Hábitos Saludables, Vida Sana
Prevenir la enfermedad cardiovascular, una cuestión de hábitos
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Las enfermedades cardiovasculares (ECV) afectan al corazón y a las arterias y engloban las enfermedades cardiacas y las cerebrovasculares. Son responsables de 17,5 millones de fallecimientos cada año y la primera causa de muerte e incapacidad, por encima incluso del cáncer. En España afectan al 25% de la población y, al contrario de lo que se suele pensar, no es principalmente una cosa de hombres: un tercio de las mujeres mueren en el mundo por ECV.
Las cifras podrían cambiar drásticamente tan solo adoptando unos pequeños cambios en nuestra vida: según la OMS, la adopción de hábitos saludables y el control de los factores de riesgo podría reducir hasta en un 80% las enfermedades cardiovasculares.
Conocer los principales factores de riesgo cardiovascular es el primer paso para cuidar nuestro corazón. Algunos no se pueden controlar, como la edad, el sexo o los antecedentes familiares. Otros, como el hábito de fumar y el sedentarismo son totalmente controlables y son éstos, junto con otros que podemos minimizar, como el colesterol, la hipertensión, o la diabetes mellitus, en los que debemos trabajar para conseguir una vida más plena y sana.
14 de marzo, Día Europeo para la Prevención del Riesgo Cardiovascular
El 14 de marzo se celebra el Día Europeo para la Prevención del Riesgo Cardiovascular, con el objetivo de concienciar a la población sobre la importancia que tienen las enfermedades cardiovasculares y sobre cómo podemos influir en los factores de riesgo implicados, como son el tabaquismo, el sedentarismo, la mala alimentación, la obesidad, la hipertensión, el estrés y otros factores.
La Federación Mundial del Corazón, junto a la Sociedad Española de Cardiología y la Fundación del Corazón, proponen:
Alimentarse bien y beber con moderación
- Para hidratarse, elegir preferiblemente agua y bebidas sin azúcar.
- Sustituir los caprichos de dulce y golosinas por fruta fresca como una alternativa saludable.
- Intentar incluir en la dieta cinco porciones de fruta y verdura al día, tanto frescas como congeladas, enlatadas o deshidratadas.
- Mantener el consumo de bebidas alcohólicas dentro de los límites recomendados por los profesionales de la salud.
- Intentar limitar el consumo de alimentos procesados y envasados porque suelen tener un alto contenido en sal, azúcar y grasa.
- Preparar en casa comida saludable para llevar al colegio o al trabajo.
Aumentar el nivel de actividad física
- Intentar realizar al menos 30 minutos de actividad física moderada cinco veces a la semana.
- O, en su lugar, realizar al menos 75 minutos de actividad física vigorosa repartida a lo largo de la semana.
- Todas las actividades cuentan: jugar, caminar, las tareas domésticas, bailar…
- Aumentar la actividad física día a día: subir a pie las escaleras, ir andando o en bicicleta al trabajo en lugar de utilizar el coche…
- Hacer ejercicio con amigos y familia: motiva más y además ¡es mucho más divertido!
- Descargar una aplicación o usar un podómetro para controlar tus progresos.
Decir NO al tabaco
- Es la decisión más importante que se puede tomar para mejorar la salud del corazón.
- Dos años después de dejar de fumar se reduce sustancialmente el riesgo de padecer una enfermedad coronaria.
- Después de 15 años sin fumar el riesgo de ECV es similar al de una persona no fumadora.
- La exposición al “humo de segunda mano” es también una causa de enfermedad cardiaca en no fumadores.
- Por tanto, al dejar de fumar no solo mejora tu salud sino también la de aquellos que están a tu alrededor.
- Si tienes problemas para dejar de fumar, solicita la ayuda de un profesional, o pregunta en tu empresa si disponen de un programa de ayuda para el abandono del tabaquismo.
Si inculcamos estos hábitos saludables en la familia, ya desde la infancia y en la juventud, es más fácil que cuando seamos adultos se integren en nuestra vida diaria. Los niños y adolescentes sanos es muy probable que se conviertan en adultos sanos.