Salud y medicina
Qué es el Sistema Nervioso y cómo funciona
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El sistema nervioso es una parte imprescindible del cuerpo humano, si quieres aprender
qué es y cómo funciona el sistema nervioso, sigue leyendo, en MGC te lo explicamos.
El Sistema Nervioso es el conjunto de órganos que controla todo el cuerpo humano. Por decirlo de una manera gráfica, es el “ordenador central” del cuerpo. Está compuesto por el sistema nervioso central y el sistema nervioso periférico.
El cerebro es un órgano extremadamente complejo que se encuentra en la cabeza, protegido por los huesos del cráneo y rodeado por unas capas protectoras (las meninges) y por un líquido, el cefalorraquídeo, que ayuda a mantenerlo.
La médula espinal tiene forma de cordón y va desde el cerebro hacia abajo por el interior de la columna vertebral. De ella salen a diferentes alturas los nervios hacia todas las partes del cuerpo. Igualmente, está protegido por las meninges y por el líquido cefalorraquídeo.
Partes del Sistema Nervioso
Básicamente, el sistema nervioso consta de dos partes primordiales:
Sistema Nervioso Central
Está formado por:
- El cerebro propiamente dicho, que es la parte más grande. Consta de dos mitades (no iguales entre sí) que llamamos hemisferios; cada uno de ellos está dividido en cuatro lóbulos: frontal, parietal, occipital y temporal.
- El cerebelo, que está en la parte trasera, bajo la nuca
- El bulbo raquídeo, la parte más baja
- La médula espinal, que parte del bulbo raquídeo y que desciende por el interior de la columna vertebral.
Sistema Nervioso Periférico
Es el conjunto de nervios que parten a diferentes alturas de la médula espinal y que se extienden a todas las partes del cuerpo.
Ambas partes están formadas por millones (en realidad, billones) de células, divisibles en dos tipos:
- Las neuronas, que son las “transmisoras”: llevan al cerebro la información recibida de todo el cuerpo y a la vez, transmiten a las diferentes partes las órdenes que emite el cerebro.
- Las células gliales, cuya función es dar soporte y proteger a las neuronas.
Las neuronas se envían información unas a otras y el conjunto controla todos los procesos del cuerpo, de muchos de los cuales no somos conscientes, desde el latir del corazón, la respiración, la digestión o tragar saliva: la lista es interminable. Baste pensar, como ejemplo, que solo para sonreír se activan más de 15 músculos diferentes, todos y cada uno de los cuales reciben la orden oportuna desde el cerebro.
Cómo funciona el Sistema Nervioso
La información se envía mediante señales eléctricas y químicas y coordina los movimientos y acciones, ya sean los actos conscientes o los actos reflejos. Para los primeros, se habla del SNC somático, mientras que los actos reflejos los controla el SNC autónomo.
Un acto consciente es, por ejemplo, coger un vaso para beber. En este caso, la instrucción parte directamente del cerebro, que ordena a las extremidades implicadas (el brazo, la mano, los dedos) que realicen la función pedida.
Un acto reflejo es, por poner otro ejemplo, retirar la mano de la fuente de calor si accidentalmente está demasiado próxima a ella y corre peligro de quemadura. Los nervios de la mano envían la información al cerebro: en nuestro ejemplo, la mano se va a quemar. El cerebro procesa la información y toma la decisión en forma de una orden que va a trasmitir a la zona del cuerpo afectada: retira inmediatamente la mano. Todo esto se lleva a cabo en milésimas de segundo. Es la función sensorial.
Sistema nervioso simpático y parasimpático
El sistema nervioso central autónomo es aquel que controla los actos reflejo, es decir, que
no requieren de nuestra intervención consciente, como podría ser levantar una mano. Pero
a su vez, dentro de este existen dos tipos, el simpático y el parasimpático, que trabajan de
manera conjunta.
Sistema simpático
El simpático es aquel que prepara a nuestro cuerpo para realizar una acción cuando se
percibe una situación estresante. Lo que produce es una reacción que involucra a diversos
recursos corporales que permitirán hacer frente a dicha situación, como sería escapar o
luchar.
Esta no tiene por qué ser una amenaza real que ponga nuestra vida en peligro, sino
cualquier acontecimiento que nos ponga nerviosos. El ejemplo más común hoy en día es el
de la ansiedad, en la que son los propios pensamientos los que desencadenan la reacción
en el organismo.
Algunas de estas reacciones en el organismo son el aumento del ritmo cardíaco y de la
presión arterial, elevación de la glucosa en la sangre, dilatación de las pupilas, relajación de
los bronquios para aumentar el flujo de aire, piel de gallina, sudoración y secreción de
adrenalina, entre otros.
Sistema parasimpático
El sistema nervioso parasimpático es aquel cuyo funcionamiento es el inverso al anterior, de
forma que se logra un equilibrio en el organismo. Si nos mantuviéramos en estado
permanente de activación o estrés, causaríamos un daño en el cuerpo que no permitiría ni
la adaptación ni la supervivencia en el largo plazo.
Cuando una situación o detonante produce la activación del sistema simpático, este se
encarna de calmarnos, con el objetivo de conservar los recursos energéticos. Por
consiguiente, su acción es la opuesta a los ejemplos anteriores y que serían la disminución
del ritmo cardíaco y de la presión arterial, la contracción de las pupilas y los bronquios,
reduce la sudoración, aumenta la salivación, etc.
Funciones del Sistema Nervioso
Tiene tres funciones fundamentales:
- Función sensorial, o sea, control de los sentidos
- Función integradora
- Función motora.
La función sensorial tiene su centro en el cerebro, fundamentalmente en la corteza cerebral, y controla las funciones conscientes, como el lenguaje, el razonamiento, la audición o el tacto.
La función motora se localiza en el cerebelo. De él parten muchos nervios que coordinan los movimientos del cuerpo.
La función integradora analiza la información recibida y efectúa la toma adecuada de decisiones.
Inteligencia, memoria y aprendizaje
Durante el crecimiento, la actividad cerebral es frenética. Todos los mensajes recibidos viajan entre las neuronas estableciendo vías neuronales, que son conexiones en el interior del cerebro. Esas vía neuronales quedan establecidas de modo que, por ejemplo, aprender escribir en un teclado requiere mucha concentración, pero a medida que se practica se acaba escribiendo de una manera automática, pues las vías neuronales están establecidas. Básicamente eso es la memoria.
A medida que crecemos, sin embargo, al cerebro le cuesta mucho establecer nuevas vías neuronales y es la causa de que el aprendizaje a edad avanzada (otro idioma, lenguaje musical) sea más difícil. Por eso los científicos afirman que para mantener activo el cerebro es fundamental plantearse nuevas actividades que requieran nuevas vías.