientras que los mayores ven a menudo amanecer. Al envejecer, la necesidad de dormir decrece, pero el descanso es absolutamente necesario en nuestra vida diaria. Para estar en plena forma, la mayoría de los adultos necesita una media de ocho horas diarias de sueño.
La pregunta es qué sucede si no consigues dormir un periodo prolongado de tiempo. Aquí te lo contamos.
Por qué es importante el sueño
Pasamos dormidos un tercio de nuestra vida. Hay teorías que sugieren que esos periodos ayudan a procesar la información recibida durante el día, a la vez que reparan y re-equilibran el cuerpo tanto física como mentalmente. En realidad, es un período muy activo, durante el cual tienen lugar eventos de procesamiento, restauración, curación y fortalecimiento. La ciencia ha mostrado que el sueño influye en todos los sistemas fisiológicos del cuerpo, como el sistema inmunitario, e impacta en la salud mental, el peso y la calidad de vida.
Además, el sueño nos ayuda a consolidar nuestros recuerdos. El cerebro procesa gran cantidad de información durante el día y, mientras dormimos, parte de la información se transfiere de la memoria inmediata a la memoria remota.
El sueño también nos ayuda a mantener el sistema inmunitario. Cuando sufrimos una infección, una de las cosas que hace el cuerpo es liberar agentes químicos que inducen el sueño. Hay cierta evidencia que sugiere que los que responden a la infección durmiendo más tiempo salen antes de la enfermedad. Se ha señalado claramente que la privación de sueño tiene efectos negativos en el sistema inmunitario. No se conocen los mecanismos de este hecho.
Qué pasa si no duermes lo suficiente
Los problemas de la privación de sueño se acumulan, y empeoran hasta que la situación cambia. Una noche de insomnio puede causar que estés irritable, pero varias noches pueden afectar a tu capacidad de concentración y a tu humor.
Pero el problema grave se produce cuando hablamos de semanas o meses insomnes, que pueden provocar complicaciones seria, como hipertensión, obesidad y diabetes. Esto es lo que pasa después de una, unas pocas y muchas noches de insomnio:
Una noche sin dormir
Si te pasas una noche en blanco estarás de mal humor, no podrás concentrarte y estarás cansado e irritable. También puede que quieras comer más.
El sueño es un proceso muy complejo, en cuatro fases, destinado a restaurar el cuerpo y la mente. Esas fases se repiten a lo largo de la noche, formando el ciclo de sueño. Las cuatro son vitales para la restauración de los músculos, la consolidación de la memoria y la regulación de las hormonas, regulando el crecimiento y la sensación de hambre.
Cuando no dormimos lo suficiente es posible que nos encontremos con lo siguiente:
Nos resulta imposible concentrarnos
No podemos tomar decisiones ni controlar nuestra irritación.
Es más probable que comamos más (cosa de 300 calorías adicionales) buscando algo más de energía para el cuerpo.
Algunas noches sin dormir
Tras varias noches sin dormir, o durmiendo muy mal, lo probable es que cada vez te resulte más difícil concentrarte o tomar decisiones, y seas más propenso a sufrir accidentes. También puedes estar triste y depresivo: la privación crónica de sueño conduce a serios trastornos psicológicos a largo plazo, como ansiedad y depresión.
El sueño de calidad es tan importante como la dieta o el ejercicio, de manera que es importante solucionar cuanto antes los problemas de sueño.
Unas semanas sin dormir
Un período largo sin dormir puede causar estragos en la salud. Simplemente una semana de noches en blanco y probablemente seas intolerante en extremo, tu libido caiga en picado y tu función cognitiva se vea alterada.
Si no duermes te verás apático, aletargado, con súbitas demandas de azúcar, totalmente errático en la toma de decisiones y con una sensación de total inestabilidad. La incapacidad de concentración hará caer tu rendimiento en el trabajo y en el deporte.
Las consecuencias de no dormir
Una falta prolongada de sueño puede afectar al sistema inmunitario, lo que nos vuelve propensos a enfriamientos y catarros. También puede influir en la salud intestinal.
No dormir se asocia a incrementos del ritmo cardíaco y de la presión arterial, incrementando a la vez el riesgo de obesidad. Los participantes en un estudio que dormían menos de siete horas diarias tienden más a la gordura, con un riesgo mayor de caer en la obesidad, según los resultados publicados.
Se piensa que la gente que no duerme lo suficiente tiene niveles bajos de leptina, la hormona reguladora del apetito, y niveles elevados de grelina, la hormona que crea la sensación de hambre. También se ve afectado el procesamiento de la glucosa, lo que implica mayor riesgo de diabetes tipo 2.
Está bien claro, estarás de acuerdo: dormir es increíblemente importante para la salud, mental y física.
6 tips para dormir mejor
Muchos caen en la tentación de los somníferos como solución. Pero normalmente tienen significativos efectos adversos, empezando porque crean dependencia, incrementan el riesgo de fatiga durante el día y a medida que se consumen van perdiendo efectividad, lo que puede llevarnos a aumentar las dosis.
A continuación mostramos unos tips que merece la pena intentar.
Practica la relajación
Hay técnicas muy efectivas de relajación, empezando por los ejercicios de respiración y meditación. Prueba con alguna app de ayuda para dormir que te puedes descargar en internet.
Prueba con Terapia Cognitivo Conductual (TCC)
Esta terapia, que se sigue durante un tiempo limitado y va dirigida al tratamiento de diversos trastornos psicológicos, puede ser útil para reducir la ansiedad y los patrones de pensamiento que tiendan a mantenerte despierto.
Cíñete a una rutina
Acuéstate y levántate a horas prefijadas, incluso en los fines de semana. Te ayudará a que el cuerpo se acostumbre a una pauta regular de sueño.
Haz ejercicio
Ya hemos hablado mucho de las bondades del ejercicio, a las que añadimos que ayuda a fijar el ritmo circadiano. Pero recuerda, no hagas ejercicio ‘fuerte’ antes de irte a la cama.
La ‘higiene’ del sueño es clave
Mantén el cuarto a una temperatura cómoda, cómprate un buen colchón y desconecta todos los dispositivos electrónicos, como móviles y tabletas al irte a la cama.
Suprime los estimulantes
Evita la cafeína y el alcohol por las tardes. Y respecto a las comidas, lo ideal es que no te vayas a la cama sin que hayan pasado 2 o 3 horas tras la cena.
Y, finalmente, si nada de lo anterior te sirve, acude a tu médico de familia y cuéntale el problema; él sabrá sugerirte posibilidades diferentes que pueden arreglar el problema.
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