Psicología, Vida de Pareja
Cómo sobrellevar el mal humor de tu pareja
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Los cambios de humor son normales. Se producen a lo largo del día y dependen de cómo marchan las cosas. Las emociones son supuestamente señales instantáneas que nos ayudan a responder adecuadamente a lo que sucede en nuestro entorno. Era un sistema muy útil para nuestros lejanos antepasados, que para sobrevivir tenían que responder inmediatamente a las amenazas físicas del entorno. En nuestro mundo, las amenazas son principalmente de orden psicológico y, para muchos, las emociones fuertes pueden descolocarles y sumirles en un estado de confusión.
Nosotros –la mayoría al menos– hemos sido educados para ignorar nuestras respuestas emocionales, a resultas de lo cual no sabemos qué hacer con las emociones fuertes cuando se presentan. El mal humor, así como los cambios alegría-tristeza, pueden presentarse cuando evitamos o somos incapaces de resolver problemas que nos están agobiando. Si nos permitimos sentir las emociones sin hacer nada, normalmente pasan solas. Pero si tratamos de bloquearlas pueden enquistarse y los sentimientos negativos continúan, generando un estrés adicional que puede afectar a los que tenemos a nuestro alrededor.
Pero ¿qué sucede cuando tu media naranja tiene frecuentes malos humores? Y ¿qué pasa cuando empiezan a afectarte a ti? Hablar de ello con tu pareja puede ser difícil y molesto. El mal humor puede resultar contagioso; y muchos de nosotros tendemos a sentirnos responsables y achacarnos la culpa del humor de él, o de ella. La pregunta es qué puedes hacer tanto para ayudar a tu pareja cuando está descolocada como para sobrellevar el efecto que su mal humor tiene sobre ti.
Como primera medida, echemos un vistazo a las causas del mal humor de tu pareja.
¿Por qué está de mal humor?
Hay muchas razones para que alguien cambie frecuente e impredeciblemente de humor, aparentemente sin explicación. Si no es lo habitual, puede tratarse simplemente de que tu pareja pasa por un momento difícil, como una semana dura de trabajo o por el abordaje de un problema de salud. Si es el caso, el mal humor desaparecerá cuando lo haga el problema.
Lo malo es si no parece haber una razón concreta de su mal humor; puede entonces tratarse de un problema más profundo, como un estado depresivo. Con independencia de lo que los demás opinen de su vida, si tu pareja esta cuajada de sentimientos negativos sobre ella misma o sobre su vida, acabará por venirse abajo.
Los síntomas habituales de la depresión son los siguientes:
- Falta de energía o motivación para hacer cosas que antes disfrutaba
- Pasa más tiempo de lo habitual en soledad, evitando la presencia de amigos, compromisos o aficiones
- Deja de hacer ejercicio, evita las tareas domésticas, falta por supuesta enfermedad al trabajo y muestra poco interés en sus hijos
- Otras causas de su mal humor pueden ser un estado de constante ansiedad o problemas de baja autoestima.
Cómo ayudar a tu malhumorada pareja
Si tu pareja es una persona afable y sus malos humores son algo nuevo, ¿qué puedes hacer para ayudarle? Si está pasando una etapa dura y está “luchando”, escúchale, muéstrate empático con ella y pregúntale claramente si hay algo en tu mano que pueda ayudarle. Pero ten en cuenta que lo que tú crees que puede estar pasándole no tiene necesariamente que ser la verdad: la comunicación es clave.
Si sus malos humores están afectando a vuestra relación, es importante que hables también de ello. Esto le hará ver el efecto que su malhumor tiene en ti y le motivará para que piense realmente en arreglar el problema. Escoge bien el momento de hablarlo, cuando esté más receptivo, pues la conversación puede ser difícil.
No te sorprendas si tu pareja se pone a la defensiva o si trata de evitar la conversación. Aunque el constante mal humor de tu pareja puede dificultar seriamente la relación, si mantienes una actitud positiva -comprensiva- no sólo supondrá una mejora en su actitud, sino que te ayudará a sentirte mejor.
Si su humor no mejora después de haber dicho a tu pareja cómo te está afectando a ti, es llegado el momento de plantearle buscar ayuda profesional. El médico de familia podrá sugerir diferentes opciones de tratamiento. Posiblemente una charla, a cargo de un psicoterapeuta, sobre terapia cognitivo-conductual podrá ayudar a que tu pareja mejore.
Sobrellevar el mal humor
Desde luego, es importante tener en cuenta a tu pareja y sus necesidades, ayudándole en lo posible. Pero cuidarte a ti mismo es esencial. Los tips que siguen podrán ayudarte cuando las cosas vengan mal dadas.
Entiende cómo te afecta el malhumor de tu pareja
Entender por qué sus malos humores te afectan tanto te va a ayudar a mantener el control sobre cómo te sientes. La próxima vez que te veas afectado por su humor, intenta reconocer qué pensamientos pasan por tu mente y cómo te hacen sentirte.
Los recuerdos son muchas veces de poca confianza, de manera que intenta ponerlo por escrito, lo que te ayudará a recordar y reconocer las pautas de tu propio pensamiento. Por ejemplo, en algunas personas los malos humores pueden generar dudas sobre uno mismo, con pensamientos como “debo haber hecho algo mal para que se ponga de esa manera”, lo que conduce a sentimientos de culpabilidad o a ansiedad. En otros, pueden generar inseguridad, con pensamientos del tipo “no actuaría así si me quisiera”, lo que conduce a la tristeza.
En otros puede generar irritación: “actúa como un niño”, o “está exagerando las cosas para fastidiarme”. Reconocer los sentimientos por los que pasas fijará en tu mente cómo sus malos humores te afectan.
Asegúrate de que tus pensamientos son realistas
Tenemos miles de pensamientos al cabo del día, por lo que es importante que recuerdes que pensar algo no necesariamente lo convierte en cierto. Será tu propio humor quien dé forma a los pensamientos que puedas tener sobre tu pareja, así como tus experiencias pasadas. Cuando te hayas asegurado de los pensamientos que estás teniendo, te puedes preguntar si interpretan realísticamente la situación. Para ello, céntrate en los hechos.
Por ejemplo, si crees que su malhumor procede de si vales o no la pena, piensa que eso no pasa de ser un pensamiento, no un hecho. Si vales o no la pena es algo independiente de las acciones de los demás: son juicios que hacemos nosotros mismos. Reemplazar los pensamientos negativos por los realistas, como “claro que merezco la pena” te ayudará a ganar confianza en ti mismo. Si los pensamientos negativos sobre ti vienen de largo y por tanto son difíciles de cambiar, de nuevo sugeriríamos buscar ayuda externa, como un curso corto de terapia cognitivo-conductual, que te ayudará a pensar más positivamente en ti mismo.
Intenta entender
Tu enfado está más que justificado, desde luego, dado el impacto que su mal humor tiene en ti y quizá en tu familia. Pero si eres capaz de adoptar un postura más comprensiva como “es su depresión lo que le hace sentirse así; esto es temporal”; o si eres capaz de concentrarte en sus mejores cualidades, esas que te enamoraron, tendrás cierto alivio en esos sentimientos negativos.
Ser capaz de rebobinar tus pensamientos y formar otros más realistas puede requerir cierta práctica. Trata de hablar con un amigo al que admires y podrías quizá ver todo desde otra perspectiva.
Responsabilízate de tus sentimientos
La responsabilidad de cómo se siente tu pareja es por completo suya. No podemos controlar los sentimientos de otros (ni cómo se comportan con nosotros). Tratar de cambiar los sentimientos de otros es por tanto una tarea imposible.
Cuando alguien que quieres se porta decididamente mal contigo puede ser una situación difícil de soportar. A estas alturas, es importante que te centres en lo que puedes controlar: cómo te sientes contigo mismo y con tu situación.
Haz ejercicio, come bien, pasa tiempo al aire libre, haz cosas que te relajen y te llenen… todo ello va a sumar para que te sientas bien. Sal con amigos, habla con ellos de la situación, todo ayudará.
Cuál es tu respuesta a su actitud
Puede ser tentador arremeter contra tu pareja, especialmente si su malhumor está afectando seriamente tanto a ti como a tu familia. Pero esto no hará sino empeorar la situación creando resentimientos. Piensa en cómo respondes a la situación, y saber de antemano cómo debes hacerlo puede evitar males mayores.
Por ejemplo, si tu pareja parece estar más estresado y tenso cuando llega a casa de la oficina, déjale algo de tiempo para que se relaje antes de hablarle. Si su malhumor te irrita, quítate de en medio de manera que puedas controlarte. Esto puede minimizar el impacto de su malhumor en ti, crear una relación más armoniosa ya hacerte sentir mejor.
Si tu pareja entra en lo personal atacándote verbalmente o su conducta es agresiva, explícale claramente cómo esperas que te trate y, si continúa, será el momento de buscar ayuda.
¿Puede ser el final?
Andar todo el día de puntillas con tu pareja, prestando atención a lo que dices o haces y teniendo que controlar en todo momento tu propio humor… bueno, genera un desgaste que puede ser agotador. A largo plazo puede aumentar los sentimientos negativos y hacer venirse abajo tus expectativas en la relación (además de crearte sentimientos de ansiedad y mal humor).
Todas las relaciones pasan por momentos difíciles. Si tú lo has dado todo: Te has mostrado comprensiva, te has tragado tu propio mal humor, has tratado de hacerle ver cómo te está afectando, has intentado convencerle para hacer terapia de pareja… puede haber llegado el momento de replantearte tu relación. Por supuesto es una decisión difícil, y más si hay niños de por medio.
Solo tú puedes saber si ha llegado el momento de dejarlo. Tómate tu tiempo para considerar las opciones, habla con tus amigos buscando ayuda y consejo. Si es necesario, un psicoterapeuta o un consejero matrimonial pueden resultar de ayuda mientras tomas esta difícil decisión.
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