Hijos, Vida de Pareja
¿Cómo favorece la lactancia materna la salud de la madre?
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La lactancia es un periodo muy especial en el que mamás y bebés forman un vínculo físico y emocional indescriptible, pero también es mucho más. Sabemos que la leche materna está considerada el mejor alimento que la madre puede ofrecer a su hijo, pero amamantar también aporta muchos beneficios, a corto y a largo plazo, en la misma salud de la madre.
Favorece la recuperación tras el parto
La succión que realiza el bebé estimula en la madre la producción de oxitocina, una hormona que contrae el útero y favorece que retorne a su tamaño natural de forma más rápida. También ayuda a eliminar los restos de sangre y placenta que quedan tras el parto y a reducir el sangrado, por lo que previene la anemia.
Ayuda a perder peso de forma natural
Las madres pueden incrementar de media 12 kilos durante el embarazo, ya que el organismo acumula reservas durante esos nueve meses para facilitar la producción de leche materna tras el parto. Esta producción de leche es un proceso metabólico activo que supone mucho gasto energético: dar de mamar puede suponer una pérdida de entre 400 y 500 calorías diarias (equivalentes a una hora de natación o de bici cuesta arriba), por lo que tras seis meses de lactancia y con la ayuda de un poco de ejercicio, la madre puede conseguir recuperar su peso habitual sin grandes esfuerzos.
Favorece un mejor descanso
Durante la lactancia también se libera prolactina, una hormona que estimula la producción de la leche y que tiene un efecto calmante, tanto para el bebé como para la madre. Además, acercarse al niño al pecho durante la noche cuando toca alimentarlo es mucho más cómodo y rápido que tener que levantarse, preparar biberones, etc., por lo que también se puede dormir un poco más.
Reduce el riesgo cardiovascular
Hay diversos estudios que han demostrado que dar el pecho tiene beneficios importantes a largo plazo para la salud del corazón de las madres. Este aspecto está relacionado con la capacidad que tiene la lactancia a la hora de modificar el metabolismo de la glucosa y los lípidos, junto a la de movilizar los depósitos de grasa acumulados en el organismo durante el embarazo. Junto a la pérdida de peso, también supone un menor riesgo de diabetes y un aumento del colesterol bueno (HDL).
Los estudios revelaron que, en la postmenopausia, las mujeres son menos propensas a tener la presión arterial alta, a tener infartos, accidentes cerebrovasculares y enfermedades del corazón en general.
Previene diversos tipos de cáncer
La lactancia materna reduce el riesgo de padecer en el futuro cáncer de mama y de ovario, ya que estos tipos de cáncer están relacionados con las hormonas que circulan en el organismo y con los hábitos y el estilo de vida de la madre. Debido a una menor exposición a los estrógenos y al retraso de la ovulación durante este periodo, la incidencia de este tipo de enfermedades es mucho menor.
A largo plazo, previene la osteoporosis
Dar de mamar favorece la remineralización ósea, ya que todos los minerales que el organismo destina durante los meses de embarazo al desarrollo del bebé vuelven a estar disponibles para la madre. La lactancia, a su vez, moviliza los depósitos óseos para aumentar los niveles de calcio en la sangre, algo necesario para la producción de la leche materna.
Previene la depresión postparto
Emocionalmente, las hormonas que se liberan durante la lactancia, la oxitocina y la prolactina, producen una sensación de calma y positividad que facilita la relajación, a la vez que promueven un intenso sentido de amor y apego entre madre e hijo, con la gratificación y el bienestar emocional que estos sentimientos comportan para ambos.