Salud y medicina
Prevención de la enfermedad cardiovascular
La prevención en materia de riesgo cardiovascular, así como la detección precoz de dicho riesgo antes de que aparezcan lesiones o enfermedades es, sin duda, una de las actividades centrales de los programas de Medicina Preventiva del Centro Médico Mútua General de Catalunya. Las estrategias de prevención de este grupo de enfermedades se centran en la actuación sobre la población sana pero que presenta factores de riesgo que favorecen su aparición.
Entendemos por riesgo cardiovascular la probabilidad aumentada de sufrir determinadas enfermedades cardiovasculares, como la enfermedad coronaria (angina de pecho, infarto de miocardio), el accidente vascular cerebral y la enfermedad arterial periférica; enfermedades que, por otra parte, presentan una elevada incidencia en nuestro país, repercutiendo enormemente en temas de salud pública y en la pérdida potencial de años de vida, así como, también, pueden significar una importante disminución de la calidad de vida de las personas afectadas.
Hay que decir, sin embargo, que conocemos muy bien cuales son los principales factores, elementos y características individuales o patológicas que hacen aumentar el riesgo cardiovascular; son lo que llamamos factores de riesgo cardiovascular. A pesar de que cada vez son más conocidos por todos, algunos no los podemos controlar como, por ejemplo, la edad; a mayor edad más riesgo. Otros, sin embargo, está en nuestras manos poder evitarlos o aminorarlos en gran medida, como es el caso de:
- El hábito de fumar
- La obesidad
- Cifras elevadas de colesterol
- Tener la tensión arterial elevada
- Ser diabético
- La inactividad física o sedentarismo
Sabemos que la asociación de estos factores de riesgo incrementa nuestra probabilidad futura de padecer una enfermedad cardiovascular. Por tanto, para disminuir nuestro riesgo cardiovascular hay que modificar el estilo de vida y adoptar los siguientes hábitos saludables:
- No fumar, y si lo hacemos, abandonar este hábito lo antes posible.
- Realizar regularmente actividad física: la práctica habitual y de intensidad moderada es siempre beneficiosa para la mayoría de la gente.
- Llevar una alimentación variada y equilibrada; el control del peso corporal (evitando el sobrepeso y la obesidad) es fundamental.
- Moderación en el consumo de alcohol.