Bienestar, Salud Mental
Cómo puedes saber si tu pareja tiene una depresión: 5 síntomas reveladores
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En general, los hombres son poco dados a hablar sobre su salud y, sobre todo, de sus sentimientos. Algunos por aprensión, otros por pudor y otros, porque tienden a tirar para adelante y no hacer caso, pensando que el tiempo acabará arreglando el problema. En muchos casos habrá que prestar atención a rasgos poco habituales, o incluso nuevos, de su personalidad. Algunos de ellos –preocupación, irritabilidad- pueden llamarse eso: síntomas de depresión.
Esta enfermedad, que puede ser muy grave, es mucho más frecuente de lo que se cree y afecta a millones de personas en todo el mundo. Hay quien asegura que la depresión es una de las enfermedades más prevalentes del siglo XXI. Y los síntomas son más difíciles de reconocer en el hombre que en la mujer. Como te decíamos antes, los hombres son más cerrados, menos comunicativos y más renuentes a buscar ayuda externa.
Lee a continuación los síntomas más frecuentes a que debes prestar atención, cómo saber si tu pareja tiene depresión y cómo ayudarle en caso de que muestre síntomas depresivos.
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Cómo saber si tu pareja tiene depresión
No hay una fórmula científica para detectar y saber si la otra persona tiene depresión. No obstante, si que hay ciertos indicios que nos pueden servir de indicativo para empezar a detectar que algo no va bien en la salud de nuestra pareja.
1. Se siente triste y “vacío”
Sentirse “vacío” es síntoma muy claro de depresión, y es parte del círculo vicioso propio de esta enfermedad. Tu pareja puede pensar que todo está mal y nada va como debiera. No espera nada bueno y, en lugar de pensar en el éxito, piensa lo peor, nada le resulta gratificante ni le llena, y se muestra triste, lo que le hace caer en un estado permanente de apatía.
Si se queja de cada vez más cosas, incluso muy banales, si muestra sentimientos negativos, y si le ha cambiado el carácter, puede ser que pase por un estado depresivo.
2. Se muestra derrotista y está enfadado
Con frecuencia, la depresión viaja con otros compañeros: el pesimismo, la tristeza y la pasividad, todo lo cual debe hacerte pensar en una depresión. Pero la enfermedad puede manifestarse de forma diferente, y puede ir acompañada de irritabilidad o de enfado permanente.
Fíjate si salta como un resorte ante la menor contrariedad: puede ser un síntoma revelador.
3. Nada le interesa
Otra forma de saber si tu pareja tiene depresión es fijarte en el interés que muestra en las cosas. Esa afición suya de antes –ya fuera coleccionar sello o lavar su moto los domingos– parece haber desaparecido. Lo que antes le ilusionaba ha pasado a dejarle por completo indiferente. Esto se llama anhedonia y es característico de este trastorno la pérdida de interés por las cosas: sus aficiones, su trabajo y hasta el sexo.
No está claro el porqué, si es que se bloquean los receptores del placer o si es debido a la depresión, que impide sentir alegría de forma sostenida.
4. Está siempre cansado
Posiblemente se deba a que duerme mal, lo que es habitual en las personas deprimidas. Por eso se muestran muy cansadas. La depresión provoca problemas de sueño, dificultándolo o impidiéndolo. ¿Tu pareja duerme bien, o se despierta mucho, se duerme enseguida o le cuesta conciliar el sueño?
Dormir mal causa, además, un círculo vicioso con la depresión y provoca el aislamiento del paciente, que se vuelve más inactivo y, como resultado final, se deprima aún más. También es habitual que rehuya las relaciones sociales.
5. No puede concentrarse como antes
También puede estar olvidándose de conversaciones, podría ser incapaz de leer siquiera el periódico o de acabar de ver una película. Y es que la depresión afecta a las áreas del cerebro encargadas de conservar los recuerdos. A la larga, aunque en un principio sea sólo enojoso, puede afectar seriamente a las relaciones personales, provocando malentendidos y discusiones. Puede, además, resultar incapacitante para el trabajo.
Anhedonia y la pareja: Ten en cuenta que es solo una etapa
Cualquier persona ha experimentado durante su vida alguna etapa en la que no sentía interés por nada. Una apatía que lo abarcaba todo y que impedía que antiguos placeres, como la taza de café por la mañana o la práctica de algún deporte, hayan perdido todo su atractivo.
Cuando esta sensación se prolonga en el tiempo y se extiende a cada aspecto de nuestra vida, podríamos estar hablando de la anhedonia; un estado mental en el que la persona está incapacitada para experimentar satisfacción o emociones positivas.
En la pareja, el problema principal se presenta en las relaciones sexuales. Puesto que quien padece anhedonia no siente nada, pierde el interés por cualquier actividad, y el sexo no es una excepción.
La explicación se encuentra a nivel cerebral, al reducirse la actividad en el núcleo accumbens, responsable del placer, así como un incremento de la actividad en la corteza prefrontal. Si no hay suficiente segregación de dopamina, no se experimenta la recompensa necesaria para mantener una actividad. Además de por la depresión, puede aparecer también en la esquizofrenia, el Parkinson o en los períodos de abstinencia de las adicciones.
Si sabemos que nuestra pareja padece depresión, centrar la atención en la reducción de las relaciones sexuales denota una preocupante falta de empatía. Salvo que quien la padece se niegue a buscar ayuda profesional para tratar la depresión, hay que entender que se trata de algo temporal y, sobre todo, que no es voluntario, sino que se debe a un funcionamiento indebido de la actividad cerebral.
¿Qué puedes hacer si tu pareja tiene depresión o tiene indicios de ello?
- Habla con él, como primera medida. Anímale a que te cuente y escúchale cuando consigas que se abra. Puede no ser fácil, pues muchos hombres son muy reacios a mostrar sus debilidades. Pero debes intentarlo, pues centrará el problema y podréis ver las cosas en su justa medida.
- Procura evitar que se queda en casa, sentado en el sofá y dando vueltas y vueltas a las cosas. Habla con sus amigos, para que le saquen de casa, e intenta que vuelva a sus aficiones de siempre.
- No te muestres triste o preocupado. Cuando estés con él sé tú mismo, lo que le ayudará a contar contigo como ayuda. Separa tus propios sentimientos de las relaciones de pareja.
- Por último, tienes que conseguir que busque ayuda. Lo lógico es empezar por el médico de familia, que es quien, en función de lo que vea, podrá sugerir lo más adecuado. Tú sólo –y él, aún en menor medida– no vas a ser capaz de arreglar las cosas: la depresión exige un tratamiento a cargo de profesionales. Acabarías agotándote, además de no servir de nada. No debes pensar que vas a poder levantarle del suelo sin ayuda.