Hijos, Vida de Pareja
Es bueno que a los niños y a las niñas les guste cocinar
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En el artículo de la semana pasada hablábamos de algunos trucos para lograr que tus hijos comieran de todo. Entre ellos, mencionábamos que involucrarles en el proceso de elaboración de las comidas era una medida acertada. Y un nuevo estudio viene a corroborarlo.
Si cocinan, aprenderán a comer mejor
El estudio señala que los niños cocinillas no sólo comen un 80% más de verduras, sino que se convertirán en adultos más sanos. Dejarles que ayuden en la cocina es una manera excelente de que coman mayores variedades de platos y que tengan curiosidad por probar nuevos alimentos, lo que fomentará su gusto por comida sana y variada, lo que será la mejor base para una idónea alimentación en la edad adulta.
Siguiendo con el estudio, la educación alimentaria durante los primeros años de vida de un niño es esencial para sentar las bases de su alimentación cuando sea adolescente y, más tarde, adulto. Los niños que comparten las rutinas culinarias con sus padres comen, además de ese 80% más de verduras que mencionábamos, un 30% más de carne de pollo y un 30% menos de calorías. Si pensamos en la auténtica epidemia actual de obesidad infantil, encontramos otra razón de peso. A medio plazo serán más autónomos y se organizarán mejor cuando llegue la hora de la cesta de la compra.
Más beneficios de la cocina
Además de los beneficios ya citados, debe tenerse en cuenta que dejando a tus hijos que cocinen contigo vas a estrechar más los lazos familiares. Cocinar requiere algo de concentración, paciencia, esfuerzo y responsabilidad, cualidades todas ellas que enriquecerán la personalidad del niño. Enséñales a ir limpiando o recogiendo sobre la marcha lo que ya no se necesite en la cocina. Que sean multitarea.
Otros beneficios: van a practicar la aritmética, para contar los tiempos de cocción, la lectura, al leer les recetas y las habilidades motoras, como batir un huevo o rallar queso. Trabajarán más la memoria y serán más metódicos.
Sin olvidar la seguridad
La mayoría de los accidentes infantiles no tiene lugar en el colegio, ni en la calle: en casa es donde más a menudo tienen lugar. Es fundamental que adaptes las labores permitidas a la edad del niño que, indefectiblemente, lo primero que querrá será coger el mayor cuchillo que tengas en la cocina… Evidentemente no puedes dejar que utilicen los cuchillos y otros elementos que conlleven peligro, como los aparatos eléctricos. Procura que antes de empezar tengan claro qué está permitido y qué no, en lugar de hacerlo sobre la marcha.
Algunos ejemplos de tareas permitidas en función de la edad:
- Entre 4 y 6 años: cascar y batir huevos, machacar patatas con el tenedor para hacer puré, enharinar un molde, incluso “untarlo” de mantequilla, decorar una tarta, majar en el mortero.
- De 6 a 8 años: pesar, exprimir cítricos, rallar el pan o el queso, manejar una masa, recoger los utensilios de cocina, secándolos y guardándolos en su sitio.
- Más adelante: los demás procesos, incluso cortar (con supervisión, y enseñándoles la manera correcta de colocar los dedos).
El estudio también menciona la conveniencia de llevar a los niños a restaurantes, y evitar pedir el menú infantil, de haberlo. Se trata de que el niños se acerque de forma lúdica a platos nuevos y que pruebe cosas que no come habitualmente en casa.