Quitarse intencionadamente la vida es más frecuente de lo que creemos. En 2020 se suicidaron 3.941 personas en España, a razón de 2.930 hombres y 1.011 mujeres. Y el número tiende a aumentar: En el año 2000 fueron 3.393 y en 1980 hubo que lamentar 1.652.
La tasa de suicidios es de 8,32 por cada 100.000 habitantes, inferior de la cifra media del mundo, que es de 9,41 por 100.000 habitantes. Siendo este dato hasta cierto punto alentador, lo cierto es que en España se suicidan 11 personas al día, como media. Y esta cifra da que pensar. ¿Hasta qué punto estos suicidios se pudieron evitar? Porque es posible que el suicida diera señales previas a su trágica decisión.
Se estima que una de cada 20 personas tendrá un intento de suicidio en algún momento de su vida; y todos los suicidios se podrían evitar con intervenciones adecuadas.
Pensamientos y sentimientos suicidas
Mucha gente experimenta pensamientos suicidas en algún momento de la vida. Te puedes sentir incapaz de seguir viviendo en las circunstancias en que te encuentras. Y, conforme a algunos expertos, es habitual que pienses o sientas alguno de los puntos que siguen:
- Desesperanza, no tengo razón para vivir
- Estoy triste y abrumado por sentimientos negativos
- Tengo un dolor insoportable al que no se ve fin
- Me siento inútil, ni querido ni necesitado por otros
- Desesperado, no hay alternativa
- Los demás estarán mejor sin mí
- Mi cuerpo me es ajeno, estoy como entumecido
- La idea de la muerte me fascina.
Es importante saber que sea lo que sea lo que estás pasando, pensar en el suicidio no significa que vayas realmente a cometerlo. Y tampoco que algo va muy mal en tu interior; es sólo un síntoma de que estás atravesando un momento de tristeza, trauma o dolor que no puedes soportar.
Señales de alarma
Cualquiera, sin distinción de edad, género o educación puede tener pensamientos suicidas. Y aunque puede ser muy difícil identificar que alguien está experimentándolos, hay algunas “banderas rojas” que pueden darnos la pista.
Si alguien que conoces tiene pensamientos suicidas, podrías notar ciertos cambios en su comportamiento. Pueden apartarse y evitar el contacto con personas a quienes quiere, pueden experimentar cambios de humor y pueden mostrar síntomas de ansiedad. Podrías notar que actúan sin demasiado sentido y oírles hablar mal de sí mismos. Otras señales son volverse más reservados o más controvertidos o dormir mucho, o demasiado poco.
Otros indicios de que alguien podría tener pensamientos suicidas son:
- Si hablan de soledad, de sentirse atrapados y desesperanzados
- Si afirman no tener razones para seguir viviendo
- Si dejan de cuidarse
- Hacen testamento, o se deshacen o regalan sus cosas
- Cambios en la alimentación, adelgazando o engordando en exceso
- Expresan irritación o deseos de venganza
- Hablan del suicidio como solución a sus problemas.
Todos ellos revelan problemas de salud mental, y es importante que ayudes a tus próximos mientras pasan por esos momentos difíciles.
Factores de riesgo de suicidio
¿Existe un “algo” que incremente el riesgo de suicidio? La respuesta es que no hay un único “algo”: pero sí hay ciertos factores que pueden influir en ciertas personas más proclives al suicidio.
Cabe pensar que el factor de riesgo más importante es un intento anterior, pero parece que sólo una pequeña parte de los supervivientes de un intento de suicidio muere posteriormente por suicidio.
Hay multitud de razones por las que se tienen pensamientos suicidas: un gran cambio en la vida, un malhumor constante durante semanas, la pérdida de un ser querido… Y otros:
- Tener un trastorno mental
- Estar sin trabajo, o muy incómodo en el trabajo actual
- Ser diagnosticado de una enfermedad grave
- Vivir con una enfermedad crónica
- Haber sufrido o ser testigo de abusos
- Sufrir acoso o aislamiento social
- Historial familiar de suicidio
- Vivir solo, o separarse
- Dependencia del alcohol u otras drogas
- Rechazo a buscar ayuda
- Encarcelamiento.
En realidad, cualquier cambio en la vida puede afectar a los sentimientos, y eso puede pasarle a cualquiera.
Hablar con alguien con pensamientos suicidas
Hasta las dos terceras partes de los suicidas hablan de sus pensamientos antes de actuar. De modo que si alguien te comenta tener ese tipo de pensamientos, tómatelo muy en serio. Hay muchas maneras en que puedes ayudarle:
- Inicia la conversación
Como primera medida, dile que no está solo y que es bueno hablar del asunto. Quizá te sea difícil, y es completamente normal no saber qué decir. Empieza por pequeñas preguntas pero directas, como “Cuéntame sobre…” o “Qué piensas de…”. Ese tipo de preguntas abiertas pueden animarle a hablar.
- Sé directo
Las preguntas muy directas, como “¿has tenido pensamientos suicidas”? son muy adecuadas para que rompa a hablar sobre sus pensamientos. Puede ser una conversación incómoda, pero le ayudará a abrirse. Y cuando conteste, escucha atentamente y responde con más preguntas abiertas, sin expresar opiniones o consejos.
- Muéstrale tu ayuda
Céntrate en lo que está sintiendo, y no en intentar resolver su problema. Con esto le harás ver que le estás escuchando y que te importa lo que te cuenta. Elige bien el momento y el sitio, de modo que se sienta cómodo para abrirse. Déjale tomarse su tiempo; para él, encontrar a alguien que le muestra la intención incondicional de ayudar es muy importante.
- Muéstrate respetuoso
Hazle saber que entiendes lo mal que lo está pasando. Evita minimizar o descartar cualquier pensamiento o sentimiento que tenga, por banal que te pueda parecer, y no los juzgues. Que sepa que le estás escuchando, y que tienes para él todo el tiempo que quiera.
La verdad es que no hay una manera “estándar” de llevar este tipo de conversaciones… Lo importante es que sepa que estás con él o con ella.
- Ofrécele ayuda
Puede ayudar algo tan simple como prepararle un café o salir con él a dar un paseo. Y también puedes ofrecerte a buscar ayuda profesional: hablando con su médico o buscando ayuda on-line.
Si tienes pensamientos suicidas
Piensa que no tienes que afrontar esos pensamientos solo y sí que tienes ayuda a tu disposición. Si estás abrumado por tu situación y sobrepasado por pensamientos y sentimientos negativos es importante que pidas ayuda.
- Llama a un teléfono de ayuda
Encontrarás varios en Google. Teclea “línea ayuda al suicida” y podrás elegir entre bastantes de ellos. Una posibilidad es el teléfono de la esperanza, que lleva más de 50 años establecido en España. https://telefonodelaesperanza.org/contacto
- Habla con tu médico
Pide una cita con tu médico de familia, que evaluará tu caso y podrá derivarte a las especialidades adecuadas; probablemente un psicoterapeuta a quien contarle tus sentimientos y pensamientos, y también posiblemente un psiquiatra, que prescribirá, si procede, los medicamentos adecuados.
- Apóyate en tu familia y amigos
A lo mejor te resulta difícil, pero debes contarlo a los que te rodean. Es un paso importante en el control de los pensamientos suicidas. Contar cómo te sientes supondrá un enorme alivio y veréis juntos la forma en que mejor podrá ayudarte.
- No te identifiques con tus pensamientos
Recuerda que los pensamientos que tienes sobre el suicidio son solo pensamientos. No tienes que actuar sobre ellos, sin importar lo abrumadores que te resulten o lo frecuente de que aparezcan. No siempre has tenido esos pensamientos, pues las emociones cambian. Y volverán a cambiar. Prueba a seguir un diario donde anotar lo que piensas. Podrá ayudarte a entender a fondo tus sentimientos.
- Concéntrate en el “ahora”
Solo tienes que superar el momento presente. Sé cariñoso contigo mismo. Intenta no pensar demasiado en el mañana y concéntrate en el “ahora”. Haz algo que te gusta y también haz lo posible por distraerte: centrarte en tus pensamientos puede fortalecerlos, y será más difícil controlarlos. Sal con el perro, llama a un amigo u oye música. Márcate pequeñas metas, que te hagan concentrarte en ellas.
- Busca lo positivo
Hazte una lista con lo que hay de positivo en tu vida y de lo que te gusta de ti mismo. Puede resultar difícil, pero intenta añadir algo a diario: una actividad que has disfrutado, un comentario que alguien hizo sobre ti, un gesto amable que tuviste con alguien.
- Cuídate
Si te sientes capaz, haz ejercicio, que libera las hormonas del bienestar y tendrán un efecto positivo en tus sentimientos. Si estás tratando de relajarte busca tiempo para actividades que te ayuden a calmarte: un paseo por el campo, un baño caliente, tus libros “talismán”. La meditación, el mindfulness y las técnicas respiratorias pueden ayudarte en gran medida.