Hijos, Salud y medicina

Convulsiones febriles en el niño

Qué son las convulsiones. Tipos

Son fenómenos provocados por una alteración brusca de la función normal de las neuronas, es decir de nuestras células cerebrales. Se puede decir que se produce una convulsión cuando un grupo de neuronas comienza a funcionar de forma incontrolada.

Aunque se pueden manifestar de muchas formas distintas, lo más frecuente es que aparezcan como alteraciones transitorias de la consciencia, asociadas o no a movimientos del cuerpo (de brazos y piernas).

Tras la convulsión hay un espacio de tiempo en que el niño aún está un poco obnubilado hasta que se recupera totalmente: se llama periodo postcrítico. Tras este periodo suelen entrar en un sueño profundo.

Globalmente, las convulsiones se suelen clasificar en dos grupos:

Convulsiones generalizadas

Conllevan pérdida de consciencia. Es una urgencia que requiere el traslado del paciente a urgencias, pues puede llevar asociadas diversas alteraciones (falta de oxígeno cerebral, bajada de la glucosa en sangre, etc.). Son peligrosas porque pueden provocar un daño cerebral si no se tratan a tiempo. En general:

  • Son parciales
  • Duran más de 15 minutos
  • Aparece más de una en el mismo proceso febril
  • El periodo postcrítico es prolongado.

Convulsiones parciales o simples

Se producen por la activación de un grupo limitado de neuronas. No son una urgencia, pero en ocasiones pueden ir seguidas de una crisis generalizada. Fundamentalmente son:

  • Las más frecuentes (85%-90%)
  • Suelen ser únicas (solo una en el mismo proceso febril)
  • Son generalizadas, con movimientos simétricos de brazos y piernas
  • El periodo postcrítico es corto.

¿Se pueden confundir con otros trastornos?

Existe una serie de fenómenos, parecidos a las convulsiones, que nos pueden hacer pensar que un niño tiene una convulsión, no siendo así en realidad. Por ejemplo:

  • Escalofríos

Es importante no confundir los escalofríos propios de la subida de la temperatura con convulsiones. En éstos no hay pérdida de consciencia.

  • Síncopes

Es una pérdida brusca de conocimiento, que se suele recuperar en poco tiempo, provocado por una disminución repentina del riego sanguíneo cerebral. En general un síncope se debe a una bajada brusca de la tensión arterial. Suele ser provocado por ansiedad y/o dolor (por ejemplo al sacarle sangre). Se recupera por sí solo, habitualmente en menos de un minuto.

  • Espasmos del llanto

Tienen lugar en niños que lloran desconsoladamente hasta que de repente sufren un espasmo (lo que de forma coloquial se llama encanarse) pudiendo incluso perder momentáneamente el conocimiento. También son de recuperación espontánea, pero generan una importante ansiedad familiar.

  • Terrores nocturnos

Los terrores son pesadillas que pueden parecerse en ocasiones a las convulsiones. Generalmente, al despertar el niño no recuerda nada.

Otros menos frecuentes son crisis histéricas, tetania, tics nerviosos, vértigos y ciertas migrañas.

Factores que pueden precipitar convulsiones febriles

Pueden estar provocadas por cualquier proceso que produzca fiebre, ya sea una infección o la reacción a una vacuna. La fiebre suele ser de más de 38ºC.

Pueden aparecer tanto con un ascenso como con un descenso brusco de la temperatura. Se producen en las primeras 24 horas de aparición de la fiebre.

Si aparece a partir del 2º día es obligado descartar una infección del sistema nervioso central (meningitis sobre todo).

Cosas que debes saber sobre las convulsiones

Las convulsiones febriles son el tipo más frecuente de convulsión en los niños.

Tras la primera convulsión febril el riesgo de recurrencia es del 25 al 30%. Y este riesgo de repetición aumenta en los sucesivos episodios.

Si la misma crisis dura más de 30 minutos o hay varias crisis seguidas durante más de 30 minutos se llama “estatus convulsivo epiléptico febril”.

Las convulsiones no conllevan:

  • Riesgo de muerte
  • Complicaciones neurológicas
  • Complicaciones sobre la inteligencia

Las convulsiones conllevan:

  • Riesgo ligeramente superior de sufrir epilepsia en el futuro
  • Este riesgo no disminuye con el tratamiento preventivo.

Qué hacer si tu hijo tiene ante una convulsión

Como primera medida, llévalo a urgencias sin demora, o avisa al 112. Mientras llegan, colócalo en el suelo o un lugar de donde no pueda caerse y controla el pulso y la respiración.

En el centro médico se procederá a una exploración clínica completa y una exploración neurológica y cardiorrespiratoria cuidadosas. Además, la elaboración de la historia clínica incluirá datos acerca de:

  • Las enfermedades previas del niño, enfermedades actuales (si existen) si ha recibido recientemente alguna vacuna, si ya ha tenido antes convulsiones
  • Antecedentes familiares de convulsiones o de epilepsia
  • Otros posibles síntomas llamativos previos a la crisis
  • Cómo ha comenzado la crisis, tipos de movimientos, duración de la convulsión
  • Si el niño ha estado medicado con anterioridad y con qué fármacos y, de haberlos, si ha habido cambios en la medicación.

Adicionalmente, de considerarlo necesario los médicos podrían prescribir pruebas de laboratorio (análisis de sangre), una punción lumbar (que descartaría la meningitis), resonancia magnética, electroencefalograma.

Si el niño llega al hospital convulsionando, el equipo médico:

  • Se asegurará de que respira adecuadamente, con buena entrada de aire y comprobará la función cardíaca
  • Le administrará oxígeno, de considerarlo necesario
  • Le administrará un relajante muscular

Como regla general, hospitalizarán al niño si:

  • La crisis es atípica
  • Hay una enfermedad de base importante
  • El niño vive lejos, lo que impediría un seguimiento adecuado

Bibliografía:

https://kidshealth.org/es/parents/febrile.html
https://www.msdmanuals.com/es-es/hogar/salud-infantil/trastornos-neurol%C3%B3gicos-en-ni%C3%B1os/convulsiones-febriles