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La nueva edición de la revista «Interés Mutuo» ya está disponible para todos nuestros mutualistas. Puedes consultarla online o descárgatela en tu dispositivo desde la oficina virtual.
En junio publicamos una nueva edición de la revista corporativa de MGC Mutua, Interés Mutuo. Además de la edición en papel que reciben nuestros mutualistas, aquellos que lo deseen también pueden consultar la revista y descargarla en formato PDF en su dispositivo desde la oficina virtual.
La revista Interés Mutuo pretende ofrecer siempre contenidos de calidad: artículos de salud y medicina elaborados y/o supervisados por médicos y artículos de actualidad, de opinión y de análisis, con un tratamiento de la información ameno, original y riguroso.
En la edición de este semestre destacamos los siguientes temas:
Editorial: La mejor inversión en salud
Novedades: MGC Mutua apuesta por la excelencia en su cuadro médico con la categoría “Centro-Médico Consultor”
Actualidad: Xavier Plana asume la dirección general de MGC Mutua
Entrevista: Gloria Montasell: “Hay muchos estudios e investigaciones científicas que coinciden en que la gratitud mejora considerablemente nuestra salud”.
Salud de cerca: ¿Para qué sirve la melatonina?
Píldora de Salud: Tengo alergia
Son 20 páginas impregnadas del esfuerzo, la ilusión y el compromiso que conforma nuestra filosofía y que también puedes descargar en tu dispositivo para consultarla donde quieras con total comodidad. Accede ahora a la revista Interés Mutuo desde la oficina virtual.
A todos nos pasa en algún momento: dejamos de oír con normalidad, tenemos algunas molestias de oídos y se taponan. La razón puede ser que la cera de los oídos se haya acumulado en exceso, provocando el taponamiento.
Qué es la cera de los oídos
El cerumen, que es como también se llama la cera de los oídos, es una sustancia de color amarillento que el cuerpo humano segrega en los canales auditivos. Su utilidad es, junto a la pilosidad natural de los conductos, proteger el oído de infecciones y otros daños. Normalmente, el sonido pasa sin problemas por los intersticios que quedan libres.
Tiene, además, la función de atrapar las partículas, que poco a poco son arrastradas hacia afuera, aunque sea un movimiento totalmente imperceptible.
Si por cualquier razón se produce un exceso de cerumen, puede éste acumularse, y acaba por taponar el conducto.
También puede deberse a alguna malformación en el conducto; por ejemplo, si es demasiado estrecho o su existe algún ángulo que impide la salida de la cera al exterior.
Qué síntomas produce la acumulación
Puede no producir ningún síntoma, pero, en general, la pérdida de audición es el síntoma más habitual. Otros posibles síntomas son:
Dolor en el oído taponado
Malestar, o sensación de bloqueo
Acúfenos (o tinnitus), que son zumbidos que se perciben pero que no existen más que en el cerebro del paciente
Picores
Secreciones amarillentas y cerúleas
Cómo eliminar el cerumen
Gotas
En la farmacia tienes disponibles gotas que aplicadas según indica el prospecto, suavizan y aflojan la cera, lo que facilita su eliminación. Hay diferentes compuestos: de bicarbonato sódico, de cloruro sódico, de urea o de peróxido de hidrógeno.
Lo ideal es dejarse aconsejar por el farmacéutico, que sabrá recomendar la más conveniente a tu caso.
Aceite de oliva
Parece un remedio de nuestras abuelas, ¿verdad? Pero lo cierto es que a menudo es el primer tratamiento que se aplica. El aceite empapa la cera y la ablanda cuando está endurecida, lo que facilita su salida al exterior.
Irrigaciones
Si el exceso de cerumen persiste, una posibilidad son las irrigaciones. Consisten en inyectar un chorro de agua tibia a baja presión, que suaviza y desaloja la cera. Normalmente antes de la irrigación se aplican unas gotas para ayudar a ablandar la cera.
Esta operación debe realizarla un profesional médico.
Microsucción
Este es un tratamiento reservado al otorrino, y consiste en la introducción de un tubo que aspira suavemente el exceso de cera. Es más sencilla y menos arriesgada que la irrigación, y puede no requerir las gotas previas para ablandar la cera.
Qué no debes hacer
Usar agua a presión
Teóricamente, un chorro de agua a presión desalojaría la cera, arrastrándola hacia afuera. Es completamente desaconsejable, pues puede producir lesiones serias, que incluyen la rotura del tímpano. La irrigación es mucho más segura.
Los palitos (“bastoncillos”) de algodón
Nunca debe intentar quitarse usando esos populares bastoncillos, que irremediablemente empujan hacia adentro el cerumen, además de resultar abrasivos para el delicado conducto interno del oído.
Es ocioso señalar que la introducción de cualquier otro objeto en el oído es igualmente desaconsejable.
Es conveniente señalar que los otorrinos desaconsejan por completo el uso de los bastoncillos en los oídos.
Velas
Tampoco es recomendable usar velas en los oídos, ya que no existe evidencia que demuestre la efectividad de este método, sin hablar del riesgo de quemaduras potencialmente serias.
Qué puedes hacer para prevenir el exceso de cerumen
Si tienes problemas recurrentes de acumulación de cerumen, prueba a ponerte regularmente una gota de aceite de oliva tibio, con la periodicidad necesaria: diaria, semanal o aún mayor. Es un remedio natural y suele dar buenos resultados.
Si el aceite no funciona, la mejor recomendación es que hables con tu farmacéutico.
Cuándo debes ir al médico
Si alguno de los síntomas que siguen persiste, habla con tu médico de familia o con un otorrinolaringólogo:
Dolor de oído, o dolores de cabeza
Mareos
Fiebre, además de molestias en el oído
Si tienes alguna secreción anómala, o tienes alguna hinchazón en los alrededores de la oreja
El cuidado de los pies debe realizarse durante todo el año, puesto que, aunque tienden a ser los grandes olvidados, se trata de una zona muy delicada. Sin embargo, en los meses de más calor, hay que extremar dichos cuidados, así como tomar precauciones para protegerlos de las altas temperaturas y del sol. Si quieres conocer cuáles son los problemas más habituales de los pies en verano y cómo evitar que te suceda, solo tienes que seguir leyendo.
Problemas comunes en los pies durante el verano y cómo prevenirlos
Hay varias razones por las que el cuidado de los pies se debe extremar en el verano, y es que además de la exposición solar por el calzado abierto o porque tomamos el sol, también incrementamos las actividades al aire libre, caminamos por superficies calientes y el propio calor hace que suden más de lo habitual. Todo ello hace que puedan aparecer una serie de problemas:
Durezas y callosidades
Caminar descalzos por lugares como las playas o los paseos marítimos facilita el desarrollo de durezas y callos en la piel, al tratarse de superficies ásperas. Para el cuidado de la piel y durezas, hay que llevar siempre algún tipo de calzado que sea cómodo y que proteja a los pies del calor. Una vez en casa, es conveniente una exfoliación para eliminar las células muertas y aplicar crema hidratante para evitar la deshidratación de la piel.
Quemaduras solares
Cuando te aplicas protector solar antes de salir a la calle o ya en el exterior, ¿recuerdas aplicarlo también en tus pies? Rara vez nos acordamos de la parte superior del pie y de los dedos y también son susceptibles de quemarse. Ten en cuenta que esta piel es además muy fina, por lo que las quemaduras se producen en poco tiempo.
Talones agrietados
El calor y la sequedad en el ambiente son responsables de las grietas que aparecen en los talones. No solo se trata de una cuestión estética; cuando las grietas van incrementando la profundidad, llegan a ser dolorosas. Para prevenir su aparición, aplica regularmente cremas específicas para los talones agrietados y elimina regularmente las durezas con piedra pómez o con una lima.
Espolones calcáneos
Las sandalias resultan muy atractivas, pero cuando son demasiado planas ocasionan otros problemas. Uno de ellos son los espolones calcáneos, que son un crecimiento en el hueso del talón que suele asociarse a la fascitis plantar. Para que no aparezcan, elige siempre calzado de calidad y que ofrezca un buen soporte en el arco del pie y amortiguación en el talón.
Consejos para proteger tus pies del calor y el uso de calzado adecuado
Aunque ya hemos visto que la hidratación y la exfoliación son fundamentales para el cuidado de los pies en verano y la prevención de múltiples problemas, también hay otras medidas eficaces que se pueden tomar. En cualquier caso, si sufres alguno de los anteriores, pero no sientes ninguna molestia, consulta al médico porque quizás padezcas pie diabético.
Mantén tus pies frescos
Nuestro cuerpo se regula a través del sudor, dado que es el método con el que contamos para hacer descender la temperatura corporal. Además de la incomodidad que supone, las altas temperaturas en el ambiente incrementan la sudoración, que a su vez puede producir mal olor por el cúmulo de toxinas.
Para mantener tus pies frescos, apuesta en la medida de lo posible por calzado y calcetines transpirables. Estos serán de algodón o de fibras sintéticas con la capacidad de absorber la humedad.
Elige calzado abierto
Si bien nos expone a durezas, en los días de más calor es importante usar zapatos que faciliten la ventilación del pie. De este modo, se mantendrán secos y se evitará la aparición de hongos. Aunque el plástico suele ser el material más habitual hoy en día en la fabricación por su bajo coste, es preferible apostar por el cuero o la lona; evitan la acumulación de humedad y facilitan la evaporación del sudor.
Protégete del calor extremo
Todos hemos corrido alguna vez en la playa para llegar al agua sin quemarnos, y aunque puede resultar divertido si es algo puntual, nuestros pies se resienten y pueden sufrir quemaduras. Apuesta por sandalias específicas para el agua o lleva siempre calzado si es pavimento.
Busca calzado con buen soporte
El calzado no solo protege los pies, sino también nuestra espalda. Tanto en verano como en invierno, debemos elegir opciones con soporte en la zona del arco y con la suficiente amortiguación para absorber el impacto de cada pisada. Verifica también que la talla es la correcta, ni muy ajustado ni muy suelto; en ambos casos provocará rozaduras.
Cuidado y prevención de ampollas, hongos y otras
Además de los problemas que mencionamos que suelen aparecer en verano, hay otros más difíciles de tratar y que pueden llegar a complicarse. Son las ampollas y los hongos. Las primeras son sacos llenos de líquido en la capa más externa de la piel y que resultan muy dolorosos. Además, son muy delicadas, ya que pueden romperse con facilidad. Aparecen por la fricción con el calzado o por andar por superficies ásperas.
Los hongos, por el contrario, se deben a la presencia de humedad. Suelen crecer en piscinas y duchas públicas, y el pie de atleta es el caso más habitual. Para evitarlos, basta con utilizar calzado impermeable en estos espacios y secarse bien los pies después de cualquier baño. Otras medidas son el cambio regular de calcetines y el uso de polvos antifúngicos.
La finalidad del entrenamiento no tiene por qué ser necesariamente transformar nuestro aspecto físico. Pero sería una hipocresía decir que quienes entrenan con regularidad no aspiran a conseguir resultados notables. Uno de los ejercicios más populares hoy en día es la sentadilla búlgara, que se considera una variante de las tradicionales. Este ejercicio resulta muy efectivo; sin embargo, para que realmente lo sea es necesario realizarlo correctamente. Enseñarte a hacerlo es el objetivo de este artículo.
El objetivo de la sentadilla búlgara es trabajar la musculatura de las piernas y los glúteos, y lo hace con una combinación de fuerza y resistencia. Para ello, se realiza una flexión de la cadera, la rodilla y el tobillo, al mantener la pierna delantera flexionada y apoyada en el suelo, y la otra estirada hacia detrás y apoyada en alguna superficie, como un banco o una silla.
Uno de sus principales beneficios es que trabaja cada pierna por separado, lo que permite corregir desequilibrios entre ambas, mejorar la estabilidad e incrementar la fuerza muscular. Al mismo tiempo, hace que el ejercicio suponga un reto mayor que cuando se apoyan ambas piernas en el suelo simultáneamente.
Pero, ¿cuáles son los errores habituales que dificultan la realización correcta de la sentadilla búlgara?
Mala alineación de la rodilla
Uno de los errores más comunes al hacer la sentadilla búlgara es tener una alineación indebida en la rodilla. Hay que recordar que estas son muy delicadas y que las posturas y movimientos incorrectos pueden poner demasiada presión en ellas e incrementar el riesgo de lesiones en los tendones y ligamentos.
Cuando hablamos de mala alineación, nos referimos a que esta se desplaza hacia dentro o hacia fuera, debido a la inestabilidad que causa el propio ejercicio. Para corregirla, hay que mantener la concentración en la rodilla durante toda la ejecución de la sentadilla búlgara, para que quede siempre alineada con el tobillo. Entrenar el sistema propioceptivo también puede ayudar.
Otro punto a tener en cuenta es que se debe evitar que la rodilla pase en exceso la línea por encima de los dedos de los pies. Si bien hay quienes argumentan que este movimiento se realiza de manera natural al subir una escalera, no hay que excederse porque implica una presión, sobre todo si el ejercicio se realiza cargando peso. El truco está en mantener la posición del cuerpo centrada, flexionar la pierna delantera 90º y ayudarse de la pierna trasera para el equilibrio.
Falta de estabilidad y equilibrio
Hemos mencionado que la sentadilla búlgara trabaja la estabilidad y el equilibrio, y esto puede ser un problema en sí mismo. Este ejercicio requiere de un control muy precisode los músculos estabilizadores, ya que se realiza sobre una sola pierna. Si no tenemos por costumbre trabajarlos, es probable que estén débiles y que nos tambaleemos al tener menos puntos de apoyo. La falta de estabilidad puede comprometer la técnica y disminuir la efectividad del ejercicio.
Para mejorar ambos en este ejercicio, se recomienda comenzar con una carga más ligera, o directamente realizarlo sin peso, y concentrarse en la técnica correcta. A medida que esta se mejora, se puede ir aumentando la resistencia. El yoga es eficaz para trabajar el equilibrio y la estabilidad, pero también hay ejercicios que fortalecen los músculos estabilizadores, como los lounges y las planchas laterales, así como el hip thrust.
Además, es conveniente asegurarse de mantener el torso erguido y los músculos abdominales activos para proporcionar estabilidad. Estos últimos, conocidos como core, tienen un peso muy grande a la hora de mantenernos en equilibrio. También se puede utilizar una plataforma elevada para apoyar el pie trasero y reducir la dificultad del ejercicio cuando no se tiene la suficiente práctica.
Rango de movimiento limitado
El tercer error más común en la sentadilla búlgara es el rango limitado en la ejecución del movimiento. Este hace referencia a la capacidad para descender el tronco en vertical. Cuando hay una limitación, se dificulta la activación muscular y el ejercicio deja de ser tan eficaz como realmente podría ser.
Para aumentar el rango de movimiento en la sentadilla búlgara, lo que hay que trabajar es la flexibilidad y la movilidad de las caderas y los tobillos. Para ello, se pueden realizar estiramientos dinámicos antes del ejercicio y dedicar tiempo a trabajar en la movilidad de estas articulaciones.
Aunque los ejercicios de fuerza y resistencia sean totalmente opuestos a los de flexibilidad y movilidad, el impacto de estos últimos en los anteriores es muy alto, por lo que no deben descuidarse si se desea mejorar el rendimiento en los entrenamientos.
Otro consejo interesante es realizar ejercicios de movilidad específicos para las caderas y los tobillos. Aquí se incluyen los estiramientos para la movilización de cadera y los ejercicios de estiramiento de los isquiotibiales. Ambos mejoran la movilidad y, por ende, el rango de movimiento en la sentadilla búlgara.
Desde MGC Mutua, esperamos que esta sencilla guía te sirva para mejorar tu técnica y tu rendimiento.
No todos son proclives a los ejercicios para la preparación al parto, pues supuestamente podrían ser perjudiciales para el feto. Y, como es lógico pensar, un ejercicio violento y sin reglar puede ser teratogénico (o sea causar daños al feto).
Pero lo que finalmente reconoce la comunidad médica es que un ejercicio efectuado con la intensidad justa, con cabeza, aporta muchos beneficios, que veremos a continuación.
Con todo, no se trata solamente de hacer ciertos ejercicios. El embarazo es una condición natural, pero que no deja de ser toda una revolución en la fisiología (y psicología) de la mujer, en la que por otra parte no conviene recrearse.
Debes mantener en lo posible tus hábitos de vida, manteniéndote activa
Descansa ante cualquier dolor o molestia. Si no desaparece, consulta a tu ginecólogo
Haz ejercicio a diario. Media hora diaria es lo que recomiendan los expertos.
Algunas advertencias
Existen condiciones que deben tomarse en cuenta antes de poner en marcha una rutina de ejercicios a título preventivo. Ten siempre en cuenta lo que en este sentido te diga tu obstetra, o tu ginecólogo, que contemplará todos los factores que puedan intervenir y, a la postre, recomendar o no la realización de dichas rutinas.
A priori, cualquiera de las condiciones que siguen recomendarían la no realización de ejercicio:
Si tienes cualquier tipo de secreción vaginal anómala, incluyendo por supuesto el sangrado
Contracciones dolorosas
Incompetencia cervical, o sea, un cuello de útero o cérvix debilitado (por cualquier causa)
Si todo va bien y tienes luz verde de tu obstetra, debes empezar con los ejercicios con el inicio del embarazo. Los ejercicios van a aportarte, a ti y al feto beneficios como:
Ayudará en el parto, con menores posibilidades de complicaciones
Previene una posible diabetes gestacional
Aumentar la elasticidad de tu musculatura
Reducirá la tendencia a engordar, inevitable durante el embarazo
Es menos probable que tu bebé nazca con sobrepeso
Te sentirás mejor y de mejor humor
Algunos ejercicios para preparación al parto
Caminar
Junto a la natación (a continuación), caminar es uno de los mejores y más completos ejercicios que existen.
Debes hacerlo a paso ligero-rápido, pero de modo que no te agote; es conveniente que elijas superficies planas, no en cuesta. Una caminata de 15 o 20 minutos diarios mejora tu circulación y la salud cardiovascular.
Nadar
La enorme ventaja de la natación es que no conlleva someter a las articulaciones a esfuerzos. No debes elegir un estilo que te someta a presión en el cuello o los hombros. La braza es ideal.
Además de las ventajas del ejercicio en sí, los movimientos suaves mientras flotas alivian más las articulaciones, al suprimir el peso.
Bicicleta estática
Como los dos anteriores, la bicicleta estática es un ejercicio aeróbico o cardiovascular (o “cardio”, a secas) o sea que hace trabajar al corazón, cuya capacidad se ve mejorada.
La bicicleta no somete a trabajo innecesario a las articulaciones.
Sentadillas
Son flexiones de las piernas, manteniendo el torso recto, como poniéndote en cuclillas. Puedes hacerlo sola, en equilibrio, contra una pared o con la ayuda de tu pareja, que podría cogerte de las manos para evitar el riesgo de caída.
Las sentadillas ayudan a fortalecer las piernas, pero, sobre todo, ayudan a trabajar la pelvis, lo que es vital cara al parto.
Yoga y Pilates
Son ejercicios relajantes y muy seguros, pero deben ser guiados por monitores con experiencia, pues hay ejercicios y posturas desaconsejables durante el embarazo, por diversas razones (echarse boca arriba, tumbarse sobre el abdomen, etc.).
Sentadillas
Son flexiones de las piernas, manteniendo el torso recto, como poniéndote en cuclillas. Puedes hacerlo sola, en equilibrio, contra una pared o con la ayuda de tu pareja, que podría cogerte de las manos para evitar el riesgo de caída.
Las sentadillas ayudan a fortalecer las piernas, pero, sobre todo, ayudan a trabajar la pelvis, lo que es vital cara al parto.
No olvidar…
Que debes seguir las instrucciones de tu obstetra, o tu ginecólogo, en lo tocante no ya al ejercicio (que por supuesto) sino a tu dieta y costumbres durante el embarazo.
A continuación, en este enlace tienes acceso a un programa completo en video de ejercicios para el embarazo.
Si tienes una tos persistente, no te preocupes demasiado. Desde luego, en el mejor de los casos es un fastidio, más que otra cosa. Pero disponemos de muchos recursos para librarte de ella.
Como primera medida, debes saber que en la farmacia hay muy diversos remedios sin receta que te pueden aliviar. El farmacéutico es pues la persona indicada para sugerirte lo más adecuado.
Pero es que también hay muchas cosas que puedes hacer en casa. Veamos primero los tipos de tos.
Tipos de tos
La tos es un mecanismo del cuerpo para expulsar algún cuerpo o sustancia indeseada en las vías aéreas. Hay dos tipos, básicamente:
Tos seca, que es la causada por una irritación en la garganta o en las vías aéreas superiores. Se puede tratar con un medicamento supresor que actúa sobre el cerebro y reduce el reflejo de la tos.
Tos productiva, o húmeda, causada por un exceso de mucosidad en los pulmones. Se trata con medicamentos expectorantes, que ayudan a soltar el exceso de moco, evitando así que se acumule en los pulmones.
Algunos remedios caseros
Varios estudios sugieren que a la hora del tratamiento no es necesario distinguir entre tos seca y tos productiva, pues la tos es un acto reflejo del organismo.
Con independencia, pues, del tipo de tos que tengas, prueba a hacer lo siguiente:
Bebe mucho líquido, no muy frío. Una mezcla de agua, limón y miel está muy buena y tiene efectos calmantes.
Haz vahos, que ayudan a licuar la mucosidad pulmonar
Chupa alguna pastilla, como un caramelo
Descansa. Si se tratara de un virus, tu cuerpo necesitará toda su energía para enfrentarse a él
Haz gárgaras con agua templada con un poco de sal
Prueba una infusión de jengibre con un poco de miel ara suavizarlo. El jengibre tiene propiedades antiinflamatorias y puede relajar las membranas de las vías respiratorias
La miel, que de “toda la vida” se ha usado disuelta en agua, con o sin un poco de limón, para suavizar la garganta y aliviar la tos.
Cuándo se debe acudir al médico
Debes plantearte acudir al médico si junto a tu tos tienes alguno de los síntomas que siguen:
Problemas para respirar
Aparece sangre procedente del pulmón
Pierdes inexplicablemente peso
Llevas una semana con fiebre
Tienes antecedentes familiares, o estás en contacto con pacientes con VIH (que produce el sida) o tuberculosis.
Estás en tratamiento con esteroides o algún medicamento que inhiba el sistema autoinmune
Viajar a destinos exóticos se presenta como una auténtica aventura, ya que nos permite explorar nuevas culturas y paisajes que se alejan de lo que nos resulta familiar. Sin embargo, esta diferencia también hace que los riesgos sanitarios no sean los mismos y que, sin quererlo, nos expongamos a factores que pueden poner en compromiso nuestra salud. Para que la protejas allá donde vayas, te dejamos una guía sobre los riesgos más importantes en ciertos destinos y las vacunas para viajar que vas a necesitar si los visitas.
Destinos exóticos y sus riesgos sanitarios
Los destinos exóticos nos ofrecen atracciones culturales únicas y experiencias inolvidables como viajeros. Pero en contrapartida, también pueden presentar riesgos sanitarios significativos. Por ejemplo, en algunas áreas tropicales, existe un alto riesgo de enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue o la malaria.
Además, regiones con climas cálidos y húmedos pueden ser propensas a enfermedades transmitidas por alimentos y agua contaminada, como la fiebre tifoidea y la hepatitis A. También es importante tener en cuenta los brotes de enfermedades infecciosas que pueden ocurrir en ciertos destinos, como el sarampión, la fiebre amarilla o incluso la viruela del mono; una enfermedad que en 2022 se importó a Europa.
Vacunas recomendadas para destinos exóticos
Para salvaguardar tu salud mientras viajas a destinos exóticos, es fundamental acudir a nuestro médico de confianza con algunos meses de antelación para que nos informe sobre el protocolo a seguir. Cada destino tiene sus riesgos asociados y un plan específico de vacunación.
Hay que tener en cuenta que para lograr la inmunidad es necesario esperar algunas semanas y que algunas vacunas necesitan más de una dosis para alcanzarla. Por ello, es conveniente informarse con tiempo. No obstante, a continuación te dejamos cuáles son las vacunas más habituales que se suelen recomendar y las específicas en ciertos destinos.
Vacunas comunes
Con independencia del lugar al que nos dirijamos, hay algunas vacunas que son consideradas estándar y recomendables para viajar con tranquilidad. Dentro de estas podemos distinguir entre las rutinarias y las selectivas. Las primeras son las que solemos ponernos desde la infancia, por lo que si las llevas al día, no tendrás que preocuparte por ellas. Son las del tétanos, la tos ferina, el sarampión o la rubeola.
En cuanto a las selectivas, pueden aplicarse como vacunas para viajar o por las circunstancias personales que se puedan tener, como familiares con la enfermedad. En esta última situación encontramos la hepatitis A, y por viajes, se incluyen la fiebre tifoidea, el cólera o la rabia.
Vacunas específicas según el destino
Además de las vacunas para viajar comunes, hay otras específicas para determinados destinos exóticos. Mientras que en algunos lugares pueden ser recomendaciones, en otros son obligatorias. En estas últimas figuran la fiebre amarilla, la poliomielitis y la meningitis meningocócica.
De cara a asegurar que se cuenta con estas vacunas, a la hora de entrar a un país con presencia de estas enfermedades se exige el Certificado Internacional de Vacunación. En este documento es donde se acredita que la persona que viaja ha sido vacunada contra aquellas y se obtiene en los Centros de Vacunación Internacional, tras aplicarse la misma. Además de las vacunas, se suele recomendar, aunque no exigir, llevar tratamientos preventivos cuando no existen vacunas, como por ejemplo, para la malaria.
Planificación y programación de vacunas
La planificación y programación de vacunas para viajar a destinos exóticos es crucial para tener una garantía de protección y poder disfrutar de unas vacaciones sin imprevistos. En multitud de ocasiones, el riesgo se produce por desconocimiento, tanto en lo que respecta a las enfermedades existentes como a la forma en que pueden contraerse.
Por este motivo, suele haber siempre recomendaciones generales en determinados países. Además de llevar un botiquín con los medicamentos que tomemos con regularidad, así como otros básicos, como el ibuprofeno, paracetamol y analgésicos, es conveniente prestar atención a lo que se come y se bebe. Hay que evitar alimentos crudos y extremar las precauciones con la repostería, beber siempre agua embotellada y lavarse las manos con frecuencia.
En lo que respecta a la planificación del viaje y la programación de las vacunas, lo ideal es acudir a un médico tan pronto sepamos el lugar de destino y cuándo vamos a viajar. Como decíamos, algunas vacunas pueden requerir más de una dosis, y para alcanzar la inmunidad completa, es decir a protección frente a la enfermedad, deben pasar alrededor de dos semanas.
En la visita al médico, se revisará nuestro historial de vacunación, el estado de salud actual y se hará un calendario con las vacunas para viajar en función de a dónde nos dirijamos. Y aunque no suele ser obligatorio, sino que el riesgo corre a cargo de quien viaja, si quieres añadir algo más de tranquilidad a tus vacaciones, apuesta por un seguro de salud. De este modo, tendrás protección ante los imprevistos y podrás actuar con inmediatez.
¿Cansado, pálido y con agotamiento existencial? Si estás hecho unos zorros y no se te ocurre por qué, podría tratarse de una falta de hierro. La falta de hierro es un trastorno bastante común, en el que la falta del mineral en cuestión provoca la disminución de las células rojas de la sangre (los hematíes, encargados de llevar el oxígeno a las células). Si falla el transporte de oxígeno, los órganos y tejidos no reciben la necesaria energía y tu salud se resiente.
Te contamos a continuación los síntomas, las posibles causas y cómo asegurarte de que ingieres la cantidad diaria recomendada.
Qué es el hierro y por qué lo necesitamos
El hierro es un mineral esencial, presente en un buen número de alimentos sanos. Explicado básicamente, el cuerpo necesita elaborar hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos de la sangre que transporta el oxígeno desde los pulmones a todas las células del cuerpo.
Hay dos tipos de hierro: hem (o hemo) y no-hem. El nombre hace referencia a la hemoglobina. Los alimentos vegetales, como las legumbres, las nueces, las semillas y los cereales integrales contienen hierro no-heme. Las carnes, incluyendo las aves de corral, contienen, además del no-heme, hierro heme.
El organismo absorbe el hierro heme mucho mejor; al ser de origen animal, el cuerpo lo absorbe instantáneamente. Por el contrario, el organismo necesita procesar el hierro no-heme para asimilarlo y, aun así, el organismo necesita otros nutrientes para hacerlo.
Si sigues una dieta vegetariana o vegana, asegúrate de tomar mucha vitamina C, que es fundamental para la absorción del hierro no-heme.
Cuánto hierro necesitamos
La dosis diaria recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) varía en función de la edad y el sexo:
Adolescentes (ambos sexos) y mujeres: 14,8 miligramos diarios
Mujeres y hombres de más de 50: 8,7 mg diarios.
Qué es la anemia por falta de hierro
Todos ingerimos el hierro que necesitamos con los alimentos; pero hay determinadas circunstancias que impiden que el organismo lo absorba, lo cual genera falta del mineral.
Como ya hemos dicho, los niveles bajos de hierro conllevan una disminución del número de glóbulos rojos, que a su vez genera que el organismo no reciba la energía (el oxígeno) que necesita. Esta falta puede afectar a todas las funciones del cuerpo, desde el cerebro hasta el sistema inmunitario.
Esta falta de glóbulos rojos es lo que llamamos anemia por déficit (o falta) de hierro, y puede causar debilidad, mareos y fatiga.
Quién está en riesgo de padecerla
Las mujeres embarazadas o con la menstruación son más proclives a padecer este tipo de anemia. La menstruación tiende a agotar las reservas de hierro y esta es la razón por la que las mujeres la padecen en mayor medida que los hombres.
Las embarazadas requieren mucho más hierro. Varios estudios avalan que una ingesta más alta de hierro se asocia a riesgos menores de anemia maternal y de bajo peso del bebé.
La dosis exacta recomendada varía de una mujer a otra, y hay algunos medicamentos, como ciertos antibióticos, que pueden hacer bajar el hierro. En cualquier caso, es importante consultar con el médico que eventualmente recomendará la ingesta de suplementos del mineral. Pero es importante NO hacerlo sin su recomendación expresa.
Síntomas de la anemia por falta de hierro
Los más habituales son los que siguen:
Agotamiento
El hierro es esencial para hacer circular el oxígeno por el cuerpo, por lo que uno de los primeros síntomas es el cansancio constante.
Manos y pies fríos
Las extremidades frías son igualmente un síntoma de falta de energía en las células.
Palidez
Los niveles bajos de hierro y de glóbulos rojos pueden resultar en una piel visiblemente pálida. Si la piel, los dedos, el interior de los labios, las encías, el interior de los párpados están menos rojos que lo habitual, se podría culpar a la falta de hierro.
Uñas quebradizas
El hierro es necesario para el normal crecimiento del tejido de las uñas. Si has notado que se te abren longitudinalmente o que están frágiles y se rompen con facilidad, podría, de nuevo, ser un signo de falta de hierro.
Problemas con la lengua
Si aparece demasiado suave o pálida, podría revelar falta de hemoglobina como resultado de falta de hierro.
Falta de aliento
Si subir un piso o cualquier trabajo leve te supone un esfuerzo, puede deberse a falta de hierro.
Pérdida del cabello
El hierro es uno de los minerales más importantes para el cabello, de modo que si notas el peine o el cepillo anormalmente lleno de pelos, puede haber un problema de falta de hierro.
Acude a tu médico de familia si tienes síntomas de falta de hierro. Se puede diagnosticar con un simple análisis de sangre y puede paliarse con suplementos del mineral.
¿Debería tomar suplementos?
Debe ser el médico quien indique la necesidad o conveniencia de tomarlos. Si el hierro ingerido con la dieta no es suficiente, podría recomendarlos.
Hay diversas presentaciones de hierro, desde las cápsulas hasta en forma líquida. Como ya dijimos, para asegurarse de una buena absorción es conveniente ingerir mucha vitamina C.
Las mejores fuentes naturales de hierro
Hay muchos alimentos sanos que contienen hierro. Los más recomendables a efectos de prevenir cualquier carencia son los que siguen:
Carne roja
Una ración de 100 gramos de carne roja picada contiene aproximadamente 2,7 miligramos de hierro, o el 15% de la dosis diaria recomendada. También es rica en proteínas, zinc y vitamina B. Es la más accesible fuente de hierro hemo y diversos estudios avalan su validez ante fuentes de hierro no-hemo.
Legumbres
Alubias, lentejas, garbanzos, judías, todos son grandes fuentes de hierro para vegetarianos o veganos. Por ejemplo, 200 gramos de lentejas (cocinadas) contienen el 37% de la dosis diaria recomendada (hierro no-hemo).
Espinacas
100 granos de espinacas contienen el 20% de la dosis diaria recomendada. Es hierro no-hemo, pero se da la circunstancia de que las espinacas contienen vitamina C, que ayuda a la absorción del mineral.
Pipas de calabaza
Son perfectas para rociar una ensalada (“topping”). Una ración de 28 gramos contiene el 23 % de la dosis diaria recomendada. Además son excelentes fuentes de zinc, manganeso y vitamina K.
En cumplimiento de lo que establecen los artículos 16 y 17 de los Estatutos Sociales, el Consejo de Administración de MGC Insurance, Mutua de Seguros y Reaseguros a Prima Fija, en sesión celebrada el día 6 de junio de 2023, acordó convocar a los mutualistas de la entidad a la Asamblea General Extraordinaria que tendrá lugar el próximo día 10 de julio de 2023, a las 11:00h, en primera convocatoria y, en su caso, a las 12:00h en segunda convocatoria, en la “Sala de Actos Manel Arán” de su sede social, sita en la calle Tuset 5-11, de Barcelona.
El verano es una estación en la que el mismo calor nos invita a buscar comidas refrescantes. La razón la encontramos en que su contenido en agua es elevado, por lo que nos hidrata y compensa con la pérdida de aquella a través del sudor. Si bien seguir una alimentación saludable y equilibrada es importante a lo largo de todo el año, en esta época lo es aún más. Te contamos qué alimentos no pueden faltar en tu plato y algunas recetas refrescantes para que te resulte más fácil consumirlos.
La importancia de una alimentación equilibrada durante el verano
Como hemos dicho en la introducción, es especialmente importante cuidarse durante los meses de calor. Pero, ¿qué tiene de particular esta estación para que haya que hacer énfasis en la alimentación equilibrada?
En primer lugar, las altas temperaturas suponen un mayor desgaste físico, puesto que nuestro organismo se deshidrata. El cuerpo humano está constituido por agua en un 65% aproximadamente, aunque en algunos órganos, como los pulmones, puede superar incluso el 80%. Con el calor, liberamos sudor de manera continua, que contribuye a que dicho porcentaje descienda y, en consecuencia, nos sintamos más fatigados.
Por otra parte, a todos nos encanta pasar tiempo fuera de casa cuando el calor acompaña, y el hecho de realizar más actividades hace que tengamos una mayor demanda energética y de nutrientes. La alimentación equilibrada y que incluya comidas refrescantes nos proporcionará la cantidad suficiente de agua para hidratarnos, pero también nutrientes como vitaminas y minerales que fortalecerán el sistema inmunológico y nos darán energía.
Incorpora frutas y verduras de temporada en tu dieta de verano
En invierno, por el frío, el cuerpo nos pide alimentos con un alto contenido calórico y ricos en grasas. ¿Y qué comidas refrescantes podemos incluir durante el verano para hacer frente a esta mayor demanda energética?
Puesto que lo importante es el alto contenido en agua, las primeras opciones serán las frutas y las verduras, pero también el pescado fresco. Suele decirse que a mayor colorido, mayor variedad de nutrientes estaremos añadiendo a nuestro plato. Por lo tanto, tienes total libertad para elegir aquellas que más te gusten.
En esta época, hay una gran variedad de opciones, como la sandía y el melón, que son excelentes propuestas, pero también paraguayos, nectarinas, melocotones, mangos o kiwis, entre otras frutas. Ten en cuenta que el calor hace que perdamos el apetito, por lo que elegir alimentos con colorido y un sabor dulce hará que nos resulten más atractivos al paladar.
Con respecto a las verduras y las hortalizas de temporada, la variedad es también muy amplia, como lechuga, judías verdes, pimientos, pepino, calabacín, calabaza, remolacha, rabanitos o brócoli, entre muchos otras.
Como ves, la mayoría se pueden añadir directamente en una ensalada, que puedes combinar con el mismo pescado fresco o con legumbres como las lentejas, la quinoa o los garbanzos. Si añades un chorrito de aceite de oliva y algunas semillas, ya tendrás todos los grandes grupos de nutrientes en un solo plato. Es decir, carbohidratos, proteínas y grasas, e incluso vitaminas y minerales.
Recetas refrescantes para mantenerse hidratado y nutrido
Si la cocina no es lo tuyo o como en el resto del año, te falta tiempo para preparar grandes platos, en el apartado anterior ya te hemos dejado un avance de lo que puedes hacer para cuidar tu alimentación a través de comidas refrescantes.
Las ensaladas son la opción más sencilla, no solo porque es tan simple como añadir ingredientes variados y aliñarlos, sino porque puedes hacer combinaciones infinitas y a tu gusto. Para ayudarte, te dejamos algunos ejemplos de estas y de otros platos.
Ensalada de sandía y queso feta
Un ejemplo perfecto de una ensalada sencilla es esta. Basta con cortar trozos pequeños de una sandía que esté dulce y combinarla con menta fresca, queso feta y un poco de zumo de limón. Al ser principalmente agua, no te sirve como un almuerzo, pero es un tentempié de lo más refrescante.
Ensalada de bonito con espinacas y cherry
Otra ensalada con algo más de aporte calórico es esta que lleva bonito, hojas de espinacas, tomates cherry y aderezos. Para el pescado puedes escoger otro si lo prefieres, y para el aliño, esta receta lleva aceite de oliva con aceite de sésamo, vinagre de arroz y zumo de lima. Puedes añadirle también romero fresco en rama y un poco de sal.
Gazpacho
Cuando llega el verano, el gazpacho está presente en el menú de cualquier bar o restaurante. Y es que pocas sopas frías hay tan deliciosas como esta y tan fáciles de preparar. Puedes ir a lo rápido y comprarlo preparado en algún supermercado, pero también puedes hacer tu combinación en casa. Los ingredientes son tomate, pepino, pimiento, ajo, aceite de oliva y vinagre.
Brochetas de frutas
Si en casa tenéis menores, quizás os resulte algo más complejo conseguir que coman fruta y verdura, por mucha sed que puedan tener. Para ellos, pero también para adultos, las brochetas de frutas son un snack saludable y que probablemente les llamará la atención. Solo hay que coger palitos de brocheta y añadir trozos de frutas variadas, como piña, fresa, sandía o melocotón. Cuanto más variedad de color y de sabor, mejor.
Apostar por una alimentación saludable con comidas refrescantes en verano es muy sencillo. Recuerda combinarla también con actividad física y un buen descanso.
Con la primavera aparece uno de los problemas más típicos de estas fechas: la rinitis alérgica. ¿Has notado que te levantas con la nariz tapada o estornudas cuando intentas dormir? Si eres de los que sufre de alergias estacionales, a estas alturas ya sabrás que son molestas, inoportunas e impactan directamente en la calidad de nuestro descanso.
De hecho, se estima que entre el 20% y el 40% de la población mundial sufre rinitis alérgica. Los síntomas incluyen estornudos, picor o secreción nasal, vértigo y ojos llorosos. Y, para muchas personas, también trae consigo el insomnio. Las personas con alergias tienen más del doble de probabilidades de sufrir insomnio que las que no conviven con alguna alergia. Por no decir que las alergias no sólo afectan al inicio del sueño, sino que también interfieren en la capacidad para mantenerlo a lo largo de la noche.
¿Por qué las alergias me alteran el sueño?
La presencia de alérgenos en nuestro entorno, como el polen, irritan las membranas de la mucosa nasal y provocan síntomas que afectan a la capacidad para respirar con facilidad. Estos síntomas tienden a empeorar por la noche. Hay dos razones por las que las alergias habitualmente conducen a una mala calidad del sueño: la irritación y la congestión.
Sin un descanso de calidad podemos anticipar que te vas a sentir agotado y molesto al día siguiente y que muy probablemente tendrás dolor de cabeza (cefaleas). Además, la sensación de cansancio puede perjudicar tu rendimiento académico y laboral, lo que afectará negativamente a tu salud y bienestar a largo plazo. Dormir mal también aumenta la ansiedad y el estrés, lo que hace que sea más difícil conciliar el sueño.
Los niños tampoco son la excepción: si sufren de alergia y, por ende, duermen mal, puede ser especialmente perjudicial para su rendimiento académico, ya que se relaciona con la pérdida de días lectivos, los trastornos del comportamiento y la dificultad para memorizar contenido o concentrarse.
Consejos para dormir mejor con alergias
Dormir con alergias puede ser difícil, ¡pero es posible! Aquí te presentamos 6 tips para hacerles frente:
Utiliza un purificador de aire mientras descansas.
Cierra puertas y ventanas para mantener los alergenos fuera y lejos del dormitorio.
Mantén los muebles tan libres de polvo como sea posible.
Mantén a las mascotas fuera del dormitorio, ya que el pelo y la caspa son dos alérgenos comunes.
Cambia tu rutina de higiene y dúchate antes de acostarte para eliminar los alergenos que pueda haber en tu piel.
Pide una visita con tu médico de referencia para plantear alguna opción terapéutica.
Si tu pelo ha pasado por mejores momentos y notas que empeora y que se te está empezando a caer, es lógico que estés preocupado/a. ¿Sabías que es normal perder entre 50 y 100 cabellos diarios? A menudo ni nos damos cuenta. Pero el adelgazamiento del pelo es causa de un malestar emocional real.
Hay un buen número de causas de que se caiga el pelo, desde excesos de estilismos hasta desequilibrios hormonales. A continuación, exponemos las más frecuentes, y qué puedes hacer para que tu pelo vuelva a ser tan fuerte y sano como antes.
El ciclo de vida del pelo de la cabeza
Todos los pelos de la cabeza tienen un ciclo normal de vida. La mayoría de ellos duran alrededor de tres años antes de caerse y verse reemplazados por unos nuevos. El pelo crece en unas diminutas “bolsitas” llamadas folículos y todos siguen sus ciclos vitales.
Esto quiere decir que un 1% de los pelos de la cabeza se encuentran en el final de su ciclo natural de vida, y esta es la razón de que veamos unos pocos pelos en la bañera o en la ducha cuando nos lavamos la cabeza. Como se dijo, la mayoría de nosotros pierde entre 50 y 100 pelos diarios.
El ciclo vital de un pelo tiene tres fases:
Fase de crecimiento o anágena, durante la cual el pelo crece y se fortalece
Fase catágena, que es un período corto de descanso, durante el cual el pelo deja de crecer
Fase telógena: en la que el pelo se ve empujado hacia arriba antes de caerse y verse reemplazado por una nueva fase anágena.
¿Qué es el adelgazamiento del cabello?
No tiene nada que ver con la alopecia o calvicie, que es la pérdida del cabello tanto en mujeres como en hombres. Se refiere a una leve o moderada pérdida en áreas determinadas, y no en toda la cabeza.
Si las pérdidas son superiores a lo normal, hablamos de efluvio telógeno y causa un adelgazamiento general, pero conservando sano el cuero cabelludo. Es la causa más habitual del adelgazamiento y se produce entre uno y tres meses después de un evento muy estresante (el nacimiento de un hijo, una intervención quirúrgica o una enfermedad significativa.
La mayoría de los casos no requieren tratamiento y cuando el evento pasa el cabello vuelve a su ser sin consecuencias posteriores.
Cómo se diagnostica
Habitualmente, los médicos diagnostican rápidamente la causa del adelgazamiento del cabello, a veces sin necesidad de ninguna prueba adicional. La conversación con el paciente en términos de dieta, estrés, trastornos médicos existentes y posibles antecedentes familiares puede bastar.
Si es necesario efectuar alguna prueba, se pide un análisis de sangre que revele una posible anemia, problemas de tiroides, niveles vitamínicos y trastornos auto-inmunes. Menos habitualmente, se puede mandar analizar una muestra del cabello.
8 causas habituales para la pérdida del cabello
Tratamientos estilísticos
Sin darse cuenta, mucha gente puede tratar muy mal su propio pelo. Un exceso de productos duros, o ásperos, como tintes, relajantes, blanqueadores y permanentes pueden dañar el pelo, como pueden hacerlo los fijadores y las lacas más extremas. Recogerse el pelo en moños o en colas de caballo muy tirantes puede dañar los folículos.
Anemia y falta de hierro
Una de las más habituales causas de pérdida de pelo en las mujeres es la falta de hierro, en muchas ocasiones causada por la menstruación, pero que puede deberse a alguna deficiencia en la dieta.
El hierro es esencial para que el pelo crezca sano y sus niveles influyen tanto en la calidad como en la cantidad.
Falta de vitamina 12
Junto con el ácido fólico y otros minerales, la vitamina B12 es vital para el pelo, puesto que afecta al transporte de oxígeno necesario para su crecimiento.
La falta de vitamina B12 es más frecuente en veganos, pues la fuente más importante de la dieta está en las proteínas de origen animal, aunque puede también obtenerse, si bien de menor calidad, de fruta y verduras.
Estrés
Ya citado el efluvio telógeno como causa de adelgazamiento, un nivel no necesariamente elevado de estrés descontrolado causa altos niveles de hormonas, como el cortisol, que pueden perjudicar el crecimiento de los pelos en desarrollo en los folículos, a la vez que aumentar las hormonas masculinas que aceleran la caída del pelo. El estrés puede también desencadenar trastornos alimentarios y digestivos, y caspa.
Embarazo
El cambio hormonal que se produce normalmente durante el embarazo puede tener impacto en el crecimiento del cabello, con lo que se produce un adelgazamiento en la última fase del embarazo y poco después del parto. Pasados unos pocos meses, todo suele volver a la normalidad.
Una mala dieta
El pelo necesita un suministro completo de nutrientes, por lo que cualquier carencia puede causar adelgazamiento. Esto afecta a proteínas y vitaminas. Una mala nutrición puede reflejarse en pelo frágil y quebradizo, seco y débil y a veces asociado con sequedad y caspa.
La menopausia
La caída de hormonas femeninas que se produce con la menopausia puede causar adelgazamiento. Otros síntomas de la menopausia son sofocos, sudores, reglas alteradas, cambios de humor, sequedad vaginal y alteración de la libido.
Bajada drástica de peso
Una dieta drástica, especialmente si has perdido más de diez kilos de peso en un período corto de tiempo, puede causar adelgazamiento del pelo varias semanas más tarde. Esto mismo puede pasar con trastornos alimentarios.
Remedios caseros para la pérdida de pelo
Aunque ningún remedio casero va a revertir la pérdida del pelo debido a un problema médico, lo que sigue puede ser de ayuda si la pérdida se debe a factores en el estilo de vida:
Sigue una dieta lo más sana posible
Ya hemos visto que la nutrición es esencial para el crecimiento del pelo, si tienes problemas de cabello incremente tu ingesta de alimentos saludables para ello:
-Huevos, ricos en proteínas y vitaminas del grupo B
-Pescados grasos y frutos secos, ricos en Omega-3
-Carne roja, rica en hierro
-Alimentos fortificados, como cereales y leche
Date masajes en el cuero cabelludo
Pueden incrementar el flujo sanguíneo y, por tanto el crecimiento del pelo. Se ha reportado que el uso aceites esenciales, como de lavanda o de menta, es beneficioso, pero aún hay poca evidencia.
Aloe vera
Se ha usado durante mucho tiempo para tratar el adelgazamiento del cabello, porque reduce la inflamación del cuero cabelludo y desbloquea los folículos. Se puede aplicar puro, en gel, o en forma de un champú o acondicionador que lo contengan.
Champús anti-adelgazantes
Este tipo de champús no va a evitar la pérdida del cabello, pero puede que el pelo aparente mayor grosor. También contienen vitaminas y aminoácidos que mejoran el cuero cabelludo con el tiempo, pero es necesario usarlo a diario.
Tratamientos médicos para la caída del cabello
A no ser que haya un problema psíquico importante, los médicos no suelen prescribir tratamiento para un adelgazamiento (no hablamos de alopecia). Si fuera necesario, los tratamientos disponibles son:
Minoxidil, aplicado a diario en forma líquida o de espuma. Tarda entre 3 y 4 semanas en hacer efecto.
Finasteride: es una píldora de ingestión diaria
Cremas esteroideas: si el problema es una inflamación del cuero cabelludo, los corticoides pueden solucionarlo.
Cuándo ir al médico
La mayoría de los casos de adelgazamiento del cabello se solucionan solos con el tiempo, sin mayor tratamiento. Pero si pierdes gran cantidad de pelo sin razón aparente –especialmente si empiezan a crearse calvas– ve al médico. Si fuera necesario, te derivaría a un dermatólogo para evaluación y eventualmente pedirá determinadas pruebas.
Co la edad, la mayoría de nosotros pierde pelo. Con todo, seguir los consejos caseros de dieta y cuidados que hemos proporcionado, servirá para paliar un poco el problema.
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