Alergia al sol: Síntomas, causas y tratamiento

La alergia al sol, también conocida como erupción polimorfa lumínica, es una reacción del sistema inmunológico a la luz solar. Tanto las causas como la sintomatología es variable de una persona a otra. En este artículo, vamos a conocer cuál es aquella y cómo tratarla en adultos y menores y otros aspectos a tener en cuenta. 

Síntomas de la alergia al sol

    Los síntomas de la alergia al sol varían en intensidad según la persona y el nivel de exposición que haya habido. Tras esta, suelen aparecer entre unos minutos y varias horas después. En cuanto a la duración, en los casos graves se puede extender a varios días. Los síntomas más habituales son los siguientes:

    Erupciones cutáneas. Son la manifestación más frecuente y se presenta como una erupción rojiza, que suele ir acompañada de picazón. Aparecen en aquellas zonas del cuerpo que han estado expuestas al sol. Por ejemplo, brazos, cuello, cara y manos.
    Pápulas. Se trata de pequeños bultos o granitos con líquido en su interior. Suelen aparecer algunas horas después de la exposición solar.
    Enrojecimiento. La piel puede ponerse roja e inflamarse, como en las quemaduras solares. La diferencia está en que en la alergia al sol,  el enrojecimiento va más allá de las zonas que han estado expuestas.
    Sensación de ardor o picor. Aparece en las zonas de la piel afectadas y puede ser muy molesta.
    Descamación. En algunos casos, y cuando la erupción empieza a remitir, la piel puede pelarse. 

    ¿Cómo prevenir la alergia al sol?

      La prevención de la alergia al sol vendrá determinada por las causas, que pueden ser hereditarias, por la toma de ciertos medicamentos o incluso por razones desconocidas. En cualquier caso, se puede reducir el riesgo de que aparezca con las siguientes medidas:

      Usar protector solar. Se recomienda para toda la población, pero es particularmente importante si hay problemas de alergias. Debe ser de amplio espectro con un factor de protección de 30 como mínimo. Hay que repetir la aplicación cada dos horas, o más a menudo si se está sudando o nadando.
      Ropa protectora. Vestir prendas que cubran la mayor parte del cuerpo, como camisas de manga larga, pantalones y sombreros de ala ancha. También hay tejidos especiales con protección ultravioleta (UPF).
      Evitar la exposición directa al sol. Si hay alergia al sol o se cree que puede haber, lo ideal es evitar completamente la exposición. O al menos, limitar el tiempo al aire libre en las horas más fuertes.
      Buscar sombra. Si no la hay, se recomienda utilizar paraguas o sombrillas.

      Evitar medicamentos y cosméticos que aumentan la sensibilidad al sol. 

      Tratamiento de la alergia al sol

        Si se desarrolla una alergia al sol, el tratamiento se centrará en aliviar los síntomas y reducir la inflamación. Los métodos más usados son:

        Cremas corticoides. Los corticosteroides reducen la inflamación y el enrojecimiento. Algunas están disponibles sin receta, pero se recomienda consultar con un médico en casos severos.
        Antihistamínicos. Al tratarse de una alergia, los antihistamínicos orales pueden ser eficaces para aliviar el picor y la incomodidad.
        Hidratación de la piel. Mantenerse hidratados reduce la sequedad y posterior descamación que suele acompañar a la alergia al sol.
        Compresas frías. Si se aplican sobre la piel afectada, puede ofrecer alivio temporal del ardor y la picazón.
        Fototerapia. En casos crónicos o recurrentes, algunos dermatólogos recomiendan la fototerapia. Es un tratamiento que expone la piel a cantidades controladas de luz ultravioleta para reducir la sensibilidad al sol.

        Alergia al sol en bebes, ¿qué hacer?

          La piel de los bebés es muy sensible y vulnerable a las reacciones solares, de ahí que los menores de seis meses no se deban exponer directamente al sol. Es importante utilizar sombrillas, sombreros y ropa que cubra su piel. Una vez superada dicha edad, se empezará con un protector solar específico para bebés, cuya fórmula suele ser suave. 

          Después de la exposición al sol, hay que hidratar su piel con cremas suaves y sin fragancia. Si se observa cualquier tipo de reacción tras la exposición solar, habrá que consultar con un pediatra para dar con un diagnóstico. 

          ¿Cómo saber si tengo alergia al sol?

            La única forma de saber si se tiene alergia al sol es a través de la observación de los síntomas después de la exposición. También es posible realizar pruebas específicas con un dermatólogo si hay una sospecha. Por ejemplo, la exposición controlada a luz ultravioleta en el consultorio, que determina la sensibilidad de la piel al sol. El análisis de sangre se utiliza también para descartar otras condiciones que puedan causar síntomas similares.

            Granitos por alergia al sol

              Los granitos pueden aparecer como resultado de una alergia al sol, y se conocen como pápulas. Son pequeños bultos de color rojo que causan picazón. Para tratarlos, además de las medidas mencionadas anteriormente, es importante evitar rascarse. De lo contrario, empeoraremos la irritación y aumentaremos el riesgo de una infección. Si los granitos persisten o se acompañan de otros síntomas, conviene consultar con un dermatólogo para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuado.

              Todo sobre el lupus: Síntomas, diagnóstico y tipos

              Qué es el lupus

              El lupus es una enfermedad de las llamadas autoinmunitarias, que son “errores” que comete el sistema autoinmune del cuerpo cuando ataca a los tejidos y órganos propios. En el caso del lupus, los órganos afectados son muy variables de un paciente a otro.

              Suele afectar a la piel, los riñones, los pulmones, las articulaciones, el sistema nervioso, las células sanguíneas, el cerebro, el corazón y los pulmones y provoca inflamación y daño.

              Habitualmente tiene diferentes niveles de intensidad en el tiempo, alternando periodos de exacerbación con otros de remisión.

              Por qué se produce

              En realidad no se sabe por qué se produce el lupus, como pasa con las enfermedades del sistema inmunitario, y se considera una enfermedad crónica. Es posible que sea una combinación de factores genéticos (con lo que puede tener antecedentes familiares) y también factores hormonales, pues es claramente más frecuente en las mujeres.

              Los pacientes con predisposición genética podrían ver desencadenarse la enfermedad al tener contacto con factores como:

              • El sol, que podría provocar lesiones en la piel
              • Medicamentos, como algunos utilizados contra la hipertensión o antibióticos. Aunque generalmente los síntomas desparecen al suspender la toma del medicamento, hay casos en que perduran después de la suspensión
              • Una infección, que podría desencadenar un brote de lupus.

              Tipos de lupus

              El lupus más habitual es el lupus eritomatoso sistémico. Hay otros tipos menos frecuentes:

              • El lupus cutáneo, que afecta a la piel, en particular cuando se expone al sol
              • El lupus producido por medicamentos, que es similar al eritomatoso sistémico, y es una reacción fulminante a determinados fármacos. Generalmente, los síntomas desaparecen cuendo se suspende la administración del fármaco
              • Lupus neonatal, que se presenta cuando la madre con lupus eritomatoso sistémico transmite al lactante anticuerpos de la enfermedad.

              Síntomas del lupus eritomatoso sistémico

              Los síntomas son muy variables y diversos. Pueden presentarse de repente o generarse paulatinamente, así como ser leves o intensos, y temporales o permanentes. Muchas veces cursan por brotes, o sea episodios de mayor intensidad.

              En función del tejido u órgano afectado por la enfermedad, los síntomas serán muy variables, pero los más comunes son:

              • Cansancio
              • Fiebre
              • Hinchazón y dolor de las articulaciones
              • Los dedos de los pies y de las manos se vuelven azules, o blancos, cuando se exponen al frío
              • Dolor en el pecho, con falta de aire
              • Dolor de cabeza, memoria alterada
              • Ojos secos
              • Lesiones en la piel que empeoran cuando les da el sol
              • Una erupción, generalmente en la cara (en las mejillas y la nariz, formando como una mariposa) o en cualquier parte del cuerpo.

              Diagnóstico

              Es difícil llegar a un correcto diagnóstico del lupus. El médico se basará fundamentalmente en la historia clínica del paciente, la anamnesis (o sea lo que cuente en la entrevista), la exploración física y en los diferentes análisis que podría pedir.

              El análisis de sangre podría mostrar alteraciones por disminución en los recuentos de leucocitos, linfocitos y plaquetas.

              La práctica totalidad de los pacientes tiene anticuerpos antinucleares, pero hay otros anticuerpos más específicos como los anti-DNA o antiSm (Smith), anticuerpos anti-Ro, anti-La, anti-RNP y otros, que igualmente serían detectados en un análisis de sangre específico.

              Tratamiento

              No existe cura del lupus y el tratamiento, siempre instaurado por el médico, va dirigido a controlar los síntomas. Varía en gran medida de un paciente a otro e incluye por lo general:

              • Antiinflamatorios: Ayudan a combatir la inflamación de las articulaciones y otros síntomas como dolores musculares
              • Corticoesteriodes. Constituyen el tratamiento de elección del lupus. Prácticamente todos los síntomas del lupus responden a ellos
              • Inmunosupresores, como las azatioprina y la ciclofosfamida, que se emplean en complicaciones importantes, sobre todo las que afectan a los riñones
              • Antipalúdicos, contra la artritis y algunas lesiones cutáneas

              Posibles complicaciones del lupus

              Algunas pueden ser graves y a continuación exponemos las más frecuentes, aunque en realidad pueden afectar a cualquier parte del cuerpo:

              • El cerebro y el Sistema Nervioso Central. Pueden provocar mareos, problemas de visión, e incluso ictus o convulsiones. También pueden generar problemas de memoria
              • La sangre. Puede provocar anemias y mayores riesgos de hemorragias y coagulación
              • El corazón. Puede causar la inflamación del corazón, aumentando el riesgo de problemas cardiovasculares
              • Los pulmones. Puede provocar inflamación de la pleura (el recubrimiento de la cavidad torácica, sangrado en los pulmones o neomonía.

              También aumenta el riesgo de infecciones (por debilitación del sistema inmunitario), muerte del tejido óseo (como consecuencia de falta de riego por problemas circulatorios) y complicaciones del embarazo por hipertensión.

              Pronóstico. Vivir con lupus

              Como norma general, una vez controlada la enfermedad, los pacientes pueden llevar una vida normal. Los consejos que te de tu médico serán fundamentales y con seguridad te hablará de caminar a diario (o montar el bicicleta, o nadar), de modo que prevengas la debilidad muscular.

              En principio, lo ideal es:

              • No estar mucho tiempo al sol
              • Seguir una dieta rica en frutas y verdura, además de granos integrales
              • Controlar el estrés
              • Tomarse tiempo para la tranquilidad y el descanso.

              Bibliografía:

              https://www.clinicbarcelona.org/asistencia/enfermedades/lupus/pruebas-y-diagnostico
              https://www.msdmanuals.com/es/professional/trastornos-de-los-tejidos-musculoesquel%C3%A9tico-y-conectivo/enfermedades-reum%C3%A1ticas-autoinmumunitarias/lupus-eritematoso-sist%C3%A9mico

              Herpes labial y fiebre en el labio. Causas, síntomas y opciones de alivio

              ¿Qué es el herpes simple?

              El herpes (VHS) simple es un virus que produce infecciones en las superficies cutáneo-mucosas, el sistema nervioso central y, en ocasiones, en otros órganos. Aquí nos referiremos exclusivamente a la afectación cutánea y más en concreto al herpes simple labial. También se le suele llamar culebrilla.

              Existen varios tipos de virus herpes simple. Entre los más comunes están:

              • El VHS tipo I: que es el tipo más común, suele producir herpes labial
              • El VHS tipo II: que suele producir herpes genital.

              Pero en realidad ambos tipos pueden infectar cualquier zona de la piel o de las membranas mucosas.

              ¿Cómo se produce la infección?

              El herpes está presente en todo el mundo. Hasta un 80% de la población tiene anticuerpos específicos frente al herpes simple, es decir, ha entrado en contacto en alguna ocasión con el virus.

              El ser humano es el único lugar donde vive: es su huésped natural. La transmisión se realiza por contacto directo e íntimo de una mucosa o piel infectada. La fuente del virus puede ser una lesión aparente, (primitiva o recurrente), o un portador asintomático (persona portadora del virus pero que no presenta la enfermedad) en la saliva o en las secreciones genitales.

              El período de incubación (período entre el contacto y la aparición de los primeros síntomas) oscila entre 1 y 26 días, siendo el promedio de 7 días. La mayoría de las personas entran en contacto con el virus durante la infancia, generalmente entre los tres y los cinco años de edad. En un 99% de los casos el primer contacto (primoinfección) con el virus no produce ningún síntoma y el contacto sólo se puede demostrar por la aparición de anticuerpos en la sangre, (que son las defensas creadas por el organismo ante la infección).

              Durante la primoinfección, los virus se multiplican en las células de la epidermis (capa más superficial de la piel) en el punto de inoculación y, además, infectan las terminaciones nerviosas de la zona. Desde allí, a través de los nervios, los virus viajan hasta las raíces de éstos donde permanecen en un estado de latencia (“dormidos pero no muertos”), sin provocar la muerte de las células donde se asientan.

              Posteriormente, al producirse un debilitamiento del sistema inmune (defensas del organismo), el virus se reactiva (“despierta”), comienza de nuevo a multiplicarse y viaja de vuelta por los nervios hasta la piel, donde produce una recidiva, apareciendo las lesiones típicas.

              ¿Cuáles son los síntomas?

              La primera infección puede progresar de distintas formas. La mayoría de los pacientes no tienen síntomas o éstos son muy leves.

              Entre quienes desarrollan síntomas durante la primoinfección, la forma más frecuente de presentación es la gingivo-estomatitis (afectación de encías y boca). Se suele producir en niños de uno a cinco años. Tras un período de incubación de alrededor de una semana, se inicia el cuadro de forma brusca. Aparecen múltiples vesículas (vejigas llenas de líquido claro), que se rompen rápidamente, dejando erosiones localizadas en la boca, encías, lengua y labios. El niño suele presentar abundante secreción de saliva, dolor al tragar, mal aliento y síntomas generales como fiebre, irritabilidad, cansancio, etc. Son frecuentes las adenopatías (ganglios aumentados de tamaño) en el cuello. Sin realizar tratamiento cura entre dos y seis semanas. Más tarde, si el virus se reactiva, las vesículas vuelven a aparecer.

              Las recidivas (nuevas apariciones) son más leves y sin síntomas generales, con tendencia a presentar los nuevos brotes siempre en la misma localización. El primer síntoma suele ser una sensación de picor y ardor en la piel. Rápidamente aparece una pequeña zona enrojecida que se cubre de vesículas en ramillete. Las vesículas se rompen y se cubren de costras. Suele afectar preferentemente a la zona de alrededor de la boca y al borde de los labios. Cura espontáneamente entre siete y diez días.

              Los desencadenantes de las recidivas son múltiples: estrés, traumatismos, luz solar, fiebre (“calenturas”), menstruación, etc.

              Alrededor del 20% de las personas con anticuerpos del VHS sufren ataques recurrentes de herpes labial durante toda la vida.

              ¿Qué se puede hacer para prevenir el herpes labial?

              • Evitar un contacto directo con las lesiones ya que pueden extenderse por cualquier parte del cuerpo, incluyendo los dedos y los genitales
              • Evitar tocar las lesiones ya que éstas se pueden volver a infectar
              • Lavarse las manos tras tocarse los labios
              • Reforzar las defensas del cuerpo con un estilo de vida sano: lleva una dieta variada, haz ejercicio de forma regular y duerme lo suficiente
              • Intenta evitar los factores desencadenantes (estrés, infecciones por otros virus, ayuno prolongado, privación de sueño, etc.) que hayan producido herpes con anterioridad. Los factores desencadenantes varían de unas personas a otras.

              ¿Cómo se diagnostica el herpes labial?

              Normalmente, la combinación del historial médico del paciente y el aspecto típico de las lesiones será suficiente para emitir el diagnóstico de infección por herpes simple. En ocasiones puede ser necesaria una confirmación diagnóstica, realizando entonces un raspado de las lesiones para observar al microscopio o para realizar un cultivo.

              ¿Cuáles son las posibles complicaciones?

              • Las erosiones pueden resultar sobreinfectadas por bacterias
              • Si se extiende a los ojos, puede producir lesiones oculares que alteran la visión normal
              • En personas que sufren dermatitis atópica, una infección por herpes simple puede, en algunas ocasiones, propagarse a extensiones mayores del cuerpo
              • En ocasiones el herpes simple puede indicarnos el padecimiento de otras enfermedades, como neumonía o deficiencias del sistema inmune.

              ¿Cuál es el tratamiento del herpes simple?

              El tratamiento puede ser sintomático, intentando disminuir las molestias que se producen, o bien se puede iniciar tratamiento con diversos medicamentos antivirales vía tópica u oral (preferiblemente oral, ya que la vía tópica es menos efectiva). Algunos de estos medicamentos son: aciclovir, valaciclovir, famciclovir, etc.

              Si se decide comenzar tratamiento farmacológico, debe comenzarse tan pronto como aparezcan los primeros síntomas (picor, ardor o sensación de tirantez) ya que si se demora la administración el tratamiento será menos efectivo.

              Algo de alivio

              Habla con tu farmacéutico, que podrá sugerirte algún remedio de venta libre (o sea, sin receta) para aliviar la lesión.

              Es conveniente que protejas los labios contra el sol. Si tienes los labios muy secos, utiliza una loción o crema hidratante. Aplícate compresas húmedas, que te pueden aliviar los síntomas y ayudará a eliminar las costras.

              • Cremas o pomadas labiales que contienen agentes desecantes, como el alcohol
              • Pueden ser de ayuda las cremas con óxido de zinc
              • Nunca utilices maquillaje para tratar de ocultar la lesión, pues podría resultar contraproducente
              • Toma algún analgésico si tienes dolor; de nuevo, tu farmacéutico podrá sugerir alguna crema con lidocaína o benzocaína.

              Previsiones

              El desarrollo de la enfermedad es distinto en cada persona. Algunos sufrirán pocas reactivaciones o ninguna, mientras que otros padecerán infecciones recurrentes de modo bastante continuo. Las recidivas suelen ser menos frecuentes con la edad.

              Bibliografía:

              https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/herpes-simplex-virus
              https://www.msdmanuals.com/es-es/hogar/infecciones/infecciones-por-el-virus-del-herpes/herpes-z%C3%B3ster-culebrilla

              Deportes de verano: Cómo practicarlos de manera segura

              El aumento de las temperaturas y el incremento en el número de horas de luz hacen que los deportes de verano sean una de las principales apuestas para la temporada estival. Las propuestas son múltiples, así como los beneficios físicos y mentales. Sin embargo, para disfrutar de estas actividades sin riesgos, no podemos descuidar la seguridad. En este artículo, te dejamos consejos para que tus actividades sean seguras.

              La importancia del calentamiento

              Antes de embarcarse en los deportes en verano, hay que realizar un calentamiento. Este no entiende ni de actividades ni de temporadas, puesto que su objetivo es incrementar el ritmo cardíaco y el flujo sanguíneo en los músculos, así como la flexibilidad en las articulaciones. De este modo, se reduce el riesgo de lesión y se mejora el rendimiento en general. Es importante centrarse en los grupos musculares que se van a trabajar con movimientos similares.

              Uso de equipo adecuado

              La elección del equipo es también importante para practicar deportes veraniegos de forma segura. En deportes como el ciclismo, necesitarás un casco y protectores adecuados. En actividades acuáticas, como la natación o el surf, puede ser interesante usar chalecos salvavidas u otros equipos de flotación, sobre todo si se practican sin compañía. En cualquier caso, el equipo debe estar en buen estado e ir acorde con el tipo de actividad. 

              Deportes populares de verano y cómo practicarlos de manera segura

              Cada estación cuenta con una oferta diferente de deportes, ya que todo depende de las condiciones del clima. Los deportes veraniegos más populares suelen ser los acuáticos, dado que la temperatura del agua se eleva. Por ejemplo, natación, surf o paddle surf. Pero también voleibol o fútbol en la arena.

              Para los acuáticos, se recomienda conocer primero las condiciones del agua o de la zona, ya que puede haber corrientes o rocas no visibles. En la medida de lo posible, es interesante usar chalecos salvavidas y equipos de flotación para deportes veraniegos como el kayak o el paddle surf. Permiten flotar en caso de accidente o de dificultad para nadar. Y para evitar calambres y fatiga en el agua, debemos estirar, entrar gradualmente y mantenernos hidratados.

              Los deportes de playa también son interesantes, como el voleibol y el fútbol. Hay que calentar antes y mantenerse bien hidratados durante toda la sesión. Si practicas ciclismo o senderismo, usa siempre el equipo de protección adecuado, verifica el estado de tu bicicleta y lleva suficiente agua.

              Protección solar y cuidado de la piel

              Durante el verano, el sol tiene una posición que hace que los rayos sean más fuertes porque inciden de forma muy directa. Este tiene el potencial de dañar la piel si no se toman las medidas pertinentes mientras se practica deporte.

              Para evitar las quemaduras solares, hay que usar un protector solar de amplio espectro con un factor de protección alto. Es decir, un SPF 30 o superior. Se debe aplicar generosamente en todas las áreas expuestas de la piel al menos 30 minutos antes de salir. Cada dos horas, se debe volver a aplicar, sobre todo si se está en el agua.

              En el caso de que se trate de deportes de verano, hay protecciones específicas que son resistentes al agua y al sudor. Además de estas, también se recomienda usar gorros y ropa que reduzca la exposición solar directa. Opta por ropa con protección UV y busca sombra siempre que sea posible.

              Prevención de lesiones comunes

              En los deportes de verano, las lesiones como esguinces, calambres y deshidratación son bastante comunes. Para prevenirlos, solo hay que hacer un calentamiento adecuado y escuchar a nuestro cuerpo para evitar los sobreesfuerzos. Estos son la principal causa de los esguinces y los calambres, que son dos de las lesiones más populares en esta época.

              Si se produjera una lesión menor, aplica hielo y eleva la zona afectada. Para lesiones más serias, hay que buscar atención médica de forma inmediata.

              Descanso y recuperación

              Los deportes en verano son una actividad muy tentadora. Sin embargo, las altas temperaturas hacen que nuestro cuerpo se fatigue en mayor medida. Por esta razón, no podemos descuidar los descansos y la recuperación.

              Para evitar el agotamiento y prevenir lesiones, el cuerpo debe descansar. Además, permitimos que los tejidos se reparen y se reduzca la fatiga muscular. Existen técnicas que contribuyen a que esta recuperación sea más rápida. Por ejemplo, los estiramientos, los masajes y los baños fríos. En cuanto a la duración del descanso, debe ser de al menos 24 horas.

              Monitorización de la salud

              Nuestro cuerpo siempre nos envía señales de advertencia para hacernos saber que estamos llegando a un límite que no conviene traspasar. Por ejemplo, en los deportes veraniegos, los síntomas de un golpe de calor incluyen mareos, náuseas y piel enrojecida. La deshidratación puede causar sed extrema, boca seca y orina oscura.

              Si nos encontramos ante este escenario, hay que detener la actividad de forma inmediata, buscar sombra y beber líquidos poco a poco. Y si la forma física no es óptima, se recomienda adaptar el nivel o consultar con un médico para una revisión general.

              Conclusión

              Para poder disfrutar de todos los beneficios que ofrecen los deportes en verano, hay que ponerlos en práctica con seguridad. Si se siguen todos los consejos y recomendaciones mencionados, como la protección solar, los descansos, la prevención de lesiones y la monitorización de la salud, reduciremos el riesgo de lesiones o accidentes. No obstante, siempre es conveniente consultar con profesionales de la salud y del deporte para obtener orientación específica y adaptada a las necesidades de cada persona.

              El virus papiloma humano. Prevención, detección y tratamientos disponibles

              El VPH

              En realidad no se trata de un único virus, sino de todo un grupo, formado por más de 200 tipos diferentes. No todos son especialmente peligrosos. Se califican de alto o de bajo riesgo, en función de su capacidad para producir enfermedades, notablemente cáncer. El sistema inmunológico del cuerpo es normalmente capaz de luchar y controlar las infecciones por el VPH. Los de bajo riesgo no provocan cáncer, pero sí pueden generar verrugas en las zonas genito-anales, en la boca o en la garganta.

              Es un virus extraordinariamente común, y, en general, casi todas las personas que han mantenido relaciones sexuales sin protección son portadoras al poco tiempo de empezar a tener relaciones. Se contagia de diversas maneras, pero fundamentalmente por vías sexuales, vaginales, anales u orales.

              Existen descritos alrededor de 14 virus de alto riesgo, y son los causantes de diversos tipos de cáncer.

              Los VPH de bajo riesgo. Verrugas genitales

              Las verrugas (o condilomas acuminados) suelen aparecer de dos a cuatro semanas después de producirse el contagio, aunque pueden tardear más, en ocasiones. Como se dijo, se contagian por contacto directo con el VPH aunque por ejemplo una toalla contaminada podría asimismo contagiar.

              Suelen ser lesiones planas, alargadas o en forma de coliflor; habitualmente no duelen, pero pueden causar prurito (picor).

              Las personas más promiscuas sexualmente son quienes tienen más probabilidades de desarrollarlas.

              Verrugas: Prevención del contagio

              A efectos de prevención del contagio, además de la vacunación (de la que hablaremos más adelante) se recomienda lo siguiente:

              • Utilizar preservativo en las relaciones sexuales que supongan riesgo (como las esporádicas)
              • Acudir al médico ante la sospecha de contagio. Deberían tratarse tanto el paciente que acude como su pareja o parejas sexuales
              • La aparición de verrugas de modo rápido puede revelar un trastorno del sistema autoinmune, como por ejemplo el que provoca el virus del sida. En casos pues de aparición repentina de verrugas genitales debe acudirse al médico cuanto antes.

              Verrugas: cómo se diagnostican. Pronóstico

              En el examen clínico que llevará cabo, el médico podrá identificarlas si son visibles. Si no lo son, debe cubrirse la piel con ácido acético. Con ello, las verrugas aparecen como manchas blancas.

              Los pacientes que ya han presentado verrugas genitales tienen mayor riesgo de volver a padecerlas, aunque muchos pacientes las tienen una única vez.

              Se cree que determinadas verrugas pueden provocar alteraciones en las células del cuello de útero y acabar provocando cáncer en los órganos genitales. Esta es la razón de que las mujeres que presenten verrugas en la zona vaginal se sometan rápidamente a un examen citológico y que reciban sin falta el tratamiento adecuado.

              Tratamiento de las verrugas

              Es muy importante que tanto el paciente que las presente como su o sus parejas se sometan rápidamente al tratamiento, que debe completarse:

              • Cuando las verrugas son pequeñas y no hay muchas son fáciles de curar
              • Se pueden tratar con podofilina, un extracto de resina que se aplica directamente sobre ellas
              • También pueden extirparse quirúrgicamente, eliminarse mediante crioterapia (aplicación de frío) o bien con rayos láser.

              Los VPH de alto riesgo

              De los alrededor de doscientos tipos de VPH, se consideran de alto riesgo 14 de ellos; son los numerados 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58,  59, 66 y 68. De ellos, el VPH 16 y el VPH 18 son los causantes de la mayoría de los cánceres causados por el virus.

              Los cánceres más habituales causados por el VPH son:

              • Cáncer de cuello de útero
              • Cáncer de ano
              • Cáncer de vulva
              • Cáncer de vagina
              • Cáncer de pene
              • Algunos tipos de cáncer de boca y de garganta.

              Vacunación frente al VPH

              La Asociación Española de Pediatría recomienda que todos, chicos y chicas adolescentes que vivan en España se vacunen preferentemente a los doce años, lo que les protegería frente a estos cánceres.

              La vacuna es especialmente eficaz si no se ha producido la infección y esto sólo puede asegurarse antes de haber iniciado las relaciones sexuales.

              Actualmente hay dos vacunas disponibles en España: Cervarix y Gardasil 9, que protegen frente al 90% de los tipos de virus. Igualmente, protegen también contra la infección de los VPH que causan las verrugas genitales.

              Desde agosto de 2023, la vacuna está incluida en el calendario oficial de vacunación en España, tanto para niños como para niñas.

              Bibliografía

              https://www.sanidad.gob.es/areas/promocionPrevencion/vacunaciones/vacunas/ciudadanos/vph.htm
              https://medlineplus.gov/spanish/genitalwarts.html#:~:text=Las%20verrugas%20genitales%20son%20una,verse%20desiguales%20como%20la%20coliflor.

              Identifica los diferentes tipos de manchas en la piel por el sol y aprende a tratarlas

              La exposición al sol tiene beneficios como la producción de vitamina D. Sin embargo, cuando es prolongada, también hay efectos negativos. Las manchas en la piel por el sol es uno de los problemas más comunes. Su apariencia es diversa, pero también lo que nos indican. En este artículo veremos cuáles son los tipos más frecuentes y cómo podemos eliminarlas. 

              Cómo identificar una mancha solar

                Las manchas solares, a las que también se les conoce como manchas de la edad o lentigos solares, son áreas de pigmentación en la piel que aparecen debido a la exposición repetida al sol. Por lo general, son de apariencia plana y de color marrón o negro. Suelen aparecer en áreas expuestas como la cara, las manos, los brazos y los hombros. Para poder dar con el tratamiento adecuado, primero debemos aprender a diferenciarlas. 

                Tipos de manchas en la piel por el sol

                  Existen diferentes tipos de manchas en la piel por el sol. Si bien lo más frecuente es que se trate solo de una cuestión estética por el cambio en la pigmentación en zonas concretas, a veces estas manchas pueden identificar un problema mayor. Vamos a verlos en detalle. 

                  Léntigos solares

                    Los léntigos solares son manchas planas y redondeadas que suelen aparecer en áreas expuestas al sol, como la cara y las manos. Son más frecuentes en personas mayores de 40 años y suelen ser de color marrón claro a oscuro. A diferencia de las pecas, que son más pequeñas y tienden a desaparecer en invierno, los léntigos solares son más grandes y persistentes.

                    Melasma

                      El melasma es también conocido como la máscara del embarazo, porque son manchas oscuras y desiguales que aparecen, sobre todo en cara, durante la gestación. Están asociadas, por ende, a los cambios hormonales, pero la exposición solar agrava su aparición. El tamaño es mayor que las anteriores, y el color va de marrón oscuro a grisáceo. 

                      Queratosis solares

                        La queratosis solar es una condición que aparece antes de que se desarrolle el cáncer de piel. Se trata de manchas rugosas, secas y ásperas en zonas que están expuestas al sol. El color es variable, y puede ir desde el rojo hasta el marrón. En cuanto a la textura, no son planas, sino que se elevan sobre el resto de la piel. Se debe tratar para evitar que siga progresando hacia el cáncer de piel, puesto que se las considera manchas peligrosas

                        Las causas de las manchas solares en la piel

                          Las manchas en la piel por el sol tiene diferentes causas, pero lo más frecuente es que sean el resultado de la exposición acumulativa a los rayos ultravioleta (UV) del sol. Los rayos UV estimulan la producción de melanina, el pigmento responsable del color de la piel. 

                          Con el tiempo, esta exposición continua puede llevar a una producción desigual de melanina, que da lugar a manchas oscuras o desiguales. Factores como la genética, el tipo de piel y el uso inadecuado de protección solar también pueden contribuir a la aparición de manchas solares.

                          Además de las mencionadas, también es posible tener manchas blancas en la piel por el sol o por otras causas. Por ejemplo, puede deberse a hongos, dermatitis atópica, hipomelanosis congénitas o daño solar, que aparece cuando las células ya no pueden producir la melanina. Para observar las diferencias, se recomienda buscar fotos de manchas blancas en la piel por el sol. 

                          ¿Cómo quitar las manchas solares en la piel?

                            Existen varios métodos que son eficaces para tratar las manchas en la piel por el sol. No obstante, salvo que tengamos la total seguridad de que son los léntigos, se recomienda consultar con un dermatólogo para hacer una evaluación de aquellas. En cualquier caso, puedes probar con remedios caseros para las manchas blancas en la piel por el sol, así como para las de otro color. 

                            En los tratamientos médicos se incluyen las cremas despigmentantes, con hidroquinona, ácido kójico o retinol, que reducen la producción de melanina y aclaran las manchas; el peeling químico, con ácidos que eliminan las capas superiores de la piel; tratamiento con láser, en zonas específicas, o la crioterapia, con nitrógeno líquido que congela y elimina las manchas. 

                            Dentro de los remedios para manchas blancas en la piel por el sol o de otro color, encontramos el aloe vera, con propiedades regeneradoras; el zumo de limón, que es un blanqueador natural; el vinagre de manzana o el aceite de vitamina E, que mejoran el aspecto de la piel. 

                            Prevenir las manchas solares

                              La prevención es siempre mejor que el tratamiento para manchas en la piel por el sol que podían haberse evitado. Para ello, dispones de estas medidas:

                              Usa protector solar. De amplio espectro y de al menos factor 30. Se debe usar todos los días, incluso si hay nubes.

                              Evita la exposición directa. Al menos en las horas centrales del día, es recomendable buscar sombra.

                              Usa ropa. La vestimenta puede crear una barrera adicional contra los rayos UV, pero no sustituye a la crema solar.

                              Revisa los medicamentos. Algunos aumentan la sensibilidad al sol.

                              ¿Cuándo preocuparse por una mancha en la piel?

                                Si observamos alguno de los síntomas siguientes, hay que consultar a un médico:

                                –  Cambios en la forma, tamaño o color.

                                – Sangrado o secreción.

                                – Otros síntomas como dolor, picazón o inflamación en la zona.

                                Identificar manchas solares y tratarlas es importante no solo para mejorar la apariencia de la piel, sino también para prevenir problemas futuros. 

                                Helicobacter pilori: un enemigo silencioso del sistema digestivo

                                ¿Qué es la úlcera?

                                Una úlcera es una lesión de la capa interna (mucosa) del estómago o del duodeno (parte superior del intestino delgado). La presencia de una bacteria, llamada Helicobacter pylori, se relaciona claramente con la aparición de las úlceras en el estómago o duodeno, hasta el punto de que la creencia actual es que el 90 – 95% de la úlceras del duodeno y el 70% de las úlceras gástricas están causadas por la Helicobacter.

                                Qué es el Helicobacter pylori

                                El Helicobacter pylori es una diminuta bacteria que vive bajo el revestimiento mucoso del estómago. Los grupos que se afectan con más frecuencia son:

                                • Las personas mayores
                                • Los habitantes de países en vías de desarrollo.

                                Quienes actualmente llevan esta bacteria en el estómago se han infectado, muy probablemente, durante su niñez. El riesgo de adquirir la infección cuando se es adulto es más bien discreto, menos de 1% al año. Habitualmente, la bacteria, por sí misma, no produce ningún síntoma ulceroso. Sin embargo, como ya hemos dicho, es la causa más frecuente de úlcera de estómago y duodeno. La bacteria también puede tener algún papel en el desarrollo del cáncer de estómago.

                                La infección por Helicobacter pylori puede tratarse mediante el empleo de antibióticos. Con ello se elimina la infección y se cura la úlcera en alrededor de un 80% de los casos. Si la bacteria no ha podido ser eliminada, en la mayoría de pacientes la úlcera reaparece después de un corto período de tiempo.

                                ¿Por qué se tiene úlcera?

                                Dicho que la causa más frecuente es la infección por la bacteria Helicobacter pylori, la segunda causa más frecuente son la aspirina o los medicamentos anti-inflamatorios no esteroideos (AINEs; diclofenaco o naproxeno) utilizados en casos de artritis, reumatismo, dolor de espalda, jaqueca y dolor menstrual. Por esta razón, haremos hincapié en que sólo deben consumirse bajo control e indicación médicos.

                                ¿Por qué se nota la úlcera?

                                Cómo se percibe una úlcera varía enormemente de una persona a otra. Algunos nunca se dan cuenta que tienen una úlcera. Otros, sin embargo, sienten dolor o quemazón en la zona superior del abdomen. Los síntomas se describen a menudo como dispepsia (indigestión), ardor o hambre dolorosa. Algunos pacientes notan que al comer se alivian momentáneamente sus molestias, mientras que a otros la comida les empeora los síntomas. Los cítricos, picantes y los alimentos ahumados pueden intensificar el dolor.

                                Finalmente, hay que enfatizar que la mayor parte de la gente que tiene dolor de estómago no tiene úlcera.

                                Principales síntomas de una úlcera

                                Una úlcera puede ser potencialmente peligrosa y debe actuarse con cautela y bajo supervisión médica. Los signos de alarma son:

                                • Dificultad para tragar o regurgitación
                                • Náuseas persistentes; vómitos
                                • Vómitos de sangre fresca o vómitos con un contenido similar al de los posos de café
                                • Heces negras (llamadas melenas; son sangre digerida realmente), semejantes al alquitrán o la grasa de coche
                                • Pérdida de peso imprevista, no justificada
                                • Anemia (cansancio y palidez)
                                • Dolores abdominales repentinos, intensos e incapacitantes.

                                Qué se puede hacer

                                • Fumar y beber alcohol aumenta el riesgo de desarrollar una úlcera. Como en este blog hemos repetido (y seguiremos haciéndolo) es una buena decisión, muy recomendable, dejar por completo de fumar e ingerir alcohol de forma moderada
                                • Si por cualquier razón tienes un mayor riesgo de tener úlcera, es importante que antes de consumir aspirina o AINEs busca información y consejo
                                • Si notas síntomas de úlcera, consulta con el médico. Podrías necesitar un estudio completo, incluyendo una gastroscopia. Éste es un procedimiento seguro realizado de forma habitual, que ayudará a su médico a saber si sus síntomas son debidos a una úlcera o a algo más.

                                Cómo se diagnostica

                                El diagnóstico solo puede ser confirmado o excluido de forma definitiva y segura mediante la gastroscopia, que permite la visualización del revestimiento interno del esófago, estómago y duodeno, con una pequeña cámara de fibra óptica o de vídeo que se introduce por la boca sin dificultad. El proceso puede hacerse bajo sedación.

                                La gastroscopia es de más ayuda en el diagnóstico si se realiza antes de que empiece a tomar algún medicamento que reduzca el ácido.

                                También puede realizarse una radiografía (con papilla de bario, o sea contraste), pero no es tan fiable ni de tanta ayuda para el diagnóstico como la gastroscopia. Aparte, no permite tomar muestras de tejido (biopsias) para el diagnóstico microscópico de la infección y de las alteraciones de la mucosa gástrica.

                                Otras formas de detectar la infección por Helicobacter son:

                                Gastroscopia con biopsias de la mucosa gástrica

                                Se realiza mediante el microscopio y permite sopesar la existencia de la bacteria, de la inflamación y de las alteraciones del tejido. Puede cultivarse la mucosa gástrica obtenida con las biopsias y mediante un reactivo (test de la ureasa) se puede confirmar la presencia de la bacteria.

                                Test del aliento

                                El aire espirado puede analizarse, tras la inhalación de una pequeña cantidad de urea marcada radioactivamente (en forma cristalina). En función de la urea detectada se puede estimar si en el estómago está presente o no la bacteria.

                                Muestra de sangre

                                Se puede detectar sin tienes o has tenido infección por Helicobacter por la presencia de anticuerpos específicos en la sangre (proteínas fabricadas por el organismo contra la bacteria).

                                Muestra de heces

                                Es una técnica relativamente reciente que investiga la existencia del ADN (carga genética) de la bacteria en una muestra de heces.

                                Quién debe protegerse y quién debe ser tratado de la infección por Helicobacter

                                Estas cuestiones continúan en debate pero parece claro que:

                                • En las personas menores de 45 años, con síntomas ulcerosos, es de elección el test del aliento, pudiendo evitarse la gastroscopia. Si el test es positivo, debe tratarse al paciente con antibióticos para erradicar la bacteria
                                • Todos los pacientes con úlcera de estómago o duodeno comprobada deben ser examinados, y tratados con tratamiento erradicador de la bacteria cuando ésta se ha detectado
                                • Los pacientes diagnosticados de linfoma gástrico (proceso no muy frecuente) deben deben estudiarse y, si se detecta la bacteria recibir tratamiento de su linfoma y tratamiento complementario erradicador
                                • Los enfermos diagnosticados de cáncer de estómago en fase precoz deben ser examinados y tratados también con antibióticos, además del tratamiento oncológico del tumor
                                • Casi todos los sujetos con historia previa de úlcera duodenal demostrada tienen el Helicobacter pylori; por consiguiente, se ha propuesto que estas personas se traten directamente, sin realizar ningún estudio
                                • Quienes tengan síntomas ulcerosos, si la gastroscopia es normal seguramente no se beneficiarán del tratamiento erradicador

                                ¿Qué medicamentos pueden producir úlcera y complicaciones ulcerosas?

                                La aspirina y los medicamentos anti-inflamatorios no esteroideos (AINE, como el diclofenaco y el naproxeno) pueden producir úlceras, pero solo una pequeña proporción de las personas que los consumen desarrollarán una. Pero cientos de personas en España mueren cada año como consecuencia de complicaciones ulcerosas asociadas con el uso de tales medicamentos.

                                En caso de pacientes con sensibilidad a la aspirina y a los AINE no debe tomarse esta medicación y será el médico quien recomiende lo adecuado. Los pacientes con más riesgo son:

                                • Las personas mayores de 60 años. El riesgo aumenta con la edad
                                • El riesgo es elevado si hay antecedentes de úlcera
                                • El riesgo aumenta claramente con dosis elevadas de aspirina o AINE
                                • Si está tomando anticoagulantes (tratamiento para disminuir la capacidad de coagulación de la sangre) tiene más riesgo de hemorragia, y ésta puede ser más grave
                                • Los corticoides orales (tales como la prednisolona) aumentan el riesgo de gastritis y úlcera
                                • También es mayor en tratamientos de larga duración

                                Cómo reducir el riesgo de la aspirina y los AINE

                                Si tiene predisposición, el riesgo disminuye si estos medicamentos se toman:

                                • Con el estómago lleno
                                • Disueltos, en tabletas masticables, o en forma recubierta (“recubrimiento entérico”)
                                • A través de otras vías, tales como supositorios o inyectables.

                                Los medicamentos que reducen el ácido gástrico (inhibidores H2, como la ranitidina, y sobre todo la famotidina o nizatidina, o los inhibidores de la bomba de protones, como el omeprazol) disminuyen el riesgo de úlcera asociada con aspirina y AINEs.

                                Otro medicamento (misoprostol) es también potencialmente beneficioso al proteger la mucosa gástrica. El misoprostol puede ocasionar diarrea, aunque esta tendencia varía de una persona a otra.

                                Cómo evitar el tratamiento con aspirina o AINE

                                En algunos casos, la aspirina puede sustituirse por otro medicamento que no predisponga a la úlcera péptica y ofrezca el mismo efecto terapéutico, como el paracetamol. Tanto como antipirético y como analgésico, el paracetamol es igualmente eficaz y no tiene riesgo de úlcera. Cuando se prescribe aspirina a dosis bajas (75 a 300 mg) para reducir el riesgo cardiovascular (complicaciones que surgen del “endurecimiento” de las arterias o arterioesclerosis), debe sopesarse el riesgo de enfermedad cardiaca/arterial y el de úlcera gastroduodenal.

                                El riesgo relativo de cada una de estas condiciones y su manejo varía de una persona a otra, por lo que es importante comentar todo ello con el médico.

                                Un buen consejo

                                Acude al médico ante la menor sospecha de que tienes una úlcera. Es una enfermedad bastante sencilla de detectar (mediante gastroscopia o detección de la bacteria) y normalmente se cura sin problemas.

                                Si tienes historia de dispepsia o problemas de estómago, toma aspirina y AINE solo después de que el médico lo aconseje. Si tienes antecedentes de hemorragia por úlcera péptica, deberás evitar por completo la aspirina y los AINE.

                                Viaja seguro en verano: Tips para tus desplazamientos

                                El verano es la temporada oficial de las vacaciones. Y por tanto, la época en la que aprovechamos para explorar nuevos destinos. Sin embargo, para que los desplazamientos sean agradables y sin imprevistos, hay que aprender a preparar estas escapadas. En este artículo, te traemos una serie de consejos para minimizar los contratiempos. ¡Viaja seguro en verano!

                                Preparativos generales para cualquier tipo de viaje

                                Los viajes no comienzan cuando llegamos a destino, sino desde que empezamos con la organización de estos en casa. Antes de partir, debes tener en cuenta los siguientes aspectos:

                                Planificación del viaje

                                Cuanto antes comiences a planificar tu viaje, menos espacio habrá para los imprevistos. En primer lugar, investiga sobre el sitio que vas a visitar y decide que puntos de interés o actividades te gustaría realizar. Hoy en día, dispones de Apps para cualquier finalidad, como encontrar las mejores rutas, opciones de alojamiento o restaurantes. Por ejemplo, Google Maps, TripAdvisor o Skyscanner.  

                                Revisa la documentación

                                En función del país que visitemos, los documentos solicitados variarán. Asegúrate de comprobar si necesitas un visado o un permiso especial, pero también si tu pasaporte tiene una validez de al menos 6 meses desde la fecha del viaje. 

                                Seguro de viaje

                                En algunos países, puede ser obligatorio contar con un seguro de viaje, mientras que en otros es opcional. En cualquier caso, se trata de una inversión en tranquilidad. Es conveniente que cubre la asistencia médica en el extranjero, la cancelación del viaje o la pérdida de equipaje. Compara varias opciones y escoge la que mejor se adapte a tus necesidades. 

                                Consejos para los viajes en coche

                                Si te gustan los viajes en los que puedes recorrer kilómetros y explorar sin límites, está claro que necesitarás un vehículo que te acompañe. Pero, ¿qué debes tener en cuenta?

                                Inspección del vehículo

                                Antes de comenzar tu viaje, y siempre y cuando se trate del tuyo, haz una revisión general de su estado. Verifica el estado de los frenos, los neumáticos y los niveles de aceite. Asegúrate de que las luces y los limpiaparabrisas funcionen correctamente y revisa el sistema de aire acondicionado y refrigerante. Piensa que cualquier problema será más fácil de solucionar desde casa que en carretera. 

                                Documentación y seguro del coche

                                Confirma que todos los documentos del vehículo estén en regla, como el permiso de circulación y la ITV (Inspección Técnica de Vehículos). Además, revisa la póliza de tu seguro para asegurarte de que cubre posibles accidentes o incidentes durante el viaje. Por lo que pueda pasar, lleva contigo una copia de la póliza y los contactos del seguro.

                                Planifica tu ruta

                                Utiliza mapas y GPS para planificar tu ruta y evitar desviaciones innecesarias que tendrán un impacto en el gasto en combustible. Planifica paradas regulares para descansar, estirarte y reponer fuerzas. Busca lugares seguros para hacer estas paradas, como áreas de descanso en autovías o estaciones de servicio con buena reputación.

                                Consejos para viajes en avión

                                Para quienes apuestan por los desplazamientos tradicionales en avión, viaja seguro en verano con estos consejos concretos. 

                                Documentación y check-in

                                Antes de llegar al aeropuerto, asegúrate de tener todos los documentos necesarios contigo. Estos son tu identificación o pasaporte, visados y billetes de avión. Realiza el check-in online para ahorrar tiempo y evitar las colas en el aeropuerto. Guarda una copia digital de tus documentos en caso de pérdida o robo y consérvalos todos hasta que vuelvas a casa. 

                                Seguridad en el aeropuerto

                                Para pasar por el control de seguridad del aeropuerto sin problemas, sigue las normativas sobre líquidos y objetos prohibidos. Lleva una bolsa transparente para tus líquidos y cumple con las restricciones de tamaño. Recuerda que puedes llevar una botella vacía para rellenarla después del control. Mantén tus pertenencias cerca y sigue las instrucciones del personal de seguridad.

                                Comodidad durante el vuelo

                                Si se trata de viajes largos, no descuides tu hidratación y haz estiramientos con regularidad para prevenir problemas circulatorios. Ajusta tu reloj al horario del destino para minimizar el jet lag y viaja con ropa cómoda que te permita moverte. Si tienes problemas para dormir en el avión, lleva una almohada de tu agrado o tapones para los oídos. También es importante contar con opciones de entretenimiento. 

                                Consejos para viajes en tren

                                Si la opción más cómoda para tu viaje es el tren, estas son nuestras tips. 

                                Preparativos antes del viaje en tren

                                Revisa los horarios para consultar si hay retrasos o cancelaciones. Si todo va bien sin imprevistos, organiza tu equipaje para que ocupe el menos espacio posible y puedas desplazarte con comodidad. 

                                Lleva contigo los documentos necesarios y una copia digital de los billetes.

                                Seguridad en el tren

                                Mantén tu equipaje seguro y vigilado en todo momento. En caso de emergencia, sigue las indicaciones del personal del tren e infórmate sobre la ubicación de los dispositivos de seguridad, como los extintores y las salidas de emergencia.

                                Consejos para viajes en autobús

                                Los viajes en autobús son una alternativa económica, perfecta para los desplazamientos dentro del país con un presupuesto ajustado. Viaja seguro en verano con estos consejos:

                                Comodidad durante el viaje

                                Los asientos de los autobuses dependen en función del tipo de vehículo. Si el trayecto es largo, apuesta siempre por ropa y calzado cómodos, lleva una almohada o un cojín para el cuello y algo para abrigarte. Aunque sea verano, algunos medios de transporte ponen el aire acondicionado muy fuerte. 

                                Seguridad en el autobús

                                Mantén tu equipaje siempre a la vista. Deja las maletas grandes con algún sistema de seguridad en las zonas habilitadas y las más pequeñas en el compartimento sobre tu cabeza. Los objetos personales siempre deben ir contigo. 

                                Checklist de seguridad para cualquier tipo de viaje

                                Elementos esenciales para llevar

                                Lleva un kit de primeros auxilios básico, herramientas como cargadores portátiles y adaptadores de enchufe. También es importante tener documentación de emergencia y un listado con los contactos importantes. Por ejemplo, los números de teléfono del seguro y de familiares.

                                Verificación de seguridad final

                                Antes de partir, realiza una revisión rápida de todos los puntos importantes. Asegúrate de que todos los documentos y elementos de seguridad estén en orden. Es preferible invertir algo de tiempo en esta tarea en casa que tener que lidiar con problemas cuando ya has partido. 

                                Preparación para emergencias

                                Contactos de emergencia

                                Aunque ya lo hemos mencionado, viaja seguro en verano con tus números de contacto de emergencia a mano. Pero no solo los tuyos, verifica también la ubicación de las embajadas y consulados, los hospitales y los servicios de emergencia en tu destino. 

                                Kit de emergencia

                                Prepara un kit de emergencia que incluya mantas, linterna, baterías adicionales y medicamentos básicos. Este kit puede ser de gran ayuda en situaciones inesperadas, tanto durante el viaje como en destino.

                                Conclusión

                                Viaja seguro en verano con estos consejos y disfruta de unas vacaciones sin contratiempos. Con estos sencillos pasos, podrás minimizar los riesgos y asegurarte de que el desplazamiento avanza con tranquilidad. La planificación, la preparación y un buen seguro de viaje son tus mejores aliados.

                                Todo lo que necesitas saber sobre la varicela: Síntomas, tratamiento y prevención

                                ¿Qué es la varicela?

                                La varicela es una infección producida por el virus varicela-zóster. La enfermedad se caracteriza por la presencia de fiebre y una erupción generalizada en la piel con formación de ampollas y picor.

                                La inmensa mayoría de los casos, sobre todo los que se producen en niños, se resuelven espontáneamente sin complicaciones importantes. Sin embargo, la enfermedad tiende a evolucionar peor en adultos, desarrollándose complicaciones con mucha mayor frecuencia. La enfermedad es peligrosa durante el embarazo y sobre todo cuando aparece en personas con inmunodeficiencias (disminución de la capacidad de defenderse ante las infecciones).

                                La varicela es extraordinariamente común en todo el mundo. En España, en los últimos 15 años se han declarado a la Red Nacional de Vigilancia una media anual de alrededor de 300.000 casos (una tasa media de 500 casos por 100.000 habitantes) El 85% de los niños en España padece esta enfermedad antes de cumplir los 7 años.

                                El virus de la varicela-zóster tiene un comportamiento peculiar. Cuando infecta a un individuo por primera vez da lugar a una varicela; cuando ésta se cura, el virus permanece latente, acantonado en los ganglios nerviosos, y muchos años después puede reactivarse y dar lugar a una infección localizada de la piel, muy dolorosa, que se conoce como herpes-zóster.

                                ¿Cómo se contagia?

                                La varicela es una enfermedad muy contagiosa: hasta el 90% de las personas que tienen contacto estrecho con un enfermo desarrollarán la enfermedad (si no la han padecido previamente).

                                Los humanos enfermos de varicela (o herpes zóster) son el único reservorio conocido del virus, es decir, la única fuente a partir de la que el virus se disemina.

                                Se piensa que el contagio se produce por vía respiratoria. Los virus eliminados por el paciente, contenidos en gotitas de saliva o líquido de las vesículas de la piel y transportados por el aire, entran en contacto con la mucosa del aparato respiratorio de otra persona no inmune, es decir sin defensas contra la varicela y la infectan.

                                Los enfermos son contagiosos sólo durante los primeros días de la enfermedad, desde unas 48 horas antes de que aparezca la erupción hasta que todas las lesiones están en estado de costra (secas).

                                ¿Por qué se produce?

                                Una vez producido el contagio, se cree que el virus se multiplica en el aparato respiratorio, para pasar después a la sangre y diseminarse por todo el organismo. Los virus tienen especial predilección por colonizar las células de la piel, dañándolas y produciendo las lesiones cutáneas características de la enfermedad.

                                ¿Qué síntomas tiene?

                                Tras el contagio, hay un periodo de incubación (sin síntomas) de unas dos semanas (10-22 días) antes del comienzo de la enfermedad. Después, durante uno o dos días, hay un cuadro parecido a una gripe, con fiebre y malestar general sin que aún hayan aparecido las lesiones de la piel, que son el dato clave que permite reconocer la infección.

                                Las lesiones de la piel tienen las siguientes características:

                                • Las lesiones evolucionan en cuatro fases sucesivas: aparece una mancha rosada, la mancha se abulta, el bulto se convierte en una ampolla y la ampolla se seca, dejando una costra
                                • El paso de mancha a ampolla puede ser cuestión de horas o días; la ampolla suele tardar varios días en hacerse costra
                                • Las lesiones aparecen en diferentes oleadas, de forma que cuando unas son ya costras, otras son todavía manchas o ampollas
                                • Tienden a ser más frecuentes en la cabeza y el tronco que en las extremidades. Puede haber alguna en la boca, garganta y vagina.
                                • El número de lesiones suele estar entre 250 y 500, pero puede variar entre unas pocas y muchísimas (hasta 2.000)
                                • El tamaño de cada vesícula suele oscilar entre medio y un centímetro
                                • El principal síntoma de la erupción es el intenso picor. También suele haber fiebre y postración, sobre todo durante los primeros días
                                • Las lesiones curan en una o dos semanas, dejando a veces cicatrices en forma de zonas hundidas en la piel
                                • Lo peor que puede hacer el paciente es rascarse. Si lo hace, las lesiones se pueden romper e infectarse por bacterias,  como estreptococos o estafilococos, que suelen requerir tratamiento antibiótico y dejar más cicatrices
                                • En el niño, la varicela suele ser una enfermedad benigna y las complicaciones graves son raras, pero en el adulto suele haber más afectación general y complicaciones, por verse involucrados otros órganos diferentes a la piel como el pulmón o el sistema nervioso.

                                ¿Cómo se diagnostica?

                                El diagnóstico de la varicela es un diagnóstico clínico, es decir basado en lo que el enfermo cuenta y lo que el médico puede observar durante ña exploración. Aunque técnicamente es posible confirmar el diagnóstico detectando el virus o la aparición de defensas contra él, habitualmente no se necesita ningún estudio especial y es suficiente con la valoración del médico o del pediatra de atención primaria.

                                Aunque existen muchas enfermedades que pueden dar lugar a erupciones, la formación de vesículas no es demasiado frecuente. De modo que cuando aparece una persona con un episodio de fiebre que presenta vesículas y costras, sobre todo si es un niño pequeño, la primera enfermedad en la que hay que pensar es la varicela, sobre todo si en esos días hay otros casos de esta enfermedad en la familia, en el colegio o entre los amigos.

                                En la inmensa mayoría de los casos, no se requiere remitir el enfermo al hospital. El paciente debe ser tratado por un especialista en el centro hospitalario cuando:

                                • La enfermedad aparece en una persona con un sistema inmune débil, como los enfermos de leucemia, cáncer con quimioterapia o sida.
                                • Hay síntomas de complicaciones por afectación de otros órganos diferentes de la piel, como dificultad para respirar, incoordinación, parálisis o somnolencia importante.

                                ¿Cómo se trata?

                                Lo principal, en la mayoría de los casos, es combatir el picor y evitar el rascado para prevenir la infección de las lesiones.

                                • Mantenerse en un ambiente fresco. El calor y el sudor aumentan el picor
                                • Bañarse diariamente para mantener la piel limpia y fresca
                                • Cortar las uñas, mantenerlas limpias, incluso poner guantes para impedir el rascado
                                • El picor se puede disminuir con compresas húmedas y cuando es intenso, con medicamentos a base de antihistamínicos que además, por su efecto sedante, pueden tranquilizar a un paciente inquieto por el picor
                                • La fiebre puede tratarse con paracetamol, pero la aspirina debe evitarse en los niños, porque su uso se ha relacionado con una rara pero grave enfermedad del hígado y el cerebro (síndrome de Reye)
                                • Para evitar contagios, es conveniente que el enfermo permanezca en su domicilio hasta que todas las lesiones se conviertan en costras
                                • El aciclovir es un fármaco con actividad frente al virus de la varicela-zóster que, por término medio, acorta la enfermedad en un día y disminuye la aparición de nuevas lesiones en un 25% cuando se empieza el tratamiento en las primeras 24 horas desde la aparición de la erupción. Su uso es obligatorio en los pacientes con mayor riesgo de complicaciones como los que tienen problemas de inmunodepresión o los recién nacidos; puede tenerse en cuenta para tratar a adultos y adolescentes, dado que la varicela tiende a ser más grave a medida que la edad del enfermo aumenta.

                                ¿Puede prevenirse la varicela?

                                Existe una vacuna eficaz y bien tolerada, cuyo uso se va incrementado en otros países; por ejemplo el Comité sobre Prácticas de Inmunización de Estados Unidos ha recomendado en 1999 a todos los estados que exijan la vacunación a todos los niños en el momento de entrar en la guardería o la escuela primaria. Asimismo, recomienda vacunar a los adultos y adolescentes que estén expuestos a mayor riesgo, por su contacto con niños y a las mujeres en edad fértil no embarazadas (todas estas recomendaciones se refieren lógicamente a personas que no hayan padecido la enfermedad con anterioridad).

                                En España, la vacuna está incluida en el calendario oficial de vacunaciones en la infancia.

                                Existe también una inmunoglobulina contra la varicela, es decir anticuerpos que defienden contra el virus, que se debe usar en personas de alto riesgo con una exposición reciente a la enfermedad, por ejemplo el recién nacido cuya madre contrajo varicela en los días anteriores al parto, o los niños con problemas de inmunidad que han estado en contacto con enfermos.

                                ¿Cuál es la evolución probable de la enfermedad?

                                La inmensa mayoría de las veces, especialmente en los niños, la evolución de la enfermedad es benigna y cura sin complicaciones. Muchos años después, puede reaparecer, en forma de herpes zóster, una erupción, en general dolorosa, con ampollas localizadas en una zona concreta de la piel.

                                Las complicaciones viscerales como neumonía (o pulmonía) o inflamación del cerebro o de las meninges son raras en niños y más frecuentes en adultos. La mortalidad es 15 veces mayor en los adultos que en los niños (aproximadamente fallece uno de cada 3.000 adultos afectados).

                                En la mujer embarazada, la infección en el primer trimestre puede ocasionar malformaciones en el feto en un pequeño porcentaje de casos. Si la infección se produce unos días antes del parto, el recién nacido podría padecer una forma grave de varicela.

                                En los pacientes inmunodeprimidos y en recién nacidos, la enfermedad es muy grave.

                                Bibliografía:

                                https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/varicela.pdf
                                https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001592.htm