Qué es la sudoración excesiva
En términos médicos “hiperhidrosis”, es un trastorno crónico de la sudoración que consiste en una producción excesiva de sudor en las glándulas sudoríparas del organismo. Suele aparecer en la primera infancia y, a menudo, se prolonga el resto de la vida. Se trata de una afección benigna, de origen desconocido y parece existir una base genética en su desarrollo.
Puede ser fundamentalmente de dos tipos en función de su localización:
- la sudoración afecta a todo el cuerpo, o bien
- está localizada en determinadas áreas del organismo, característicamente en las palmas de las manos, las plantas de los pies, las axilas y la cabeza y la cara.
Es una afección simétrica y, en la mitad de los casos, afecta a las manos y a las axilas conjuntamente (de forma menos frecuente afecta sólo a manos o axilas).
La sudoración es el mecanismo del cuerpo para enfriarse. Al aumentar la temperatura corporal, el sistema nervioso activa las glándulas sudoríparas (las que producen el sudor). También es un mecanismo reflejo que aparece en situaciones de estrés, cuando estás nervioso. En este caso, la localización principal es las palmas de la mano.
La forma que afecta a las manos es la que ocasiona más problemas desde el punto de vista social, y la que lleva al paciente con frecuencia a la consulta del médico. Las formas graves pueden representar un verdadero problema en personas que tienen una intensa vida social, como políticos, representantes, dependientes, relaciones públicas, etc., o en quienes usan sus manos para trabajar, como pintores, diseñadores, arquitectos, dibujantes, etc. Algunas de estas personas se vuelven retraídas, evitan dar la mano y, si lo hacen, previamente suelen limpiársela rápidamente con un pañuelo o en su ropa, ya que está completamente bañada en sudor. En muchos casos, la inminencia de tener que dar la mano no hace sino empeorar la situación, generándose aún mayor sudoración.
Hay dos tipos de glándulas sudoríparas:
- las ecrinas, que se abren directamente en la superficie de la piel. Son las principales responsables de la sudoración excesiva, en lo que llamamos hiperhidrosis primaria
- las apocrinas, que no se abren directamente a la superficie cutánea, sino que desembocan en un folículo piloso (donde nace un pelo). Aunque en menor medida que las ecrinas, también son responsables de la hiperhidrosis primaria.
La hiperhidrosis secundaria es la que es consecuencia de algún trastorno previo, como:
- Diabetes
- Sofocos (frecuentes en la menopausia)
- Problemas de tiroides
- Trastornos del sistema nervioso
- Algunas infecciones
- Algunos tipos de cáncer
En algunos casos, también pueden producirla medicamentos como antidepresivos, analgésicos, hormonales y para tratar la diabetes.
Cómo se manifiesta
Este trastorno puede llegar a afectar a una de cada 100 a 200 personas y se caracteriza por un aumento de la producción del sudor que, dependiendo de la situación, puede variar desde una sudoración mínima hasta otra realmente incapacitante para la vida familiar o laboral, y asociarse incluso con trastornos psiquiátricos como neurosis, fobia social o ansiedad.
A menudo se desencadena por estímulos estresantes, con frecuencia de tipo emocional y, más raramente, por el calor, el ejercicio físico o la alimentación.
Las formas que afectan a las plantas de los pies pueden ocasionar infecciones locales, maceración de la piel y ampollas que manchan los calcetines y el calzado, además de desprender un desagradable olor.
La forma axilar origina humedad, manchado y deterioro de la ropa, así como mal olor.
Causas
En la forma general, es decir, la que afecta a todo el cuerpo, se han involucrado distintas causas y procesos como el embarazo, la obesidad, la menopausia y la ansiedad, enfermedades como el hipertiroidismo o producción excesiva de hormonas tiroideas, o enfermedades de origen neurológico, algunos tumores, algunas enfermedades de la piel y tóxicos como el alcohol.
Existen fundamentalmente dos tipos de tratamiento:
Tratamiento médico
Durante muchos años se han usado distintos preparados tópicos, es decir, aplicados sobre la piel que presentaba el exceso de sudoración. Sin embargo, estos tratamientos han tenido éxito limitado o temporal, por lo que los pacientes, desanimados, los abandonaban, y otros muchos de estos tratamientos han fracasado en su intento de eliminar la producción excesiva de sudor.
Se ha empleado también una técnica llamada ionoforesis (o iontoforesis), que consiste en la movilización de los iones de sodio de una solución acuosa mediante una corriente eléctrica que penetra en las glándulas sudoríparas y origina su reposo temporal según un mecanismo no bien conocido. Se requieren de 3 a 6 sesiones semanales y los resultados son dependientes de la dosis y limitados en el tiempo, por lo que en las formas graves los pacientes se desaniman y dejan el tratamiento.
En los últimos años se ha introducido un nuevo tratamiento médico consistente en el empleo de la toxina botulínica de tipo A que ha demostrado ser un tratamiento seguro y eficaz para la hiperhidrosis axilar primaria y para la de las manos, con elevados niveles de satisfacción del paciente. La técnica consiste en la inyección subcutánea de la toxina en el área de hiperhidrosis correspondiente, lo que ocasiona un bloqueo de las terminaciones nerviosas responsables de las glándulas sudoríparas. Los efectos, es decir, la reducción en la sudoración, empiezan a notarse entre los 2 y 4 días y los síntomas remiten en una semana, pero desgraciadamente pueden reaparecer al cabo de unos 3 meses en el caso de las manos y hasta 8 meses después en la hiperhidrosis axilar.
Tratamiento quirúrgico
El tratamiento quirúrgico está indicado en las formas graves de las palmas de las manos o en las que se afectan palmas de manos y axilas conjuntamente, y en las que se afecta la cara y la cabeza. Consiste en la realización de una técnica quirúrgica denominada simpatectomía torácica bilateral por videotoracoscopia, que ha revolucionado el tratamiento de este difícil y molesto trastorno.
Esta técnica se califica de cirugía de acceso mínimo y consiste en la práctica de unas pequeñas incisiones en el tórax a través de las cuales se introduce un tubo con una luz y un sistema de cámara de vídeo que amplifica las imágenes y se seccionan y eliminan selectivamente los ganglios linfáticos de la cadena simpática correspondientes al área de exceso de sudoración.
La técnica es muy eficaz, segura y los resultados a largo plazo son satisfactorios. El principal efecto secundario es la llamada redistribución de la transpiración en el resto del cuerpo (cara, tronco o extremidades) que se produce en la mitad de los casos. Esta hipersudoración compensadora es totalmente imprevisible, aparece en los primeros 6 meses tras la intervención y puede desaparecer espontáneamente o persistir de forma indefinida.
Bibliografía: