Bienestar, Psicología
Luz de gas: indicios de este tipo de maltrato emocional
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¿Tienes dudas recientes sobre ti mismo, sobre tu propia memoria, te has planteado estar perdiendo la cabeza debido a los actos de alguien? La “Luz de gas” es una forma de maltrato psicológico que puede causar que te sientas ansioso y confuso y que cuestiones tus propios sentimientos, juicios y recuerdos. Si te suena familiar, aquí te explicamos qué es y cómo puede producirse.
Qué es la luz de gas
La expresión “luz de gas” (gaslighting, en inglés) nació con la película del mismo nombre, protagonizada por Ingrid Bergman y Charles Boyer. En el intento de mantener el control sobre su mujer, Gregory (Charles Boyer) la manipula para hacerla sentirse loca. Una de las maneras de hacerlo es atenuando las luces de gas de la casa y convenciéndola de que son imaginaciones suyas. A medida que ella cae en un estado de confusión e incertidumbre, Gregory la convence de que la quiere y de que la cuidará a medida de que vaya siendo cada vez más dependiente de él, impidiendo que ella vea que él es la causa de sus problemas.
No hay una única definición de la expresión, y la experiencia es variable de una persona a otra. Los psicólogos han convenido que es “una manera de abuso y control psicológico en el que el manipulador logra que la víctima dude de sí mismo o sí misma, de su percepción, sus recuerdos, su propia imagen, su confianza en sí mismo y su cordura”.
El peligro es que la víctima pierda su autoestima y su identidad, se vuelva apática y su vida pase a estar controlada por su maltratador.
¿Me están haciendo luz de gas?
La luz de gas es a menudo más sutil que otros tipos de maltrato y suele aparecer gradualmente, dificultando detectarlo. La lista que sigue son signos potenciales de que podrían estar haciéndotela.
- Frecuentemente cuestionan tus recuerdos; por ejemplo, te pueden hacer creer que tienes mala memoria y nunca recuerdas las cosas tal como fueron. Cuando más dude una persona de su propio juicio, es más proclive a que el maltratador la controle.
- Tus sentimientos son menospreciados o ignorados; por ejemplo, te puede hacer creer que eres híper-sensible, “necesitado” o exagerado en tus reacciones y respuestas.
- La otra persona puede negar que ciertos hechos o acciones tuvieron lugar, por ejemplo negando que hicieran algo que sí sucedió, olvidando planes previamente elaborados o asegurando que te lo estás inventando.
- Es difícil discutir lógicamente con él, pues cambia el enfoque del diálogo y en cambio cuestiona tu personalidad y credibilidad.
- Se niega a hablar contigo cuando pretendes arreglar la situación, alegando no saber de qué hablas y afirmando que tú pretendes confundirle.
- Te niega su cariño u otras cosas que sabe que necesitas o quieres, tratando de provocar una respuesta tuya.
- Te acusa con frecuencia de cosas que no has hecho, sin dar pábulo a posibles explicaciones alternativas al asunto de que se trata. Esto puede fácilmente crear un conflicto mayor en caso de que dudes lo que dice, intentando volverte sumiso y que aceptes tu culpabilidad.
La luz de gas puede confundirse con otras conductas; por ejemplo, ante alguien cuya opinión difiere de la tuya, insiste en que él está en lo cierto y no escucha tu razonamiento. Siendo estas conductas desagradables, no necesariamente pueden calificarse de luz de gas. La luz de gas es una pauta de comportamiento manipuladora, repetida, en que el sujeto activo busca que dudes de ti mismo e intenta provocar que reacciones explosivamente.
Por qué la gente hace luz de gas
Como muchas otras formas de maltrato, es relativamente frecuente, en el intento de controlar a la otra persona. El maltratador puede haberse dado cuenta a través de experiencias anteriores de que es capaz de influir en los otros de modo que acabe alterando sus propios sentimientos y autoestima.
Lo más frecuente es que aparezca en relaciones de pareja, pero en realidad puede darse en cualquier relación. El maltratador puede ser tu jefe, un amigo, un pariente o incluso tu padre o tu madre. Al contrario que en el maltrato físico, puede ser difícil de detectar, pues no hay signos obvios. Visto desde fuera, cualquiera puede opinar que el maltratador es una persona perfecta, encantadora y angelical.
Los efectos de la luz de gas
Cualquier tipo de maltrato, ya sea físico o psicológico –la luz de gas incluida– puede afectar gravemente la autoestima de la víctima e inducir un estado de ansiedad, de depresión y/o de desesperanza. Puede ser difícil reconocer que eres víctima de maltrato, especialmente si confías en el maltratador o si éste tiene autoridad sobre ti.
Con todo, podrías notar lo siguiente:
- Cambias tu forma de actuar por miedo a la reacción del otro
- Sientes que ataca tu personalidad
- Dudas constantemente de ti mismo
- Tienes ansiedad, estás confundido piensas que te estás volviendo loco
- Te resulta difícil tomar decisiones simples sobre cosas en que no dudabas en el pasado
- Te disculpas constantemente ante el otro por cosas que no has hecho
- Te sientes cada vez más inseguro
- Te has apartado de tus amigos y familia, a quienes evitas
- Disculpas la conducta del otro ante tu familia y amigos
- Estás desesperanzado, bajo de ánimo y sientes que no vales la pena
Es importante hacer notar que hay otras causas para alguno de estos indicios que podrían no estar motivados por luz de gas.
Qué hacer ante la luz de gas
Si piensas que puedes estar siendo objeto de maltrato, ya sea físico o psicológico, debes buscar ayuda lo antes posible. Si tu salud física no está amenazada, sí podría estarlo tu salud mental, de modo que es esencial que te cuides lo más posible si continúas la relación.
- Confía en tu propio criterio
Si tu salud física no está amenazada, debes enfrentarte al maltratador sin importar hasta dónde llegue la confrontación. Estar callado puede aumentar el ciclo del maltrato, de modo que muéstrate firme en tus decisiones. Céntrate en los hechos tal como los percibes evitando la tendencia a dudar de ti mismo. Responde con tranquilidad a posibles pullas, o críticas, o incluso insultos; el que no te alteres va ayudar a interrumpir el maltrato.
- Responde en lugar de reaccionar
Es posible que busque provocarte para que estalles. Es natural pasar por toda clase de emociones en respuesta a esto: miedo, enfado, tristeza; pero debes responder y no caer en la reacción que el maltratador busca. Argumentar sin perder el control, sin que sus provocaciones te descoloquen. Si te es posible y te sientes sobrepasado, sal de la habitación, te podría ayudar. Cuanto más tranquilo estés, más podrás confiar en tu propio criterio y ver la situación como realmente es.
- Conserva las pruebas
Escribir las evidencias del maltrato en un diario, o en tu móvil, te será de utilidad en dos aspectos. Uno, te hará sentir más segura en que no estás inventándote nada. Y dos, porque podrías necesitarlas en caso de una posible acción legal. Si tienes miedo de que encuentre ese diario, puedes como alternativa buscar a un buen amigo o familiar en quien confíes para que las vaya anotando.
En cualquier caso, si por ejemplo quieres enviar por SMS a ese amigo algo que deba anotar, asegúrate de que tienes total privacidad y bórralo inmediatamente del teléfono.
- Cuida tu salud mental
Es natural que te afecten los episodios de maltrato. Da prioridad a mantener tu salud mental y tu autoestima tan sanas como puedas. Que puedas volver a confiar en tu buen juicio y tu identidad. Hablar con alguien en quien confíes, ya sea un amigo, un familiar o incluso un psicoterapeuta será fundamental, como también lo es que comas sano y bien, duermas lo suficiente, hagas regularmente ejercicio y pases algún tiempo con tu familia y amigos. Y también que pases algunos ratos al aire libre.
- Comparte tus experiencias con alguien de tu absoluta confianza
No sólo servirá para que te apoyen en tu situación y para fortalecer tus lazos con gente que te apoye y te comprenda, sino que te ayudará también a ver globalmente lo que está pasando y reafirmar tu convicción de que ni estás loco ni estás perdiendo la memoria.
Ya dijimos que los maltratadores pueden parecer a los demás personas cariñosas y modélicas, y puede por tanto ser difícil convencerles del sutil maltrato de que eres objeto. Es fundamental hacerles ver la realidad de modo que juzguen la situación desde tu mismo punto de vista y te sientas comprendido y apoyado.
- Pon punto final a la relación
Si el maltrato se produce dentro de una relación de las que puedes salir, lo mejor de todo es que abandones al maltratador. Es poco probable que él o ella cambien su conducta a largo plazo, a no ser que se comprometan a seguir algún tipo de terapia dirigida a ese efecto (lo que es poco probable).
Incluso si hay niños de por medio, infórmate de las organizaciones que pueden proporcionarte ayuda, de modo que acabes la relación con seguridad.
Cuándo buscar ayuda
La luz de gas puede darse aisladamente o en combinación con otras conductas de maltrato emocional o físico. Debes buscar ayuda inmediatamente. Si eres mujer, tienes el teléfono 016 a tu disposición. Si el objeto de maltrato es un hombre, no está así de fácil y debe buscar organizaciones de apoyo al hombre maltratado, que las hay.