Salud y medicina
Alcohol: ¿bebo demasiado?
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¿Bebo demasiado?
El consumo excesivo de alcohol durante largos periodos de tiempo puede provocar dependencia o adicción. También puede dar lugar a graves consecuencias físicas o psicológicas, así como importantes problemas familiares o laborales. De igual modo se estima que cerca del 50% de los accidentes de tráfico están relacionados con el alcohol: al menos en el 30% de los accidentes mortales.
A veces es difícil determinar con exactitud cuánto se bebe habitualmente. Por ello, puede ser una buena idea mantener un diario del alcohol consumido durante un periodo de tiempo o anotarlo en un calendario cada vez que se bebe.
En función de la cantidad de alcohol que se consume a la semana podemos distinguir entre lo que se conoce como consumo moderado y el consumo de riesgo. Se habla de consumo moderado cuando se bebe un máximo de 20 unidades a la semana en el hombre y hasta 13 en la mujer. Por su parte se habla de consumo de riesgo cuando la ingestión semanal de alcohol es superior a 28 unidades en el varón y 16 en la mujer.
El riesgo de complicaciones asociado al consumo de alcohol es particularmente importante en el caso de las mujeres embarazadas. Junto con el mayor riesgo de abortos espontáneos, el alcohol puede ocasionar una serie malformaciones congénitas, la más grave de las cuales es el síndrome alcohólico fetal. Los niños que nacen con este síndrome presentan problemas de aprendizaje y de conducta que se mantienen de por vida. Así mismo, también pueden presentar una diversidad de anomalías físicas. Se desconoce la cantidad de alcohol que puede producir estos defectos congénitos, por lo que es aconsejable evitar cualquier consumo de alcohol durante el embarazo, particularmente durante el primer trimestre.
Los efectos
En una persona sana, los efectos del alcohol (cantidades de alcohol en sangre, medidas en gramos por litro) son los siguientes:
- Entre 0,2 y 0,29 g/l: disminución de los reflejos. Estimación de distancias falseada
- 0,39 – 0,49 g/l: percepción falsa de la velocidad
- 0,5 – 0,79 g/l: Euforia; torpeza de movimientos. Reacciones lentas
- 0,8 – 1,19 g/l: Alteración del comportamiento. Reacciones imprevisibles. Alto riesgo al volante
- 1,2 – 1,79 g/l: Muy alta fatiga. Posible pérdida de visión
- 1,80 g/l: Embriaguez
¿A qué equivale una unidad de alcohol?
Es útil conocer la cantidad de alcohol puro que contiene cada bebida. Habitualmente se miden en Unidades de Bebida Estándar, cada una de las cuales equivale a 10 gramos de alcohol. Una unidad de alcohol equivale a un vaso o una copa de vino (de unos 100 ml), una caña de cerveza (200 ml) de graduación media, un carajillo, o un aperitivo de jerez o vermú (de unos 50 ml). Una botella de litro de cerveza equivale a unas 10 unidades, mientras que una botella de vino corresponde a unas 7 unidades. Por su parte, un combinado con ron, ginebra o whisky contiene entre 2 y 4 unidades en función de lo cargado que se sirva.
A veces es útil pensar más en términos de consumo diario en vez de semanal. Los hombres que sistemáticamente beben más de cuatro unidades diarias y las mujeres que consumen más de dos o tres unidades de alcohol la mayoría de días están bebiendo en niveles de riesgo.
A efectos prácticos
Una consumición equivale a:
- 2 vasitos de vino de 12º
- 1 caña de cerveza (4 – 6º)
- 1 copa de cava (12º)
- ½ whisky (40º)
- ½ cubalibre (38º)
Alcohol en sangre en hombres, peso entre 76 y 85 kg, sin comer nada. Entre paréntesis, la cifra si acompañan la bebida con algo de comida.
- 1 Consumición = 0,35g/l (0,25)
- 2 Consumiciones = 0,65 g/l (0,45)
- 3 Consumiciones = 1,00 g/l (0,75)
- 4 Consumiciones = 1,30 g/l (0,90)
- 5 Consumiciones = 1,60 g/l (1,20)
- 6 Consumiciones = 1,90 g/l (1,40)
Misma tabla en mujeres, peso entre 56 y 65 kg, sin comer nada. Entre paréntesis, la cifra si acompañan la bebida con algo de comida:
- 1 Consumición = 0,20g/l (0,10)
- 2 Consumiciones = 0,40 g/l (0,20)
- 3 Consumiciones = 0,60 g/l (0,40)
- 4 Consumiciones = 0,80 g/l (0,60)
- 5 Consumiciones = 1,00 g/l (0,80)
- 6 Consumiciones = 1,20 g/l (0,90)
Alcohol al volante
Según la Dirección General de Tráfico, en España está presente el alcohol en entre el 30 y el 50% de los accidentes mortales.
Las normas de dicha Dirección en materia de alcohol se miden en gramos de alcohol por litro de sangre o miligramos de alcohol por litro de aire expirado y son las siguientes:
- Conductores no profesionales con más de dos años de carnet: Máximo de 0,5g por litro de sangre o de 0,25 mg por litro de aire espirado
- Profesionales y conductores noveles (menos de dos años de carnet): Máximo de 0,30 g por litro de sangre o 0,15 mg por litro en aire espirado
- Menores de 18 años que conduzcan patinetes, bicicletas o ciclomotores: 0,0%, o sea que tienen prohibido beber si van a circular.
Controlo lo que bebo, por lo tanto no tengo problemas, ¿no es así?
Si alguien consume una cantidad elevada de alcohol durante un período de tiempo prolongado, desarrollará tolerancia a los efectos del alcohol. Esto significa que necesita beber cada vez mayores cantidades de alcohol para experimentar los mismos efectos. Ser capaz de beber grandes cantidades antes de sentirse borracho puede que no parezca un problema, pero puede ser la primera señal de alarma.
Con el consumo prolongado de cantidades excesivas de alcohol las señales naturales del cuerpo que avisan cuando se ha estado bebiendo demasiado se vuelven menos eficaces. Con ello se tiende a ingerir más alcohol aumentando el riesgo de provocarse daños graves.
¿Cómo se puede reducir el consumo de alcohol?
Hay muchas maneras de ayudarse a dejar de beber. Una persona que bebe demasiado puede sentir que le es imposible reducir su consumo de alcohol. Si el hábito de beber ha sido demasiado intenso y prolongado, puede ser difícil reducir el consumo, en parte porque siempre es difícil cambiar los hábitos. La persona puede incluso no estar convencida de si desea o no dejar de beber. Por ello puede ser útil reducir el consumo de riesgo a niveles de consumo más seguros como fase previa a alcanzar la abstinencia total, que debe ser la meta final cuando existe adicción al alcohol.
Cómo reducir el consumo de alcohol paso a paso
Como ya hemos dicho, como primera medida mantén un registro, diario o semanal, de todo el alcohol que consumas. Puedes leer aquí un manual de autoayuda para dejar de beber.
Piensa en la forma de hacer más fácil la reducción del consumo de alcohol. Alguna de las siguientes recomendaciones puede serte útil:
- Dejar de beber alcohol durante la semana, o los días laborales
- No tengas alcohol en casa
- Sustituye la segunda bebida por agua, cerveza sin alcohol, café, u refresco…
- Cambia de ruta de vuelta del trabajo (o de ida) para evitar entrar en el bar de siempre
- Sustituye las bebidas de alta graduación por otras más ligeras
- Empieza a beber más tarde
- Visita a tu familia, en vez de quedar con amigos
- Busca alternativas sin alcohol para tu tiempo libre.
Debes adaptar esta lista, que podría ser mucho más larga, a tus necesidades y características y debe incluir todas las posibilidades realistas. Pon en práctica estas u otras sugerencias y evalúa el progreso con un amigo o una persona allegada.
¿Qué ocurre si no puedo reducir el consumo de alcohol por mí mismo?
Puede ser difícil reducir el consumo de alcohol sin ayuda exterior; la buena noticia es que existen varios lugares en los que es posible obtener ayuda y tratamiento. El médico realizará en la mayoría de casos la evaluación y podrá remitir al paciente a los servicios especializados. En todas las comunidades autónomas existen centros especializados para el tratamiento de los pacientes adictos al alcohol. El tratamiento debe adaptarse a las necesidades de cada cual y a menudo es necesario incluir a otros miembros de la familia.
¿Qué ocurre si padezco síndrome de abstinencia fuerte si intento reducir el consumo de alcohol?
La decisión de reducir el consumo de alcohol es complicada y no existe ninguna razón para hacer las cosas más difíciles. El síndrome de abstinencia, caracterizado por temblores de manos, sudor, náuseas o vómitos, insomnio, o incluso de síntomas más graves, deben ser tratados con medicación y siempre con supervisión de un médico.
Bibliografía: