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¿Conoces las señales de que debes beber agua? Aquí mostramos 5 indicios
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Si tienes problemas aparentemente diferentes, como dolor de cabeza, trastornos en las encías, estreñimiento…
Beber más no va a solucionar todos los males, pero se puede afirmar que es muy importante mantener un nivel óptimo de hidratación. El cuerpo necesita el agua para regular su propia temperatura y eliminar el exceso de calor; y es vital para mantener la función renal y expulsar por la orina las toxinas que el organismo acumula diariamente.
Lo maravilloso que sucede al beber agua es que el cuerpo sabe perfectamente adónde debe enviarlo: es extremadamente inteligente y usará el agua precisamente en el lugar en que se necesita.
En una persona sana, un vaso valdrá para añadir líquido a la sangre o para ayudar a eliminar toxinas. Y no hay que controlar las cantidades: si bebes más de la que necesitas, la eliminarás por la orina. Pero si no bebes la suficiente, el cuerpo y la mente sufren. Lee a continuación cinco indicios de que tienes que beber agua.
1. Estás aturdido
¿Tienes problemas de concentración? Una investigación publicada en la prestigiosa revista Journal of the American College of Nutrition, en 2012, mostró que una deshidratación mínima, de sólo un 2%, entorpecerá tanto la atención como la memoria. Y esto es no más que la punta del iceberg. Otros estudios encontraron que la deshidratación podía producir en hombres jóvenes problemas de ansiedad, así como mal humor y problemas para trabajar; y confusión y despiste en mujeres jóvenes.
Según el estudio, el cerebro ha evolucionado y nos avisa antes de que la deshidratación llegue a mayores. Pero es que cuando recibimos el aviso, la deshidratación puede ser peligrosa. Otro estudio de 2015, publicado en Physiology and Behaviour sugirió que la deshidratación puede incrementar los errores en la conducción, con el mismo riesgo que si el conductor tuviera exceso de alcohol en sangre o falta de sueño.
2. Estás estreñido
El estreñimiento puede ser señal de deshidratación crónica. El intestino necesita agua para funcionar adecuadamente. La falta de agua en el colon endurece las heces y dificulta enormemente el tránsito intestinal. Un estudio de 2013, publicado en la revista American Journal of Gastroenterology, mostró que una hidratación inadecuada era la causa de que hasta un 30% de mujeres tuvieran estreñimiento. Beber más agua, hallaron los autores, es una buena manera de abordar el problema.
3. Rindes menos haciendo ejercicio
Salir a correr cuando hace calor es una buena receta para aumentar la sudoración. Pero todo ese líquido perdido hay que reponerlo, pues de lo contrario se pueden tener calambres o, peor aún, un golpe de calor. Además de un peor rendimiento, puede provocar debilidad y mareos. Para prevenir todos estos problemas, lo ideal es que 20 o 30 minutos antes de salir, te bebas un buen vaso de agua, de 350 o más mililitros. Y, si hace calor, bebe un poco cada 20 minutos todo el tiempo que hagas ejercicio.
4. Tienes problemas de orina
Cuando al cuerpo le falta agua, los riñones no podrán producir mucha orina. Y ésta será concentrada, con un olor más fuerte y de color oscuro. Esa concentración de la orina puede provocar que ir al cuarto de baño te sea más incómodo e incluso irritante.
5. Te duele la cabeza
Incluso la deshidratación leve puede provocar dolor de cabeza.
Y no se sabe por qué. Podría estar relacionado con el hecho de que la deshidratación afecta a los fluidos que rodean la médula espinal y el cerebro, disminuyendo sus volúmenes, lo que podría afectar la presión a que tanto una como el otro se ven sometidos.
La deshidratación es causa del desencadenamiento de las migrañas y cefaleas en quienes son proclives a sufrirlas, conforme a un investigación de 2010 publicada en Handbook of Clinical Neurology. Y existen investigaciones anteriores que mostraron que beber dos vasos de agua alivió la mayoría de esos problemas.
Beber lo adecuado
No hay pruebas científicas de que haya que beber ocho vasos diarios. Pero, bueno, no deja de ser un recordatorio para la gente que bebe demasiado poco.
Si estás sano, juzgar si bebes lo suficiente puede ser tan simple como que te preguntes cómo te sientes. Si no estás cansado, no tienes dolor de cabeza, tu orina no es muy oscura… Bueno, ¡probablemente estés bien hidratado!