12 maneras de impedir que la ansiedad te perjudique en tu trabajo

De acuerdo con diversas investigaciones, la ansiedad y la depresión están entre las cuatro razones más comunes de absentismo laboral.

Se estima que los problemas mentales afectan a uno de cada seis trabajadores en España. Desde evitar ciertas situaciones, afectando a la confianza en uno mismo y minorando las metas, la ansiedad sin tratar puede ser un obstáculo muy serio en tu trabajo… y en tu salud mental.

Si padeces ansiedad y está afectando a tu familia y a tu trabajo, aquí explicamos qué puedes hacer para combatirla.

Qué es la ansiedad laboral

Nos referimos a ella cuando empeora cuando estamos trabajando o pensando en el trabajo. Puede aumentar como consecuencia de una situación que te genera preocupación excesiva o miedo de las consecuencias que pueda acarrear, como un conflicto con un colega, un jefe intimidatorio, una carga de trabajo poco realista o miedo a cometer errores de consecuencias imprevisibles.

Es frecuente en trabajos en los que no está claro lo que se espera de ti, o bien si tienes una carga de trabajo imposible de sacar adelante, si tienes dificultades personales con el trabajo o tienes niveles altos de responsabilidad con poca ayuda.

La ansiedad es una emoción normal que todos padecemos de vez en cuando. Nos pone alerta ante peligros reales o percibidos y nos ayuda a reaccionar cuando hay una amenaza. Pero si experimentas ansiedad constantemente o es tan intensa que perjudica tu capacidad de trabajo, afecta a tu salud física y mental  y a tu capacidad de disfrutar de la vida y a tu vida familiar, es llegado el momento de hacer algo.

Como afirmar que tienes ansiedad laboral

Los síntomas más frecuentes son:

  • Un importante deseo de evitar el trabajo
  • Tratar de no pensar en lo que tienes que hacer o, al contrario, no lograr quitártelo de la cabeza
  • Dificultades para dormir
  • Irritabilidad o muy poca capacidad de frustración
  • Evitar los amigos o la familia
  • Sentirse cansado, de mal humor o desmotivado
  • Dificultad para concentrarse
  • Comprobar compulsivamente tu trabajo
  • Malestar de estómago
  • Dolores musculares, tensión
  • Sentirse sin descanso y al límite
  • Sufrir ataques de pánico

La ansiedad laboral continua acaba erosionando tu autoestima, y cuestionándote tu propia capacidad laboral, causando que te concentres solo en tus limitaciones.

Si aplazas las tareas del día o te distraes fácilmente o si dejas de tomar decisiones por miedo a tomar la decisión errónea puede impactar también en tu eficiencia laboral.

Podría también notar que te preocupas demasiado por ciertas tareas o situaciones en tu trabajo, poniéndote siempre en lo peor. En casos extremos, eres incapaz de desconectar, con preocupaciones constantes sobre resultados, fechas límite, tareas pendientes y conflictos potenciales hasta en tu tiempo libre.

Cómo abordar la ansiedad laboral

Si estás pasando por un momento de mucha ansiedad en tu trabajo, a continuación te contamos algunas cosas que puedes hacer para superarla.

Habla de tu ansiedad

Si crees que hay factores concretos que causan o incrementan tu estado de ansiedad, como fechas límite inalcanzables, cargas de trabajo inhumanas o una cultura empresarial que no fomenta desconectar en tiempo libre, ponlas por escrito en una lista para hablarla a continuación con tu supervisor o un gerente. Puede serte difícil, pero serán conscientes de que hay un problema.

Alternativamente, hablar con tus amigos y familiares o tu médico de familia puede suponer un buen alivio.

Estudia estrategias de gestión de la ansiedad

Ser más consciente de los factores que contribuyen a tu ansiedad te ayudará a saber cómo manejar esos difíciles sentimientos. Ponlos por escrito.

Determinados estudios muestran que lo que nos hace infelices o ansiosos no son los factores en sí, sino cómo los percibimos, cómo pensamos en ellos. Asegurarte de que tus pensamientos –y sentimientos– son realistas, hacia ti y hacia terceros, y de que no tienes expectativas irreales o tiendes a hacerte responsable de cosas fuera de tu control te ayudarán a reducir la ansiedad.

Ponte límites

En momentos de ansiedad, es realmente importante mantener el equilibrio entre tiempo libre y vida personal. Como consecuencia de tu ansiedad, puedes encontrar que tus tareas te llevan más tiempo, por lo que trabajas más horas. Esto puede empeorar tus sentimientos de estrés y ansiedad a medio plazo. Fijarte límites, como por ejemplo, llegar y salir de la oficina a la hora en punto, o salir a comer fuera de la oficina no sólo te ayudará a controlar la ansiedad sino redundará en tu eficiencia laboral.

Conoce tus derechos

Si tu jefe no es comprensivo con tu situación, puede ser el momento de hablar con alguien de Recursos Humanos. La legislación laboral está de tu lado. Y no olvides que en un momento dado tu médico de familia podría darte una baja temporal por enfermedad.

Utiliza los recursos de la empresa

Si tu empresa es grande, es muy probable que tenga una política de apoyo a los trabajadores muy bien definida. En este caso, posiblemente tenga a tu disposición un programa de ayuda a los empleados en casos como el tuyo.

Enfréntate a tus miedos

Tendemos a evitar las cosas que tememos. Esto puede, qué duda cabe, evitar la ansiedad a corto plazo, pero no a largo plazo, y puede volver la vida laboral muy dura. Si hay algo que llevas tiempo evitando hacer, respira hondo y ponte a ello. Verás el alivio que te proporciona cuando lo hayas logrado, y además sabrás si tus peores presagios se materializan o no. Aunque así fuera, el haberlo enfrentado aumentará tu confianza en ti mismo, y tu capacidad de hacer frente a los problemas.

Haz mindfulness

Ya sabes lo que es el mindfulness: concéntrate en la actividad que estés haciendo, en el “aquí y ahora”, lo que evitará que pensamientos y miedos indeseables colonicen tu mente. Te vas a sentir mucho más seguro si te centras en tu lavado de dientes, por ejemplo en cada una de las 18 superficies que vas a ir recorriendo con el cepillo. Si además lo complementas con algo de meditación cada vez te sentirás más fuerte cuando salgas de la oficina.

Fíjate una rutina de sueño

Puede ser difícil conciliar el sueño estando excesivamente ansioso, o puedes estar despertándote por la noche con mayor frecuencia. Y estar descansados nos proporciona más recursos para hacer frente a los retos diarios y por su puesto a la ansiedad. Además, el sistema nervioso se calma y se recupera. De modo que intenta establecer una rutina para el momento de irte a la cama. Puede ser darte un baño caliente, o una ducha, anotar en un cuadernito las preocupaciones del día, crear un ambiente apetecible en tu habitación, recogido y fresco, leer un rato u oír música.

Haz ejercicio

Los compuestos químicos que el ejercicio libera en el cerebro reducen la ansiedad, afectan positivamente a tu humor y te pueden hacer sentirte mejor contigo mismo y tu capacidad de afrontar los problemas. ¡Por no hablar de los múltiples beneficios que tiene para todo el cuerpo!

Controla lo que comes

Cuando estamos ansiosos es fácil y muy frecuente asaltar la nevera y comer a placer, sin diferenciar lo que sí y lo que no. Forrarte de chuches puede suponer un alivio a corto plazo, pero empeorará las cosas pasado un tiempo. Como bien, regularmente, evita el exceso de azúcar y no te pases con la cafeína y el alcohol. Todo ello te ayudará a reducir la ansiedad.

Tómate tiempo para relajarte

Los ejercicios de relajación ayudan a reducir los síntomas físicos y mentales de la ansiedad. Son muy diversos: por ejemplo, imagínate a ti mismo en un entorno tranquilo y haz ejercicios como inspirar el aire contando despacio hasta cuatro y expirándolo contando hasta seis. Lo puedes hacer en tu mesa de trabajo, en el autobús de vuelta a casa o en tu cama, de noche. Cuanto más practiques este tipo de ejercicio, incluso cundo no esté especialmente ansioso, más te será de ayuda llegado el caso de que lo necesites.

Busca ayuda

De vez en cuando, ocasionalmente todos sufrimos sentimientos de miedo y de ansiedad. Normalmente los superamos, y lo que te acabamos de contar debe poderte ayudar la gran mayoría de las veces. Pero si no fuera el caso, no lo dudes. Habla con tu médico de familia, que sabrá proponer la línea de actuación más adecuada para ti.


Seguro de accidentes para autónomos: Todo lo que tienes que saber

Seguro de accidentes para autónomos

Seguro de accidentes para autónomos: Todo lo que tienes que saber

Trabajar por cuenta propia implica que la persona que lo hace, debe gestionar por sí misma todas las protecciones que sean necesarias para el desempeño de su actividad de una forma segura. Aquí entran en juego los seguros de accidentes para autónomos, que en el caso de producirse uno, se encargará de que sigas teniendo ingresos hasta que puedas volver a trabajar.

Los seguros para quienes trabajan por cuenta propia

Ser una persona autónoma significa que se es un profesional que realiza una actividad laboral por su cuenta y riesgo. En función de cuál sea dicha actividad, los riesgos a los que se enfrenta serán mayores o menores, pero siempre estarán presentes de alguna forma. Estos pueden ir desde los daños materiales en el establecimiento o los bienes, la pérdida de patrimonio y hasta los accidentes personales que pueden llegar a causar una invalidez o la muerte.

Para proteger a este colectivo, hay una serie de seguros que son obligatorios. Sin embargo, estos no son los mismos para todos, puesto que depende del sector o de la actividad en concreto que realicen. Al mismo tiempo, hay otras coberturas que, si bien no son obligatorias por ley para el desempeño de una actividad, sí que son recomendables.

El motivo para apostar por ellas se encuentra en que, todavía hoy, los derechos de los que gozan las personas autónomas distan mucho de la protección que disfrutan quienes trabajan por cuenta ajena. Así, ante las bajas laborales, por dar un ejemplo, la prestación que se cobra no alcanza los 300€ en la mayoría de los casos, lo que pone en riesgo la situación financiera de la persona y del propio negocio.

¿Qué es y qué incluye el seguro de accidentes para autónomos?

Si volvemos al seguro de accidentes para autónomos, esta póliza es aquella que se encarga de dar protección a la persona asegurada cuando sufre un accidente, tanto durante la realización de su jornada como en su tiempo personal, y que le impide desarrollar su actividad laboral con normalidad.

Por lo general, esta póliza es contratada por quienes desarrollan una actividad que implica un trabajo físico, como por ejemplo el sector de la construcción. En estos, el riesgo de sufrir un accidente es mucho más elevado que para quienes trabajan en una oficina.

Si nos vamos a las estadísticas, durante los nueve primeros meses de 2021, en nuestro país se produjeron 25.500 accidentes laborales de personas autónomas. Si bien la mayoría fueron de carácter leve, es una cifra que se ha incrementado con respecto al año anterior. Y aunque la solución para por aumentar las medidas de seguridad y la conciencia del riesgo que se corre, los imprevistos suceden y no todo está siempre dentro de nuestro control.

La contratación de un seguro de accidentes para autónomos es una forma de garantizar que, si se produjera dicho accidente, se podría disfrutar de una indemnización. Con esta, se podría seguir haciendo frente a los gastos del negocio y no desestabilizar la situación económica personal.

En lo que respecta a las coberturas, los seguros para autónomos tienen diferentes características, pero, con carácter general, cubren el tiempo que se esté de baja laboral por una enfermedad o por accidente. De este modo, la familia podrá continuar recibiendo ingresos estables. Pero además de estos puntos básicos, también se cubre la invalidez permanente e incluso el fallecimiento.

A la hora de la contratación, se puede elegir entre la modalidad tradicional o los seguros de accidentes para autónomos baremados. En estos, se establece un tiempo de baja determinado para cada dolencia o lesión y desde el primer día se cobra la indemnización. El importe será la cantidad acordada al día por el tiempo que indique el baremo.

¿Es obligatorio el seguro de accidentes para autónomos?

Al inicio, decíamos que hay seguros que son obligatorios y otros no y es que en función del tipo de actividad o de las características de la empresa, aquellos variarán. Los que marca la ley son el de Responsabilidad Civil, que se ocupa de los daños ocasionados a terceras personas; el seguro del vehículo, cuando este se utiliza para la actividad; el seguro multirriesgo cuando hay un local para desarrollar aquella, y los seguros de convenio, que son aquellos destinados a la protección de las personas trabajadoras que se tengan contratadas.

Por lo tanto, el seguro de accidentes para autónomos no es obligatorio de acuerdo con la ley, pero sí es uno de los más recomendados si queremos disfrutar de una cobertura ante la eventualidad. Además de proteger nuestro bienestar y de facilitar la recuperación si se produjera el accidente, son una excelente forma de ofrecer tranquilidad para toda la familia.

Problemas digestivos más comunes

¿Quién alguna vez en la vida no ha tenido una mala noche tras una cena copiosa, o malestar ocasional de estómago, o un intenso ardor o..? En este artículo repasamos los problemas más frecuentes de estómago.

El ardor de estómago

Es quizá la causa más frecuente de consulta al médico de familia. También se llama exceso de acidez o pirosis.

Hay muchos problemas que pueden provocar ardores de estómago y una de las más habituales es el reflujo gastro-esofágico (ERGE). Se produce cuando los alimentos que están pendientes de digerir en el estómago se vuelven hacia el esófago. Esos alimentos están regados por los jugos gástricos, que son muy ácidos. El estómago tiene un revestimiento que lo protege de esa acidez, pero el esófago no. La sensación de quemazón en la zona baja del esófago es lo que da nombre al trastorno. Hasta un 10 o un 20% de la población occidental lo padece. Puede afectar seriamente a la calidad de vida de quienes lo padecen.

Síntomas del ardor

  • Ardor, que es la sensación de quemazón la parte alta del abdomen, detrás del esternón. Aparece normalmente después de comer
  • Regurgitación, que es la salida del estómago hacia arriba, pudiendo llegar hasta la garganta e incluso a la boca.
  • Dificultad para tragar, cuando el trastorno es recurrente y se ha producido una inflamación del esófago

Otros síntomas son dolor en el pecho, exceso de saliva, sensación de tener un bulto en la garganta, dolor al tragar, náuseas y hasta vómitos.

Diagnóstico del ardor

Los síntomas citados son habitualmente la base del diagnóstico.

Se deben eliminar otras posibles enfermedades que provocan síntomas parecidos como infecciones, inflamaciones esofágicas, úlcera de estómago, dispepsia (molestias abdominales con malas digestiones y flatulencias), problemas del hígado, enfermedad de las coronarias (las arterias que riegan el corazón).

Para ello, se recomienda una evaluación más a fondo en los pacientes con dificultad para tragar o con síntomas de ERGE. Si el paciente no ha respondido a un tratamiento empírico (“a ciegas”) a base de un inhibidor de la bomba de protones, como el omeprazol, el especialista digestivo pedirá una endoscopia con biopsia, que podrá determinar la existencia de alguna lesión u otros posibles problemas.

Úlcera de estómago o duodeno (úlceras pépticas)

Aunque pueden en un principio no presentar ningún síntoma, hasta que aparecen las complicaciones asociadas a la úlcera, los síntomas más frecuentes son el dolor y las molestias en la parte superior del abdomen, concretamente en el epigastrio, es decir, la boca del estómago. Ocasionalmente también pueden presentarse en ambos lados del abdomen, debajo de las costillas.

El clásico dolor de la úlcera se presenta entre 2 y 5 horas después de las comidas y durante la noche, entre, pongamos, las 11 y las dos de la madrugada, cuando la secreción de ácido en el estómago es máxima.

Las úlceras van en ocasiones asociadas al reflujo gastroesofágico y también con el estreñimiento.

Pero, repetimos, las úlceras pueden cursar sin síntomas, y es más frecuente en ancianos y en pacientes que toman aspirina, ibuprofeno y similares antiinflamatorios no esteroideos.

Las complicaciones derivadas de una úlcera péptica son:

  • Cambio en el dolor, que pasa de una molestia vaga en la boca del estómago a uno más intenso que no se alivia con los alimentos ni con los antiácidos
  • Posible aparición de un dolor abdominal brusco
  • Vómitos
  • Hemorragia, que puede venir precedida de náuseas, vómitos de sangre heces en forma de melenas (o sea, con sangre).

Causas de la úlcera. Diagnóstico

La mayoría de las úlceras gastro-duodenales se producen como resultado de:

  • Infección por una bacteria, la Helicobacter Pylorii, la más habitual
  • Uso de medicamentos, como antiinflamatorios no esteroideos (aspirina, ibuprofeno) o antirreumáticos. Es menos frecuente
  • Cáncer de estómago. En ocasiones, una úlcera de estómago puede estar escondiendo un cáncer en dicho órgano. Pero una úlcera duodenal muy raramente es en realidad un cáncer.

El diagnóstico se lleva a cabo mediante una endoscopia, que es la exploración del esófago mediante la introducción de un dispositivo con una cámara que permite ver el interior.

Tratamiento de la úlcera

Es función de la causa de la úlcera.

  • Si se trata de Helicobacter se instaura un tratamiento a base de antibióticos e inhibidores de la bomba de protones (tipo omeprazol). El tratamiento es generalmente eficaz y una semana de medicación suele ser suficiente. En ocasiones, la bacteria puede ser más resistente, por lo que el tratamiento deberá prolongarse.
  • Si son medicamentos los causantes de la úlcera, el primer paso es suprimir las tomas. Si no hay infección por Helicobacter, la úlcera se trata con antagonistas H-2 (bloqueantes H2) más un inhibidor de la bomba del ácido, como, de nuevo, el omeprazol.

Si la úlcera es sangrante, la situación puede ser muy grave y requerirá el ingreso del paciente.

SII: Síndrome de intestino irritable (colon irritable)

Se caracteriza por un dolor abdominal crónico sin causa orgánica. Es el trastorno intestinal diagnosticado con mayor frecuencia, afectando al 10-15% de la población general. Se da el caso curioso de que sólo el 15% de las personas afectadas busca atención médica, pero aun así, el trastorno representa un porcentaje cercano al 50% de las consultas de gastroenterología.

Síntomas del SII. Diagnóstico

Los pacientes presentan muchos síntomas diferentes, pero los más habituales son el dolor crónico y los cambios de hábitos intestinales.

El dolor crónico se describe habitualmente como una sensación de calambre, con agudizaciones periódicas. No siempre duele en la misma zona y la intensidad varía entre una simple molestia hasta un dolor incapacitante.

Los cambios en los hábitos intestinales son muy diversos y van desde estreñimiento a diarrea; incluso pueden alternar ambos en el mismo paciente.

El diagnóstico se realiza comprobando una serie de trastornos clínicos, de modo que si el paciente presenta más de tres de ellos se le puede diagnosticar como paciente de SII.

Tratamiento del SII

El tratamiento es largo y se basa en una continua y fluida comunicación paciente-médico. Si los síntomas son leves, se empieza por cambiar ciertos hábitos en el estilo de vida y modificar la dieta. Por ejemplo, eliminar bebidas que produzcan gases, o evitar la lactosa y el gluten.

En pacientes con síntomas entre leves y moderados y que no responden a dichos cambios, así como los pacientes con síntomas moderados a intensos, se recomienda el tratamiento según el síntoma predominante (antidiarréicos, laxantes, espasmolíticos, etc.)

Otros trastornos menos frecuentes

Otras enfermedades no tan frecuentes y que requieren la intervención de un especialista son la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, que son inflamaciones crónicas del intestino.

¿Qué tipo de seguro cubre la cirugía bariátrica?

¿Qué tipo de seguro cubre la cirugía bariátrica?

El sobrepeso y la obesidad son dos grandes males de nuestra era, que cada vez afectan
a un porcentaje más elevado de la población. Esta última se considera una patología
crónica que avanza progresivamente. Por tanto, los tratamientos dirigidos a ella no son ya
una cuestión de estética, sino de salud. Entre ellos se incluye esta intervención quirúrgica.
Pero, ¿Qué seguro cubre la cirugía bariátrica?

¿Qué es la cirugía bariátrica?

En primer lugar, definamos qué es la cirugía bariátrica. Se trata de un procedimiento
quirúrgico mediante el cual se modifica el tracto digestivo. Pero no solo
anatómicamente, sino también desde el punto de vista metabólico y funcional, con el
objetivo de reducir el peso y, en consecuencia, mejorar la calidad de vida de la persona.

Se lleva a cabo en quienes padecen obesidad mórbida, que se calcula utilizando el
método del Índice de Masa Corporal o IMC. Este índice tendría un valor por encima de
40. En estos casos, puesto que la movilidad se ve afectada, y las pautas de alimentación
y los medicamentos no han sido eficaces, esta cirugía se convierte en la única vía para
tratar esta patología.

Una vez se ha procedido con este tratamiento, los cambios son notables e incluyen la
reducción de los niveles de glucosa y de colesterol en la sangre, desciende la presión
arterial, se elimina o se reduce la apnea del sueño y el corazón se ve aliviado de la carta
de trabajo excesiva.

Precio de esta cirugía

El precio de la cirugía bariátrica depende del tipo de técnica que se emplee. Quien vaya
a operar será quien decidirá qué procedimiento es el más adecuado para cada caso. No
obstante, hay que tener en cuenta que el importe supera los 10 mil euros, y que el
proceso no comienza ni concluye con la operación.

De hecho, hay que realizar una serie de pruebas antes de la intervención, además del
preoperatorio. Y una vez hecha la cirugía, hay que hacer un seguimiento de varios años,
acudir a una consulta nutricional para la reeducación en este aspecto y no volver a
recuperar el peso perdido por los viejos hábitos, y acudir a terapia psicológica. Dentro de
las opciones quirúrgicas, los procedimientos pueden ser malabsortivos o restrictivos,
así como ambos combinados.

Malabsortivos

La primera técnica, que también se conoce como bypass gástrico, consiste en en cambiar
el funcionamiento del aparato digestivo, para que los alimentos que se ingieren no
pasen por todo el estómago, sino únicamente por una parte de este. En el intestino
sucede algo similar, que es donde se absorben las calorías y los nutrientes.

Restrictivos

La segunda técnica, la restrictiva, es la que reduce el volumen del estómago, por lo
general en un 80%, para que su capacidad sea menor. De esta manera, se puede ingerir
un número más reducido de alimentos. Pero a diferencia de la anterior, aquí las
funciones digestivas no se ven alteradas. También se le conoce como manga gástrica,
porque el estómago adopta esta forma.

Banda gástrica

Existe una tercera opción que es la banda gástrica. Esta consiste en insertar un anillo
flexible de silicona en la parte superior del estómago, para reducir el tamaño de esta
cavidad. Al ser flexible, se puede ir amoldando la presión que ejerce sobre el estómago
según se va perdiendo peso y de los efectos secundarios que se produzcan. La persona
que se opera experimenta una sensación de saciedad tras una ingesta reducida y,
además, se ve obligada a comer más despacio.

Entre las tres técnicas, esta presenta un nivel de seguridad elevado, con
complicaciones perioperatorias reducidas. Por otra parte, la recuperación es rápida y
reversible por laparoscopia si no funcionase como debe.

Si volvemos a la cuestión del precio, habría que valorar qué técnica se utiliza y la
complejidad en cada paciente.

¿Qué seguro cubre la cirugía bariátrica?

Con respecto a la pregunta de qué seguro cubre la cirugía bariátrica, tal y como hemos
indicado su precio es muy elevado, por lo que no todas las compañías aseguradoras la
cubren. Y además de este aspecto, puesto que toda intervención implica un riesgo, debe
tratarse de una necesidad.
Al contratar un seguro de salud , se debe rellenar un cuestionario de salud donde se
descartan las enfermedades preexistentes, ya que estas quedan fuera de la cobertura. No
obstante, es necesario consultar con la compañía en cuestión, o en varias si aún no se
cuenta con una póliza, para conocer se existe la posibilidad de cubrir todo el proceso o, al
menos, una parte de él.

Si lo tratamientos previos han fracasado, el IMC es superior a 40 y la salud de la persona
titular de la póliza está en riesgo, por presión elevada o diabetes, sí podría aceptarse la
cobertura parcial de la intervención. Otro punto a tener en cuenta es la existencia del
período de carencia, que es el tiempo que debe transcurrir desde la contratación hasta
que se puede acceder a determinados servicios. En estas intervenciones suele oscilar
entre los 12 y los 24 meses.

Seguro dental infantil: Características y cobertura

Seguro dental infantil

Cuando la familia crece y ya se dispone de alguna póliza contratada, es frecuente
plantearse la opción de apostar también por el seguro dental infantil, de cara a cubrir,
desde una edad temprana, todos los problemas relacionados con la salud y la estética
bucal.

¿Qué es un seguro dental infantil?

El seguro dental infantil es aquella póliza que tiene como finalidad cuidar la salud
bucodental de los menores, tanto desde el tratamiento como desde la prevención de
patologías
. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, a diferencia del seguro dental
para adultos , este tipo de póliza dental no existe de manera independiente, sino que se
puede contratar únicamente incluyéndola en la anterior. En cuanto al precio de esta
cobertura extra, todo dependerá de la edad que tenga el o la menor.

Si se tiene la intención de contratar un seguro dental infantil, pero no se tiene previamente
un seguro familiar, para elegir el más idóneo, se recomienda realizar una comparativa
de las coberturas
que cada compañía aseguradora ofrece, dado que no siempre son las
mismas. Y poner estas en relación con el precio que implica disponer de la póliza. En el
siguiente punto conoceremos cuáles son dichas coberturas.

Coberturas de los seguros dentales para niños

Las coberturas de un seguro dental de niños y niñas varía, como hemos dicho, en función
de la aseguradora por la que se opte. No obstante, se dividen en tratamientos
preventivos, que son aquellos que no se encargan de tratar alguna dolencia existente,
sino que están dirigidos a evitar que estas aparezcan en el futuro, y en tratamientos
específicos, que dan una solución a un problema concreto existente. Si entramos en
detalle, son los siguientes.

Odontopediatría

La odontopediatría es una especialidad dentro de la odontología que se encarga del
estudio y del cuidado de los dientes en menores, desde el momento de su nacimiento
hasta que alcanzan la pubertad. Aquí pasarían a ser considerados como adultos, por
tener ya la dentadura definitiva. Los tratamientos que se suelen emplear son más
sencillos y menos invasivos
, al estar destinados a los dientes de leche que no suelen
tener raíz.

Ortodoncia

La ortodoncia infantil consiste en la corrección de la posición de los dientes y de la
mordida
, tanto con fines estéticos como de salud. Se recomienda la primera revisión a los seis años, edad a partir de la cual se podrán tomar medidas correctoras destinadas a
marcar una dirección para los dientes definitivos.

Pulpotomía

La pulpotomía es una intervención que trata las caries de los dientes de leche, en
aquellos casos en los que el daño supera la superficie de aquellos, pero sin llegar a la
raíz periapical. También se realizan cuando se produce un golpe en los dientes y se daña
la cámara pulpar. Durante este procedimiento, se vacía de forma parcial la pulpa dentaria
con el daño y se reconstruye la pieza.

Obturaciones

Las obturaciones son más conocidas como empastes y su objetivo es eliminar las caries
de los dientes. En estas se retira la parte del diente que está afectada y se rellena con
materiales biocompatibles.

Revisiones

Como su nombre indica, las revisiones son verificaciones del estado de los dientes, la
mordida y las encías
. Es un tratamiento preventivo, y la primera se debe realizar a los
seis años. Se suelen hacer estudios completos que permiten conocer el estado interno de
las piezas dentales, ya que a simple vista, los problemas pueden pasar desapercibidos.
Durante los tratamientos de ortodoncia y tras haber completado estos, se seguirán
realizando las revisiones.

Otros tratamientos preventivos

Aquí se incluirían las consultas, las limpiezas y las radiografías.

Ventajas de las pólizas dentales infantiles

Tendemos a pensar que el seguro dental infantil no es algo necesario porque las visitas al
dentista no se suelen realizar hasta llegada la adolescencia. Sin embargo, las caries
pueden aparecer incluso en bebés
, cuando no se toman las medidas de higiene
adecuadas.

Durante la infancia, no solo nos podemos encontrar con caries que causan molestias en
menores y que pueden llegar a dañar los nervios, sino que además, desde esta edad, y
tal y como ya indicamos, es posible comenzar a realizar correcciones de la mordida o
el alineamiento de los dientes
definitivos.

Entonces, ¿por qué apostar por un seguro dental infantil? Además de porque la
Seguridad Social incluye muy pocos tratamientos en esta especialidad
de la
medicina, permite disfrutar de un servicio de atención cuando se produce una urgencia,
así como realizar a un precio más bajo los procedimientos que sea necesario realizar. Bien por cuestiones estéticas, o bien porque repercute directamente en la salud o
el bienestar del menor. Como el tratamiento de las caries, las ortodoncias o las limpiezas
bucales.

El único aspecto a tener en cuenta al contratar un seguro dental infantil es, además de las
diferencias de precio y las coberturas, el rango de edad aceptado. La máxima en la
mayoría de las compañías aseguradoras son los 15 años, aunque también puede darse el
caso de que sean los 14 o incluso los 8 años.

Piedras en el riñón: causas, síntomas, tratamiento y prevención

people, healthcare and problem concept – close up of unhappy woman suffering from pain in back or reins at home

Las piedras o cálculos en el riñón son las causantes del cólico nefrítico, un trastorno extremadamente doloroso. Hay quien lo incluye en la lista de los 20 trastornos más dolorosos (como la rotura de un hueso, la apendicitis o las hernias de disco, por ejemplo).

Aquí te contamos sobre ellas.

Qué causa las piedras en el riñón

Las piedras está formadas por productos de desecho del cuerpo: los excesos de calcio, de amoníaco o de ácido úrico en la sangre, que se acumulan en el riñón y ocasionalmente se aglutinan, formando cristales.

Son bastante frecuentes y se suele dar más habitualmente entre los 30 y los 60 años de edad. Se dan más en los hombres que en las mujeres: afectan al 15% de ellos y al 10% de ellas.

Hay determinados factores que influyen en su formación: no beber los suficientes líquidos, ciertos medicamentos o algún trastorno que eleva los niveles de algunas sustancias en la orina.

Son variables de tamaño y forma, desde un diminuto grano de arena hasta crecer, en casos extremos, hasta el tamaño de una pelota de golf.

Factores de riesgo

Es más probable que se presenten cálculos renales es las circunstancias que siguen:

  • Si sigues una dieta alta en proteínas y baja en fibra
  • Estás inactivo o guardas cama
  • Tienes antecedentes familiares de piedras en el riñón
  • Has tenido infecciones urinarias
  • Tienes un único riñón en funcionamiento
  • Has sufrido alguna operación del aparato digestivo
  • Tienes una enfermedad intestinal, como la enfermedad de Crohn.

Qué medicamentos pueden causarlas

Hay evidencia médica de que ciertos medicamentos aumentan el riesgo de desarrollar repetidamente el trastorno. Entre ellos, algunos de uso muy frecuente como la aspirina, los antiácidos y los diuréticos. También algunos antibióticos, antirretrovirales y antiepilépticos.

Cuáles son los síntomas

Los cálculos renales no siempre presentan síntomas. Los más pequeños pueden pasar completamente desapercibidos y eliminarse por la orina sin que el paciente lo note. Pero cuando son mayores pueden bloquear el uréter, la uretra o el mismo riñón y ahí empiezan los problemas:

  • Dolor, que puede ser persistente e intenso en la parte baja de la espalda, del abdomen, la ingle, los testículos o el escroto
  • Problemas para mantenerse quieto
  • Necesidad frecuente de orinar
  • Olor raro de la orina, que puede ser turbia o con sangre
  • Dolor al orinar
  • Náuseas
  • Cansancio y malestar general.

También puede provocar una infección del tracto urinario, en cuyo caso es posible que se acompañe de fiebre alta, escalofríos y debilidad.

Cómo se diagnostica

Normalmente, el médico sospechará del diagnóstico por tus síntomas e historial médico, sobre todo si ya has tenido antes algún cálculo renal. Pedirá probablemente análisis de sangre y orina, para comprobar el funcionamiento correcto de los riñones y averiguar los niveles de ciertas sustancias que, si están presentes en exceso, pueden ser causantes del problema.

Puede ser útil orinar a través de una malla muy fina (como una media) para ver si retiene el cálculo, cuyo análisis facilitará el diagnóstico y el posible tratamiento adecuado.

En casos más serios, el médico te podrá derivar a un especialista (urólogo) que posiblemente pida radiografías, ecografías o incluso una tomografía computerizada (PET). 

Tratamiento de los cálculos renales

Si la piedra es de diámetro menor de 4 milímetros, por regla general el médico instaurará analgésicos para combatir el dolor y te enviará a casa.

Los cálculos mayores pueden, bien tratarse con un procedimiento que los rompe (litotricia) bien, en casos de piedras realmente grandes, mediante tratamiento quirúrgico.

En cualquier caso, la indicación es beber mucha agua.

La piedra requerirá el ingreso en el hospital en los casos siguientes:

  • Dolor extremadamente alto
  • Se presenta riesgo de insuficiencia renal
  • A pesar de los analgésicos, el dolor persiste
  • Vomitas, con lo que pierdes líquido y hay riesgo de deshidratación
  • Estás embarazada
  • Tienes más de 60 años.

¿Se pueden prevenir los cálculos renales?

La estadística nos dice que la mitad de pacientes que han presentado cálculos renales volverán a padecerlos en los siguientes cinco años. Pero siempre hay cosas que se pueden hacer para intentar evitar que se reproduzcan:

  • Bebe mucha agua

Es la mejor forma de prevenirlos: beber a diario mucha agua. Con ello evitarás la acumulación de productos de desecho y también evitarás deshidratarte. Cuanto más calor haga, y más sudes, más agua deberías beber.

  • Cuida lo que comes

El cálculo podría estar causado por un exceso de calcio: en este caso, la recomendación es reducir la ingesta de oxalatos de calcio en la dieta. Los alimentos que los contienen son la remolacha, el chocolate, los espárragos, los frutos secos, la soja y sus derivados y granos como la avena, el trigo y sus harinas. Pero ten muy en cuenta el punto que sigue:

  • No suprimas el calcio

A no ser que el médico así lo indique, no debes suprimir el calcio, pues es vital para la salud de los huesos y los dientes, entre otras cosas.

  • Ácido úrico

Si el cálculo está producido por exceso de ácido úrico, ten presente que la carne, el pollo, los pescados azules y el marisco lo contienen.

  • Medicamentos

Puedes estar tomando medicamentos, alguno de los que señalábamos antes. Habla en este caso con tu médico, pues podrá encontrar alternativas. En ningún caso dejes de tomarlos sin su conocimiento.

¿Es posible recuperar el dinero de un seguro de vida?

Es posible recuperar el dinero de un seguro de vida

Las prioridades pueden cambiar según pasan los años y ante los imprevistos que tengan lugar. Y, a veces, también es posible cambiar de idea con respecto a los seguros. Una de las dudas más frecuentes cuando se tiene contratada una póliza es la de si se puede recuperar el dinero de un seguro de vida. Para darle una respuesta, hay que atender al tipo de póliza y al momento en el que se plantea esta cuestión.

Posibilidad de recuperar el dinero de un seguro de vida según su tipo

El primer punto al que se debe prestar atención es al tipo de póliza contratada. Dentro de los seguros de vida, hay dos en concreto; el de vida riesgo y el de vida ahorro. La finalidad que persiguen no es la misma y, por tanto, el trato que se les da también es diferente.

Los seguros de vida riesgo tienen como objetivo indemnizar al titular del seguro en el caso de que se produzcan una serie de contingencias, que son las que se han contrato y que, por lo general, son la incapacidad o el fallecimiento. Tanto si se alcanza la edad máxima que cubre la póliza como si se cancela antes de tiempo, no existe la posibilidad de recuperar el dinero que ya se ha pagado. ¿Por qué? Porque cada prima pagada obtiene a cambio la protección de la compañía aseguradora. Si se dejan de pagar, dicha protección deja de estar activa, y se considera que la cobertura pasada ha sido disfrutada.

El segundo tipo son los seguros de vida ahorro. En estos, la situación cambia, puesto que se trata de un plan que persigue obtener un rendimiento. Aquí si es posible recuperar el dinero y es lo que se conoce como el rescate del seguro de vida.

Si me doy de baja de un seguro de vida, ¿me devuelven el dinero?

Tal y como hemos indicado, si por algún motivo se desea cancelar el seguro de vida o, dicho de otro modo, darse de baja, no va a ser posible recuperar el dinero que se ha invertido si la contratación del seguro es de la modalidad de riesgo.

Pero si se trata del seguro de vida ahorro, sí que es posible obtener un reembolso del dinero cuando se opta por la baja. Sin embargo, puesto que también hemos indicado que aquí la finalidad es el rendimiento, hay que averiguar si se trata de un momento adecuado para hacerlo. Pero precisamente porque su objetivo es generar una rentabilidad, están pensados para que el dinero se recupere en el futuro, de manera que además de incrementar el capital, se obtengan ventajas financieras y fiscales.

Estas pólizas están sujetas a las fluctuaciones de los mercados y, por tanto, la evolución de la economía hará que el ahorro sea mayor o menor, ya que en función del riesgo que se haya aceptado, existe la posibilidad de que el dinero acumulado cuando se desea darse de baja sea incluso inferior a la cantidad inicial.

En este caso, se recomienda consultar la letra pequeña del contrato o consultar directamente con quien se tiene contratada la póliza, dado que las condiciones no siempre son las mismas y puede que haya algunos requisitos para poder proceder con el rescate del seguro de vida.

¿Cómo puedo recuperar el dinero de un seguro de vida?

Si tienes contratado un seguro de vida riesgo, no hay opción a recuperar el dinero pagado, pero si es de vida ahorro, puedes optar al rescate, la cancelación o la reducción. Para proceder con la primera de ellas, el rescate, y de acuerdo con la Ley del Contrato de Seguro, hay que esperar dos años como mínimo desde que tuvo lugar la contratación y haber pagado las primas correspondientes.

Para conocer el importe exacto que se podrá recuperar, hay que consultar las condiciones que se pactaron, puesto que puede ser la totalidad de la póliza o únicamente una parte. Además, hay que tener en cuenta que también puede existir una penalización por parte de la aseguradora.

La segunda opción para recuperar el dinero de un seguro de vida es optar por la cancelación de este. En este caso, también hay requisitos, y son que tiene que el contrato debe tener una duración superior a los seis meses y que la solicitud se debe realizar por escrito dentro de los 30 días siguientes a la fecha en la que entra en vigor, tanto si es la primera vez como si se trata de una renovación periódica.

En tercer lugar, existe la reducción del seguro de vida. Esta es una cláusula que tienen únicamente algunas pólizas y, por tanto, habrá que verificar que existe. Con ella, la persona titular puede paralizar el seguro, es decir, dejarlo en suspensión porque, por algún motivo, no se pueden pagar las primas en su totalidad.

Para poder optar a ella, deben haber pasado al menos dos años desde la contratación y permite mantener una cobertura muy reducida. Si bien esta vía puede ser solicitada por la persona asegurada, es también el recurso que emplean las compañías aseguradoras ante los casos de impago.

Vitamina D: 10 de los mejores alimentos que la contienen

La mayor parte de la vitamina D la obtenemos gracias a la luz solar. En España tenemos mucho de eso, y sobre el papel no deberíamos tener carencias de dicha vitamina. Pero, por la causa que sea, lo cierto es que es muy frecuente la falta de vitamina D.

Tan frecuente como que el 50% de la población no tiene la suficiente. Este porcentaje sube hasta el 80% en ancianos, y más del 60% en mujeres embarazadas.

La vitamina D es un pilar esencial para el crecimiento y el desarrollo, y tiene un papel importante en el sistema inmunitario, por lo que su falta puede tener consecuencias serias para la salud. La buena noticia es que cuidando un poco la dieta, con alimentos ricos en vitamina D, te puedes mantener en niveles óptimos… sin necesidad de que te quemes al sol.

Beneficios de la vitamina D

Fundamentalmente, la vitamina D tiene dos beneficios que afectan a los huesos y a la función inmunitaria. Regula los niveles de calcio y de fosfatos, dos componentes básicos para mantener en forma los huesos y los músculos, y estimula las células inmunes (como los linfocitos T y los macrófagos), a la vez que controla la inflamación.

Dado que se sintetiza con la luz del sol, la vitamina D no es técnicamente una vitamina sino una prohormona, puesto que está producida por el cuerpo y no procede, como otras vitaminas, de la dieta. Justo bajo la superficie de la piel hay abundancia de una sustancia llamada 7 – dehidrocolesterol, que se convierte en vitamina D cuando la piel se expone a los rayos ultravioleta de una longitud de onda específica del sol.

Hay varias formas diferentes de vitamina D. En los alimentos y los suplementos dietéticos la vitamina D aparece en dos formas: D2 o ergocalciferol y D3 o colecalciferol. La primera es más de origen vegetal, mientras que la segunda es de origen animal –de hecho es la que nosotros mismos producimos.

La vitamina D3 es casi el doble de efectiva a la hora de elevar el nivel de vitamina D en el cuerpo.

Cuánto sol necesitamos

Ante todo, ten en cuenta que los rayos ultravioleta necesarios no pueden atravesar un cristal, de modo que ese sol tras la ventana no vale. Debes salir afuera, durante períodos cortos.

Si las condiciones de sol son buenas, no necesitas quedarte mucho rato. En realidad, no más de nueve minutos al sol pueden ser suficientes para sintetizar toda la vitamina D del día, aunque esto varía de una persona a otra. Cuanto más oscura sea la piel, la necesidad de sol para lograr la dosis diaria será mayor.

¿Tienes falta de vitamina D?

Si estás constantemente cansado, dolorido, caes enfermo con frecuencia o tienes dolor de huesos, debilidad muscular, cambios de humor o estados depresivos… podrías tener falta de vitamina D.

Si no se controla, la falta de vitamina D incrementa el riesgo de raquitismo en los niños y osteoporosis en los adultos, de modo que hay que prestar atención a los signos. La dosis diaria recomendada para la población en general varía de acuerdo con la edad:

  • Los bebés hasta la edad de un año necesitan 10mcg (microgramos) o 400 IU diarios
  • A partir del año de edad, las necesidades son de 15mcg (600 IU) diarios
  • Por encima de los 70 años, la recomendación es incrementarla a 20mcg (800 IU) diarios.

Si piensas que puedes tener deficiencia de vitamina D, habla con tu médico, que pedirá un análisis de sangre.

Cabe tener en cuenta que determinados trastornos pueden producir carencia: la enfermedad de Crohn, enfermedades hepáticas y fibrosis quística, de modo que convendrá comprobar si hay causas subyacentes de esa falta.

Si el médico confirma la carencia y es debida a la falta de sol, puede ser conveniente añadir suplementos a una dieta con alimentos ricos en la vitamina. Las dosis máximas de vitamina D de los suplementos son:

  • 1.000 IU diarias
  • 10.000 IU cada siete/diez días
  • o bien 50.000 IU mensuales.

Tomar más de 100 microgramos (4.000 IU) diarios puede ser nocivo para la salud.

10 alimentos ricos en vitamina D

Añadir a tu dieta los alimentos que siguen podrá ayudarte a completar tu cuota diaria:

Leches fortificadas y leches vegetales

Existen marcas de leche que fortifican sus productos con vitamina D, y son una buena opción. Por otra parte, las leches de origen vegetal (soja, coco, almendras, etc.) están fortificadas. La cantidad es variable, pero como media, un vaso de 250ml contiene aproximadamente 2mcg.

  • Zumo de naranja fortificado

No todos los zumos envasados están fortificados con vitamina D, de manera que tendrás que mirar la etiqueta. La cantidad de vitamina contenida es, de nuevo, variable pero cabe esperar una media de 2,5mcg por vaso de 250ml.

  • La caballa

Una ración de 100 gramos de caballa contiene 13,8mcg de vitamina D, lo que cubre, de lejos, tus necesidades diarias. Los arenques también la contienen, pero en menor medida: 4.2mcg en cada 100 gramos.

  • Los huevos

Como media, un huevo contiene 1mcg de la vitamina, aunque en realidad depende de lo expuesto al sol que haya estado el pollo y el contenido de vitamina D de su alimentación. Puede no ser mucho, pero unido a otras fuentes, la cifra irá creciendo. De ser posible, elige huevos de pollos criados al aire libre.

  • Aceite de hígado de bacalao

Una cucharada de té de este aceite contiene 11,25mcg. Un sabor horrible, sí, pero la alternativa es tomarlo en cápsulas. Además, también proporciona el 90% de la dosis diaria recomendada de vitamina A. Pero ten en cuenta que esta última es tóxica si se ingiere demasiada cantidad.

  • Las setas

Contienen pequeñas dosis de vitamina: 0,2mcg por 100 gramos. Las setas sintetizan la vitamina como nosotros: con la luz del sol. A veces se encuentran setas envasadas enriquecidas con vitamina D (mira la etiqueta). Otra posibilidad es ponerlas en la ventana, al sol, antes de consumirlas.

  • Sardinas

Contienen hasta 4,8mcg de vitamina D en cada 100 gramos. Frescas o en lata, siguen siendo una fuente óptima, sin olvidar que están repletas de ácidos grasos Omega-3, proteínas y vitamina B.

  • Cereales fortificados

De nuevo tendrás que leer la etiqueta para saber a qué atenerte en cuanto a cantidad de vitamina D contenida. Además de ésta, también se suelen fortificar con otros nutrientes, como hierro y vitamina B12. Son ideales para personas que siguen dietas vegetarianas o veganas.

Raw salmon on cutting board
  • Salmón

Cada 100 gramos contienen 10,9mcg de vitamina D; merece pues la pena añadirlo a la dieta, aunque no es la única razón: su imponente lista de nutrientes contenidos ayudan a proteger el corazón, el cerebro y la glándula tiroides.

El hígado de vaca

El hígado de vaca (o de ternera) contiene 1,2mcg de vitamina D, además de grandes cantidades de vitamina B12, vitamina A, hierro, cobre, colina, riboflavina y ácido fólico. Y cuando decimos grandes, es que lo son: por ejemplo, 100gramos contienen 3.460% de la necesidad diaria de vitamina B12 o 1.620% de las de cobre. Pero cuidado, porque también es muy rico en colesterol, de modo que evita consumirlo con frecuencia.