Hábitos Saludables, Vida Sana
La importancia de la hidratación para la salud cardiovascular
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No beber suficiente agua puede causar deshidratación. Aunque no es específicamente un factor de riesgo cardiovascular, sí que puede agravar la situación de personas con patologías cardiacas. ¿Cómo puede afectar la deshidratación a la salud del corazón?
Acaba de llegar la primavera, los días se alargan y comienzan a subir las temperaturas. Desde este momento y durante varios meses, sobre todo los del verano, que es cuando aprieta más el calor, debemos empezar a cuidar especialmente la cantidad de agua que bebemos al día.
La hidratación, esencial para la salud cardiovascular
Nuestra masa corporal está compuesta de agua en un 50-70%. Cuando este porcentaje se desestabiliza, el funcionamiento de algunos órganos puede resentirse, lo que puede perjudicar nuestra salud.
En relación con la salud cardiaca, la deshidratación no se considera un factor de riesgo cardiovascular, pero puede afectar de forma específica a personas con arritmias (la función renal puede verse afectada por la falta de agua en el organismo), personas con insuficiencia cardiaca o con cardiopatía isquémica.
En este sentido, es esencial prestar atención a los posibles síntomas que nos avisan de que el cuerpo debe hidratarse, como puede ser:
- Notar un cierto aletargamiento.
- Mareos.
- Dolor de cabeza.
- Debilidad.
- Boca seca.,
- Sequedad de la piel.
- Ojos hundidos.
- Calambres musculares.
- Sudor frío.
- En casos extremos de calor y deshidratación, visión borrosa o pérdida del conocimiento.
Recomendaciones para mantener una buena hidratación
Beber diariamente la cantidad suficiente de agua es esencial para que el organismo funcione correctamente y nuestra salud no se resienta. La cantidad diaria dependerá de las necesidades de cada persona, del desgaste físico diario y de las condiciones ambientales.
Como norma general, la Fundación Española del Corazón recomienda el consumo aproximado de 2 litros de agua en niños, ancianos y mujeres, un poco más si están embarazadas o en periodo de lactancia, y de 2,5 litros en los hombres adultos.
Otras recomendaciones para mantener una buena hidratación y cuidar nuestro corazón son:
- Seguir una dieta cardiosaludable. La dieta mediterránea es rica en fruta y verdura fresca, que aporta agua al organismo.
- Aportar agua al organismo con otro tipo de alimentos saludables, como sopas, cremas de verduras, gazpacho, zumos de fruta, infusiones y tés.
- No esperar a tener sed para beber. Cuando sentimos la sensación de sed es que ya el cuerpo está acusando cierta deshidratación. Es recomendable tener una botella o un vaso de agua a mano para que no se nos olvide ir bebiendo poco a poco.
- Reducir o limitar el consumo de alcohol, ya que el organismo pierde mucha agua para metabolizarlo.
- En los días de mucho calor, hay que evitar estar en lugares abiertos y sin sombra durante las horas centrales del día.
- A la hora de hacer ejercicio, hay que hidratarse bien y evitar las horas de más calor ya que, sobre todo en los ejercicios de alta intensidad, un sobreesfuerzo unido a la deshidratación puede producir un síncope o golpe de calor (el organismo es incapaz de termorregularse), que es muy peligroso tanto para personas sanas como para las que tienen alguna patología cardiovascular.