Salud y medicina
Artritis reumatoide, una enfermedad autoinmune
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La artritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria que se caracteriza por una rigidez que puede afectar a las articulaciones de las extremidades superiores e inferiores y a la columna cervical. Hablamos con el Dr. Josep Valverde, especialista en reumatología del Centro Médico MGC, sobre esta enfermedad autoinmune
¿Qué es la artritis reumatoide?
La artritis reumatoide forma parte de un conjunto de enfermedades que se llaman autoinmunes. Estas enfermedades se originan cuando el mecanismo de defensa del organismo, que lucha contra los agentes externos responsables de las enfermedades y las infecciones (virus, bacterias…), en un momento determinado se equivoca, porque no reconoce lo propio, y ataca a células sanas del cuerpo como si fueran un enemigo que viniera de fuera a hacernos daño.
En la artritis reumatoide, la estructura diana a la que ataca por error el sistema inmune es la membrana sinovial, que es una capa fina de tejido que recubre la parte interna de la articulación y cuya función principal es la de generar el líquido sinovial que lubrica y nutre la articulación. Debido a este sistema inmune alterado se produce una inflamación (hipertrofia) de la membrana sinovial y, como la articulación es como una caja cerrada, se origina un problema de espacio. La sinovial va erosionando el cartílago, el hueso subcondral, los ligamentos, etc. Por otro lado, también hay un número aumentado de células que fabrican una sustancia llamada interleucinas (una citocina que activa el sistema inmune innato y la inflamación), que ayudan al efecto mecánico que tiene la sinovial por culpa de la falta de espacio. Esta situación produce alteraciones estructurales, dolor y una limitación funcional.
¿A qué partes del cuerpo afecta?
Aunque normalmente afecta a las articulaciones de las muñecas, las manos y a las pequeñas de los pies, puede afectar a todas las articulaciones de las extremidades superiores e inferiores y a la columna cervical. A veces, esta enfermedad traspasa las articulaciones y puede afectar al pulmón, a la piel, al riñón, etc.
¿Quién puede padecer esta enfermedad?
Todo el mundo, tanto hombres como mujeres, puede tener artritis reumatoide, aunque la proporción es de tres mujeres por un hombre. Y puede ocurrir a cualquier edad, pero afecta con más frecuencia a mujeres menopáusicas.
¿Qué síntomas tiene?
El enfermo normalmente nota que por la mañana, cuando se levanta, le cuesta cerrar las manos, tiene rigidez en los dedos. Y como esta enfermedad es simétrica, normalmente cuando hay rigidez en una mano también está afectada la otra. Poco a poco el enfermo ve que no se puede poner o quitar los anillos, que cuando se levanta por la mañana y quiere coger el peine para peinarse le cuesta, y va notando que se le inflaman las muñecas, los nudillos y las interfalángicas, siente dolor y progresivamente va perdiendo movilidad.
¿Cuál es el tratamiento de esta enfermedad?
El tratamiento actual de la artritis reumatoide comienza por normas generales. En primer lugar hay que cuidar la alimentación, pero sin que el enfermo se rompa la cabeza, simplemente haciendo a la dieta mediterránea que hacían nuestras abuelas. También se han de intercalar periodos de descanso, como pequeñas siestas a media mañana y media tarde. Dejar de fumar y dejar de beber.
Después se aplica un tratamiento farmacológico. Por un lado, analgésicos y antiinflamatorios que mejoran la calidad de vida de los enfermos. Y por otro lado, una serie de fármacos con los que se intenta cambiar el curso de la enfermedad. Los que se utilizan más a menudo son la prednisona y el metotrexato.
Cuando ésto no funciona se utilizan tratamientos de inmunología que van contra alguna estructura celular, que es la responsable en gran parte de la inflamación, con la idea de detener la inflamación, ya no como el antiinflamatorio, periféricamente, sino en el interior del problema. De este tipo hay tratamientos biológicos y de inhibidores de las quinasas JAK.
En general, la evolución de los enfermos de artritis reumatoide ha cambiado muchísimo. Como anécdota, podemos hablar de que esta enfermedad también se llama la enfermedad de Renoir por el pintor impresionista, que en la última época de su vida se tenía que atar el pincel a los dedos porque tenía artritis reumatoide y no podía pintar. Hoy día y gracias a estos tratamientos, tal vez se perdería un gran pintor, pero Renoir no necesitaría este tipo de utensilios para poder pintar.