Salud y medicina
El cansancio del confinamiento: 8 causas de que estés cansado y cómo solucionarlo
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Ya queda poco, nos dicen. Pronto podrás retomar tu rutina habitual, lo que supone un alivio. Pero en lugar de encontrarte pletórico de forma, estás cansado, lo que es paradójico, ¿verdad?
Hace tiempo que no tienes que saltar de la cama para que el niño no pierda el autobús del colegio y luego ir corriendo a la oficina, y tampoco tienes compromisos ineludibles que te saquen de casa. Estás menos activo que habitualmente y, sin embargo, estás más cansado y lento que antes.
Teóricamente tendríamos que tener más energía que nunca… ¿qué causa ese cansancio que todos en mayor o menor medida sufrimos ahora? A continuación apuntamos algunos factores que pueden estar influyendo.
1. Estás comiendo demasiados hidratos
Desde que cocinas más y ya no comes nunca fuera ¿se han modificado tus hábitos alimentarios? ¿O al estar en casa picas más entre horas? Esto podría causar somnolencia.
Los hidratos refinados del arroz, la pasta, el pan blanco, patatas, cereales no integrales y galletas y pasteles se absorben rápidamente por el organismo, y puede causar sueño.
Procura evitar los hidratos refinados y, siempre que sea posible, elige los integrales. Y añade algún alimento proteico, que no tiene por qué ser carne. ¿Por qué no hummus, esa deliciosa crema de garbanzos?
2. No has hecho suficiente ejercicio
Puede ser lo que menos te apeteciera fuera hacer ejercicio, y menos dentro de casa. Pero el caso es que el ejercicio regular es un gran antídoto contra la fatiga y aumenta los niveles de energía.
Ahora puedes empezar a salir, con lo que te podrás poner al día rápidamente. Tendrás, además, el bonus de la vitamina D, que necesita del sol para sintetizarse en el organismo.
3. No estás durmiendo bien
Es necesario recuperar cuanto antes las pautas habituales del sueño, si éstas se han visto alteradas. Un cambio en las rutinas puede cambiar el reloj circadiano –el ciclo sueño-vigilia– que controla las hormonas que te van a mantener despierto de día y las que te hacen dormir por la noche. Y no disfrutar de luz solar, o hacerlo en menor medida debido al confinamiento, puede alterar el ciclo, apareciendo el cansancio.
Intenta levantarte y acostarte siempre a las mismas horas. Además procura comer bien, siguiendo una dieta equilibrada .Todo ello te va a ayudar a recuperar tu antigua forma.
4. Estás ansioso o estresado
Y quién no, podrías decir. De repente te ves obligado a ejercer de padre (o de madre), de profesor, de cocinero… todo simultáneamente, y quizá, además, teletrabajando. Y eres incapaz de compartimentar esas actividades. Para colmo, podrías tener un familiar confinado en soledad, lo que te preocupa, como es lógico.
Es normal que durante este tiempo lleno de incertidumbres estemos emocionalmente exhaustos, lo que acaba por causar el estrés crónico; como primera medida, bajadas y subidas de los niveles de energía. No podemos sino recomendarte técnicas de relajación, empezando por el mindfulness. No te quepa duda de que te servirán para mitigar el problema.
5. No comes lo suficiente
A pesar de la falta de actividad que el confinamiento te haya podido imponer, lo cierto es que sigues quemando calorías. La mayoría de nosotros requiere un mínimo de 1.200 calorías diarias para estar en marcha, cuidando además del sistema inmunitario.
Podrías pensar que esa falta de actividad te haría engordar, lo que es cierto, pero no debes ingerir por debajo de ese nivel de calorías, por lo que suprimir la cena, por ejemplo, sería un error. Haría fluctuar en exceso la glucosa en sangre, lo que tendría como consecuencia alterar el sueño y hacer aparecer el cansancio.
6. Estás deshidratado
Los síntomas habituales de la deshidratación son sed, fatiga, somnolencia y dolores de cabeza. El estreñimiento es otro efecto de la falta de líquidos en el cuerpo y puede causar hinchazón y apatía.
El mínimo de líquido que se debería ingerir es de 1,5 litros, o mejor de 2. No esperes a tener mucha sed para beber. Ten a mano agua o aluna infusión sin teína ni cafeína, y bebe de vez en cuando.
7. Estás aburrido
Nuestro día a día está lleno de actividad, por regla general. Desde un café con amigos, las clases de fitness o reuniones de trabajo, no solo teníamos muchos compromisos e intereses –estábamos ocupados– sino que nuestro diario estaba estructurado.
Durante estas semanas de encierro, nos hemos encontrado de la noche a la mañanasumidos en una rutina monótona y repetitiva, y es fácil que esto nos produzca una falta de motivación indeseable, además de somnolencia.
8. Tomas demasiado café, o té
Una cosa es empezar e día con un buen café (o té, claro) y otra es confiar en que el café te va a mantener despierto. En realdad podría tener el efecto contrario y provocar una sensación de fatiga.
El exceso de cafeína, ya sea la del café, del té o la que se añade a las bebidas energéticas elevan el nivel de ansiedad, de tensión y de falta de descanso, impactando directamente en el sueño.
Prueba a bajar el consumo, si es tu caso, suprimiéndola paulatinamente. Prueba con una bebida descafeinada. Pero no la suprimas de un plumazo, porque te podría generar una sensación de falta e impactar además en tu nivel de hidratación.