Salud y medicina

Herpes labial y fiebre en el labio. Causas, síntomas y opciones de alivio

¿Qué es el herpes simple?

El herpes (VHS) simple es un virus que produce infecciones en las superficies cutáneo-mucosas, el sistema nervioso central y, en ocasiones, en otros órganos. Aquí nos referiremos exclusivamente a la afectación cutánea y más en concreto al herpes simple labial. También se le suele llamar culebrilla.

Existen varios tipos de virus herpes simple. Entre los más comunes están:

  • El VHS tipo I: que es el tipo más común, suele producir herpes labial
  • El VHS tipo II: que suele producir herpes genital.

Pero en realidad ambos tipos pueden infectar cualquier zona de la piel o de las membranas mucosas.

¿Cómo se produce la infección?

El herpes está presente en todo el mundo. Hasta un 80% de la población tiene anticuerpos específicos frente al herpes simple, es decir, ha entrado en contacto en alguna ocasión con el virus.

El ser humano es el único lugar donde vive: es su huésped natural. La transmisión se realiza por contacto directo e íntimo de una mucosa o piel infectada. La fuente del virus puede ser una lesión aparente, (primitiva o recurrente), o un portador asintomático (persona portadora del virus pero que no presenta la enfermedad) en la saliva o en las secreciones genitales.

El período de incubación (período entre el contacto y la aparición de los primeros síntomas) oscila entre 1 y 26 días, siendo el promedio de 7 días. La mayoría de las personas entran en contacto con el virus durante la infancia, generalmente entre los tres y los cinco años de edad. En un 99% de los casos el primer contacto (primoinfección) con el virus no produce ningún síntoma y el contacto sólo se puede demostrar por la aparición de anticuerpos en la sangre, (que son las defensas creadas por el organismo ante la infección).

Durante la primoinfección, los virus se multiplican en las células de la epidermis (capa más superficial de la piel) en el punto de inoculación y, además, infectan las terminaciones nerviosas de la zona. Desde allí, a través de los nervios, los virus viajan hasta las raíces de éstos donde permanecen en un estado de latencia (“dormidos pero no muertos”), sin provocar la muerte de las células donde se asientan.

Posteriormente, al producirse un debilitamiento del sistema inmune (defensas del organismo), el virus se reactiva (“despierta”), comienza de nuevo a multiplicarse y viaja de vuelta por los nervios hasta la piel, donde produce una recidiva, apareciendo las lesiones típicas.

¿Cuáles son los síntomas?

La primera infección puede progresar de distintas formas. La mayoría de los pacientes no tienen síntomas o éstos son muy leves.

Entre quienes desarrollan síntomas durante la primoinfección, la forma más frecuente de presentación es la gingivo-estomatitis (afectación de encías y boca). Se suele producir en niños de uno a cinco años. Tras un período de incubación de alrededor de una semana, se inicia el cuadro de forma brusca. Aparecen múltiples vesículas (vejigas llenas de líquido claro), que se rompen rápidamente, dejando erosiones localizadas en la boca, encías, lengua y labios. El niño suele presentar abundante secreción de saliva, dolor al tragar, mal aliento y síntomas generales como fiebre, irritabilidad, cansancio, etc. Son frecuentes las adenopatías (ganglios aumentados de tamaño) en el cuello. Sin realizar tratamiento cura entre dos y seis semanas. Más tarde, si el virus se reactiva, las vesículas vuelven a aparecer.

Las recidivas (nuevas apariciones) son más leves y sin síntomas generales, con tendencia a presentar los nuevos brotes siempre en la misma localización. El primer síntoma suele ser una sensación de picor y ardor en la piel. Rápidamente aparece una pequeña zona enrojecida que se cubre de vesículas en ramillete. Las vesículas se rompen y se cubren de costras. Suele afectar preferentemente a la zona de alrededor de la boca y al borde de los labios. Cura espontáneamente entre siete y diez días.

Los desencadenantes de las recidivas son múltiples: estrés, traumatismos, luz solar, fiebre (“calenturas”), menstruación, etc.

Alrededor del 20% de las personas con anticuerpos del VHS sufren ataques recurrentes de herpes labial durante toda la vida.

¿Qué se puede hacer para prevenir el herpes labial?

  • Evitar un contacto directo con las lesiones ya que pueden extenderse por cualquier parte del cuerpo, incluyendo los dedos y los genitales
  • Evitar tocar las lesiones ya que éstas se pueden volver a infectar
  • Lavarse las manos tras tocarse los labios
  • Reforzar las defensas del cuerpo con un estilo de vida sano: lleva una dieta variada, haz ejercicio de forma regular y duerme lo suficiente
  • Intenta evitar los factores desencadenantes (estrés, infecciones por otros virus, ayuno prolongado, privación de sueño, etc.) que hayan producido herpes con anterioridad. Los factores desencadenantes varían de unas personas a otras.

¿Cómo se diagnostica el herpes labial?

Normalmente, la combinación del historial médico del paciente y el aspecto típico de las lesiones será suficiente para emitir el diagnóstico de infección por herpes simple. En ocasiones puede ser necesaria una confirmación diagnóstica, realizando entonces un raspado de las lesiones para observar al microscopio o para realizar un cultivo.

¿Cuáles son las posibles complicaciones?

  • Las erosiones pueden resultar sobreinfectadas por bacterias
  • Si se extiende a los ojos, puede producir lesiones oculares que alteran la visión normal
  • En personas que sufren dermatitis atópica, una infección por herpes simple puede, en algunas ocasiones, propagarse a extensiones mayores del cuerpo
  • En ocasiones el herpes simple puede indicarnos el padecimiento de otras enfermedades, como neumonía o deficiencias del sistema inmune.

¿Cuál es el tratamiento del herpes simple?

El tratamiento puede ser sintomático, intentando disminuir las molestias que se producen, o bien se puede iniciar tratamiento con diversos medicamentos antivirales vía tópica u oral (preferiblemente oral, ya que la vía tópica es menos efectiva). Algunos de estos medicamentos son: aciclovir, valaciclovir, famciclovir, etc.

Si se decide comenzar tratamiento farmacológico, debe comenzarse tan pronto como aparezcan los primeros síntomas (picor, ardor o sensación de tirantez) ya que si se demora la administración el tratamiento será menos efectivo.

Algo de alivio

Habla con tu farmacéutico, que podrá sugerirte algún remedio de venta libre (o sea, sin receta) para aliviar la lesión.

Es conveniente que protejas los labios contra el sol. Si tienes los labios muy secos, utiliza una loción o crema hidratante. Aplícate compresas húmedas, que te pueden aliviar los síntomas y ayudará a eliminar las costras.

  • Cremas o pomadas labiales que contienen agentes desecantes, como el alcohol
  • Pueden ser de ayuda las cremas con óxido de zinc
  • Nunca utilices maquillaje para tratar de ocultar la lesión, pues podría resultar contraproducente
  • Toma algún analgésico si tienes dolor; de nuevo, tu farmacéutico podrá sugerir alguna crema con lidocaína o benzocaína.

Previsiones

El desarrollo de la enfermedad es distinto en cada persona. Algunos sufrirán pocas reactivaciones o ninguna, mientras que otros padecerán infecciones recurrentes de modo bastante continuo. Las recidivas suelen ser menos frecuentes con la edad.

Bibliografía:

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/herpes-simplex-virus
https://www.msdmanuals.com/es-es/hogar/infecciones/infecciones-por-el-virus-del-herpes/herpes-z%C3%B3ster-culebrilla