Descubre cómo puedes saber si estás embarazada

Tienes un retraso de dos días, tú que eres un reloj, y te planteas si puedes estar embarazada. Estás de un humor cambiante –no te aguantas a ti misma– y, de repente, no soportas esa ensalada que tanto te gustaba. Y, tras darle vueltas, piensas si podrías estar embarazada. Has leído que tienes que esperar para hacerte un test y estás inquieta. ¿Puedes realmente saber si lo estás o no?

A estas alturas, con dos días de falta, la repuesta es no, no es posible afirmarlo. A continuación te contamos todo lo que debes saber.

Síntomas del embarazo

La primera y más significativa señal del embarazo es la desaparición de la regla. Pero hay todo un rosario de signos que te pueden dar más pistas:

  • Náuseas, sobre todo por la mañana. No está clara la causa, pero pudieran deberse a las hormonas del embarazo. Pueden, o no, acabar en vómitos.
  • Tienes las mamas duras e hinchadas, como algunas mujeres justo antes de la regla. Esto acaba por normalizarse, a medida que el cuerpo se acostumbra al nuevo equilibrio hormonal. Igualmente, puedes tener el abdomen anormalmente hinchado.
  • Orinas más de lo habitual.
  • Estás más cansada y tiendes a dormir más. Pudiera deberse al aumento de la progesterona.
  • Tienes una cierta congestión nasal.
  • Estás de un humor variable e impredecible.
  • Tienes pequeños manchados: se llaman sangrados de implantación.
  • Estás algo estreñida.
  • Cambios de tus gustos alimentarios.
  • Y por supuesto, la ausencia de regla.

Cómo confirmar el embarazo

Como probablemente sepas, en las farmacias venden sin receta test para comprobar si estás o no embarazada. Estos test son la forma habitual de comprobarlo. Pero cuidado, porque si te lo haces demasiado pronto el resultado puede no ser fiable. Debes esperar a que transcurran quince días desde la primera falta.

Ante cualquier duda, lo más recomendable es que acudas a tu médico de familia o a tu ginecólogo, que podrá aclarar la situación.

Cuándo nacerá el niño

El test ha dado positivo y tu médico ha confirmado el embarazo. La duda ahora es calcular cuándo nacerá. Esto requiere conocer el proceso.

La concepción se produce hacia el momento de la ovulación, cuando el óvulo sale del ovario. La ovulación tiene lugar en la mitad de tu ciclo menstrual, hacia el día 14 (tomando como día 1 el primer día de la menstruación).

El inicio del embarazo se calcula desde el primer día de la última menstruación. Un embarazo normal durará 40 semanas en total y no es demasiado difícil calcular la fecha en la que probablemente darás a luz.

Si, por ejemplo, el primer día de tu última regla fue el 1 de abril, suma una semana: 8 de abril. Luego suma nueve meses y tendrás la fecha del nacimiento; en este caso, sería el 8 de enero del año siguiente. Pero esta fecha es la “fecha probable”: puede variar arriba o debajo de manera impredecible. Para que esta predicción sea lo más exacta posible, la regla se te tiene que haber presentado con una regularidad de unas cuatro semanas en las dos últimas menstruaciones.

Qué ocurre si acabas de dejar la píldora

Si has dejado recientemente de tomarla, pueden pasar varios meses (de 1 a 6) hasta que se restablezcan tus ovulaciones y ciclos menstruales normales.

En estas circunstancias, si te quedas embarazada es difícil calcular la fecha del nacimiento del bebé de forma fiable y lo más útil es hacer una ecografía, que, realizada en las 12 primeras semanas dará la estimación más fiable y exacta del nacimiento del bebé a partir del tamaño del feto. Todos los hospitales con maternidad la realizarán como exploración de rutina a las mujeres embarazadas.

En resumen

No es posible asegurar con absoluta certeza si estás o no embarazada sin hacerte un test convencional de embarazo. Con todo, ya has leído las señales que te manda el cuerpo que pueden hacerte sospechar.

Y recuerda: ante la razonable duda, acude a tu médico.

Bibliografía

https://www.federacion-matronas.org/2020/12/08/sintomas-mujeres-embarazada/
https://www.mayoclinic.org/es-es/healthy-lifestyle/getting-pregnant/in-depth/symptoms-of-pregnancy/art-20043853

10 síntomas de tiroides que no debes ignorar

La tiroides es una pequeña glándula en forma de mariposa que se encuentra ubicada en la base del cuello. Aunque lo habitual es que nunca notemos su presencial a lo largo de nuestra vida, cuando no funciona como debería sí que tiene consecuencias muy acentuadas, que pueden llegar a poner en un compromiso a la salud en general. En este artículo, te contamos cuáles son los 10 síntomas de tiroides más habituales y las opciones que hay para su tratamiento. 

¿Qué es la tiroides y por qué es importante?

Como decíamos en la introducción, la tiroides es una glándula de pequeño tamaño situada en el cuello. A pesar de sus reducidas dimensiones, su importancia para la salud general es incalculable. Y es que se trata de una glándula endocrina cuya función principal es la de liberar hormonas tiroideas, que son la triyodotironina (T3) y la tiroxina (T4).

Estas están involucradas en el crecimiento, pero también en otros procesos de nuestro organismo. Por ejemplo, el metabolismo, la temperatura corporal, el ritmo cardíaco y el desarrollo celular. Cuando la tiroides no funciona como debería, se pueden desencadenar una serie de problemas de salud que no hay que tomarse a la ligera.

Síntomas comunes de los trastornos de la tiroides

Cuando los problemas con esta glándula son leves, la persona no tiene por qué experimentar ninguna sintomatología acentuada. Sin embargo, cuando la gravedad es mayor, sí que comienza a repercutir en el día a día. A continuación te dejamos los 10 síntomas de tiroides más frecuentes

  1. Fatiga constante. La fatiga extrema y persistente puede ser un signo de hipotiroidismo, en la que la tiroides no produce suficientes hormonas.
  2. Cambios en el peso. Tanto la pérdida inexplicada como el aumento de peso pueden ser indicativos de problemas de tiroides, ya sea hipotiroidismo o hipertiroidismo.
  3. Cambios en la piel y en el cabello. La piel seca, escamosa, así como el cabello quebradizo son síntomas de un desequilibrio tiroideo.
  4. Intolerancia al frío o al calor. Sentir frío intenso o calor excesivo sin una causa aparente y sin tener relación con la temperatura del ambiente. 
  5. Alteraciones del estado de ánimo. Una tiroides disfuncional puede hacer que se pase de la euforia a estados repentinos de ansiedad y depresión. 
  6. Problemas digestivos. Por ejemplo, estreñimiento cuando se padece hipotiroidismo y diarrea cuando se trata de hipertiroidismo. 
  7. Palpitaciones y ritmo cardíaco irregular. El hipertiroidismo puede acelerar el ritmo cardíaco y aumentar las palpitaciones.
  8. Músculos débiles y dolorosos. Debilidad muscular y dolores intensos en las articulares que pueden llegar a dificultar la realización de actividades cotidianas. 
  9. Cambios en el ciclo menstrual. Las mujeres pueden experimentar periodos más intensos o irregulares por el desequilibrio hormonal. 
  10. Hinchazón en el cuello. En algunos casos, se presentan nódulos tiroideos, que son bultos o una región hinchada en el cuello. 

Tipos de trastornos de la tiroides

Como hemos mencionado en el apartado anterior con los 10 síntomas de tiroides, esta se presenta habitualmente en forma de dos trastornos: el hipotiroidismo y el hipertiroidismo. ¿Cuáles son sus diferencias?

Hipotiroidismo

En el hipotiroidismo, la tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas (T3 y T4). En consecuencia, el metabolismo se ralentiza y afecta a diversas funciones corporales. Se diagnostica con una analítica de sangre que miden los niveles hormonales. 

Durante la etapa inicial, los síntomas pueden estar poco marcados, pero a medida que pasa el tiempo, se intensifican y pueden provocar colesterol alto o problemas cardíacos. La sintomatología más frecuente son fatiga, aumento de peso, piel seca, intolerancia al frío, depresión y estreñimiento. Algunas de las causas son la enfermedad autoinmune de Hashimoto, cirugías, radioterapia, tiroiditis e incluso el uso de algunos medicamentos. 

Hipertiroidismo

En el hipertiroidismo, sucede exactamente lo contrario que en el anterior, y es que la glándula tiroides produce una cantidad excesiva de hormonas tiroideas (T3 y T4). En este caso, el metabolismo se acelera, así como otras funciones corporales. Esto puede resultar en síntomas como pérdida de peso involuntaria, irritabilidad, nerviosismo, insomnio, aumento del ritmo cardíaco, temblores, sudoración excesiva y debilidad muscular

Algunas de las causas son la enfermedad de Graves, los nódulos tiroideos hiperactivos o la inflamación de la tiroides. Se diagnostica mediante pruebas de sangre que evalúan los niveles hormonales. El tratamiento puede involucrar medicamentos para controlar la producción hormonal, terapia con yodo radiactivo para reducir la actividad de la tiroides o cirugía para extirpar parte de la glándula. La detección temprana y el manejo adecuado son esenciales para evitar complicaciones graves.

Importancia del diagnóstico y tratamiento temprano

Con los 10 síntomas de tiroides mencionados, se tiene un primer acercamiento al escenario que se produce ante estos trastornos. No obstante, puesto que el hipotiroidismo y el hipertiroidismo se manifiestan de diferente forma y están relacionadas con causas que también difieren entre sí, en el caso de que se presenten varios de estos síntomas, es conveniente acudir al médico para realizar las pruebas de sangre pertinentes. Cuanto antes se detecte, menor será el riesgo de sufrir complicaciones graves. 

En lo que respecta al tratamiento, lo habitual son los medicamentos que restauran el equilibrio hormonal, y que tendrán que mantenerse de por vida. Algunos pacientes pueden necesitar terapias con yodo radioactivo y cirugía. 

Bibliografía

https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/hypothyroidism/symptoms-causes/syc-20350284

https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-trastornos-tiroideos-tratamiento-X0212047X10875655

¿Qué provoca calambres en las piernas? Conoce los desencadenantes comunes

Quienes han experimentado los calambres en las piernas, pueden confirmar que se trata de una sensación muy incómoda e incluso dolorosa. Estos espasmos musculares repentinos pueden ocurrir en cualquier momento, por lo que interrumpen las actividades que se están realizando y causan molestias significativas. Comprender qué provoca estos calambres es el primer paso para prevenirlos. Por eso, en este artículo te contamos cuáles son las causas, así como varios consejos para tratarlos y prevenirlos. 

¿Qué son los calambres en las piernas?

Los calambres en las piernas son contracciones musculares bruscas y de gran intensidad, que generan un dolor agudo y una sensación de tensión en la zona afectada. Estos espasmos involuntarios pueden durar desde segundos hasta minutos, y por lo general se producen en los músculos de los gemelos y en los muslos. 

El momento en el que tienen lugar es variable. Puede ser tanto durante la actividad física, como mientras se está en reposo e incluso durante el sueño, lo que significa que provocan una interrupción del sueño. Aunque generalmente son benignos, resultan muy molestos y, de ser muy frecuentes, pueden llegar a interferir en las actividades diarias o en el bienestar general.

Factores desencadenantes comunes

Las causas de los calambres en las piernas son múltiples y no se puede generalizar. Cada persona que los padezca debe valorar cuáles podrían ser los motivos según sus costumbres o hábitos en el día a día, y poner en práctica los consejos que daremos más adelante para su tratamiento. Si no son suficientes para controlarlos, se debería consultar con un médico para descartar patologías, como las distonías, el tétanos, la isquemia muscular o los calambres ilusorios.  

Entre los factores desencadenantes más habituales, podemos citar los siguientes:

Deshidratación

Cuando el cuerpo no recibe la suficiente cantidad de agua, le faltan minerales esenciales, como el potasio y el magnesio. Ante esta carencia, los músculos se vuelven más propensos a los calambres. 

Falta de estiramientos

Si se realiza una actividad física o se permanece en una misma posición durante mucho tiempo, ya sea de pie o sentados, es conveniente realizar una serie de estiramientos para la musculatura. Con ellos, se eliminará la tensión y la musculatura se relajará, lo que reduce el riesgo de padecer calambres en las piernas. 

Escasa actividad física

Cuando el cuerpo no recibe la suficiente cantidad de agua, le faltan minerales esenciales, como el potasio y el magnesio. Ante esta carencia, los músculos se vuelven más propensos a los calambres. 

Realizar deporte y no estirar antes o después de los entrenamientos puede provocar calambres, pero la falta de actividad física tiene la misma consecuencia. Por este y múltiples motivos relacionados con la salud, se recomienda practicar algún deporte o actividad de forma regular. 

Al mismo tiempo, cuando hay un exceso de entrenamiento y no se descansa lo suficiente, el cuerpo también puede reaccionar con estos espasmos. En definitiva, de lo que se trata es de buscar un término medio entre la inactividad total y el sobreentrenamiento. 

Edad

Con el paso de los años, la musculatura va perdiendo firmeza y tamaño, así como flexibilidad. Por esta razón, también pueden aparecer calambres. 

Calzado inadecuado

Si los zapatos que se utilizan con regularidad no ofrecen un buen soporte en los pies y en las piernas, y además se camina con una mala postura o hay una descompensación entre las piernas, también se favorece la aparición de los espasmos. 

Consejos para prevenir los calambres en las piernas

Para la prevención de los calambres en las piernas, se pueden poner en práctica los siguientes consejos:

  • Evitar la práctica de deporte inmediatamente tras las comidas. 
  • Realizar estiramientos suaves de los músculos antes de entrenar, con independencia del deporte que se practique, y antes de irse a la cama, puesto que mientras se duerme es frecuente que aparezcan.
  • Tomar abundante líquido. Como hemos indicado, la deshidratación es una causa común de los calambres; por ello se debe ingerir agua o bebidas ricas en potasio a lo largo del día, pero sobre todo después de entrenar. 
  • Evitar el tabaco y los estimulantes, como la cafeína, la efedrinao la seudoefedrina. 
  • Elegir calzado cómodo, con buen apoyo y ajuste al pie. 

Alivio y tratamiento de los calambres en las piernas

Si a pesar de poner en práctica estas recomendaciones, se continúan experimentando los calambres en las piernas, siguen existiendo una serie de medidas para paliar las molestias y el dolor que causan. 

Estas incluyen hacer un masaje en la zona afectada, que como hemos indicado, suelen ser los gemelos, o realizar un suave estiramiento para ayudar a relajar la zona. Al fin y al cabo, el espasmo es una tensión en la musculatura. También se puede aplicar calor durante algunos minutos. 

En los casos más severos, se pueden tomar alimentos ricos en potasio y magnesio, como los plátanos, los aguacates o los frutos secos, o también suplementos. Para ello, se recomienda consultar con un profesional de la salud. 

Bibliografía

https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/muscle-cramp/symptoms-causes/syc-20350820

https://www.msdmanuals.com/es-es/professional/trastornos-neurol%C3%B3gicos/s%C3%ADntomas-de-los-problemas-neurol%C3%B3gicos/calambres-musculares

Sueño y verano: tips para dormir con calor

Durante una ola de calor es muy normal que nos cueste dormir, y tener más despertares a lo largo de la noche. De hecho, una temperatura adecuada favorece la regulación corporal durante la noche, mejorando la calidad del sueño.

¿Cómo afecta el calor al sueño?

La temperatura de nuestro cuerpo no es siempre la misma, sino que aumenta y disminuye en función del momento del día siguiendo un ritmo de 24 horas (ritmo circadiano). En general, la temperatura corporal empieza a disminuir al anochecer, llegando a niveles mínimos durante la madrugada. Un dormitorio demasiado cálido puede interferir con nuestra capacidad de regular la temperatura corporal, causando fatiga e incomodidad, impidiendo conciliar el sueño. Además, el ambiente caluroso no solo afecta al inicio del sueño, sino también a la calidad del descanso y la duración de las diferentes etapas del sueño, provocando una disminución del sueño profundo, llamado sueño de ondas lentas, e incrementando la cantidad y duración de despertares durante la noche. Esta situación puede empeorar en ambientes con excesiva humedad, ya que esta dificulta que el cuerpo disipe calor a través de la superficie de la piel.

Por otra parte, durante el sueño REM el cuerpo tiene menos capacidad de regular la temperatura, haciéndonos más sensibles a los cambios de temperatura ambiental. En consecuencia, el calor puede disminuir el tiempo que se pasa en sueño REM, y esto puede provocar fatiga y aturdimiento al día siguiente, ya que el sueño REM participa en la recuperación corporal, el equilibro del sistema inmunitario, así como el aprendizaje y la memoria.

Aun sabiendo todo esto, cuando llega el verano es difícil evitar que las altas temperaturas nos afecten. Es por eso por lo que te presentamos algunos consejos que pueden ayudarte a mejorar la calidad y cantidad de sueño en las noches más calurosas.

Consejos para descansar durante las noches más calurosas

Prepara tu dormitorio

  • Baja las persianas o incorpora sistemas como toldos durante el día para evitar que la temperatura de la estancia aumente.
  • Antes de dormir, ventila la habitación. Puedes hacerlo generando corrientes de aire abriendo distintas ventanas de tu casa.
  • La humedad del ambiente evita que nuestro sudor se evapore, por lo tanto, el uso de los deshumidificadores puede ser una buena opción.
  • Elige un buen colchón y renuévalo frecuentemente. Si tiene un lado para verano, voltéalo al llegar la temporada.

A la hora de ir a dormir

  • Elige ropa de cama ligera o duerme desnudo. Opta por fibras naturales, que permiten una mayor transpiración que las sintéticas, ayudando a regular la temperatura.
  • Bebe mucha agua durante el día para mantenerte hidratado.
  • Una ducha tibia, o humedecer las muñecas, nuca y tobillos, puede ayudar a relajarte, refrescarte y conciliar el sueño. Evita las duchas de agua fría, ya que la reacción de nuestro cuerpo será aumentar la temperatura para compensar el frío.
  • Evita cenas copiosas, picantes o grasientas, que pueden aumentar la temperatura corporal dificultando el sueño. Opta por cenas ligeras, ricas en verduras y fruta fresca, que ayudará a hidratarnos.
  • Reduce o evita la ingesta de alcohol antes de dormir, ya que este provoca deshidratación y reduce la calidad del sueño.
  • Limita el consumo de cafeína ya que, además de disminuir la somnolencia, interrumpe el proceso de liberación de calor por la noche.
  • Si usas aire acondicionado, enfría antes la habitación, pero apaga o programa su apagado cuando te vayas a dormir.
  • Los ventiladores son recomendables porque hacen recircular el aire sin cambios bruscos de temperatura.

Además, adoptar unos hábitos saludables de higiene del sueño, como por ejemplo acostarte a la misma hora todas las noches, exponerte a la luz –preferiblemente natural– y hacer ejercicio regular durante el día, te ayudarán a programar tu reloj biológico y a regular la temperatura corporal para que se adapte a tu ritmo circadiano de sueño.

No obstante, si tienes algún problema o sospechas que pudieras tener algún trastorno de sueño, es importante que acudas a un especialista en Medicina del Sueño para poder diagnosticarlo y recibir el tratamiento adecuado.

Artículo elaborado por Ad Salutem, Instituto del Sueño

Conócelo todo sobre el colesterol HDL

Qué es el colesterol. Su importancia

El colesterol es una molécula, de consistencia cerosa y similar a la grasa, que se encuentra en todas las células del cuerpo. Es uno de los componentes de las membranas celulares y resulta absolutamente necesario para el organismo, al contrario de lo que se piensa.

En el cuerpo, interviene:

  • En la producción de hormonas corticoesteroidales, como aldosterona y cortisol
  • En la de hormonas sexuales, como progesterona, estrógenos y testosterona
  • Como precursor de las sales biliares
  • Impulsor de la vitamina D.

El cuerpo produce todo el colesterol que necesita.

Tipos de colesterol

Hay tres tipos de colesterol:

HDL (High Density Lipoprotein), o “colesterol bueno”. Colesterol  LDL (Low Density Lipoprotein) o “colesterol malo” y la VLDL (Very Low Lipoprotein) o lipoproteína de muy baja densidad. Las proteínas LDL transportan el colesterol y lo ceden a todos los tejidos. Las HDL, por el contrario, recogen el exceso de LDL y lo devuelven al hígado.

El exceso de colesterol provoca la acumulación de placas en las arterias, resultando en una enfermedad llamada aterosclerosis. Esta enfermedad provoca el estrechamiento de las arterias y puede afectar a cualquier arteria del cuerpo. Cuando afecta a las coronarias, las arterias que riegan el músculo cardiaco, puede ocasionar la cardiopatía isquémica o enfermedad coronaria, que comprende enfermedades como el infarto de miocardio y varios tipos de anginas de pecho. Puede afectar también a otras zonas arteriales como la cerebral (causando el ictus), la aorta y otras arterias periféricas.

En medicina, la enfermedad producida por lesiones arterioescleróticas suele denominarse, además de enfermedad cardiovascular, enfermedad vascular periférica.

Colesterol total. Fracciones del colesterol

El colesterol se mide en miligramos por decilitro. Al hablar de colesterol a secas, se considera el valor del total, incluyendo HDL, LDL y VLDL. Los valores generalmente considerados como adecuados son:

  • Concentración inferior a 200 mg/dL: deseable
  • Entre 200 y 239 mg/dL: límite
  • Superior a los 240 mg/dL: se considera de alto riesgo.

En relación con el colesterol malo (LDL):

  • Concentración inferior a 100 mg/dL: se considera óptima
  • Entre 100 y 129 mg/dL: buena
  • Entre 130 y 159, límite
  • Entre 160 y 189: alta
  • Igual o superior a 190 mg/dL: muy alta

En términos de colesterol HDL, los niveles indicados son:

  • En varones, se considera deseable una concentración de HDL entre 40 y 50 mg/dL
  • En mujeres, la concentración deseable de HDL se sitúa entre 50 y 60 mg/dL
  • La concentración de colesterol HDL inferior a 40 mg/dL es demasiado baja y constituye un factor de riesgo para la enfermedad coronaria.

Algunas consideraciones

Está totalmente demostrado que el nivel de colesterol elevado (o hipercolesterolemia en términos médicos) se relaciona directamente con el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria en el futuro. Es una relación lineal, de modo que si el colesterol aumenta un 1%, el riesgo de complicaciones coronarias puede aumentar de un 2% a un 3%.

Además, está en relación con la edad. Un incremento del 10% en el total se asoció:

  • A los 40 años, incremento del riesgo del 54%
  • A los 50, del 39%
  • A los 60, del 27%
  • A los 70, del 20%.

En lo que respecta al otro extremo, no parece que exista un límite “bajo” de colesterol con respecto al riesgo.

Importancia de la arteriosclerosis

El tratamiento de las enfermedades producidas por la arteriosclerosis es todo un reto para los profesionales de la salud, en especial de los implicados en prevenir la enfermedad antes de que ésta aparezca. La prevención primaria es la especialidad dirigida a detectar y establecer medidas para evitar que surjan nuevos casos de una determinada enfermedad. Se estima que más de una tercera parte de todas las muertes en los países desarrollados se deben a la enfermedad coronaria.

Desde los años ochenta, la mortalidad masculina debida a enfermedad coronaria ha disminuido paulatinamente gracias a los esfuerzos preventivos, pero entre las mujeres, la presencia de enfermedad coronaria parece seguir aumentando.

Entre los hombres, la enfermedad cardiovascular aparece antes que en las mujeres, pero este efecto temprano se atenúa notablemente a partir de los 60 años. Tras la menopausia, el riesgo de enfermedad coronaria femenina es tres veces superior. Después de los 50 años, los niveles de colesterol parecen estabilizarse entre los hombres, mientras que en las mujeres se observa un aumento.

Bibliografía

https://si.easp.es/psiaa/wp-content/uploads/2014/07/cribado_hipercolesterolemia.pdf
https://www.aepap.org/sites/default/files/hipercolesterolemia.pdf

Cómo prevenir la hinchazón de los pies y mantener una buena circulación

Nuestros pies tienen la capacidad de llevarnos allá donde queremos ir, pero estamos tan acostumbrados a ello, que su cuidado suele caer en el olvido. La consecuencia de esta falta de atención son los pies hinchados, que se debe a una mala circulación. En este artículo, te contamos cuáles son las causas exactas y cómo debes actuar tanto desde la prevención como para el tratamiento. 

¿Por qué se hinchan los pies?

La hinchazón de los pies puede ser causada por diversas razones, pero una de las principales es la retención de líquidos, que suele estar vinculada a problemas médicos como la insuficiencia cardíaca, la enfermedad renal o incluso el embarazo

Sin embargo, existen muchas otras razones por las que un día podemos darnos cuenta de que tenemos los pies hinchados, como las que te dejamos a continuación. Si tras leerlas sigues sin tener claro cuál es tu caso, sería recomendable consultar con un médico.

Pasar muchas horas de pie o sin moverse. Es habitual en aquellas personas que trabajan de pie y en un espacio limitado o que pasan varias horas sentados, como en una oficina o en un viaje.  

Cambios hormonales. Además de durante el embarazo, el propio ciclo menstrual o la menopausia pueden provocar esta afección. 

Alteraciones biomecánicas, que se deben a que los tobillos y los pies no están bien alineados.

Sobrepeso. El exceso de peso hace que los pies tengan que hacer un esfuerzo mayor al desplazarnos.

Retención de líquidos. Puede ser por genética o por una alimentación inadecuada.

Altas temperaturas. El calor puede provocar esta alteración, pero solo de manera temporal.

Problemas vasculares. Cuando hay una insuficiencia venosa, la sangre tiene problemas para volver en sentido ascendente hacia el corazón. 

Calzado inadecuado. Si el calzado es demasiado apretado o no proporciona una buena ventilación, también puede ser la causa de los pies hinchados.

Consejos para prevenir la hinchazón de los pies

Si padeces de pies hinchados o quieres evitar que te suceda, aquí te dejamos algunos consejos para evitarlo. 

Mantén tus pies en movimiento

Una de las formas más efectivas de prevenir la hinchazón de los pies es mantenerlos en movimiento. Si tienes un trabajo que requiere estar sentado durante horas, asegúrate de levantarte y dar un corto paseo cada hora. Si pasas mucho tiempo de pie, intenta cambiar el peso de un pie a otro y elevarlos cuando sea posible. La actividad constante ayuda a estimular la circulación y evitar que los líquidos se acumulen en los pies. También es conveniente practicar ejercicio regularmente y realizar estiramientos. 

Consume una dieta equilibrada

Una dieta alta en sodio puede contribuir significativamente a la retención de líquidos y, por lo tanto, a la hinchazón de los pies. Opta por una dieta equilibrada mejora la circulación; debe ser rica en frutas y verduras frescas, que son naturalmente bajas en sal y altas en nutrientes esenciales y que, en consecuencia, favorecen la circulación. También es importante beber mucha agua al día, ya que así eliminamos las toxinas. 

Utiliza calzado cómodo

El tipo de calzado que usamos puede influir en la salud de nuestros pies y piernas. Elige siempre zapatos que se ajusten a la forma de tu pie y que no te aprieten. También deben ofrecerte un buen soporte en el arco y en el tobillo. El calzado ajustado y los tacones dificultan la circulación y contribuyen a la hinchazón.

Controla la exposición al sol

Durante las horas de más calor, que son las centrales del día, no se recomienda estar en el exterior porque puede quemarnos la piel, incluso si llevamos protección. Pero además de a la piel, las altas temperaturas también afectan a la circulación, y pueden provocarte hinchazón de pies. 

Mejorar la circulación de las piernas

La circulación sanguínea es vital si queremos disfrutar de una buena salud en nuestras piernas. Cuando es deficiente, es habitual que aparezcan venas varicosas o coágulos sanguíneos, además de los pies hinchados. Si quieres mejorar la circulación en tus piernas, prueba lo siguiente:

Incorpora ejercicios cardiovasculares en tu rutina, como caminar, nadar o andar en bicicleta.

Evita cruzar las piernas durante períodos prolongados, ya que esto puede obstaculizar el flujo sanguíneo.

Masajea tus piernas suavemente en dirección ascendente para estimular el flujo sanguíneo.

– Si tienes tendencia a la hinchazón o pasas muchas horas de pie, utiliza medias de compresión

Cuidado de los pies

Además de los consejos mencionados, es importante prestar atención al cuidado de los pies en el día a día. Esto implica mantener una buena higiene, como el lavado diario, el secado correcto, sobre todo entre los dedos, que es donde se acumula la humedad y pueden aparecer hongos, y la hidratación, para evitar la sequedad y las grietas. 

También es interesante realizar exámenes ocasionales para detectar problemas a tiempo, como cambios en la piel, hongos o callosidades. Si notas alguna anomalía, consulta a un podólogo para obtener un diagnóstico y el tratamiento adecuado. 

Bibliografía

Cómo actuar ante un golpe de calor: Primeros auxilios esenciales 

La llegada del verano, con sus días soleados y altas temperaturas, es bien recibida por quienes llevan meses esperando por unas vacaciones y disfrutan de actividades al aire libre. Sin embargo, cuando los termómetros se disparan, una realidad cada vez más frecuente, el calor hace aparecer condiciones médicas serias que pueden llegar a poner en riesgo la vida de una persona. Hoy te contamos cuáles son los síntomas de un golpe de calor y cómo debemos actuar, tanto en estos casos como para la prevención. 

¿Qué es un golpe de calor?

Un golpe de calor es una condición en la que se produce un aumento de la temperatura interna del cuerpo y este no es capaz de regularse por sí mismo. Suele ser la consecuencia de una exposición prolongada al sol o a las altas temperaturas, pero también puede estar causado por una actividad física intensa en espacios con poca ventilación. 

El sudor es el mecanismo del que nuestro organismo dispone para regularse y mantener una temperatura constante. Pero en los escenarios anteriores, así como cuando la humedad es muy elevada, puede tener dificultades para hacerlo, y es aquí cuando se presentan los síntomas de un golpe de calor. 

Si bien puede afectar a cualquier persona, son especialmente vulnerables niños y niñas de corta edad, personas de edad avanzada y aquellas con condiciones médicas preexistentes. Los últimos informes de nuestro país revelan que el año pasado, durante los meses de la primavera y verano en los que se registraron máximos históricos en las temperaturas, se produjeron 122 golpes de calor, que suponen un aumento del 159% con respecto al 2021. Los casos de deshidratación fueron 233, un 113% más que en el año anterior. 

Las personas con patologías crónicas previas son las que presentan un riesgo mayor, y de hecho, los fallecimientos afectaron principalmente a personas con hipertensión, diabetes y trastornos seniles y preseniles. 

Síntomas del golpe de calor

Reconocer los síntomas de un golpe de calor permite actuar con rapidez y buscar asistencia médica. La sintomatología es la siguiente:

  • Fiebre elevada que puede superar los 40º.
  • Dolor de cabeza y mareos.
  • Náuseas y vómitos.
  • Piel caliente, seca y con una tonalidad roja.
  • Confusión mental, balbuceo, agitación o delirio.
  • Respiración y pulso acelerados.
  • Fatiga e hiperventilación.
  • Convulsiones y desmayos.
  • En casos graves, coma.

La pérdida del conocimiento suele ser el síntoma del golpe de calor que alerta de la situación, pero puesto que la intensidad de la sintomatología varía de una persona a otra y también depende del nivel de deshidratación, hay que prestar atención a cualquier de los mencionados. Lo ideal es la prevención, pero si ya es demasiado tarde, se debe actuar lo antes posible. 

Medidas de emergencia

Si nos encontramos ante una persona que presenta los síntomas del golpe de actuar, se debe contactar con ayuda médica para que intervengan en la mayor brevedad. Mientras se espera, se deben tomar las siguientes medidas. 

  • Buscar un lugar fresco. Dado que la exposición al sol y el calor son los principales causantes de los golpes de calor, se debe buscar de inmediato un lugar que esté bien ventilado y que tenga sombra. De esta manera, el cuerpo podrá volver a intentar regularse. 
  • Beber agua. La ingesta de agua en días de calor es indispensable para evitar la deshidratación; ante el golpe de calor, se debe ingerir en pequeños sorbos. 
  • Retirar ropa. Si la persona lleva ropa de abrigo o de algún material que dificulte la transpiración, se recomienda retirarla, así como ofrecer aire a través de un ventilador, un abanico o cualquier otro objeto. 
  • Aplicar paños. Para acelerar el descenso de la temperatura corporal, se pueden aplicar paños empapados en agua fría o compresas. Estas deben colocarse en la frente, en el cuello y en la nuca; así como en las axilas o las ingles. Otra opción si fuera viable es una ducha fría
  • Si la persona ha perdido el conocimiento, hay que tumbarla bocarriba y con las piernas flexionadas. 

Consejos para prevenir el golpe de calor

La prevención es clave para evitar la aparición de los golpes de calor. A continuación te dejamos algunas medidas eficaces:

Hidrátate

Se recomienda beber al menos un litro y medio de agua en condiciones normales para una persona adulta. En el caso de altas temperaturas, exposición al sol o realización de actividades físicas, se debe aumentar la cantidad y mantener una ingesta frecuente. 

Vestimenta adecuada

Elegir una vestimenta apropiada te ayudará a mantener una temperatura corporal adecuada. Esta medida es particularmente importante con niños de corta edad, puesto que tienden a abrigarles en exceso. 

Adaptarse a los horarios

Si se realizan actividades en el exterior, se recomienda evitar las horas centrales del día, ya que es cuando se incrementa el riesgo de padecer un golpe de calor. Si fuera inevitable, hay que hacer descansos frecuentes en zonas frescas. 

Usar proteción

Crema solar, sombreros y sombrillas son elementos indispensables para protegerse del sol y del calor. 

Evitar los vehículos

La temperatura en un coche estacionado se eleva con gran rapidez y es uno de los escenarios fatales en los que se presentan los golpes de calor. Se deben evitar a toda costa para esperar, sobre todo con menores de corta edad, personas de edad avanzada y animales. 

Bibliografía

https://sanidad.castillalamancha.es/ciudadanos/protege-tu-salud/verano-saludable/golpe-de-calor#:~:text=%2D%20Lleve%20a%20la%20persona%20a,la%20nuca%20y%20el%20cuello

https://www.mayoclinic.org/es/first-aid/first-aid-heatstroke/basics/art-20056655