Hijos, Vida de Pareja
¿Cómo podemos evitar el estrés de la vuelta al cole?
Después de las vacaciones de verano, los niños pueden estresarse por el cambio brusco de rutina y porque tienen que retomar responsabilidades. Incorporar poco a poco las costumbres y tenerlo todo preparado para la vuelta al colegio ayudará a evitar problemas que puedan afectar al rendimiento y al ánimo de los pequeños.
Dentro de pocos días los niños comenzarán de nuevo el colegio. Después de tres meses de relax, juegos, viajes y chapuzones, el hecho de volver a madrugar, las clases y los deberes es un cambio muy brusco que les puede afectar anímicamente y provocarles estrés. Prepararlos mentalmente e ir incorporando las nuevas rutinas de forma gradual ayudará a evitar posibles problemas en su ánimo y su rendimiento.
El papel de los padres es fundamental en esta etapa. Es importante que ellos también intenten no estresarse demasiado para no contagiar a los niños. Es conveniente dejar las cosas preparadas para evitar las prisas y los problemas de última hora: comprar con antelación los materiales, los libros, la ropa o los uniformes que vayan a necesitar e incluso recorrer con antelación el camino hacia el cole para calcular los tiempos de recorrido.
Algunas pautas para evitar el estrés en los niños, y en general en toda la familia, deben empezar antes de retomar las clases, como por ejemplo ajustar poco a poco los horarios, que han sido muy flexibles durante las vacaciones. Adoptar de forma progresiva los hábitos horarios escolares facilitará que no se produzca un cambio brusco de un día para otro.
Prepararlos anímicamente también es muy beneficioso para evitar posibles situaciones de estrés. Para ello se debe procurar que afronten esta etapa con ilusión: realizar con ellos las compras de los libros, cuadernos, mochilas y dejarlos elegir para que se sientan involucrados en el proceso; recordarles que van a volver a ver a sus amigos, con los que se lo pasan tan bien; ojear los libros nuevos para ver de forma positiva y alegre todo los que van a aprender o elegir las actividades extraescolares que más les apetezcan. De este modo irán asimilando todo lo que está por venir.
En el día de empezar el cole también se pueden seguir algunas pautas, como dejarlo todo preparado el día antes para no ir con prisas y salir con tiempo hacia el colegio para que puedan reencontrarse con sus amigos antes de entrar a clase. Siempre es importante desayunar bien y que tengan la energía necesaria para afrontar todas las emociones de los primeros días. Y aunque los centros escolares van incorporando poco a poco los horarios y las rutinas, en general es fundamental que no todo sea estudiar. Dejar tiempo libre para realizar actividades que nos gustan es importante para evitar el estrés en los adultos y también lo es para los niños.
Si es la primera vez que los niños van al cole, el cambio es mucho más brusco aunque ya hayan ido a la guardería, ya que es algo completamente nuevo. La separación de la madre puede provocar mucho estrés, inseguridad y miedo. En estos casos es aconsejable ir hablándole a los pequeños de la nueva etapa, contarles las cosas positivas de ir al colegio, recordar con ellos nuestros primeros días de clase… Si es posible, puede ser de mucha ayuda conocer con antelación a la nueva profesora para que el niño no se quede de repente con una extraña.
El primer día puede ser el más duro, tanto para los niños como los padres, que acusan de forma importante la separación. Para intentar llevarlo bien se debe procurar estar tranquilos y no alargar las despedidas en la puerta del colegio o de la clase, porque es posible que los niños lloren al verse separados de sus padres en un sitio nuevo. Para darles un poco de seguridad, podemos dejarles que lleven algún objeto de casa que les aporte confianza. Y, si el centro no lo permite, por muchas ganas que tengamos, no debemos asomarnos para comprobar cómo se encuentran durante la hora del patio.
En todo caso siempre debemos escuchar con atención a nuestros hijos para saber cómo se sienten. Además de mejorar las relaciones paterno-filiales, es una forma de detectar posibles problemas de adaptación de los niños en el colegio. Y escucharlos refuerza su autoestima, lo que previene el estrés. De todas formas, puede suceder que el niño no consiga adaptarse y lo manifieste con problemas de irritabilidad, tristeza o problemas físicos como dolores de cabeza, de estómago, diarreas o vómitos. En estos casos es aconsejable acudir a un especialista médico que nos ayude a encauzar la situación.