Salud y medicina
Linfocitos altos y neutrófilos bajos: causas
Índice de contenidos
Nuestro organismo se sirve del sistema inmunológico para protegerse de amenazas y combatir las enfermedades o patologías que se puedan llegar a desarrollar. Cuando se detecta la presencia de algún germen, como un virus o una bacteria, nuestro cuerpo comienza a luchar para mantener un equilibrio. Esta situación puede hacer que aparezcan los linfocitos altos y los neutrófilos bajos. Si te has hecho una analítica y estos son los resultados que has obtenido, te contamos qué es lo que significa exactamente y las posibles causas.
¿Qué son los linfocitos?
Los linfocitos son un tipo de glóbulo blanco, esenciales en la defensa del cuerpo contra invasores externos, como los virus y las bacterias. Son uno de los tipos de células que se encuentran en la sangre. Dentro de los glóbulos blancos, también están los monolitos, los neutrófilos, los eosinófilos, los macrófagos y los basófilos.
A su vez, los linfocitos se subdividen en dos: los linfocitos B, que son los encargados de producir anticuerpos, y los linfocitos T, responsables de la destrucción directa de todas aquellas células infectadas. Su función coordinada es crucial para mantener la inmunidad y proteger al organismo. Sus valores normales son de 22 a 44% del total de leucocitos o de 1000 a 4800 linfocitos/mcL.
¿Qué son los neutrófilos?
Los neutrófilos, como hemos visto, también son glóbulos blancos, y están especializados en la eliminación de los microorganismos. Se dirigen al lugar donde está la infección y liberan enzimas para la destrucción de las partículas extrañas. Los neutrófilos son un tipo de granulocito y de fagocito, y son nuestra primera línea de defensa. Sus valores normales son del 40 al 70% del total de leucocitos o de 1800 a 7700 neutrófilos/microlitro (mcL).
¿Qué significa tener linfocitos altos y neutrófilos bajos?
Cuando se realiza una analítica y aparecen niveles de linfocitos altos y neutrófilos bajos, lo que se indica es que hay una presencia viral o bacteriana frente a la cual nuestro organismo está luchando. Lo que sucede es que las células inmunes linfoideas se activan.
Sin embargo, los números también revelan en qué parte del proceso nos encontramos, puesto que en una primera fase aguda, están los neutrófilos altos. A medida que la inmunidad va haciendo su trabajo, los niveles irán descendiendo progresivamente.
Si se divide el valor absoluto de los neutrófilos entre el equivalente en los linfocitos, se obtiene el NLR o ratio neutrófilo-linfocito, que es un marcador inflamatorio. Este será alto si hay alguna enfermedad, y los linfocitos estarán bajos y los neutrófilos altos. Los valores normales se sitúan entre 1 y 4, mientras que por encima de 6 es alto. En enfermedades graves puede alcanzar un valor de 100.
En cuanto a los valores estándar, se habla de neutrófilos bajos cuando estos están por debajo de 1800/mcL, aunque puede variar por la edad, la genética o factores ambientales. Los linfocitos están altos si están por encima de los 3000/mcL.
¿Cómo se detecta en un análisis de sangre?
La detección de linfocitos altos y neutrófilos bajos se realiza mediante un análisis de sangre completo. Este examen, también conocido como hemograma, proporciona información detallada sobre la cantidad y el estado de las células sanguíneas. Los resultados revelarán los niveles de linfocitos y neutrófilos, y permitirán al personal médico evaluar la salud inmunológica del paciente.
Una analítica también permite detectar otros indicadores del sistema inmunitario, como por ejemplo los eosinófilos bajos. No obstante, estos no suelen causar problemas porque es una alteración que el propio organismo puede compensar.
Linfocitos altos: ¿Cuáles son los riesgos asociados?
Un recuento elevado de linfocitos junto con niveles bajos de neutrófilos puede indicar diversos trastornos médicos. Por lo general, se suele tratar de una infección bacteriana, viral o de otro tipo. No obstante, puede ser necesario realizar más pruebas para obtener un diagnóstico preciso.
Un recuento de linfocitos altos puede no ir acompañado de síntomas, y eso se debe porque sucede una vez que ha pasado la enfermedad y es temporal. Sin embargo, en algunos casos puede ser indicador de una afección más grave, como un cáncer en el sistema linfático o de la sangre, o un trastorno autoinmunitario crónico.
Neutrófilos bajos: ¿Cuáles son las posibles causas?
La disminución de neutrófilos, conocida como neutropenia, puede ser causada por problemas como infecciones graves por virus, bacterias o parásitos; trastornos en la producción de neutrófilos u otros que los destruyen; deficiencias de vitaminas; quimioterapia; el uso de ciertos medicamentos, u otras causas como hipertiroidismo o hepatitis.
La neutropenia aumenta el riesgo de infecciones bacterianas, ya que los neutrófilos son fundamentales en la eliminación de bacterias.
Relación entre linfocitos y neutrófilos en la inmunidad del cuerpo
La inmunidad del cuerpo es un sistema complejo y coordinado en el que los linfocitos y los neutrófilos trabajan en conjunto para mantener la homeostasis. Mientras que los linfocitos desencadenan respuestas específicas contra agentes patógenos, los neutrófilos se movilizan rápidamente para combatir infecciones bacterianas. Una alteración en esta relación puede indicar un desequilibrio en la respuesta inmunológica, lo que destaca la importancia de evaluar ambos tipos de células en un análisis de sangre completo.
Bibliografía
https://www.fundacionrenequinton.org/blog/neutrofilos-bajos-y-linfocitos-altos/