Ejercicio, Salud y medicina, Vida Sana
Entendiendo la tensión arterial normal: ¿Cuáles son los valores ideales?
Índice de contenidos
Antes de entrar de pleno en la tensión arterial, conviene explicar brevemente la circulación sanguínea.
Un vistazo al sistema circulatorio
La sangre es el tejido encargado de llevar el alimento (oxígeno) a las células del cuerpo, así como de eliminar los residuos de la “digestión” de las células (dióxido de carbono o CO2). El mecanismo es el siguiente:
La sangre, cargada de oxígeno en los pulmones, se envía al corazón, de donde parte, conducida por las arterias, a todas las células del cuerpo. La sangre cede el oxígeno a las células y se lleva el CO2; esa sangre no oxigenada vuelve por las venas al corazón, desde donde se envía a los pulmones; allí se libera el CO2 y se vuelve a cargar de oxígeno, comenzando de nuevo el ciclo.
La presión arterial
La sangre que circula por el cuerpo lo hace a través de arterias y venas y circula porque el corazón la impulsa. En efecto, el corazón es un músculo que bombea la sangre por todo el sistema circulatorio, y la hace circular a una cierta presión: la presión o tensión arterial, o, simplemente, tensión.
Cada latido del corazón (sístole) es un impulso a la sangre que en ese momento circula a una cierta presión (presión sistólica, que es la cifra alta). Tras la sístole el corazón se relaja y la presión baja: es la presión diastólica, o cifra baja de las dos.
Así pues, la tensión se expresa por dos cifras, la alta y la baja (o la máxima y mínima) y se mide en milímetros de mercurio (mmHg): 14/8, por ejemplo; estamos diciendo que la presión arterial sistólica es 140 mm HG y la diastólica, de 80 mmHg.
Cuál es la tensión normal
La Fundación Española del Corazón establece los niveles de presión arterial como sigue:
Se considera una presión arterial normal cuando se sitúa entre 120 y 129 mmHg (presión sistólica o máxima) y los de la presión diastólica o mínima entre 80 y 84 mmHg. Las cifras más bajas pueden considerarse aceptables siempre que no provoquen síntomas.
Las presiones arteriales superiores a 130-139 mmHg y 80-89 mmHg (máxima y mínima respectivamente) se consideran elevadas. Si el paciente es diabético tipo 2, los niveles superiores a 140-85 también se consideran elevados.
Cuál es la causa de la hipertensión
En el 90% de los casos, la causa de la hipertensión es desconocida, y hablamos de hipertensión primaria o esencial. Cuando existe una razón conocida, hablamos de hipertensión arterial secundaria.
Algunas causas de la hipertensión son:
- Enfermedades crónicas del riñón
- Problemas de la arterias que llevan la sangre al corazón
- Exceso de alcohol
- Algunas enfermedades hormonales
Dado el desconocimiento de las causas de la gran mayoría de las hipertensiones, no es fácil determinar las causas. Con todo, se han detectado los siguientes factores de riesgo:
- Antecedentes familiares de hipertensión
- Obesidad
- Tabaquismo
- Diabetes tipo2
- Enfermedades renales
- Abuso de alcohol
- Consumo elevado de sal
- Sedentarismo
- Algunos medicamentos, como los esteroides y las píldoras oara adelgazar.
Síntomas de la hipertensión
La presión arterial elevada no provoca síntomas, generalmente. Con todo, presiones muy elevadas pueden causar:
- Dolores de cabeza, confusión
- Adormecimiento; coma
- Dificultades para respirar (disnea)
- Sangrados nasales.
Algunas consideraciones
La edad constituye en sí un factor para que se incremente la tensión, debido a la pérdida de elasticidad de las arterias al envejecer. Debe tenerse pues en cuanta la edad del paciente a la hora de juzgar la presión arterial. Por ejemplo, diríamos que un paciente de sano de 60 años, es hipertenso si sus valores superan 160-90 estando en reposo.
Los límites aceptados para pacientes diabéticos son más bajos, pues la hipertensión unida a la diabetes puede causar problemas de salud muy serios.