Hijos, Vida de Pareja
La lactancia materna potencia el sistema inmunológico de los bebés
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Además, contribuye a protegerles de enfermedades crónicas de la edad adulta como la diabetes o la obesidad.
La OMS recomienda la lactancia materna durante los primeros 6 meses de vida ya que la leche materna se considera el mejor alimento que la madre puede ofrecerle a su hijo. Las propiedades son muchas y los beneficios para el niño incuestionables, además del hecho de que fortalece el vínculo afectivo madre-hijo. A partir de los 6 meses se puede continuar dando el pecho siempre y cuando se empiece a introducir el resto de alimentos.
La leche materna tiene la composición perfecta de nutrientes y el niño la digiere y asimila perfectamente, además le evita sufrir estreñimiento. Es rica en hierro que se absorbe mejor que en la leche artificial. Protege al niño de infecciones (bronquitis, gastroenteritis, otitis, meningitis…) porque la leche materna es rica en inmunoglobinas y propicia que las defensas de la madre pasen al bebé (proporciona anticuerpos de las enfermedades a las que ha estado expuesta la madre). Favorece el desarrollo intelectual y de la visión gracias a los aminoácidos presentes en la leche contribuyendo, de este modo, al desarrollo del cerebro y del sistema nervioso. Protege al niño de enfermedades futuras como el asma, las alergias, la obesidad y la diabetes. Concretamente, la leptina, una proteína presente en la leche materna, es la responsable de que disminuyan las posibilidades de que el niño sea obeso en la edad adulta.
Prevenir la celiaquía
Se ha comprobado, además, que prolongar la lactancia materna ayuda a prevenir la aparición de la celiaquía en los niños cuando existe una predisposición genética a desarrollar esta enfermedad. La celiaquía es una enfermedad intestinal que se caracteriza por la intolerancia al gluten, una proteina presente en los cereales. Ningún niño nace con la enfermedad, pero los factores genéticos y ambientales (el consumo de gluten) fomentan su aparición. Por este motivo, es importante considerar seriamente la lactancia como una manera de proteger al niño en este sentido. Continuar con la lactancia después de los primeros 6 meses e introducir papillas de cereales (con gluten), además, reduce el riesgo de contraer la enfermedad hasta en un 52%.
Beneficios también para la madre
Para la madre, darle el pecho a su hijo también le reporta muchos beneficios. Además del contacto físico que fortalece el lazo afectivo y de la gratificación y el bienestar emocional que comporta para ambos, ayuda a la madre a recuperarse del parto, puesto que favorece que el útero recupere la medida normal reduciendo el riesgo de hemorragia. Por otra parte, las mujeres que dan el pecho pierden peso más rápidamente, lo cual les ayuda a recuperar con más facilidad su peso habitual. Otra de las ventajas importantes es que reduce el riesgo de padecer cáncer de mama y de ovario y también disminuye la incidencia de osteoporosis en el futuro.
Reproducción íntegra del artículo elaborado por nosotros y publicado en el suplemento “Salud y Vida” de La Vanguardia, el 26 de junio de 2012.
Fuente: La Vanguardia